OMC: NOTICIAS 2010

FORO PÚBLICO DE LA OMC 15—17 DE SEPTIEMBRE DE 2010

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LA COBERTURA DE NOTICIAS QUE CON RESPECTO AL FORO PÚBLICO REALIZA LA OMC EN SU SITIO WEB Y EN PÁGINAS DE REDES SOCIALES COMO FACEBOOK Y TWITTER ESTÁ DESTINADA A AYUDAR AL PÚBLICO A SEGUIR LOS DEBATES Y ES NECESARIAMENTE SELECTIVA.

EN LAS PÁGINAS DEL FORO PÚBLICO SE PUBLICARÁ UNA RELACIÓN MÁS COMPLETA DE LA SESIONES POCO DESPUÉS DE QUE ÉSTAN HAYAN CONCLUIDO.

SI BIEN SE HA HECHO TODO LO POSIBLE PARA ASEGURAR QUE EL CONTENIDO DE LA INFORMACIÓN SEA EXACTO, ÉSTA SE ENTIENDE SIN PERJUICIO DE LAS POSICIONES DE LOS GOBIERNOS MIEMBROS.

  

Autor: Voluntarios de la OMC

Sesión 8: Las normas comerciales no afectan al género, pero sí en cambio las decisiones nacionales, dicen los panelistas

TÍTULO DE LA SESIÓN: Cambiar las cosas: Reestructuración de la economía mundial

En una sesión de apertura celebrada durante la segunda jornada del Foro Público de la OMC, un panel compuesto exclusivamente de mujeres convino en que las normas comerciales multilaterales por sí mismas no generan desigualdades por razón de sexo ni tampoco resultados que sean neutros en cuanto al género.

Ahora bien, dijeron, el impacto real del comercio y de las políticas comerciales sobre las mujeres se produce a través de las decisiones adoptadas a nivel nacional en materia de inversión, distribución de recursos y políticas y entornos jurídicos propicios.

La sesión tenía por objeto explorar los factores que influyen en el papel de la mujer en la economía nacional e internacional. Las panelistas trataron de identificar iniciativas que pudieran contribuir a mejorar el acceso de las mujeres a las oportunidades económicas. Las cuatro ponentes representaban diferentes puntos de vista, a saber, el de los derechos humanos, el de los sectores público y privado y el de la Secretaría de la OMC.

Las panelistas examinaron primero los factores que restringen la capacidad de las mujeres para participar plenamente como agentes económicos en el sistema comercial. El trabajo de las mujeres tiende a concentrarse en el sector informal, caracterizado frecuentemente por la exigua remuneración, los largos horarios y la precariedad del empleo.

Las panelistas explicaron que la falta de acceso a los recursos limita la capacidad de las mujeres para participar en la economía de mercado. La insuficiencia de las redes de seguridad y de servicios de guardería constriñen la flexibilidad de las mujeres para distribuir el tiempo entre las actividades económicas, incluidas las labores caseras. Sin una educación y formación profesional adecuadas, las mujeres son menos competitivas en cada vez más sectores de la economía. Las prácticas de gestión que desconocen las diferentes necesidades de hombres y mujeres pueden desembocar en la marginación de la mujer en el lugar de trabajo.

Para resolver estos problemas, las ponentes propusieron varias soluciones, con numerosos enfoques que variaban en función de las condiciones nacionales. Los cambios a nivel nacional, en términos de políticas y de distribución de recursos, son los que más repercusiones pueden tener. Las normas y reglamentos encaminados a modificar la situación de las mujeres pueden resultar útiles y se debería intensificar la recopilación de datos para contribuir a una mejor evaluación.

Desde la perspectiva del sector privado, se indicó que los sistemas de gestión que fomentan la constitución de equipos mixtos producen mejores resultados. Por lo demás, se convino en que las iniciativas multilaterales podían desempeñar una función, en particular de sensibilización.

