Gracias, Señor Presidente.

Desde mi último informe al Consejo General el pasado mes de julio, y en cumplimiento del mandato que me fue conferido en el párrafo 57 de la Declaración Ministerial de Hong Kong, he proseguido mis consultas con los Miembros, el FMI, el Banco Mundial, los órganos competentes de las Naciones Unidas y los bancos regionales de desarrollo, con el apoyo activo de la Directora General Adjunta Valentine Rugwabiza. Además, participé en la reunión del FMI y el Banco Mundial celebrada recientemente en Singapur, en cuyo orden del día figuraba la ayuda para el comercio. El objetivo principal de esas consultas ha sido obtener aclaraciones en cuanto a los recursos prometidos y examinar estrategias para asegurar que se obtienen recursos adicionales a los que se asignan actualmente a la ayuda para el comercio.

Teniendo en cuenta las recomendaciones del Equipo de Trabajo, también he aprovechado esas consultas para instar a nuestros asociados a que consideren detenidamente el modo en que pueden contribuir a su aplicación.

En relación con las consultas que he mantenido desde julio, deseo destacar tres cuestiones:

Ante todo, estoy convencido de que existe un firme y amplio compromiso de aumentar la ayuda para el comercio en el contexto del incremento global proyectado de la asistencia oficial para el desarrollo (AOD). En Gleneagles, en 2005, se hicieron promesas de aumentar la AOD a 50.000 millones de dólares para el año 2010. En Hong Kong, los donantes también se comprometieron a aumentar considerablemente la ayuda para el comercio para ese mismo año. Desde el mes de julio estoy trabajando conjuntamente con los Estados Unidos, las CE y el Japón a fin de aclarar los compromisos contraídos en Hong Kong, tanto en lo que respecta a su contenido, incluidos los parámetros de comparación, como a las modalidades para su aplicación.

En segundo lugar, por lo general hay acuerdo en que no podemos seguir prestando ayuda para el comercio como lo hemos hecho anteriormente. Esto confirma la opinión expresada por la mayoría de ustedes de que con esta iniciativa no se trata de sustituir o duplicar los mecanismos existentes sino de hacer que funcionen mejor, más eficazmente, con resultados mensurables, y de forma más centrada. En este contexto, estamos trabajando conjuntamente con la OCDE para estudiar posibles formas de mejorar la eficacia de la ayuda para el comercio, en particular a partir de nuestra base de datos conjunta sobre asistencia técnica y ayuda para el desarrollo relacionadas con el comercio. La OCDE se ha mostrado muy cooperativa a este respecto, y le doy las gracias por ello.

La tercera observación que quiero hacer es la siguiente: hay una amplia y diversa gama de prioridades a las que hay que responder para promover la integración regional y mundial, y para materializar el potencial de desarrollo de la apertura del comercio. Es importante señalar que el modo en que pueden abordarse mejor esas necesidades sólo pueden determinarlo los propios países, en estrecha colaboración con las partes interesadas nacionales, particularmente el sector privado, y con sus asociados para el desarrollo. La identificación por parte de los beneficiarios no debería ser un simple cliché; es la condición previa para hacer que la ayuda para el comercio sea eficaz. En esto se han centrado las reuniones que he mantenido desde julio con el Banco Africano de Desarrollo y con el Banco Interamericano de Desarrollo, así como con gran número de ministros de finanzas de países en desarrollo con los que coincidí en Singapur.

Las recomendaciones del Equipo de Trabajo también han puesto de relieve esferas clave en las que ha de haber un seguimiento, entre ellas la cuestión fundamental de la vigilancia de la ayuda para el comercio.

A este respecto, la Secretaría ya ha empezado a reflexionar sobre la mejor manera de utilizar los mecanismos internos de la OMC para vigilar la ayuda para el comercio. También estamos en contacto en relación con este asunto con algunos de nuestros asociados, entre ellos las instituciones financieras internacionales y los bancos regionales de desarrollo, para ver cómo pueden contribuir a esta labor de vigilancia.

Para terminar, deseo subrayar que es importante seguir avanzando en la ayuda para el comercio, aprovechando los progresos alcanzados y el impulso que claramente existe, a pesar de la crisis pasajera que atraviesan las negociaciones. Si bien la ayuda para el comercio no forma parte del todo único, hay sinergias obvias con la Ronda de Doha, y es evidente que sus beneficios se verán reducidos sin las nuevas oportunidades comerciales que resultarán del éxito de la Ronda.

Gracias.

Declaración del Sr. Lamy ante el Consejo General en calidad de Presidente del CNC
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Declaración del Director General acerca de las recomendaciones del Equipo de Trabajo sobre la Ayuda para el Comercio
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