Sr. Crean
Muchas gracias por acompañarnos hoy. He tenido el honor de presidir una
reunión informal de ministros de comercio coincidiendo con la reunión de
la OCDE que ha concluido aquí, en París, y que se ha centrado de manera
especial en el comercio y las medidas que han de adoptarse. Esta reunión
informal de ministros de comercio era la segunda iniciativa ministerial
llevada a cabo el presente mes. La primera tuvo lugar en Bali y
consistió en una reunión del Grupo de Cairns organizada por Indonesia.
Fue la primera oportunidad de intervenir que tras las elecciones en sus
respectivos países tuvieron dos nuevos ministros de comercio, el
Ministro de Comercio de la India y el Embajador y Representante de los
Estados Unidos para las cuestiones comerciales internacionales. El
propósito de la reunión de hoy era tratar de aprovechar el impulso dado
por la reunión de Bali, en la que los ministros hicieron patente su
deseo de revitalizar los esfuerzos por concluir la Ronda. Bali fue la
primera reunión en la que se atendió a la instrucción de los líderes del
G-20 a los ministros de comercio de que concluyeran la Ronda, y la
reunión celebrada hoy ha sido la segunda ocasión en que se ha actuado
conforme a dicha instrucción. Sé que Pascal Lamy habló con algunos de
ustedes hace exactamente un año, y que entonces dijimos que habíamos
generado suficiente impulso para concluir la Ronda. Se preguntarán qué
ha cambiado desde entonces. Creo que desde entonces han cambiado tres
cosas importantes.
En primer lugar, la iniciativa que surgió de la reunión celebrada hace
un año nos ha hecho avanzar un buen trecho del camino. Aproximadamente
el 80 por ciento de las negociaciones necesarias para concluir las
modalidades tuvo lugar en las reuniones celebradas en Ginebra en julio
del año pasado, tal como se había pedido en la mencionada reunión entre
homólogos. Por supuesto, la segunda cosa que ha cambiado es que después
de la ruptura de esas negociaciones se produjo una crisis financiera
mundial, que ocasionó que los nuevos líderes del G-20 estudiaran las
iniciativas necesarias para dar respuesta a la crisis y acelerar la
recuperación económica. La conclusión más destacada de esa reunión del
G-20 fue la importancia del comercio en la ecuación. El comercio es un
estímulo económico, de modo que, si abogamos por la adopción de medidas
de fomento para encaminar de nuevo al mundo por la senda del
crecimiento, no sólo no cabe dejar de lado el comercio, sino que hay que
favorecerlo activamente y luchar por su mayor liberalización, pues ello
forma parte de la solución.
En segundo lugar, los líderes del G-20 han efectuado constantes
llamamientos a que se ponga fin a la propagación del proteccionismo como
respuesta a la crisis mundial. Concluir la Ronda de Doha y fortalecer el
sistema basado en normas dará más garantías contra dicha propagación. El
tercer hecho que reconocieron los líderes del G-20 es que, como es
obvio, los más afectados por la crisis son los países en desarrollo.
Esta es para ellos una ronda para el desarrollo, por lo que la necesidad
de concluirla es especialmente acuciante para ayudar a los países en
desarrollo a salir de la crisis antes de lo que de otro modo sucederá.
Y el tercer cambio de calado que se ha producido desde hace un año es
que hemos comprendido que jugárselo todo a la carta de una sola
conferencia ministerial no bastaba por sí solo para concluir las
negociaciones. Hicimos progresos significativos, pero en el momento de
llegar a la conclusión de la Ronda no supimos qué mecanismo emplear para
avanzar y conciliar las divergencias. Hemos aprendido de esa lección y
hemos decidido que, si bien es cierto que nos hacen falta soluciones
técnicas para salvar las discrepancias, también necesitamos un
compromiso político constante, la voluntad política de llevar adelante
el programa. Por ello celebramos la reunión del Grupo de Cairns en Bali
y por eso hemos celebrado la presente reunión. Es de esperar que las
reuniones del G-8, así como las que celebrará el Foro de Cooperación
Económica de Asia y el Pacífico (APEC) el próximo mes, brinden una nueva
oportunidad de contraer compromisos políticos. Todas estas reuniones
tienen por objeto servirnos de mecanismo de interfaz e interacción para
reorientar a nuestros funcionarios con objeto de poner fin a las
diferencias, momento en que las decisiones volverán a incumbir a los
ministros, que deberemos estar siempre disponibles como tales,
participando, prestando apoyo y recibiendo informes.
