Declaración del Director General

Quisiera comenzar recordando mis intenciones con respecto al procedimiento para nuestra reunión de hoy, expuestas en el fax que todas las delegaciones recibieron el 6 de septiembre. Todos conocemos perfectamente el reto a que debemos hacer frente de inmediato — que es sentar las bases para el éxito de la Conferencia Ministerial de Hong Kong — y todos sabemos que disponemos de muy poco tiempo para esta tarea, incluida la organización de las reuniones del Comité de Negociaciones Comerciales, que deseo sean breves, pragmáticas, realistas y orientadas a la acción, comenzando por la reunión de hoy.

Como decía en mi fax, tengo la intención de poner fin a esta reunión a las 13 h, lo que supone que unos y otros, yo el primero, pero ustedes también, evitemos hacer declaraciones largas o repetitivas. Si consideran que hablo demasiado y que me detengo demasiado en consideraciones generales, por favor díganmelo. Acepto de buen grado que se me llame al orden, con una condición: poder hacer lo mismo si observo que alguno de ustedes se extiende demasiado tiempo en consideraciones generales.

Deseo, pues, dar inicio a nuestras deliberaciones de hoy con unas observaciones breves. Por principio de economía y para ser fiel a lo que acabo de decir, no voy a emprender un diagnóstico general de la situación en que nos encontramos, ni calificarla de buena o mala, urgente o no urgente. Todos podemos hacer ese diagnóstico y lo fundamental no es eso, sino ponernos de nuevo en marcha hacia un objetivo para la Conferencia Ministerial, a saber — y eso es lo que les propongo que adoptemos como meta común —, que en Hong Kong lleguemos a cubrir dos tercios del camino. Cuando digo dos tercios del camino pienso en los dos tercios que nos quedan por recorrer para concluir la ronda de negociaciones a finales de 2006. Todos sabemos que Hong Kong no es el final de la ronda, pero también sabemos que si en Hong Kong no llegamos a cubrir los dos tercios del camino las perspectivas de concluir la Ronda para finales de 2006 se verán gravemente comprometidas. Creo que este es el objetivo en que debemos centrar todos nuestros esfuerzos, y con ese ánimo les expondré ahora un diagnóstico preciso de las cuestiones clave esenciales que a mi parecer son las que hemos de resolver si queremos lograr un resultado coherente en Hong Kong. Esta lista de cuestiones clave no es exhaustiva — es decir, no incluye todas las cuestiones que vamos a abordar —; simplemente trato de identificar las que son estratégicas, aquellas que tendrán que resolverse para poder transformar el actual círculo vicioso en un círculo virtuoso.

Comenzaré con la agricultura. Permítanme destacar algunos puntos sobre los cuales es necesario hacer progresos urgentemente. En el ámbito de la competencia de las exportaciones, es menester que preparemos para Hong Kong un acuerdo sobre una fecha límite para la eliminación de las subvenciones a la exportación, sin perder de vista la cuestión del paralelismo para las empresas comerciales del Estado exportadoras, los créditos a la exportación y la ayuda alimentaria.

Con respecto a la ayuda interna, hace falta asimismo un entendimiento claro de lo que se va a hacer, que a mi juicio debe incluir los compromisos de reducción y, en particular, una fórmula estratificada para las reducciones de la MGA Total Final Consolidada. Como todos sabemos, esto presupone un acuerdo acerca de los criterios del compartimento azul y del compartimento verde.

En relación con el acceso a los mercados, también hace falta un paquete de resultados sólido, de un nivel de ambición equivalente. Esto significa una fórmula estratificada para las reducciones arancelarias acompañada de ciertas flexibilidades, en particular la selección y el trato de los productos sensibles y de los productos especiales.

Quiero añadir a esta lista todos los elementos de la cuestión del algodón.

La lista es corta, pero constituye de por sí un vasto cometido. El Comité de Agricultura en Sesión Extraordinaria ha reanudado sus trabajos esta semana y en breve daré la palabra al nuevo Presidente de ese órgano, el Embajador Falconer. Quiero agradecerle que se haya hecho cargo de esta tarea tan rápidamente, con una energía y un nivel de comprensión de los detalles de las cuestiones verdaderamente notables. Como él sabe, seguiré muy de cerca y apoyaré la labor del grupo, al igual que la de todos los demás.

