NOTICIAS: NOTICIAS 2003
Martes 14 de octubre de 2003
Declaraciones del Presidente del Consejo General y del Director General
Reunión informal de Jefes de Delegación
VER TAMBIÉN:
> Comunicados de prensa
> Noticias
> Discursos: Supachai Panitchpakdi
Dado que la presente es la primera reunión informal de Jefes de
Delegación después de Cancún, deseo darles la bienvenida a todos de
vuelta a Ginebra. Espero que todos ustedes hayan disfrutado de un
descanso muy merecido y se hayan recuperado del estrés y de las
emociones de Cancún. Hoy se cumple un mes desde que terminó la
Conferencia Ministerial y ha llegado el momento de ponernos a trabajar
en esta nueva fase de nuestra labor.
El objeto de la reunión de hoy es informarles del proceso que el
Director General y yo estamos emprendiendo para volver a encarrilar
nuestros trabajos después de la Conferencia Ministerial de Cancún.
Permítanme decir ante todo que no es mi propósito que se aproveche esta
ocasión para hacer un examen retrospectivo, para un análisis post mortem
de lo que sucedió o dejó de suceder en esa Conferencia o para formular
reproches en cuanto a la responsabilidad de esos resultados. Sé que
algunos de ustedes consideran que ese examen debe hacerse en algún
momento, pero no es esta la ocasión apropiada. Nuestra tarea actual
consiste en mirar hacia adelante y hacer todo lo posible para
reconstruir la confianza necesaria entre los Miembros, elemento esencial
para impulsar este proceso. Confío en poder contar con su apoyo en esta
empresa.
Los Ministros nos han dado en Cancún un claro mandato para que sigamos
trabajando sobre las cuestiones pendientes con determinación y sentido
de urgencia renovados y teniendo plenamente en cuenta todas las
opiniones que se expresaron en la Conferencia. Los Ministros me pidieron
que, como Presidente del Consejo General, coordinara, en estrecha
colaboración con el Director General, esos trabajos. También me pidieron
que convocase una reunión del Consejo General a nivel de altos
funcionarios no más tarde del 15 de diciembre de 2003 a fin de tomar en
ese momento las disposiciones necesarias que nos permitieran avanzar
hacia una conclusión exitosa y oportuna de las negociaciones. Los
Ministros reafirmaron además todas sus Declaraciones y Decisiones de
Doha y se comprometieron una vez más a trabajar para aplicarlas plena y
fielmente, y tengo que subrayar que esta es la base sobre la que
trabajaremos.
Desde nuestro regreso a Ginebra, el Director General y yo hemos
mantenido una serie muy intensa de consultas con los gobiernos Miembros,
tanto en Ginebra como en algunas capitales. Para preparar la presente
reunión hemos celebrado consultas con una gama muy amplia de
delegaciones. Estas consultas han adoptado diversos formatos. Nos hemos
reunido con varios Miembros por separado, con grupos regionales y
también con diversos grupos de Miembros, hemos analizado con todos ellos
nuestro enfoque de la forma de impulsar el proceso y hemos recabado su
asesoramiento y su guía. Sus ideas y sugerencias nos han sido de gran
provecho.
Tengo la satisfacción de informarles de que después de esas consultas
nuestra evaluación es alentadora. Hemos notado que hay voluntad por
parte de todos de volver al trabajo en consonancia con el mandato
acordado por los Ministros en Cancún. Aunque es cierto que en este
momento esa voluntad puede ser mayor en unos Miembros que en otros,
pienso que todos siguen apoyando un sistema multilateral de comercio
sólido y reforzado y están dispuestos a comprometerse y a dar muestras
de la flexibilidad necesaria para conseguir enderezar el proceso que
descarriló en Cancún.
Nuestra intención es emprender desde ahora un proceso de consultas con
los Miembros que se celebrarán en formas diferentes y se centrarán en
esferas fundamentales concretas de nuestra labor. Seguiremos fieles a
los principios de transparencia y no exclusión, como hicimos en la etapa
preparatoria de Cancún. Haremos todo lo posible para mantener informados
periódicamente a todos de los progresos realizados, en particular
mediante reuniones como la presente. También tenemos la intención de
reunirnos regularmente con grupos regionales y de otro tipo. A este
respecto, tengo la satisfacción de señalar que en nuestras consultas,
todos los Miembros han reconocido la necesidad de que celebremos
reuniones más restringidas así como reuniones bilaterales o
confesionales con cada Miembro interesado sobre las cuestiones
fundamentales para alcanzar nuestro objetivo y nos han dado su respaldo
a ese respecto. Somos también conscientes de que las decisiones sólo
pueden ser adoptadas por el conjunto de los Miembros, y de que la
celebración de consultas adecuadas es imprescindible para preparar esas
decisiones.
