WTO NOTICIAS: DISCURSOS — DG PASCAL LAMY


> Discursos: Pascal Lamy

  

Es una gran satisfacción para mí pronunciar algunas palabras con ocasión del lanzamiento de la publicación más emblemática de la OMC, el Informe sobre el comercio mundial. Cada año elegimos un tema de política comercial de interés actual y analizamos detalladamente sus aspectos destacados. En el Informe sobre el comercio mundial no se pretende indicar de forma definitiva o prescriptiva cómo se debe abordar una determinada cuestión en un marco de cooperación internacional, sino que se tratan los temas de forma exploratoria, procurando identificar elementos teóricos útiles, su importancia práctica y su incidencia en las políticas. De esta forma, nos esforzamos por comprender mejor cuestiones a veces complejas y por enriquecer el debate sobre la forma en que deben de afrontarlas los responsables de la adopción de las políticas.

Reconozco, no obstante, que defiendo una posición, la de la cooperación frente al enfrentamiento. Esto se corresponde con la razón de ser fundamental de la existencia de la OMC: ofrecer a los gobiernos un contexto en el que puedan identificar sus intereses mutuos y actuar en consecuencia, aun cuando entrañen soluciones de compromiso.

En una u otra forma, los recursos naturales son de importancia fundamental prácticamente para todo cuanto hacemos, para aquello de lo que dependemos y para la forma en que conducimos nuestra existencia. En efecto, los recursos naturales son esenciales para la vida humana. Por eso tiene tanta importancia la forma en que los administramos y consumimos o comerciamos con ellos. Los recursos no renovables, como el petróleo y el gas natural, se transforman en la energía indispensable para producir prácticamente cualquier otro bien o servicio, y los recursos renovables, como los bosques, el pescado y los acuíferos, figuran entre los activos naturales más valiosos del mundo.

Los mercados de recursos naturales están evolucionando, debido principalmente al rápido crecimiento y al aumento de la demanda en algunas partes del mundo, especialmente en algunos países asiáticos. Los recursos naturales tienen una presencia importante en el comercio mundial y representan casi la cuarta parte de las exportaciones de mercancías. Aunque el volumen de este comercio se ha mantenido estable durante el último decenio, su valor ha crecido el 20 por ciento anual.

Los recursos naturales tienen características singulares que en ocasiones pueden obligar a revisar hipótesis económicas básicas y la estructura de las normas que rigen el comercio. El hecho de que sean esenciales para muchos procesos de producción y de que, al mismo tiempo, su suministro sea limitado o resulten agotables y potencialmente finitos si no se administran de forma adecuada plantea una dificultad. Su extracción y utilización deben ser gestionadas de forma racional para que se puedan conciliar las necesidades contrapuestas de las generaciones actuales y futuras. El uso poco cuidadoso de estos valiosísimos activos por la sociedad de hoy puede tener graves consecuencias para la sociedad de mañana.

Por su naturaleza, algunos recursos naturales son lo que denominamos recursos “de libre acceso” potencial. Esto significa que pueden ser utilizados sin tener en cuenta que son limitados o agotables y sin que su precio refleje su escasez real. Si no se establece un control eficaz por parte del gobierno o un sistema de derechos de propiedad que se pueda hacer cumplir, estos recursos se sobreexplotarán y extraerán a un ritmo inadecuado desde el punto de vista social.

La manera de extraer y consumir los recursos naturales puede provocar también graves efectos ambientales negativos. Muchos recursos naturales se distribuyen de forma muy desigual entre los países y ello puede abrir la perspectiva de beneficiarse del comercio pero también generar tensiones entre quienes poseen los recursos y quienes quieren acceder a ellos. Por distintas razones, los precios de los recursos naturales pueden experimentar fuertes fluctuaciones y ello puede causar tensiones internacionales. Esa volatilidad también puede plantear dificultades para la política de desarrollo.

También pueden plantearse problemas para el desarrollo cuando las economías de países pequeños están dominadas por un solo recurso natural o por un número muy reducido de ese tipo de recursos, pues esto puede hacer difícil conseguir una estructura de desarrollo homogénea que suponga una menor dependencia de un único sector. Las rentas económicas asociadas a la extracción y utilización de tales recursos también pueden plantear en ocasiones graves problemas de gobernanza.

A medida que el mundo se recupera de la recesión global, es probable que los intereses contrapuestos existentes en el comercio de recursos naturales se conviertan en una fuente más importante de tensiones políticas. En esas circunstancias es particularmente importante contar con unas normas comerciales bien diseñadas, que se consideren equitativas y eficaces. El comercio de recursos naturales se desarrollará con independencia de si la comunidad mundial se ha dotado o no de unas normas adecuadas, dado que las necesidades que motivan esos intercambios persisten y aumentan con el paso del tiempo.

Sin embargo, unas normas poco adecuadas entrañan el riesgo de agudizar las actitudes nacionalistas respecto de los recursos naturales cuando las políticas comerciales están determinadas por las diferencias de poder entre los países y por políticas de empobrecimiento del vecino. Cabe destacar que en lo que respecta a la política comercial, las restricciones de las importaciones suelen ser mínimas y tener pocas consecuencias económicas. Esto refleja la escasez intrínseca de los recursos naturales y el interés de los países importadores en conseguir recursos naturales como insumos para su producción.

Es más bien la política de exportación la que domina los debates sobre el comercio de recursos naturales. La teoría económica nos enseña que son varios factores los que explican la razón por la que los gobiernos pueden querer restringir las exportaciones de recursos naturales. Las restricciones pueden tener efectos de distorsión, estar orientadas a conseguir ventajas en la relación de intercambio o responder al intento de rectificar disfunciones del mercado y efectos externos de varios tipos que no tienen en cuenta los mercados. Es posible que los gobiernos quieran diversificar la actividad económica y promover las ramas de producción nacionales reduciendo los precios de insumos esenciales para la producción, efecto que se puede conseguir estableciendo un impuesto o una restricción a la exportación.

Por otro lado, es posible que los gobiernos quieran reducir las tasas de extracción por razones ambientales o preservar los recursos para las generaciones futuras. Algunos gobiernos también dependen de los impuestos a la exportación para obtener sus ingresos. Aunque ninguna gran doctrina económica sostiene que éstas son políticas negativas que nunca deben aplicarse, es bien sabido que dichas políticas, si no se formulan y se llevan a la práctica cuidadosamente, pueden imponer costos indebidos a los países que las aplican y a los países extranjeros interesados en adquirir recursos naturales de los que carecen.

Creo que en este breve análisis de todas estas cuestiones relacionadas con la economía y el comercio de los recursos naturales he aportado argumentos suficientes para demostrar la importancia de la cooperación internacional. Sin duda, hay diferencias importantes entre los intereses nacionales en este ámbito, pero creo también que existen soluciones de compromiso que pueden beneficiar a todos. Ésta es la razón por la que es crucial trabajar activamente para reforzar la cooperación internacional en esta esfera y por la que es tan importante la coherencia entre las diferentes instancias de la cooperación internacional.
Gracias por la atención que me han dispensado. 

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