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Sesión 9: Los expertos dicen que la crisis pone de relieve la necesidad de combatir la desigualdad y crear empleo a escala mundial

TÍTULO DE LA SESIÓN: La coherencia y la crisis: Trabajo decente, la OMC y una mejor gobernanza mundial

En la sesión del Foro Público sobre el trabajo, la OMC y la gobernanza se señaló que la crisis financiera exige que se aborde el problema de las desigualdades de ingresos y que los responsables de la formulación de políticas pongan a punto respuestas globales coherentes para combatir los efectos de la crisis sobre el empleo.

Los ponentes introdujeron consideraciones teóricas y prácticas para examinar la forma en que la crisis actual ha afectado a las condiciones de trabajo en todo el mundo. Coincidieron en que se requería una coordinación más profunda y cabal para luchar contra las desigualdades que no están contempladas por las normas nacionales e internacionales vigentes.

En esta sesión cinco expertos examinaron los conflictos y solapamientos existentes entre las cuestiones comerciales y los derechos laborales. Hablaron respectivamente desde las perspectivas del derecho de la OMC, la práctica de Oxfam para operar cambios en la formulación de las políticas nacionales, el enfoque institucional de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y los esfuerzos de coherencia de la Confederación Sindical Internacional (CSI).

La moderadora Sra. Esther Busser, de la CSI, abrió la sesión pidiendo a los participantes que se centraran en los temas propuestos. Insistió en la necesidad de abordar conjuntamente las cuestiones relativas al empleo, los derechos humanos, el desarrollo y el comercio en el proceso de formulación de políticas, en vez de analizar separadamente las consecuencias de las diferentes normas una vez establecidas.

La Sra. Busser preguntó a los panelistas si en su opinión existía espacio para el diálogo entre la OIT y la OMC en el contexto de sus colaboraciones de años recientes; y si la promoción de un trabajo digno era positivo o negativo para un comercio más justo y una mayor justicia distributiva.

El Sr. James Howard, de la CSI, centró su intervención en las políticas que se precisan para una recuperación sostenible en el marco de la OMC y de la coherencia política global. Presentó estadísticas que revelan que el desempleo a escala mundial nunca ha sido tan alto como ahora, lo que amenaza la promoción de un trabajo digno a medida que los paquetes de estímulo se van eliminando. Subrayó asimismo que ya antes de la crisis las realidades del empleo eran bastante descorazonadoras en los países en desarrollo.

El Sr. Howard censuró el hecho de que el G-20 no tomara las medidas adecuadas pese a haber reconocido que la crisis había sido provocada por su propia falta de supervisión, y añadió que los dirigentes mundiales no debían confiarse y pensar que la crisis había terminado.

Dijo que para una recuperación sostenible era necesario invertir en una economía neutra en carbono, incrementar el gasto social y en formación, llevar a cabo la reforma prometida del sector financiero a escala mundial, establecer un impuesto sobre las transacciones financieras y una mayor coherencia. Hizo hincapié en la necesidad de eliminar la jerarquía entre normas vinculantes y normas sin fuerza obligatoria cuando las normas de la OMC permiten una aplicación más flexible de las normativas sociales y laborales; e instó a que la OMC incorporara a sus trabajos la cuestión del desarrollo basado en el trabajo digno.

El Sr. Robert Kyloh, de la OIT, declaró que la promoción del trabajo digno puede contribuir a un comercio más justo. Enumeró tres causas subyacentes a las desigualdades laborales actuales: el cambio tecnológico orientado hacia los empleos cualificados; la liberalización y globalización del comercio; y la erosión de las instituciones.
El ponente recalcó la necesidad de compensar a los perjudicados por la globalización creando y promoviendo instituciones que se ocupen de las crecientes desigualdades de renta mediante la negociación colectiva, el establecimiento de salarios mínimos y el reconocimiento de los derechos sindicales.

La Sra. Gabrielle Marceau, de la OMC, se centró en lo que sí dicen y en lo que no dicen las normas de la OMC e hizo algunas sugerencias prácticas para integrar el trabajo en el marco de la OMC. Subrayó que el objetivo principal de la OMC era impedir que los gobiernos recurrieran al proteccionismo. Ahora bien, a diferencia del antiguo GATT, hoy día la liberalización del comercio tiene que llevarse a cabo en el contexto del desarrollo sostenible, que incluye componentes no sólo medioambientales y económicos, sino también sociales.