Nuestras consultas servirán para ver si podemos acercarnos más a un
resultado satisfactorio. Su objetivo es nada mas ni nada menos que
intentar llegar a la situación en la que deberíamos haber estado después
de Cancún. Sabemos que va a ser una tarea muy difícil y no nos hacemos
ilusiones con respecto a los problemas que será necesario superar. Sin
perjuicio de reconocer plenamente esta situación, consideramos al mismo
tiempo que hay tanto en juego que es necesario que lo intentemos, y
permítanme asegurarles que el Director General y yo haremos el máximo
esfuerzo por conseguir un resultado satisfactorio y nos consagraremos
plenamente a ese dicho objetivo. Si no conseguimos dar un nuevo ímpetu
al proceso para diciembre, las posibilidades de concluir la Ronda a
tiempo -que ya hoy se ponen seriamente en duda- serán aún menores.
En consonancia con el mandato dado en Cancún, el objetivo principal de
nuestra labor será concentrarse en cuestiones pendientes fundamentales:
a nuestro juicio, confirmado por nuestras consultas, éstas son
principalmente la agricultura, el algodón, el acceso a los mercados de
los productos no agrícolas y los temas de Singapur. Sabemos que el resto
del proyecto de Texto Ministerial no ha sido aprobado en Cancún, y que
puede haber algunas otras cuestiones que sea necesario también abordar.
Por ejemplo, en nuestras consultas se han destacado muy especialmente
las cuestiones que revisten importancia especial para el desarrollo.
Estimamos, no obstante, que en muchas de esas cuestiones estábamos más
cerca de lograr un acuerdo, y no tiene sentido dedicarse a discutir los
ajustes que tal vez sea necesario hacer en los textos antes de
solucionar las dificultades principales en las esferas fundamentales que
he identificado y de desbloquear el conjunto del proceso.
En la nueva fase de negociaciones que iniciamos hoy, nos ocuparemos en
primer lugar de la agricultura. Celebraremos primero una ronda de
consultas que nos permitirá poner a prueba la voluntad de los Miembros
de dar muestras de flexibilidad, y comprobar las posibilidades de llegar
a un común entendimiento sobre un marco para las modalidades en este
sector. Después seguiremos un procedimiento similar en lo que respecta a
las demás cuestiones fundamentales señaladas. En una segunda ronda de
consultas sobre esas cuestiones trataremos de profundizar las
negociaciones sustantivas. Nos comprometemos a seguir un proceso
horizontal e integrado en el que los progresos en esferas específicas
puedan contribuir al progreso en todos los sectores.
Les recuerdo que los Ministros nos han encomendado que llevemos a cabo
nuestros trabajos sobre la base de la valiosa labor realizada en la
Conferencia. Después de reflexionar muy seriamente sobre esta cuestión y
consultar con todos ustedes, estimo que la mejor opción es no adoptar un
planteamiento prescriptivo de la base de los futuros trabajos en una u
otra esfera. Es evidente que las evaluaciones individuales de cada
Miembro son diferentes según el tema, por lo que será difícil lograr el
consenso sobre una única base en la que deban fundamentarse nuestros
futuros trabajos. Pienso que lo importante en este proceso será
identificar esferas de entendimiento común y basarse en ellas. Esto sólo
podemos hacerlo trabajando juntos de forma pragmática para comprobar las
posibilidades de avanzar.
Lo que puedo decir es que nos basaremos en la labor de Cancún tal como
nos solicitaron nuestros Ministros. Estoy seguro de que cada uno tiene
muy claras en su mente las cuestiones positivas o negativas que
surgieron en las diferentes esferas durante el proceso. Puedo confirmar
que nos aseguraremos de que todos esos aspectos se tengan en cuenta en
esta nueva fase de consultas. Espero que ustedes nos concederán al
Director General y a mí la confianza y la flexibilidad necesarias para
llevar a cabo este proceso sin que nos empantanemos en cuestiones de
procedimiento que difícilmente nos podemos permitir abordar y mucho
menos resolver en esta fase. Mi propósito es centrarme en los aspectos
sustantivos y de fondo y emprender negociaciones reales, y considero que
peticiones relacionadas con el procedimiento no sólo nos harían perder
tiempo valioso, sino que irían en perjuicio del logro de resultados
positivos.
Como saben, hemos decidido interrumpir, por el momento, la labor de los
órganos de negociación (excepto las negociaciones sobre el ESD, que
siguen un camino separado). No se trata de una suspensión sine die, ya
que el Director General y yo nos ocuparemos de las esferas fundamentales
de negociación en el proceso que he descrito y en el momento oportuno
volveremos a considerar estos aspectos. Además, todas las demás
actividades ordinarias de la OMC se seguirán realizando en consonancia
con los mandatos existentes.
