Lo que está ocurriendo en la OMC
NOTICIAS: NOTICIAS 2001

22 de febrero de 2001

Sí a los medicamentos para los pobres, pero también a la protección mediante patente

Artículo del Director General de la OMC Mike Moore publicado en el International Herald Tribune

“El Acuerdo sobre los ADPIC trata de encontrar un buen equilibrio entre la necesidad a corto plazo de poner los medicamentos vitales a disposición de quienes los necesitan y la necesidad a largo plazo, igualmente vital, de fomentar la investigación en nuevos medicamentos. Para recompensar la investigación, el Acuerdo prevé una protección mediante patente de 20 años, si bien se establecen algunas condiciones y se permiten algunas restricciones en relación con los derechos de patente para mejorar el acceso a los medicamentos.”

Click here to go to the IHT website

Copyright © 2001 The International Herald Tribune | www.iht.com
Reproducción autorizada


Sí a los medicamentos para los pobres, pero también a la protección mediante patente

Mike Moore
International Herald Tribune
Jueves 22 de febrero de 2001

GINEBRA     El paludismo, la tuberculosis y el SIDA se cobran cada año la vida de casi 6 millones de personas, casi todas ellas en el mundo en desarrollo. Todos hemos de reprocharnos estas muertes prematuras que son también un duro golpe para las esperanzas de desarrollo de los países. Es apremiante desplegar mayores esfuerzos para salvar las vidas de millones de pobres.

Parte del problema es la falta de acceso de los países pobres a los medicamentos. Los pobres no tienen medios para pagar los medicamentos caros. El tratamiento para mantener en vida a un paciente de SIDA durante un año puede costar hasta 15.000 dólares, lo que supone 24 veces la renta anual media de Zimbabwe, donde uno de cada cuatro adultos es VIH positivo.

Quienes critican a la Organización Mundial del Comercio afirman que el Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC) agrava aún más la situación. Sostienen que al exigir a los países en desarrollo la observancia de las patentes de los productos farmacéuticos, el Acuerdo permite a los laboratorios farmacéuticos cobrar precios exorbitantes que los pobres no pueden pagar.

Es obvio que debemos encontrar nuevas formas de mejorar el acceso de los países en desarrollo a los medicamentos existentes. Ahora bien, también es necesario dar un incentivo a las empresas farmacéuticas para que desarrollen nuevos medicamentos. Este sector sitúa el costo medio para la obtención de un nuevo medicamento en aproximadamente 500 millones de dólares. De no ser por un sistema de protección mediante patente que recompensa a las empresas por arriesgar millones en investigación, los medicamentos contra el SIDA no existirían.

Ésa es la razón de que el Acuerdo sobre los ADPIC trate de encontrar un buen equilibrio entre la necesidad a corto plazo de poner los medicamentos vitales a disposición de quienes los necesitan y la necesidad a largo plazo, igualmente vital, de promover la investigación en nuevos medicamentos. Para recompensar la investigación, el Acuerdo prevé la protección mediante patente durante 20 años (aunque, habida cuenta de que se suele tardar años en probar y autorizar un nuevo medicamento, la duración efectiva de una patente es mucho más corta). En el Acuerdo se establecen algunas condiciones y se permiten algunas restricciones en relación con los derechos de patente para mejorar el acceso a los medicamentos.

En primer lugar, los titulares de las patentes tienen que divulgar su invención. Ello permite que se pueda utilizar información relativa a un medicamento patentado para investigar nuevos medicamentos durante el plazo de vigencia de la patente y garantizar que pase a ser verdaderamente del dominio público una vez que expire la protección conferida por la patente. En segundo lugar, si el titular de una patente se niega a conceder una licencia respecto de un medicamento patentado en condiciones comerciales razonables, un gobierno puede conceder la licencia del medicamento patentado a otras empresas o hacer uso del mismo sin autorización del titular de los derechos, siempre que éste reciba una compensación adecuada.

En tercer lugar, como se señala en las conclusiones de un informe reciente de un grupo especial de la OMC, los gobiernos pueden facilitar una "pronta explotación" de los productos farmacéuticos patentados por parte de las empresas competidoras de medicamentos genéricos. En cuarto lugar, si los gobiernos autorizan importaciones paralelas de un medicamento protegido mediante patente procedentes de países en los que se vende más barato, eso no puede ser cuestionado en la OMC.

En términos generales, los países en desarrollo han tenido que aplicar el Acuerdo sobre los ADPIC desde el 1º de enero de 2000, fecha en que finalizó el período de transición de cinco años, si bien los países que no ofrecían protección mediante patente respecto de los productos farmacéuticos disponen hasta 2005 para ello. El período de transición para los países menos adelantados finaliza en 2006 (con posibilidad de prórroga).

No obstante, la mayoría de los países en desarrollo y menos adelantados ya otorgan protección mediante patente a los productos farmacéuticos. Para ellos, la verdadera importancia del Acuerdo sobre los ADPIC no es tanto el requisito de que se protejan los nuevos medicamentos, como la incorporación explícita en el derecho internacional de la flexibilidad a que me he referido.

Una idea prometedora es el establecimiento de precios diferenciales; las empresas farmacéuticas fijarían precios más bajos para los medicamentos en los países pobres que en los países ricos. Esa medida es compatible con el Acuerdo sobre los ADPIC y cuenta con el apoyo, entre otros, de la Organización Mundial de la Salud, la Comisión Europea, Médecins sans Frontières y algunas empresas. De hecho, ya ha empezado a aplicarse. Las secretarías de la OMC y de la OMS están organizando un taller para estudiar la forma de generalizar más este sistema. Dos cuestiones importantes son cómo impedir que los medicamentos a bajo precio se infiltren de los países pobres a los ricos y cómo convencer a los consumidores y contribuyentes de los países ricos de que el establecimiento de precios más bajos para los países pobres es algo justo. De los 300 medicamentos aproximadamente que la OMS considera esenciales para la atención básica de la salud en los países en desarrollo, en ningún país llegan a 20 los medicamentos que gozan de protección mediante patente.

No existen tratamientos eficaces para algunas enfermedades que sólo afectan a la población de los países pobres, porque su desarrollo no es comercialmente viable. Sólo el 10 por ciento de los fondos dedicados a la investigación en todo el mundo se destinan a las enfermedades que afectan al 90 por ciento más pobre de la población mundial. Es urgente que los donantes aporten fondos para financiar la investigación, por ejemplo, en vacunas contra el paludismo y el SIDA.

También se precisan fondos para garantizar que las empresas tengan un verdadero mercado para los nuevos medicamentos y vacunas que desarrollan para luchar contra esas enfermedades, así como para ayudar a pagar los medicamentos esenciales, los insecticidas y los mosquiteros para luchar contra el paludismo.

Tampoco se debe descuidar lo básico, como por ejemplo el agua potable, las buenas condiciones de salubridad, una mejor nutrición y una mayor utilización de preservativos. También es importante reducir los aranceles y los impuestos y disponer de medios de distribución más eficientes.

Aunque casi todas estas cuestiones están fuera del ámbito de competencia de la OMC, mediante la promoción del libre comercio podemos conseguir que las cosas mejoren. La apertura es fundamental para el crecimiento económico, que puede contribuir a sufragar la atención de salud y las condiciones de salubridad.

El autor de este artículo es el Director General de la Organización Mundial del Comercio, que envió estas observaciones al International Herald Tribune.

Click here to go to the IHT website Reproducción autorizada © 2001 The International Herald Tribune