La Sra. Marceau explicó que esta evolución ha tenido una repercusión fundamental en el derecho de la OMC, que no contiene disposiciones que reconozcan a los países el derecho de restringir el comercio por motivos de protección social (contrariamente a lo que ocurre con la protección ambiental). Destacó que, desde una perspectiva estrictamente jurídica, los gobiernos tenían margen para introducir consideraciones sociales o laborales como condiciones para otorgar acceso a los mercados, siempre y cuando se cumplieran ciertos criterios.
Convino en que la justicia distributiva era una cuestión central para el comercio y el crecimiento, pero señaló que las decisiones incumbían a los gobiernos Miembros y que cualquier iniciativa debía comenzar a nivel nacional. Recordó que el preámbulo del Acuerdo sobre la OMC estipula que el comercio tiene por objeto mejorar la situación de los seres humanos.

El Sr. Stephen Hale, de Oxfam, dijo estar plenamente de acuerdo con el Sr. Kyloh, pero no tanto con el Sr. Howard. Partiendo de la opinión compartida por los panelistas sobre los vínculos entre comercio y trabajo y la respuesta a la crisis describió la experiencia de Oxfam al poner los principios en práctica. Tras atribuir el origen de la actual crisis a la falta de reglamentación y la irresponsabilidad de los países del Norte, manifestó que la misión de Oxfam era dar a conocer las consecuencias que los recortes de los programas de ayuda y la propia crisis presupuestaria estaban teniendo para las poblaciones del Sur.

Preconizó un planteamiento que diera prioridad a las personas y un sistema de gobernanza global que reconociera la vinculación entre el comercio, los derechos humanos y el empleo, y criticó la escasa disposición de los dirigentes políticos a considerar dichos vínculos y a atacar de raíz las causas sistémicas de la crisis.

Las preguntas formuladas por los asistentes dieron lugar a un debate sobre la forma en que se podrían y deberían movilizar los recursos políticos y jurídicos para subsanar las desigualdades laborales y sobre las diferentes perspectivas desde las que se podían abordar las consecuencias de la globalización. El Sr. Hale indicó que la falta de reformas de las políticas obedecía no sólo a los intereses creados, sino también a la inercia de las institucionales. Resumiendo lo dicho durante la sesión, la Sra. Busser añadió a la lista de cuestiones el compromiso político de los Estados.

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Sesión 10: Los panelistas defienden la protección de las economías débiles de África

TÍTULO DE LA SESIÓN: Ayudar a África a hacer frente a los retos y a obtener mayores beneficios del comercio regional e internacional

Esta sesión trató sobre las posibilidades que tenía África de mejorar sus resultados comerciales en un entorno económico más integrado. Si bien los acuerdos multilaterales y regionales son importantes para el crecimiento del sector de las exportaciones, los ponentes estimaron que había que establecer algunas condiciones particulares para que las economías más débiles se pudieran proteger.

El Sr. Rustonjee dijo que las causas más citadas para explicar los malos resultados comerciales de África en las últimas décadas eran el reducido acceso a los mercados, la escasa diferenciación y la falta de creación de valor añadido en el proceso de producción.

El Sr. Maroping subrayó que el verdadero desafío para el continente africano era reducir las limitaciones de la oferta promoviendo el enfoque de la triple C propugnado por ONUDI, a saber, complementariedad, coordinación y coherencia. Según el Embajador, el comercio intra-africano debe aumentar en el futuro, pues de lo contrario las inversiones en el continente continuarán concentradas principalmente en el sector extractivo.

En consecuencia, el Sr. Rudaheranwa afirmó que no se podían lograr mejoras comerciales concretas sin un crecimiento económico sustancial. Así pues, las inversiones duraderas (y no las destinadas a la búsqueda de recursos) sólo podrán desarrollarse si se mejoran las infraestructuras físicas.