En cuanto al acceso a los mercados para los productos no agrícolas, los elementos básicos son, a mi modo de ver, 1) la fórmula, 2) las flexibilidades y 3) los aranceles no consolidados. El Grupo de Negociación los abordará en los próximos días, después de la reunión sobre la agricultura. Ahora bien, en el marco de estos tres elementos básicos hay cuestiones que indudablemente van a requerir mucho trabajo y es necesario hallar el equilibrio adecuado entre la fórmula y las flexibilidades. Otros elementos, como la erosión de las preferencias, el componente sectorial y los obstáculos no arancelarios, también deben formar parte, en mi opinión, del planteamiento de Hong Kong.

En cuanto a la esfera de los servicios, la novedad con respecto a rondas anteriores es la importancia que le atribuyen varios países en desarrollo, lo que de por sí debería bastar para dinamizar esta parte de las negociaciones. De aquí a Hong Kong, los Miembros deberían elaborar distintos enfoques en la esfera de los servicios que den lugar a compromisos más numerosos y de mejor calidad. Nos hacen falta compromisos que abran de manera efectiva el comercio de servicios, con las mejoras correspondientes en la esfera de la elaboración de normas.

En lo relativo a las normas, los Miembros deberían, a mi juicio, aproximarse lo más posible a proyectos de textos negociados sobre medidas antidumping, sobre subvenciones y medidas compensatorias y sobre subvenciones a la pesca. Creo que también necesitamos cuanto antes propuestas de tercera generación que comprendan propuestas de redacción claras, a fin de que los Miembros puedan centrarse en las mejoras de los Acuerdos.

En los demás sectores de las negociaciones queda todavía por aclarar lo que será necesario para Hong Kong, y deberemos hacerlo lo antes posible.

Permítanme concluir esta breve lista dedicando unas palabras al desarrollo. Lo más importante es que el desarrollo es parte integrante de los diversos aspectos de las negociaciones. Es preciso lograr resultados sustanciales en cada esfera particular de las negociaciones, para que la suma de todas las esferas dé un fruto acorde con la dimensión de desarrollo de la Ronda de Doha. El desafío consiste en obtener de cada sector y de la Ronda en general el máximo valor en términos de desarrollo. A mi juicio, esto constituye lo esencial de lo que tenemos que tratar de lograr y negociar en relación con el desarrollo. También hay una serie de cuestiones distintas que llevan la etiqueta “relacionadas con el desarrollo”, algunas de las cuales están bajo la égida del Consejo General. Por lo que respecta a la labor sobre el trato especial y diferenciado, ámbito en el que el CNC ha venido supervisando los denodados esfuerzos de Faizel Ismail, todavía hay una clara necesidad de definir un resultado aceptable para Hong Kong. Creo asimismo que, con respecto a los ADPIC y la salud pública, tenemos que intensificar los trabajos para llegar a un acuerdo sobre la enmienda del texto del Acuerdo sobre los ADPIC.

Todos sabemos que el Programa de Doha para el Desarrollo sólo podrá verse coronado por el éxito si esta dimensión de desarrollo ocupa el centro de las negociaciones, y tengo el convencimiento de que una ventanilla de “asistencia para el comercio” puede ayudarnos a hacer realidad el paquete de resultados de la Ronda en materia de desarrollo. El FMI y el Banco Mundial que celebrarán sus reuniones anuales dentro de menos de dos semanas — han empezado a centrarse en esta cuestión, como lo ha hecho la reciente Cumbre del G-8 celebrada en Gleneagles.

Aquí termino con las cuestiones de fondo. Por lo que respecta al procedimiento, creo que deberíamos considerar la reunión de hoy como el comienzo de una fase nueva y, espero, más productiva del Comité, que debe hacer ahora aquello para lo que fue creado, es decir, servir de punto de coordinación de los progresos realizados en las distintas esferas de las negociaciones. Creo que todos debemos recordar que este Comité fue establecido por los Ministros en Doha para, en palabras textuales, “supervisar […] la marcha de las negociaciones”. Los trabajos detallados deben llevarse a cabo en los grupos de negociación, pero aquí, en el CNC, es donde se examinan los progresos realizados en todos los ámbitos, en el marco del todo único. Ciertamente nos reuniremos de nuevo en modo formal, pero también me propongo celebrar reuniones informales del CNC a nivel de Jefes de Delegación para garantizar la transparencia y la participación de todos en las negociaciones. Y, por supuesto, también les mantendré a todos informados de las demás consultas informales que celebre que serán muchas — a través de este canal.

No es mi intención anunciar hoy la fecha de la próxima reunión del CNC. Ya se ha establecido el calendario de reuniones de los grupos de negociación para las dos próximas semanas, y hasta que se hayan celebrado esas reuniones no podremos ver con más claridad el modo de proceder. Por lo tanto, en los próximos días quisiera dar prioridad a las reuniones de los grupos de negociación.