Tenemos que ser mucho más creativos para salvar las diferencias, y el
resultado de la reunión de hoy ha sido una reafirmación por los
ministros de que nos hallamos en el tramo final de las negociaciones,
que debemos encomendar a nuestros funcionarios superiores que
intensifiquen las negociaciones en Ginebra, trabajen en el proceso
multilateral en distintas configuraciones y colaboren con el Director
General y los Presidentes de los grupos de negociación para facilitar
dicho proceso de manera creativa, de acuerdo con las instrucciones
impartidas por los ministros. Hay que subrayar además que los ministros
están constantemente dispuestos a que les informen y a abordar las
cuestiones pendientes. Creemos que ahora tenemos la combinación adecuada
de voluntad política y una nueva orientación, la de que los funcionarios
resuelvan las discrepancias y, cuando éstas sean irresolubles, recurran
a nosotros para que las tratemos a nivel político, cosa que debemos
hacer con mayor regularidad.
Naturalmente, nuestro deseo es poder notificar progresos cuando el G 20
celebre la reunión de Pittsburgh, de manera que los líderes del G 20
confíen en nuestra capacidad para concluir la Ronda. Ese es el objetivo
de la reunión de hoy, y seguiremos explorando todas las oportunidades
posibles para llevar adelante el programa, con objeto de presentar
informes positivos y que infundan confianza a los líderes del G-20 en
Pittsburgh. Cedo ahora la palabra al Director General de la OMC Pascal
Lamy, y luego responderemos a sus preguntas. Gracias.
Sr. Lamy
Gracias, Simon. Diré muy brevemente que en París, como ocurrió en Bali
hace unas semanas, hemos visto un ambiente mucho más propicio para la
participación de los ministros. La música ambiental ya es mucho más
agradable y se interpreta a un ritmo más vivo. Ahora debemos cambiar la
música ambiental por música de baile. Creo que en nuestra reunión de
esta tarde ha quedado claro que todos los ministros presentes quieren
concluir la Ronda, y todos están de acuerdo en que, con la crisis, deja
de ser una urgencia para convertirse en una emergencia. En especial para
los países en desarrollo, cuya salida de la crisis depende mucho más que
la media de la apertura del comercio.
Como ha dicho Simon, debemos lograr una combinación de compromiso
político y ministerial y trabajo técnico en Ginebra. En el plano
político, están previstas varias reuniones, la próxima de las cuales se
celebrará en Italia, con ocasión de la conferencia del G-8 y el G-8
ampliado, luego los ministros de comercio se encontrarán en Singapur
durante la reunión del APEC y después vendrá la reunión del G-20 de
septiembre. Creo que existe un amplio acuerdo de que deberíamos
articular todo ello de manera que, como ha dicho Simon, podamos
comunicar a la reunión del G-20 en Pittsburgh que se han hecho
progresos.
Desde el punto de vista técnico, imprimiré más velocidad al trabajo
técnico que realizamos en Ginebra junto con los Presidentes de los
grupos de negociación —empezando, naturalmente, por la agricultura y el
acceso a los mercados para los productos no agrícolas-, pero también con
otros presidentes, embajadores y expertos, para que puedan hacer borrón
y cuenta nueva a fin de que sus ministros vuelvan a negociar a nivel
ministerial sobre un número reducido de temas más adelante en el
presente año. De modo que lo que está en juego ahora es articular los
procesos político y técnico. Y comenzaré a hacerlo en cuanto regrese
mañana a Ginebra.