El debate sobre la función de los acuerdos regionales y la protección se hizo más animado y suscitó intervenciones de los asistentes. En varias de esas intervenciones se señaló que ciertas formas de protección seguían siendo necesarias para el desarrollo industrial.

La Sra. Kwa afirmó que los acuerdos de asociación económica representaban un peligro potencial para los crecientes intercambios intra-africanos y añadió que la comunidad internacional debería prestar más atención a las consecuencias de las subvenciones agrícolas de la UE en la competitividad de los países menos adelantados de África.

A lo largo de toda la sesión se comentó repetidamente que las importaciones representaban una gran parte del comercio africano, lo que desalentaba la producción local. Los ponentes convinieron en la necesidad de fomentar prioritariamente la integración nacional mediante un apoyo específicamente dirigido a los pequeños productores para ayudarlos a crear grupos de empresas más pujantes.

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Sesión 11: Se concluye que los 'actores no estatales' prefieren el ámbito regional

TÍTULO DE LA SESIÓN: Los gobiernos, los agentes no estatales y la formulación de políticas comerciales: ¿Negociaciones preferenciales o multilaterales?

En esta sesión el debate se basó en un estudio sobre los motivos que inducen a los actores no estatales a escoger un determinado foro de negociación, lo que a su vez influye en que los gobiernos decidan negociar sobre una base preferencial o multilateral. Se llegó a la conclusión de que en general los actores no estatales preferían interactuar a nivel regional en vez de tratar de influir sobre el proceso de la OMC.

Los panelistas examinaron los datos recogidos en Chile, Colombia, Indonesia, Jordania, Kenya, México, Sudáfrica y Tailandia sobre la elección del foro de negociación por los actores no estatales. Los resultados del estudio mostraron sorprendentes semejanzas. Una de las principales constataciones fue que en algunos de estos países la elección de foro ni siquiera se solía plantear. Ahora bien, cuando sí se planteaba, los acotes no estatales preferían influir en el resultado de los acuerdos comerciales regionales y/o preferenciales. Esta preferencia se explica por la percepción de que la OMC está demasiado lejos y es demasiado grande, por lo que los actores no estatales locales no pueden influir fácilmente en sus procesos. La mayoría de las organizaciones de la sociedad civil, aun reconociendo que los beneficios de los acuerdos comerciales preferenciales pueden ser menos importantes que los obtenidos a través del proceso multilateral, prefieren utilizar sus recursos para influir en los resultados de los arreglos comerciales preferenciales y regionales, cuyo alcance es más limitado y cuyo proceso es más cercano. Muchas veces la preferencia dada a los acuerdos comerciales preferenciales sobre los Acuerdos de la OMC no es cuestión de principio, sino de pragmatismo.

Un análisis más a fondo de la elección del foro por los actores no estatales con representación en Ginebra demostró que, si bien dichos actores reconocen la importancia del multilateralismo en el establecimiento de un sistema basado en normas, la protección de los intereses de los países en desarrollo y la posibilidad de influir sobre un mayor número de actores en Ginebra, esta preferencia no se suele reflejar en las posiciones de sus representantes en otros lugares.

La enseñanza que de ello se desprende para la OMC es que debe promover un debate sobre las funciones básicas que le competen, además de su función como foro de negociación. Debe asimismo transmitir el mensaje de que el proceso multilateral de elaboración de normas es capaz de generar bienes públicos.

El debate abierto estuvo animado principalmente por los representantes de las organizaciones de la sociedad civil, quienes señalaron que la paralización de las negociaciones de Doha podía haber influido en los resultados del estudio, al desviar, la atención de la sociedad civil, del proceso multilateral al entorno más dinámico de los acuerdos comerciales preferenciales. Otra cuestión suscitada durante el debate fue la importancia de los grupos de presión regionales dentro de la OMC. Los panelistas respondieron que la influencia de esas agrupaciones para llevar adelante cuestiones del programa de la OMC solía ser limitada, debido a su deficiente coordinación y a las diferentes estrategias comerciales de sus miembros. Las agrupaciones más eficaces son las que tienen un interés común, pero el ámbito de su actuación se halla restringido a unas pocas cuestiones.