Deseo simplemente recordar, con respecto al procedimiento, que ayer fue 13 de septiembre y que la Conferencia Ministerial tendrá lugar a partir del 13 de diciembre; el cálculo es sencillo: tres meses. Tres meses no significa necesariamente tres meses de trabajo pleno. Deberíamos reservar los períodos intermedios, es decir, el de mediados de octubre y el de mediados de noviembre, como sendos jalones en nuestro camino. Obvio es decir que pronto habremos de determinar lo que hay que hacer para poder alcanzar nuestro objetivo, pero pienso que mediados de octubre sería el período propicio para evaluar los progresos realizados y para precisar mejor, en ese momento, nuestras ambiciones de cara a Hong Kong. Después, hacia mediados de noviembre, o sea, aproximadamente un mes antes del inicio de la Conferencia Ministerial, los grupos de negociación tendrán que haber producido resultados sustantivos y específicos. Es evidente que todos iremos haciendo balance de la situación a medida que avancemos y estimo que este examen continuo, más que los plazos fijos — por eso hablo en líneas generales de mediados de octubre y mediados de noviembre — es el mejor modo de mantenerse en el buen camino. Nos adentramos hoy en un período de tres meses de negociación permanente, y digo bien permanente, un poco como un equipo de fútbol que se concentra en un campo de entrenamiento durante las semanas anteriores a un partido decisivo.

Siguiendo con el tema del procedimiento, me gustaría también subrayar que el proceso de Ginebra es el proceso central de la ronda de negociaciones; que, a mi juicio, nada puede reemplazarlo; y que todas las reuniones que se celebren fuera de este recinto deben organizarse de modo que refuercen lo que hacemos aquí, ya se trate del calendario o de las cuestiones tratadas. Dicho de otro modo: todas esas reuniones deben integrarse en el proceso de Ginebra; no deben debilitarlo sino, por el contrario, reforzarlo.

Por lo que me concierne personalmente, no quepa duda de que voy a emplearme a fondo en este proceso y de que alentaré todas las colaboraciones cruzadas que necesitamos. Ya he establecido una relación de trabajo muy estrecha con la Presidente del Consejo General y los Presidentes de los grupos de negociación. Asimismo, he entablado una serie de contactos intensivos con las delegaciones aquí, incluidos los coordinadores de los grupos regionales y de otras agrupaciones. Pienso que, aparte de mis reuniones frecuentes con los Presidentes de los grupos de negociación, el contacto constante con los Embajadores aquí es el medio más indicado para que yo pueda tomar el pulso permanentemente a las negociaciones y desempeñar el papel de “mediador” que ustedes me han asignado.

En última instancia, vamos a tener que agrupar todos los trabajos que se llevan a cabo actualmente en los grupos de negociación. En otras palabras: debemos echar abajo las separaciones entre los compartimentos y unir a tope todos nuestros logros. Lo haremos “bottom up” y no “top down”, y al decir esto sé que me hago eco de cierto número de preocupaciones que se han expresado aquí y allá. Sé que esto no se va a hacer de la noche a la mañana, y mi intención es asegurar esta transición entre un enfoque vertical, por temas, y un enfoque más integrado, que es el que se someterá a la Conferencia Ministerial. Y lo haremos en estrecha cooperación con la Presidente del Consejo General y los Presidentes de los grupos de negociación. Normalmente, este proceso debería permitirnos contar con un texto consolidado hacia mediados de noviembre, es decir, con tiempo suficiente antes del comienzo de la Conferencia para que ustedes puedan preparar a sus Ministros, algunos de los cuales están constantemente en el corazón de las negociaciones pero otros no tanto, y la experiencia demuestra que ustedes necesitan tiempo para ello.

Termino aplicando el principio de economía del discurso que consiste en tratar de limitarme a lo esencial, como espero harán ustedes a continuación, y nombrando las dos preocupaciones que debemos tener en la mente durante las próximas semanas si queremos el éxito en Hong Kong. La primera es resistir juntos a la tentación del mínimo común denominador: en otras palabras, no debemos caer en la tentación de reducir las ambiciones, y estoy convencido de que si lo hacemos no lograremos el éxito en Hong Kong. La segunda es que debemos — como acabo de intentar hacerlo ante ustedes — enfocar con precisión cada uno de los temas cruciales y la secuencia adecuada de esos temas para avanzar y para evaluar permanentemente nuestros progresos.

Estas son las ideas sobre el fondo y sobre el procedimiento que quería compartir hoy con ustedes.

Vídeo (solamente en inglés)
Aspectos más destacados de la conferencia de prensa del 14 de septiembre de 2005.
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