Periodista
Los dos han comentado que la música es más agradable, que el clima es
más positivo que hace unos meses. Con todo, mucha gente dice que hay
muchas discrepancias acerca del proceso, los debates bilaterales y
multilaterales e incluso las cuestiones sustantivas. En su opinión,
¿cómo se puede traducir esa “música” o “clima” en progresos sobre las
cuestiones sustantivas?
Sr. Crean
Creo que las cuestiones que usted menciona han generado por sí solas
cierto estatismo antes de que las examináramos en Bali y fuéramos
capaces de lograr que los debates avanzaran, como ha ocurrido hoy.
Estamos de acuerdo en que se ha hecho una gran parte del trabajo, en que
se ha alcanzado un coeficiente de éxito del 80 por ciento sobre la base
de los trabajos de que disponíamos. Nadie discute que ese es el punto de
partida para los progresos. Mientras el proceso avance, deberá hacerlo
en un marco multilateral. El principio del todo único significa que es
imprescindible que todo el mundo haya llegado a un acuerdo para alcanzar
un resultado, y creo también que hemos comprendido que para fortalecer
el proceso multilateral o aclarar las cuestiones que siguen siendo
objeto de debate es bueno trabajar más de manera bilateral en
determinadas circunstancias, o bien hacerlo de manera plurilateral para
aclarar la situación, pero que en último término todo debe resolverse en
el marco de un proceso multilateral.
En cuanto a las cuestiones sustantivas a las que se refiere, se trata
obviamente de aquellas que intentamos desesperadamente resolver mediante
las negociaciones. Sabemos qué tipos de cuestiones sustantivas están
todavía pendientes de resolución, sabemos que a través del proceso
multilateral puede dárseles una solución técnica. Pero también sabemos y
comprendemos que tenemos que poder presentar de manera positiva en
nuestros países los acuerdos a los que hemos llegado, para lo cual será
necesario aclarar en qué forma los parámetros de que disponemos pueden
traducirse en las diversas hipótesis que manejamos. Al final sólo se
resolverá esta cuestión cuando todo el mundo esté satisfecho, no porque
se haya alcanzado un acuerdo perfecto, pues según creo ya no abrigamos
la pretensión de que todo el mundo quede perfectamente satisfecho, sino
porque tengamos algo que podamos presentar como un avance positivo. Por
eso considero que la nueva dinámica es el compromiso político que anima
a los funcionarios, el hecho de que puedan dar cuenta de él en sus
países y la constancia de que esa corriente nos permitirá avanzar
respecto de las cuestiones sustantivas. Creo que las dos reuniones que
hemos celebrado han sido esenciales para comprender mejor el proceso.
Sr. Lamy
Por ahondar en la misma línea, me permito recordarle que en las pasadas
rondas celebradas sobre aranceles industriales y agropecuarios, o
incluso sobre subvenciones, se acordó proceder a unas reducciones
medias. Ése fue el acuerdo. Y luego se presentó a los electorados
nacionales una especie de conjunto de medidas de última hora. Así fue
como se logró llegar a un término medio. Y sabemos que hay numerosas
maneras de lograrlo. La gran diferencia en esta ocasión es que el
proceso es más transparente y claro, lo que a mi modo de ver es una
ventaja, aunque complique un poco más la vida a mis colegas (políticos).
Pero desde el punto de vista de que la opinión pública sepa cuál será el
resultado de la Ronda, constituye una ventaja. Por consiguiente, dado
que ya conocemos una gran parte de los resultados que deben alcanzarse
en términos de reducciones arancelarias en la agricultura y la
industria, así como respecto de las subvenciones, queda por aclarar otra
parte, la de saber qué flexibilidades existen, tanto en la agricultura
como en relación con el acceso a los mercados libre de derechos y de
contingentes. También quedan por aclarar ciertas cuestiones de suma
importancia para algunos, por ejemplo las subvenciones al algodón. Este
proceso tiene que llevarse a cabo. Aunque resulta inevitable que sea
complejo, es imprescindible. Por eso tenemos que combinar el proceso
multilateral necesario, por ejemplo en el caso de los “problemas
tenaces” que suscita el mecanismo de salvaguardia especial (una cuestión
sobre la que hemos de seguir trabajando), con lo que en el Consejo
General he llamado la “prueba de los resultados”, que consiste en
aclarar poco a poco las cosas, de modo que todo el mundo pueda apreciar
el valor del conjunto final de medidas.
