Es
para mí un gran honor inaugurar esta Conferencia de la OMC de
Ministros de Comercio para Europa Central y Sudoriental. Deseo
expresar mi sincera gratitud al Gobierno de Croacia por organizar este
importante acto. La Conferencia es una oportunidad para los países,
Miembros y no miembros, y para los organismos participantes, de
intercambiar información y compartir ideas sobre la forma de aunar
nuestros esfuerzos para hacer progresar la región. Nos esclarecerá
sobre cómo asistir mejor a sus países para que participen
satisfactoriamente en el sistema multilateral de comercio. Nos
ayudará asimismo a identificar medios de apoyarlos en sus
preparativos para participar en el actual proceso de negociación de
la OMC.
En
los dos próximos días, debatiremos algunas de las cuestiones más
críticas que se le plantean al sistema multilateral de comercio, a
saber, la cooperación técnica, las adhesiones, las nuevas cuestiones
surgidas en Doha, el regionalismo, y los retos y las oportunidades
para el comercio y las inversiones. Es la primera conferencia de alto
nivel de este tipo que la Secretaría de la OMC organiza en Europa
Central y Sudoriental. Esta Conferencia es un comienzo; persistiremos
en nuestro empeño. Varios países de la región son Miembros de la
OMC desde hace algún tiempo. Otros se han adherido recientemente a la
OMC o se encuentran aún en proceso de adhesión. Sus preocupaciones e
intereses difieren según los países pero también hay una
considerable conjunción de intereses en algunas esferas. En todos los
casos, puede y debe hacerse mucho para contribuir a su mayor
integración en el sistema multilateral de comercio. Una integración
más amplia beneficiará al sistema y a todos los Miembros.
Crear
una economía de mercado próspera en las economías de transición es
un desafío colosal. Pero es factible. Los Miembros de la OMC y la
liberalización del comercio pueden contribuir a promover la
prosperidad, la estabilidad y la paz. La liberalización del comercio
genera empleo y crecimiento, y las personas que se benefician de los
intercambios comerciales crean estabilidad, la consolidan y suscitan
el entendimiento. La condición de Miembro de la OMC, o la perspectiva
de adhesión, pueden ayudar a afianzar reformas económicas liberales
y a promover la defensa del imperio de la ley. El sistema de solución
de diferencias de la OMC proporciona a los países una válvula de
seguridad vital para que resuelvan sus diferencias comerciales sin
recurrir a la fuerza. Por lo tanto, la liberalización del comercio,
la adhesión al imperio de la ley y una solución pacífica de las
diferencias mediante un foro multilateral como la OMC, son todos
ingredientes que contribuyen a crear un clima de estabilidad. Me
complace que las economías en transición desempeñen un papel
positivo y constructivo en el sistema multilateral de comercio.
Para
una mayor integración de los países de su región en el sistema
multilateral de comercio, es necesario que todas las principales
partes interesadas cumplan su papel. Por esa razón la OMC está aquí
presente. Es también el motivo por el que considero importante la
participación en el programa de organismos multilaterales, bancos y
órganos regionales, así como de donantes bilaterales. Aliento a los
representantes de esas organizaciones a que participen activamente en
el diálogo. Muchos países, para conservar el impulso de las reformas
legislativas y económicas nacionales, antes y después de adherirse a
la OMC, tendrán que hacer esfuerzos considerables para crear
capacidad humana e institucional y adquirir experiencia práctica.
Mis
colaboradores y yo estamos aquí para aprender y trabajar con ustedes
a fin de identificar oportunidades de prestar asistencia en
asociación con otros organismos. En los dos próximos días,
necesitaré su orientación y sabiduría. Teniendo esto presente,
permítaseme invitarles, al examinar varias cuestiones, a que centren
su atención en preguntas como las siguientes:
- ¿Cuáles
son las necesidades de sus países en relación con el programa de
trabajo actual y futuro de la OMC?
- ¿Cómo
podemos ayudarles a satisfacer esas necesidades?
- ¿Dónde
hay carencias?
- ¿Qué
más debemos hacer, en asociación con los organismos, bancos y
donantes multilaterales y regionales, para contribuir a
subsanarlas?
