Notas para la intervención del Director General
Muchas gracias a todos por asistir a esta
reunión. Ahora que hace unas pocas semanas que hemos reanudado la
actividad, creo conveniente examinar, antes del Consejo General de la
semana próxima, en qué punto nos encontramos en las negociaciones del
PDD y considerar las etapas siguientes.
Nuestra reunión tiene lugar en un momento de crisis financiera mundial.
Ello confiere mayor importancia y urgencia a nuestra labor. La OMC
cuenta con más de 60 años de sólida experiencia en la regulación de la
apertura del comercio. En una época de renovados llamamientos en favor
de una mejora de la regulación del sector financiero, el sistema de la
OMC constituye un ejemplo, si bien no perfecto, de cómo las enseñanzas
de la historia y la experiencia han propiciado la construcción de un
sistema de gobernanza a nivel internacional. Y tenemos la oportunidad de
enviar una señal de nuestro deseo de reforzar este sistema llevando a
término la Ronda de Doha.
En este contexto sombrío, resulta alentador que los negociadores aquí
reunidos se hayan puesto a trabajar de nuevo con rapidez y seriedad
después del contratiempo de julio. Tenemos dos nuevos Presidentes de
grupos de negociación, y quisiera dar la bienvenida a Luzius Wasescha y
Trevor Clarke en su nuevo cometido como Presidentes de las negociaciones
sobre el AMNA y los ADPIC, respectivamente. Ambos trabajarán en esferas
fundamentales de las negociaciones y sé que podemos contar con ellos
para que aporten el liderazgo necesario. Quisiera también dar la
bienvenida a los nuevos colegas que se han incorporado a varias
delegaciones desde la pausa estival.
Cuando nos reunimos por última vez a finales de julio, muchas
delegaciones indicaron muy claramente su determinación de impulsar las
negociaciones y de no arrojar la toalla. Las respuestas que he obtenido
desde entonces en mis contactos con un gran número de Miembros han sido
comedidas y constructivas. El compromiso colectivo con la Ronda se
mantiene firme. No obstante, es obviamente necesario hacer frente a la
realidad de que no se podrá concluir la Ronda este año. Creo sin embargo
que todavía es posible llegar a un acuerdo sobre las modalidades, y los
Ministros con los que he hablado se han mostrado decididos a seguir
adelante.
Desde julio he mantenido amplios contactos con Ministros y altos
funcionarios, inclusive durante mis visitas a Delhi y a Washington.
Proseguiré esta labor con objeto de que la atención se siga centrando en
la necesidad de impulsar la Ronda. Si miramos hacia el pasado, podemos
ver que el tipo de incertidumbre que está apoderándose de la escena
internacional podría ser el precursor de un aumento de las tendencias
proteccionistas. En esas circunstancias, el aumento de los obstáculos en
la frontera, comenzando por los obstáculos al comercio de bienes o
servicios, suele ser una opción política tentadora. Por ello el papel
que desempeña la OMC como cortafuegos contra las respuestas
proteccionistas es fundamental, y no lo es tanto por su efecto directo
inmediato en los mercados como por estimular la confianza en la
cooperación y las instituciones a escala mundial.
La crisis financiera puede repercutir también directamente en el acceso
de los países en desarrollo a la financiación de las importaciones y las
exportaciones. Como ustedes saben, hemos celebrado en la OMC varias
reuniones sobre esta cuestión con instituciones multilaterales y bancos
privados, la última de ellas en abril de este año, a fin de comprobar su
disponibilidad para financiar el comercio a tipos de interés asequibles.
Hasta entonces, parecía que la situación era estable y que los volúmenes
y los tipos de interés se mantenían en niveles normales. Pero
precisamente esta semana el Brasil ha traído a primer plano esta
cuestión. Teniendo en cuenta el deterioro del panorama financiero, y a
pesar del anuncio encomiable que hizo ayer la Corporación Financiera
Internacional del Banco Mundial de que aumentará en 500 millones de
dólares su programa de financiación del comercio, he convocado hoy a los
principales proveedores de financiación para el comercio a una reunión
que tendrá lugar el 12 de noviembre a fin de examinar esta cuestión y
encontrar formas de aliviar la situación en caso de que empeorara.