Periodista
En referencia de nuevo a la cuestión de la música ambiental, ¿creen que
se ha producido alguna mejora a raíz de los cambios en la presidencia de
los Estados Unidos y las autoridades de la India? En cuanto a los pasos
que se han de dar antes de la reunión de Pittsburgh, el Ministro (de
Comercio e Industria) de la India, Sr. Anand Sharma, ha propuesto
organizar una reunión en Delhi antes de la cumbre de Pittsburgh. ¿Ha
desarrollado esa propuesta? ¿Cuándo se celebrará la reunión y quiénes
asistirán a ella?
Sr. Crean
Yo no haría recaer el peso del proceso sobre personas concretas o
cambios de gobierno. Lo vincularía con el hecho de que los líderes del
G-20 declararon el año pasado y han reiterado este año en Londres que el
comercio tenía que formar parte de la solución para lograr concluir la
Ronda de Doha. La dificultad que hemos tenido como ministros de comercio
para cumplir esa instrucción es que hemos debido esperar a que
culminaran ciertos procesos políticos para poder entablar un diálogo a
ese nivel. Me refiero al nombramiento del Embajador Representante de los
Estados Unidos para las cuestiones comerciales internacionales y,
naturalmente, a las elecciones indias, que como saben ustedes no
terminaron hasta finales de mayo. La buena noticia de Bali fue la buena
disposición de esos dos nuevos ministros de asistir a la reunión. Debo
decir que, a los 10 días de jurar su cargo, el Ministro Sharma decidió
no sólo asistir a la reunión, sino participar activamente en ella, y la
razón de que los dos ministros intervinieran activamente es que, como el
resto de nosotros, habían comprendido el mandato que nos encomendaron
nuestros líderes reunidos en el G-20. También ellos respondieron a ese
llamamiento.
Creo que el gran cambio en la dinámica consiste en que los líderes han
dicho que queremos dar por concluida la Ronda de Doha y que estamos
dispuestos a contribuir a que así sea. En cuanto a la oferta del
Ministro Sharma, es muy de agradecer la propuesta que ha hecho hoy.
Hemos de estudiar las cuestiones de logística, pero el que la reunión se
celebrara antes de la reunión de Pittsburgh podría y sería sin duda
especialmente útil como estímulo añadido para ese compromiso político
que, como estamos convencidos tanto Pascal como yo mismo y todos los
ministros que se han sentado hoy a esta mesa, constituye la nueva
dinámica: si queremos lograr concluir la Ronda, hemos de trabajar más
eficazmente.
Sr. Lamy
La OMC está dirigida por sus Miembros, la mayoría de los cuales tiene
que navegar por aguas electorales. Se trata de un hecho ineluctable, que
influye inevitablemente en el programa de trabajo de nuestra
Organización. En los Estados Unidos, la India y Sudáfrica hay tres
gobiernos nuevos a los que se han encomendado mandatos firmes, y esa es
una de las razones del cambio de la música ambiental. Sabemos también
que este año se celebrarán elecciones en el Japón, que habrá elecciones
presidenciales en el Brasil en algún momento del año que viene, y que se
celebrarán elecciones de mitad de legislatura en los Estados Unidos al
final del próximo año. Es inevitable que estos hechos configuren nuestro
calendario, por lo que debemos tratar de aprovechar esas “aguas” lo
mejor que podamos. Y creo que la impresión que hoy prevalece, me refiero
a que 2010 es la fecha idónea para la conclusión de la Ronda, tiene que
ver con las ondas que generan las elecciones que se celebran aquí y
allá. También tiene que ver con la crisis económica, y sabemos por
experiencia que esa crisis también tendrá consecuencias políticas y
electorales.
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