Las
respuestas a esas preguntas nos ayudarán a identificar las carencias
y a subsanarlas, a medida que llevamos adelante el Programa de Doha
para el Desarrollo. No puede esperarse hasta el año próximo para
descubrir nuevos problemas: será demasiado tarde.
Para
facilitar los debates en los dos próximos días, permítaseme
referirme a algunos aspectos clave del actual programa de trabajo de
la OMC. En la Conferencia Ministerial de Doha celebrada en el pasado
mes de noviembre, los Miembros fijaron un plazo ambicioso que expira
el 1º de enero de 2005 para la conclusión de la actual ronda de
negociaciones comerciales. No es mucho tiempo, pero los Miembros han
estado encarando su labor con celeridad y responsabilidad. Hemos hecho
progresos notables en materia de procedimiento:
- Se
ha establecido el Comité de Negociaciones Comerciales.
- Se
ha determinado la estructura de las negociaciones.
- Los
Presidentes de los órganos de negociación han sido elegidos.
- Se
han finalizado los programas de trabajo de la mayoría de los
órganos.
- Los
Miembros han convenido en celebrar la Quinta Conferencia
Ministerial en Cancún (México) del 10 al 14 de septiembre de 2003.
Hemos
realizado progresos similares en otras esferas: los Miembros han
apoyado plenamente nuestros esfuerzos en materia de asistencia
técnica; la Secretaría ha reorientado sus prioridades en relación
con el Programa de Doha para el Desarrollo; y también hemos tomado
iniciativas fructíferas con objeto de colaborar más plenamente con
la sociedad civil, incluido un simposio público celebrado el mes
pasado en el que hubo más de 700 participantes.
Muchos
comentaristas sugirieron que la adopción de esas medidas llevaría
largos meses, tal vez años. Había sido esa la experiencia tras el
inicio de la Ronda Uruguay. No obstante, en esta ocasión hemos
progresado hasta el momento rápidamente, lo cual es alentador.
Considero que podemos concluir la ronda dentro del plazo de tres años
acordado por los Ministros. Pero debemos acelerar el ritmo de las
negociaciones.
Prácticamente
ha concluido la fase de establecimiento. Ya se aproxima el final de
los plazos. Sólo disponemos de 16 meses hasta la Conferencia
Ministerial en Cancún. Después de eso nos quedará apenas más de un
año para llevar la Ronda a término.
Creo
que hemos comenzado de la mejor manera que podía esperarse. Pero
dados los plazos no hay cabida para la complacencia. Tampoco debemos
confundir el progreso en materia de procedimiento con el progreso en
cuanto al fondo. Esta tarde debatiremos más en detalle algunas de las
cuestiones que surgieron en Doha y los desafíos que nos aguardan.
Sobre la base de mi experiencia en Doha, les puedo decir que es
fundamental que mantengamos a los Ministros plenamente informados y
dedicados a nuestra labor. La orientación, los conocimientos y la
flexibilidad que ustedes pueden darnos serán necesarios en todos los
puntos de las negociaciones. Incumbirá después a los negociadores
comerciales de los Miembros de la OMC trabajar con dedicación y
flexibilidad para obtener los enormes beneficios que ofrece el sistema
multilateral de comercio.
El
proceso de reforma interna que conlleva la mayor integración en el
sistema multilateral de comercio tendrá muy amplias repercusiones
económicas, políticas y sociales para las economías en transición.
Cambios de este tipo requieren visión de futuro, coraje y
determinación. Exigen asimismo el consenso entre los grupos de
interés nacionales para apoyar los cambios, pese a las dificultades
inevitables. Es necesario dar a conocer eficazmente los beneficios que
supone el hecho de pertenecer a la OMC, para lograr el apoyo de los
sectores clave de la sociedad. Es preciso, por ejemplo, que los
empresarios participen mucho más en nuestra labor y expresen mucho
más claramente su apoyo al sistema de comercio.