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Sesión 12: Los panelistas dicen que para la seguridad alimentaria no bastará un acuerdo sobre la agricultura en el marco de Doha

TÍTULO DE LA SESIÓN: Coherencia entre las políticas sobre comercio, seguridad alimentaria mundial y reducción de la pobreza

Esta sesión tenía por objeto arrojar luz sobre el uso de medidas con efectos de distorsión del comercio en la agricultura y sus repercusiones sobre los precios de los productos básicos, las existencias de alimentos y, por ende, la seguridad alimentaria para muchos países en desarrollo. Se indicó que aunque la OMC incluyera algunas disposiciones (como las contenidas en el Acuerdo sobre la Agricultura) para restringir la aplicación de medidas proteccionistas por parte de los países desarrollados, se deberían realizar mayores esfuerzos para garantizar la seguridad alimentaria para todos. También habría que velar por una mayor coherencia política en el plano nacional y entre las instituciones a nivel internacional.

El
Sr. Josef Schmidhuber planteó la cuestión de la compatibilidad del marco de la OMC con la transición desde la “antigua normalidad” a la “nueva normalidad”. Es decir, la transición desde una situación de apoyo masivo al sector agrario, creación de excedentes, volatilidad del mercado y precios bajos (tal era el contexto en que se lanzó la Ronda de Doha) a un entorno de elevados precios de los productos básicos, con mermas permanentes e inseguridad alimentaria. La mayoría de los pobres son compradores netos de productos alimenticios en términos de valor, por lo que paralelamente a la subida de los precios se registra un incremento de la subnutrición. Las restricciones a la exportación y las subvenciones a la importación provocan la subida de precios, lo que a su vez tiene un efecto directo en la seguridad alimentaria cuando los productos básicos se hacen inasequibles para muchos habitantes de los países en desarrollo. El encarecimiento de los productos básicos perjudica incluso a quienes deberían beneficiarse de él; esto se debe a la falta de una infraestructura adecuada que permita compartir dichos beneficios y aumentar la producción. Si bien la OMC tiene disposiciones para la reglamentación de las exportaciones como las que figuran en el artículo 23 del Acuerdo sobre la Agricultura, tales disciplinas han tenido un efecto reducido. El Sr. Schmidhuber puso fin a su exposición declarando que los agricultores pobres podrían beneficiarse del libre comercio si el PDD respondía a las necesidades en materia de ayuda e inversiones y si se reducían las asimetrías entre las disciplinas comerciales.

El
Sr. François Riegert definió la seguridad alimentaria como disponibilidad, acceso, utilidad y estabilidad. Afirmó que la inseguridad alimentaria podía ser reducida mediante el apoyo al sector agrícola y a la investigación en los países en desarrollo; la gestión responsable y sostenible del sistema de tenencia de tierras; y la reducción de la volatilidad de los mercados agrícolas y los productos básicos. Refiriéndose a la relación entre la seguridad alimentaria y la OMC, el Sr. Riegert indicó que si bien la OMC y la FAO podían no tener la misma opinión en cuanto a las ventajas (o inconvenientes) de la seguridad alimentaria, tampoco podía concluirse que hubiera una incompatibilidad. El párrafo h) del artículo XX del GATT, el artículo 38 y el Acuerdo sobre la Agricultura ejemplifican los esfuerzos desplegados por la OMC para estabilizar la volatilidad de los precios de los productos básicos. Terminó haciendo un llamamiento a una mayor coherencia entre las instituciones de gobernanza mundial y propuso la creación de un “Foro de Estabilidad Agraria”.

El
Sr. Flavio S. Damico inició su exposición advirtiendo que la coherencia de las políticas ha de establecerse en el propio país antes de pretender instaurarla en el plano internacional. Aludiendo a las relaciones entre normas comerciales y seguridad alimentaria, puntualizó que el Acuerdo sobre la Agricultura dejaba un amplio margen de actuación para los países en desarrollo exentos de las disciplinas existentes. Puso en guardia contra los efectos negativos de las políticas que distorsionaban el comercio en el sector agrícola (como las restricciones a la exportación), que no sólo afectaban a los países en desarrollo sino que además perjudicaban al país mismo que aplicaba tales medidas.

