OMC: NOTICIAS 2011

CONSEJO GENERAL

> Resumen de la reunión del Consejo General

 

Informe del Presidente del Comité de Negociaciones Comerciales

Desde la última reunión del Consejo General, el CNC ha celebrado una reunión informal el 2 de febrero.  En esa reunión, los participantes examinaron y evaluaron las novedades que ha habido en el Programa de Doha para el Desarrollo desde el inicio del proceso intensivo que emprendieron los Grupos de Negociación a principios de enero.  Igualmente, como viene siendo habitual a finales de enero y comienzos de febrero, nuestros debates tuvieron como telón de fondo el encuentro informal de Ministros organizado por Suiza en Davos.

Las observaciones que formulé en la reunión informal del CNC, con inclusión del panorama general de los Grupos de Negociación, se distribuyeron a las delegaciones con la signatura JOB/TNC/7.  No repetiré lo que dije en esa reunión, pero quisiera dejar constancia en acta del principal mensaje que llevé desde Ginebra a los Ministros reunidos en Davos.

En mi intervención en Davos dije que, en las actividades realizadas en Ginebra, se podía observar un cambio de ritmo y de enfoque en los dos aspectos del proceso de negociación, es decir, en los Grupos de Negociación y en las consultas bilaterales y plurilaterales.  En los Grupos de Negociación se percibe que en general el compromiso es mayor y se han centrado más los debates, sin que ningún tema haya quedado rezagado.  Se está avanzando en la elaboración de proyectos de redacción y de propuestas de textos así como en la eliminación de corchetes.  Sin embargo, recalqué a los Ministros que el ritmo de la labor multilateral era todavía demasiado lento y se estaba lejos del tipo de progresos sustantivos necesarios para llegar a la zona de aterrizaje en la franja de oportunidad que han identificado los dirigentes.

En cuanto al aspecto bilateral y plurilateral, dije a los Ministros que, a mi modo de ver, este aspecto se estaba quedando rezagado, con el riesgo de que las negociaciones multilaterales se vieran privadas del oxígeno necesario para dar el siguiente paso hacia adelante.  Si no se recibe inminentemente una transferencia de energía de los procesos bilaterales y plurilaterales, toda la ardua labor realizada durante las últimas semanas en la vía multilateral corre el peligro de estancarse.  En otras palabras:  dije que el motor multilateral necesitaba combustible, y que lo necesitaba urgentemente.

En Davos, percibí una firme voluntad entre los Ministros por acelerar todavía más el proceso de Ginebra a fin de aprovechar la oportunidad que nos ofrece 2011 y que identificaron los dirigentes del G-20 y del APEC.  Los Ministros allí presentes convinieron en ejercer mayor presión en las diversas negociaciones que llevaban a cabo bilateral y plurilateralmente a fin de imprimir el impulso necesario y coincidieron también en que nuestro trabajo actual debía basarse en los progresos logrados hasta ahora.  Se comprometieron a dar instrucciones a sus negociadores para que revaluaran sus posiciones, abandonaran sus zonas seguras y emprendieran un verdadero proceso de “toma y daca”.  Por último, los Ministros subrayaron su disposición a participar personalmente en el proceso de negociación en el momento adecuado.  Pero también dijeron claramente que esperaban que el proceso de Ginebra les dejara por resolver solamente un número limitado de cuestiones.

En la reunión informal del CNC, las delegaciones expresaron un amplio apoyo a nuestra hoja de ruta:  textos en todas las esferas alrededor de Pascua, un conjunto amplio de resultados para julio y finalización a fin de año.  En este contexto, varias delegaciones reiteraron que los progresos debían basarse en lo que ya se había logrado y que esos logros no debían desbaratarse.  Las delegaciones pusieron también de relieve esferas específicas de importancia en las que desearían ver avances en esta fase final.  Varios participantes insistieron en la importancia de la transparencia y la no exclusión en los procesos venideros, y algunos resaltaron también la importancia de respetar el mandato de desarrollo establecido en la Ronda.

En cuanto a los debates bilaterales y plurilaterales entre altos funcionarios que ha habido en las dos últimas semanas, tengo entendido que las conversaciones han sido constructivas y que se han examinado cuestiones sustantivas concretas en varias esferas fundamentales, entre ellas la flexibilidad y la forma de lograr un equilibrio general entre todas las cuestiones.  También tengo entendido que los participantes han insistido en la importancia del proceso multilateral.  Aunque todavía es pronto, considero que la dirección y la naturaleza de esas conversaciones son alentadoras e insto a los participantes a que mantengan la presión, vayan más lejos e intensifiquen los esfuerzos por encontrar el terreno común que nos permita redactar un documento a nivel multilateral.

Dado el nivel de actividad previsto en los diversos Grupos de Negociación, es evidente que en las próximas semanas nos espera a todos una intensa y ardua labor.  Entre otras cosas, tendremos que afrontar, colectivamente, el hecho de que nuestro proceso actual (en todos y cada uno de sus niveles) sigue siendo demasiado lento.  En los Grupos de Negociación seguimos escuchando que algunas delegaciones "no tienen instrucciones " y que "todavía tenemos tiempo".  Estas declaraciones no sólo no son útiles, sino que van en contra de los ingentes esfuerzos que hacen día a día los Presidentes de los Grupos de Negociación por llevar adelante el proceso.  En los Grupos de Negociación se dice que "daremos un paso cuando se dé un paso en las plurilaterales" y en las plurilaterales que "daremos un paso cuando se dé un paso en las bilaterales" y, por último, en las bilaterales escuchamos "daré un paso cuando lo den los demás".  Naturalmente, esto significa que, en última instancia, ¡ustedes están esperando a que ustedes mismos den un paso!  Creo que todos estamos de acuerdo en que hay que salir de este círculo vicioso.

Llegados a este punto, tenemos que recodar todos que hemos acordado un modus operandi para el proceso actual, a saber, lograr progresos en ciertos elementos que los Presidentes puedan consignar en textos, y hacerlo con carácter de urgencia.  Debo advertirles seriamente de que, para que esto sea posible, se precisa una importante aceleración en todos los niveles (el multilateral, el plurilateral y el bilateral).  Además, los resultados de todos estos procesos tienen que pasar a un nivel superior y ser progresos reales en las principales cuestiones de fondo.  Todavía es posible aprovechar esta oportunidad, que se desvanece más y más cada día que pasa.

Por último, yo continuaré mis reuniones periódicas de coordinación con los Presidentes de los Grupos de Negociación, asegurándome en particular de que en el programa de reuniones se tengan en cuenta las limitaciones de las delegaciones más pequeñas y, por supuesto, mis propias consultas personales.  En aras de la transparencia y la no exclusión, he convocado también una reunión informal del CNC a nivel de Jefes de Delegación el 8 de marzo, y en ella podremos evaluar colectivamente la situación en todos los ámbitos.

 

 

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