¿Por
qué la OMC y la liberalización comercial son tan cruciales para la
prosperidad y la estabilidad? ¿Qué argumentos convencerán a
nuestros respectivos mandantes y lograrán aunar sus esfuerzos? Huelga
insistir en estos conceptos en tan distinguida y docta compañía,
pero daré algunos ejemplos de lo que está en juego:
- En
términos económicos, la reducción en una tercera parte de los
obstáculos al comercio en la agricultura, las manufacturas y los
servicios daría a la economía mundial un impulso equivalente a
613.000 millones de dólares EE.UU. Ello representa añadir a la
economía mundial una economía del tamaño del Canadá.
- La
eliminación de todos los obstáculos al comercio aumentaría el
ingreso global en 2,8 billones de dólares EE.UU. y
rescataría de la pobreza a 320 millones de personas para el año
2015.
- Desde
el punto de vista del desarrollo, la eliminación de todos los
obstáculos arancelarios y no arancelarios podría proporcionar a
los países en desarrollo beneficios de aproximadamente
182.000 millones de dólares EE.UU. en el sector de servicios,
162.000 millones en el sector manufacturero y 32.000 millones en
el sector agropecuario.
- Las
subvenciones a la agricultura de la OCDE equivalen en dólares a
dos tercios del PIB total de África. Mediante la eliminación de
esas subvenciones se restituiría a los países en desarrollo el
triple de la totalidad de la AOD. Kofi Annan desea reunir 10.000
millones de dólares para combatir el Sida; eso equivale solamente
a 12 días de subvenciones.
Nuestra
tarea común es presentar estos argumentos al público y tratar de
buscar la energía adicional con que su apoyo impulsará nuestras
negociaciones comerciales. Si éstos no fueran convincentes, contamos
con una serie de argumentos adicionales:
- Cada
uno de los siete Objetivos de Desarrollo del Milenio de las
Naciones Unidas -en sanidad, educación, pobreza, etc.-
requeriría 54.000 millones de dólares EE.UU. anualmente, es
decir, sólo un tercio de los beneficios estimados que obtienen
los países en desarrollo de la liberalización comercial.
- Permítaseme
compartir, a título ilustrativo, un libro que he leído
recientemente. Tanto los mongoles como los noruegos pagaron a los
Estados Unidos alrededor de 23 millones de dólares en
concepto de aranceles el año pasado. Claro está, que Mongolia
exportó 143 millones de dólares y Noruega 5.200 millones,
es decir, 40 veces más. De hecho, los mongoles pagaron 16
centavos para vender a los Estados Unidos el equivalente de 1
dólar en suéteres y trajes, mientras que los noruegos pagaron
0,5 centavos por el equivalente de cada dólar en salmón ahumado
de alta calidad, partes de motores de aviones y crudo del Mar del
Norte.
- Señalemos
a quienes tienen preocupaciones medioambientales, que según
estudios realizados la eliminación de subvenciones a la pesca
supondría beneficios ecológicos considerables.
Por
cierto, no es preciso esperar la conclusión de la Ronda de Doha para
el Desarrollo para que los países inicien reformas o liberalicen el
comercio. Por ejemplo, la facilitación del comercio, de acuerdo con
estudios realizados por el APEC y la UNCTAD, generará ingentes
beneficios. Las oportunidades de acceso a los mercados de poco sirven
si los camiones quedan detenidos en las fronteras durante días debido
a demoras burocráticas. Los trámites burocráticos y la mala
gestión pública, sea donde fuere, tanto en los países desarrollados
como en los países en desarrollo o las economías en transición,
resultan costosos y perniciosos.
El
Programa de Doha para el Desarrollo definirá las relaciones
comerciales internacionales en la primera parte del nuevo siglo.
Debemos cerciorarnos de que todos los países tengan la oportunidad de
beneficiarse del mismo, así como de contribuir a modelar el futuro
del sistema multilateral de comercio. Nuestra Conferencia constituye
un nuevo jalón en la integración de los países de esta región en
el sistema multilateral de comercio. Aparte de estas pocas
observaciones preliminares, celebro la oportunidad de estudiar con
ustedes, en las cuatro sesiones de trabajo que nos esperan, los
desafíos y oportunidades específicos a que se enfrentan los países
de su región.