Esto es básicamente lo que quería decirles hoy. Es evidente que el
proceso en Ginebra tendrá que estar complementado con contactos directos
con los Ministros y altos funcionarios en las capitales, puesto que los
Ministros han indicado que quieren ejercer una estrecha supervisión
personal de este proceso, y tanto el Director General como yo hemos
participado en este proceso, de consultas con las capitales en las
últimas semanas.
Permítanme concluir subrayando que corresponde ahora a los embajadores
en Ginebra dar un vuelco a la situación y poner otra vez en ruta el
programa de Doha. Mi impresión es que las capitales no reaccionarán
hasta que no vean que empiezan a emerger avances y compromisos
importantes como resultado de nuestra labor. Esto es sin duda un reto
importante para todos nosotros. Los costos de la contrariedad sufrida en
Cancún son altos y no deberían subestimarse.
Cancún fue una oportunidad perdida y de ella deben sacarse lecciones que
pueden tener implicaciones importantes y duraderas para la economía
mundial y para el sistema multilateral de comercio. Todos sabemos eso y
les pido que trabajen conmigo y con el Director General, de buena fe,
para volver a encarrilar este proceso.
Director General
Como dije en la sesión de clausura, tal vez podríamos haber conseguido
más en Cancún. Pero tenemos que aceptar la realidad de que nuestro
programa de trabajo es una empresa muy compleja y de que la OMC es una
organización muy compleja. Visto así, aunque los resultados fueron
decepcionantes -hecho al que no debemos restar importancia- se trabajó
mucho y muy bien en la Conferencia Ministerial. Los Ministros
reconocieron que habíamos progresado considerablemente y que se debía
trasladar a Ginebra la labor realizada.
Las conversaciones que he mantenido con las delegaciones y los gobiernos
me dan la patente impresión de que, a pesar de las dificultades
actuales, nadie quiere dejar de lado ni abandonar el Programa de Doha
para el Desarrollo. Todos siguen estando muy comprometidos con el
sistema multilateral de comercio. Incluso algunos de nuestros
detractores en la sociedad civil nos instan a volver a la mesa de
negociación con renovada energía. Existe la idea generalizada de que
podemos contribuir al desarrollo y al crecimiento por medio de la
expansión del comercio.
Todos tenemos, pues, un interés muy fuerte en continuar la labor,
teniendo en cuenta todas las opiniones expresadas en la Conferencia
Ministerial. Debemos ahora volver a entablar conversaciones serias sobre
las cuestiones sustantivas en esferas clave y poner el máximo empeño
para avanzar. La Comunicación Ministerial de Cancún constituye nuestro
mandato y expresa nuestro cometido.
Sus esfuerzos, Sr. Presidente, cuentan con mi apoyo y mi cooperación
totales. Nuestra meta colectiva es alcanzar para el mes de diciembre un
grado suficiente de consenso en todas las esferas a fin de que sea
posible que las negociaciones recobren todo su ímpetu. Nadie se hace la
ilusión de que será fácil. El tiempo no juega a nuestro favor. Se
requerirá un esfuerzo de parte de todos, y hago un llamamiento a todos
para que contribuyan. En particular les insto a que se centren en las
cuestiones sustantivas. Hay sin duda cuestiones institucionales y de
procedimiento que requieren consideración, pero para cumplir el mandato
recibido de los Ministros tenemos que acometer nuevamente y con carácter
prioritario las cuestiones sustantivas.
Paralelamente a este proceso, he reanudado e intensificaré los contactos
con los Ministros. Ya he hablado por teléfono con buen número de ellos.
También he visitado recientemente el Pakistán, y veo a otros Ministros
cuando pasan por Ginebra. Los contactos mantenidos hasta ahora me
permiten decirles que existe la voluntad de tratar de lograr nuevos
avances. Todos mis interlocutores quieren que haya progresos y todos
respaldan los esfuerzos que aquí realizamos. Me valdré de los nuevos
contactos que entable con ocasión de reuniones ministeriales regionales,
empezando por la próxima reunión del APEC, para ampliar el círculo de
apoyo.
Es posible, por lo tanto, que en los próximos dos meses haya períodos
durante los cuales esté ausente de Ginebra. Sería un error interpretarlo
como una falta de participación activa. Por el contrario, mis esfuerzos
estarán continuamente complementando los suyos, Sr. Presidente. Y
también intervendré activamente en la labor que se realice aquí.
Esta ronda es demasiado importante para todos nosotros como para dejar
que la contrariedad sufrida en Cancún nos aparte de nuestro objetivo:
una ronda ambiciosa y equilibrada que tenga como resultado un mejor
acceso a los mercados y normas más equitativas para los gobiernos de
todos nuestros Miembros y para los pueblos que representan. Aun
reconociendo la realidad de los obstáculos que hay en el camino,
considero que efectivamente tenemos ahora una nueva oportunidad, basada
en los progresos reales que hemos hecho, y en lo que hemos aprendido,
para producir a la postre un resultado mucho mejor.