OMC: NOTICIAS 2005
13 de enero de 2005
Supachai insta a los Miembros a reflexionar sobre sus políticas comerciales para ayudar a los damnificados por el tsunami
Es necesaria una rápida conclusión de las actuales negociaciones sobre el Programa de Doha y quizás otras iniciativas, como un mayor acceso a los mercados y la contención en el recurso a las medidas comerciales correctivas, para ayudar a los países que tratan de recuperarse del tsunami asiático, según dijo el Director General de la OMC Supachai Panitchpakdi a los Miembros de dicha Organización el 13 de enero de 2005. En una carta enviada a todos los Miembros, les alentó a estudiar la posibilidad de empezar a aplicar unas políticas comerciales que contribuyan a la recuperación de los países cuyas economías han sido más afectadas.
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Éste es el texto de la carta:
“ Señor Representante Permanente Adjunto:
Soy consciente del profundo sentimiento que nos aflige a todos por la
terrible secuela de victimas dejada por el tsunami que azotó
recientemente el Océano Índico y el Asia Sudoriental. Siendo oriundo de
la región afectada, es natural que me acongoje muy especialmente esta
tragedia. También deseo expresar mi profundo reconocimiento, y el de la
Organización, por la generosa reacción de tantos gobiernos y de tantos
millones de personas, dentro de la región y en todo el mundo.
En su calidad de agente importante de la cooperación económica
internacional, la OMC comparte la responsabilidad de contribuir a la
recuperación tras la catástrofe. La cuestión que debemos plantearnos es
cuál es la forma más adecuada en que la Organización puede hacer una
aportación habida cuenta de su mandato y su esfera de competencia.
Aunque no es tarea nuestra la ayuda humanitaria o el socorro en casos de
desastre, está claro que podemos hacer una contribución importante a las
economías de los países afectados (y de otros países) impulsando y
concluyendo lo antes posible el Programa de Doha para el Desarrollo.
Este objetivo parece tener especial relevancia en el campo del acceso a
los mercados, incluido el comercio en algunos sectores de servicios y
modos de suministro. Por otra parte, una Ronda fructífera ayudará a
generar recursos que puedan utilizarse para reducir la pobreza, lo que a
su vez mejorará la capacidad de los países para prevenir desastres (ya
se trate de tsunamis o de otros fenómenos naturales), hacer frente a sus
efectos y recuperarse lo más rápidamente posible.
Con la mejor voluntad del mundo, los beneficios de una provechosa
conclusión del Programa de Doha para el Desarrollo sólo se dejarán
sentir a mediano plazo. Ello no va en desmedro del postulado de concluir
el Programa tan pronto como sea humanamente posible, sino todo lo
contrario; pero también me lleva a preguntarme si hay medidas que
podamos tomar de manera más inmediata. En consecuencia, deseo instar a
todos y cada uno de los Miembros a que reflexionen pronto y a fondo
sobre la cuestión de si hay algo que puedan hacer en este preciso
momento por lo que respecta a su política comercial para contribuir a la
recuperación de las economías más gravemente afectadas. Dado que este
asunto es de la incumbencia de cada gobierno, no deseo formular
sugerencias específicas. Esferas posibles y evidentes que vienen a mi
pensamiento -y sin duda al de otros- son el acceso a los mercados y la
moderación en el recurso a medidas de defensa comercial. No deseo,
empero, dar a entender que sean éstos los únicos medios por los que se
pueda ofrecer ayuda. Si ustedes estiman que podría ser útil alguna forma
de acción habilitante a nivel multilateral, les ruego que planteen esta
posibilidad en su caso a sus colegas, al Presidente del Consejo General,
a otros presidentes competentes y/o a mí mismo.
Deseo y espero que trasladen ustedes estas ideas a sus autoridades.
Supachai Panitchpakdi ”