Secretario General Gurría,
Estimados colegas,
Señoras y señores:

Antes de entrar en materia, quisiera dar las gracias a los equipos de nuestras dos Organizaciones por su ardua labor y por la amplia cooperación demostrada en esta iniciativa. La OCDE ha sido un colaborador de confianza en nuestro empeño común para elaborar nuevos instrumentos con los que medir el comercio actual. Son impresionantes los resultados logrados en nada más que cuatro años ‑una especie de récord mundial Guinness en relación con una iniciativa encaminada a renovar un campo tan tradicional y tan maduro como las estadísticas del comercio-.

Además de la OMC y la OCDE, han contribuido a la consecución de nuestro objetivo común de incrementar el conocimiento en materia de estadísticas del comercio en el siglo XXI otras muchas entidades, como IDE-JETRO y la Comisión de Comercio Internacional de los Estados Unidos. La lista es larga, y no es posible enumerarlas todas.

Lo que hoy presentamos es también el resultado de la convergencia de varias iniciativas nacionales e internacionales. Aprovecho la presencia de Karel de Gucht para destacar el papel precursor de la Base de Datos insumo-producto a nivel mundial, patrocinada por la Comisión Europea. El G-20 también ha tomado nota de este proyecto y ha reconocido que la base de datos merece seguir siendo desarrollada.

¿Qué interés tiene la OMC en esta iniciativa?

Creo que fue Mark Twain quien dijo: "hay tres tipos de mentiras: mentiras, malditas mentiras y estadísticas". Si tuviera que resumir el interés que tiene la OMC en esta cuestión diría que es asegurarse de que las estadísticas comerciales no mientan, o, más modestamente, que mientan lo menos posible.

La OMC es más conocida por administrar las normas mundiales de comercio, celebrar negociaciones comerciales multilaterales y solucionar diferencias comerciales.

Sin embargo, en los últimos 10 años hemos visto con creciente frecuencia cambios en la estructura del comercio mundial y el consiguiente ajuste de las políticas comerciales de los distintos países. Cada día resulta más difícil explicar el comercio mundial actual con las teorías comerciales tradicionales, o comprender cómo se generan y distribuyen los beneficios en materia de bienestar en un mundo globalizado.

Las estadísticas tradicionales no permiten formarse una idea clara de la manera en que se comercian actualmente los productos manufacturados. Tampoco permiten captar plenamente el enorme papel que desempeñan los servicios en la actividad manufacturera. Pero lo más importante es que no han sido suficientemente aptas para garantizar una política comercial debidamente fundamentada en lo que le importa a la gente: los empleos. Es un hecho que en los últimos 20 años las cadenas de valor mundiales han modificado la forma de organizar la especialización internacional y comprender las ventajas comparativas.

Por este motivo, en 2007 pedí al equipo de estadística de la OMC que encontrara la forma de zanjar esa brecha estadística. Posteriormente, la crisis mundial de 2008-2009, y su corolario, "el gran colapso del comercio", han hecho ver a los analistas la importancia de la cuestión que nos ocupa. Como he dicho antes, además de la OCDE y la OMC, una gran coalición de organizaciones, institutos de investigación y oficinas de estadística han aunado esfuerzos para zanjar esa brecha estadística. La publicación hoy de estos conjuntos preliminares de datos debe considerarse un hito en esta cooperación a largo plazo y en esta empresa en la que son muchos los actores y las partes interesadas.

Permítanme señalar tres resultados que demuestran la forma en que la medición del comercio en términos de valor añadido cambia la manera en que debemos entender hoy el comercio y, por consiguiente, las políticas comerciales.

En primer lugar, cabe mencionar el papel de los servicios. Los servicios representan un 20 por ciento del comercio total, pero esa proporción se duplica cuando consideramos su contribución al valor añadido a las mercancías que son objeto de comercio internacional. Entre los servicios incorporados en el valor de las mercancías figura la mayoría de las nuevas funciones empresariales que han hecho posible el desarrollo de las propias cadenas de valor, como la investigación y el desarrollo, y la logística moderna.

Comprender el papel crucial que tienen los servicios de alto valor añadido para el éxito de las cadenas de valor es especialmente importante para los países industrializados, ya que les indica dónde pueden tener una ventaja competitiva y dónde encontrar los empleos generados por el comercio. Por otro lado, también es de vital importancia para los países en desarrollo, porque les muestra la importancia de la facilitación del comercio y de contar con servicios adecuados de transporte y logística que hagan posible el comercio en términos de valor añadido.

El segundo resultado consiste en la importancia que tienen las importaciones de productos intermedios para aumentar la competitividad de las exportaciones. Actualmente, para tener éxito como exportador hay que ser un activo importador. Es sencillo: "las importaciones generan exportaciones".

Ello tiene importantes consecuencias para la forma de entender las actuales políticas comerciales. Si se comprende que las importaciones de un país benefician a las exportaciones, cambia lo que los negociadores comerciales llaman "intereses defensivos", así como la forma de evaluar la relación costo-beneficio como resultado de la adopción de medidas comerciales correctivas. Y puede también modificarse la importancia que se asigna al tradicional y saludable principio de reciprocidad.

El tercer y último punto guarda relación con la necesidad de redefinir las balanzas comerciales bilaterales a fin de medir las importaciones y exportaciones con arreglo a su verdadero contenido nacional. Como muchos de ustedes ya saben, hay desequilibrios de gran trascendencia política, como el déficit comercial de los Estados Unidos con China, que se reducen en más de un 30 por ciento cuando el comercio se mide, como corresponde hacerlo, en términos de valor añadido, y no en términos de valor comercial bruto. Una vez más, si se dispone de buenas estadísticas comerciales se podrá contar con una base sólida para formular buenas políticas comerciales y macroeconómicas y entablar los debates públicos bien fundamentados en los que deben apoyarse las opciones de política; ello también puede ayudar a situar las negociaciones comerciales multilaterales en el contexto adecuado. Las políticas individualistas, lo que los politólogos llaman políticas de "empobrecimiento del vecino", acarrearán inevitablemente graves consecuencias negativas, no sólo para los vecinos, sino para el propio país que toma las medidas.

Mediante el nuevo conjunto de datos que se hace público hoy, espero que los analistas y los encargados de formular políticas comprendan mejor esas interdependencias. Este es sólo el primer paso de un largo viaje. Los datos son preliminares, pero creo que vamos por buen camino, que nos estamos acercando más a la realidad del mundo actual. Creo que, con nuestro esfuerzo conjunto, la elaboración ahora de mejores estadísticas contribuirá a lograr mejores políticas el día de mañana. Se trata, en suma, de convertir las cifras sobre el comercio en información sobre el comercio.

Muchas gracias.