Seguiremos de cerca este asunto, junto con Martin Glass, en el Grupo de
Trabajo sobre Comercio, Deuda y Finanzas que se reunirá a finales de
noviembre. Si se observan indicios de que la situación financiera
pudiera tener, de forma más general, graves repercusiones para el
comercio o el sistema de comercio, consultaré con el Presidente del
Consejo General la posibilidad de convocar una reunión de éste órgano en
el marco de nuestro mandato sobre la coherencia. Hemos de mantener en
examen la situación y estar dispuestos a actuar si es necesario.
Aparte de la crisis financiera, existen otros factores externos que
tienden a afectar a nuestro trabajo, o quizá al optimismo con que lo
afrontamos. Cualquiera de estos factores podría ser una excusa para caer
en la tentación de arrojar la toalla, pero en realidad sucede lo
contrario: son una razón de más para llegar rápidamente a un acuerdo. El
creciente grado de actividad en las negociaciones indica que ustedes
comparten esta opinión.
También los gobiernos se han mostrado y continúan mostrándose muy
activos en los contactos que mantienen entre ellos. Todos conocen la
reunión de altos funcionarios del G 7 que tuvo lugar hace dos semanas.
En ella se hicieron algunos progresos, aunque todavía no los suficientes
para aportar posibles soluciones a cuestiones fundamentales. Sin
embargo, los gobiernos implicados se han comprometido a seguir
trabajando juntos y con los demás.
El principal punto de su orden del día fue el MSE en el sector de la
agricultura. Por supuesto, es esencial resolver este asunto, pero todos
sabemos que no es la única cuestión en el sector de la agricultura, y
Crawford ha aceptado el reto de trabajar de nuevo en esta esfera.
Existen también cuestiones esenciales en la esfera del AMNA y en otras
esferas de las negociaciones a las que es necesario prestar atención.
Continúo trabajando con los Presidentes de los grupos de negociación y
el Presidente del Consejo General para coordinar nuestras actividades.
También continúo celebrando regularmente consultas con los Miembros
aquí, tanto a nivel individual como en grupos. La atención está ahora
centrada, como debe ser, en el proceso multilateral, que proseguirá en
todas las esferas de las negociaciones con el mismo espíritu con que
hemos trabajado hasta ahora: utilizando un enfoque paso a paso basado en
la acumulación progresiva. Todos los grupos de negociación tienen
programas de reuniones y consultas para las próximas semanas. La
agricultura y el AMNA siguen siendo fundamentales para seguir avanzando
en todos los frentes, por lo que concederé la palabra en breve a
Crawford y Luzius para que expongan los planes que tienen en sus esferas
respectivas.
No disponemos de mucho tiempo: nos acercamos rápidamente al final del
año. En las próximas semanas continuará el trabajo en los grupos de
negociación, y en el momento oportuno tendrá lugar cualquier
participación ministerial que pudiera ser necesaria. Se han realizado
progresos considerables, en julio y anteriormente, y creo que un nuevo
esfuerzo podría llevarnos a un punto en que fuera posible un acuerdo
sobre las modalidades.
No cabe duda de que estamos trabajando en el Plan A: el establecimiento
de modalidades. Es evidente que nuestras probabilidades de conseguirlo
son menores que en julio, pero siguen siendo lo suficientemente grandes
para justificar un esfuerzo importante. Puede que continúen las
especulaciones sobre otras posibles hipótesis, pero sugiero humildemente
que no debemos centrar nuestra atención en ellas mientras tengamos
realmente una oportunidad de alcanzar nuestro objetivo principal,
oportunidad que creo que tenemos.
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