El
Sr. Enrique Domínguez Lucero comenzó su exposición diciendo que México ha sufrido los efectos adversos del uso continuado de aranceles aduaneros y subvenciones por parte de ciertos países. Desde el inicio del PDD, México ha tenido dificultades con grupos de países que aplican medidas proteccionistas. El Gobierno federal mexicano pasó por tanto a centrar su atención en la forma de resolver los problemas del sector agrícola. Los compromisos asumidos en el marco de la OMC están paralizados por el PDD debido a la inclusión de nuevas cuestiones, como las normas de calidad o el etiquetado indicativo del país de origen. Urge proseguir las negociaciones para incrementar la seguridad en el sector agrícola.

El
Sr. Ravi Bangar manifestó que la economía de la India estaba creciendo a razón del 8,5 por ciento anual, y se esperaba alcanzar el 9 por ciento el año próximo. Sin embargo, la agricultura es el sector que registra el crecimiento más bajo. La India se ve confrontada a una elevada tasa de inflación, a unas existencias de alimentos insuficientes y a un grave déficit de infraestructuras. Lo que necesita es un crecimiento inclusivo además de la autosuficiencia en cereales.

Debate: En esta sesión se debatieron cuestiones como la escasez de tierras, la fiscalidad agraria en los países en desarrollo, las nuevas prioridades del G-20, los monopolios de la industria alimentaria, el microcrédito y los efectos de los OGM en la agricultura. Se afirmó que seguía existiendo la necesidad de estabilizar la seguridad alimentaria para los agricultores y para el conjunto de la sociedad. Hace falta redoblar las actividades de investigación en los campos de la tecnología y la biotecnología y también es preciso desplegar mayores esfuerzos para subsanar el déficit de infraestructura de algunos países.

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Sesión 13: La sesión se adentra en la niebla que envuelve la relación entre la OMC y los organismos medioambientales

TÍTULO DE LA SESIÓN: Los acuerdos multilaterales sobre el medio ambiente y la OMC

La sesión examinó el tema de la interacción entre las normas del régimen medioambiental y las normas del régimen comercial al objeto de evaluar la compatibilidad entre ambos sistemas.

El panel coincidió con el
Sr. Petros Mavroidis en que había una indudable falta de claridad tanto a nivel legislativo como judicial en lo tocante a la influencia de la OMC en los organismos multilaterales sobre el medio ambiente (AMUMA). Desde el punto de vista legislativo todavía no existe ningún régimen específico sobre el particular, si bien el Comité de Comercio y Medio Ambiente de la OMC viene debatiendo al respecto desde 1996, con una actitud bastante constructiva pero sin resultados concretos hasta el momento. Desde el punto de vista judicial, sin embargo, los AMUMA han sido examinados en algunas ocasiones (por ejemplo, en las diferencias relativas a las medidas de los Estados Unidos relativas a los camarones y las medidas de la UE relativas al comercio de productos biotecnológicos), lo que pone de manifiesto que el Órgano de Solución de Diferencias de la OMC adopta una actitud abierta con respecto a los AMUMA.

El panel planteó la cuestión de la conformidad de las políticas ambientales con el artículo III (y con el artículo XX) del GATT, así como la cuestión de si los AMUMA podían imponer obligaciones a quienes no eran parte en los mismos. Resulta bastante difícil pronunciarse habida cuenta del carácter negativo del GATT, pero será interesante observar si la aplicación de los AMUMA puede influir sobre la interpretación de términos fundamentales del contrato de la OMC.

Con motivo del examen de la función desempeñada por los AMUMA en el sistema comercial, el
Sr. Benjamiin Simmons adujo que, sin los AMUMA, la OMC no sería lo que es hoy: en efecto, los AMUMA tienden a colmar un vacío y se ocupan de las externalidades negativas creadas por el comercio. Ello explica por qué no son impugnados.

El
Sr. Marceil Yeater mencionó la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES ) como ejemplo de cómo un AMUMA puede, de manera legalmente vinculante, regular el comercio para asegurar la sostenibilidad de los recursos y permitir al mismo tiempo que el OSD realice su labor. A la inversa, un AMUMA como la CITES puede beneficiarse de la actuación de la OMC.

En conclusión, el panel convino en que los dos regímenes son complementarios, y el
Sr. Mark Halle sugirió que posiblemente la mejor manera de gestionar la vinculación entre ambos sea dejar las cosas como están ¡y limitarse a sacar partido de la flexibilidad existente!

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Sesión 14: Los ponentes ven en la crisis una razón para preservar el margen de actuación política

TÍTULO DE LA SESIÓN: El sistema mundial de comercio tras la crisis financiera

En esta sesión se abordaron los efectos que la liberalización del comercio (en general y más concretamente en los sectores de la agricultura y los servicios) podía tener sobre los países en desarrollo, para luego explorar la manera en que éstos deberían responder a los retos una vez pasada la crisis.

El
Sr. Mehdi Shafaeddin, de la Universidad de Neuchâtel y anteriormente funcionario de la UNCTAD, analizó primero la debilidad estructural de los países menos adelantados (PMA), así como sus necesidades y oportunidades de desarrollo a largo plazo. Sostuvo que en el nuevo entorno competitivo de la globalización los PMA necesitan más margen de actuación para poder aplicar estrategias a largo plazo (papel activo del gobierno, política de fomento industrial, desarrollo de la agricultura, control de las corrientes de capital, etc.). Observó, sin embargo, que el margen de actuación de los PMA ha disminuido a causa de las restricciones que les vienen impuestas por la OMC y otras instituciones y acuerdos internacionales (como por ejemplo los acuerdos de asociación económica entre la UE y los países en desarrollo). Insistió en que los PMA debían oponerse a que se siguiera disminuyendo su margen de actuación.

El
Sr. Umberto Celli, de la Universidad de São Paulo (Brasil), citó el caso de los servicios financieros y ambientales brasileños como ejemplo de la importancia que reviste el margen de actuación política para que los países en desarrollo puedan desarrollar sus servicios de infraestructura. Señaló que el Brasil había contraído pocos compromisos en materia de liberalización de los servicios financieros en el marco del Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS). De este modo, el Brasil se procuró el margen de actuación que necesitaba para reestructurar su sector financiero e introducir una rigurosa reglamentación. Esta reestructuración es la que luego ha permitido al país salir bien parado de la crisis financiera. Pasando a considerar los servicios ambientales, el Sr. Celli destacó el papel fundamental que desempeñaba el Estado en la concesión de subvenciones, aunque éstas pudieran ser impugnadas en virtud de las normas de la OMC. Por lo tanto, los Miembros de la OMC, en particular si son países en desarrollo, deben ser prudentes cuando contraen compromisos.

El
Sr. Timothy Wise presentó un estudio monográfico que pone de manifiesto cómo el programa de subvenciones agrícolas de los Estados Unidos ha afectado negativamente a la economía mexicana desde la entrada en vigor del TLCAN. Explicó que dicho programa da lugar a que los productos agrícolas estadounidenses sean objeto de dumping en México, lo que causa pérdidas a los productores agrícolas mexicanos y crea una dependencia creciente de México respecto de las importaciones. Basándose en dicho estudio, el Sr. Wise adujo que la liberalización del comercio de productos agropecuarios podía acarrear elevados costes a los países en desarrollo y que, en ese contexto, las medidas de transición, la protección de productos especiales y las medidas de salvaguardia especial eran decisivas. Señaló asimismo la necesidad de mejorar las normas de la OMC en materia de dumping agrícola.

En el debate ulterior, los panelistas tuvieron ocasión de exponer más detalladamente sus argumentos. En particular, se discutió la cuestión de saber quiénes ganan y quiénes pierden con la liberalización.

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