Pascal Lamy

DIRECTOR GENERAL

Diario de Pascal Lamy en la Conferencia Ministerial

Mi jornada en la Conferencia Ministerial...


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Lamy recibe 200 preguntas sobre muchos temas comerciales en su primera charla en vivo

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Diario de Pascal Lamy en la Conferencia Ministerial de Hong Kong

 

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Domingo 18 de diciembre

Último día y un buen comienzo

Ha sido una lucha hasta el mismísimo final, hasta el último minuto.

A medida que los primeros rayos de luz se reflejaban en las fachadas acristaladas del centro de convenciones me daba cuenta de que el momento de la verdad se estaba acercando. Estábamos en una situación en la que nos jugábamos el todo por el todo. Las últimas horas de reuniones fueron muy, muy intensas. Hay que controlar la frustración de volver a examinar algunas cuestiones por enésima vez. Es demasiado fácil perder ahora los estribos y que todo dé marcha atrás por una palabra equivocada. Es como mantener el equilibrio en un pequeño barco, tratando de alcanzar la otra orilla en medio de la tormenta.

El equilibrio es la clave de la dinámica de este grupo de 30 Ministros, que representan las muchas sensibilidades presentes en la OMC: dos terceras partes de países en desarrollo, menos adelantados, África, Asia, América Latina, pequeñas economías … pero sólo tres mujeres ministras. ¡Me parece que este es el único equilibrio que debemos mejorar!

De vuelta al hotel para dormir sólo dos o tres horas, pero es una de esas ocasiones en que uno se acuesta pero la mente sigue trabajando a tal velocidad que es difícil conciliar el sueño. Cada 10 minutos suena el teléfono, hay que tomar decisiones, volver al centro de convenciones. Durante unos días hemos estado construyendo algo parecido a un castillo de cartas. Mantener la mente fría en las últimas horas de la Conferencia es fundamental para garantizar que el castillo no se derrumbe en el último minuto. Cuando los Ministros salen a las 7 h, John Tsang, el Presidente, y yo todavía tenemos que finalizar el texto que será examinado esta tarde por todos los Miembros. ¡Más vale no poner la palabra, o la coma equivocada!

Ha sido todo menos una tarde tranquila. Problemas, las preocupaciones de distintos Ministros que se hacen llegar hasta mi oficina, más reuniones, llamadas de teléfono. Las últimas horas fueron como estar en la sala de urgencias de un hospital. Menos mal que mi equipo, pese a trabajar bajo una enorme presión, se mantuvo sereno mostrando un espíritu de equipo. Sabíamos que podíamos conseguirlo, pero como dijo una vez un famoso jugador de béisbol “nada está terminado hasta que no está terminado”. Los delegados hacen cola en el centro de documentación para obtener el último proyecto de nuestros trabajos esta semana. No es exactamente la idea que yo tengo de un éxito de ventas, pero a juzgar por la excitación que allí reinaba, ¡es casi como si se tratara del último Harry Potter! Tal vez una idea de título para el próximo libro pueda ser: “Hogwarts: ¿el colegio de los magos del comercio?”

Vuelta a otra reunión con los jefes de delegación. Uno tras otro nos recuerdan que todavía tenemos mucho trabajo pendiente, pero aceptan el texto. La sensación de alivio es palpable en toda la sala. Todo el mundo tiene el sentimiento de que lo hemos conseguido, no del todo … pero con ímpetu para finalizar la Ronda en 2006. En la sesión plenaria de todos los Miembros que tiene lugar a continuación se presenta el texto para su aprobación final: el sonido del mazo seguido de las palabras del Presidente “así se acuerda” me suenan a música celestial. Se escucha una salva de aplausos. ¡Es increíble! Todos han estado defendiendo sus posturas frente a los demás durante más de 100 horas y ahora están unidos durante un minuto; eso sí, el minuto crucial. En la conferencia de prensa, los periodistas me acribillan a preguntas, la última prueba de esta agotadora semana. Con todo, hasta ellos comparten nuestra excitación por el resultado de estos seis días. Les diré que cuando vine a Hong Kong estaba totalmente despierto y las negociaciones medio dormidas; esta noche estoy medio dormido pero la buena nueva es que ¡las negociaciones han salido ahora totalmente de su letargo!

Esta noche será la subida de adrenalina la que me impida dormirme de inmediato. Pero no puedo negar que estoy feliz. Ha sido una semana increíble en una ciudad fabulosa cuyo equipo … John Tsang, el comité organizador, los voluntarios y muchas otras personas trabajando en la penumbra, ha hecho una labor impecable. Me traeré a Ginebra un recuerdo imborrable de todos ellos. Dar acogida a la OMC debe haber sido como tener visitas el fin de semana. Nos traen alegría cuando llegan y paz cuando se marchan.

Esta es mi felicitación Navideña a todos mis amigos en Hong Kong y a todos ustedes: ¡Felices Pascuas, Paz y buena voluntad a todos!

Esta será la última anotación a mi diario de Hong Kong, pero ni mucho menos hemos terminado con la Ronda. Au revoir, hasta luego.

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Programa del Director General — 18 de diciembre

Reuniones sobre el proceso de negociación y con las delegaciones de los Miembros

Ceremonia de clausura (hora por determinar)


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Sábado 17 de diciembre

Quedan 24 horas — ¿Lo conseguiremos?

Estaría bien poder tomar el aire, dar un paseo por el puerto. Quedan poco más de 24 horas para que termine la conferencia. Estamos todos cansados, mental y físicamente. Es como la última etapa de un maratón, el cuerpo dice que la meta está demasiado lejos, la mente nos empuja hasta el final. Una vez me dijeron que correr es un esfuerzo físico en un 80%… y mental en un 80%. Las negociaciones comerciales son más mentales que físicas, pero si uno tiene que sentarse y concentrarse en una negociación durante muchas horas, el cuerpo también se resiente.

Los medios de comunicación dicen que lo tenemos difícil para llegar a un acuerdo — y no saben ni la mitad de lo difícil que es. El último debate entre los Ministros duró 10 horas. Nos pasamos la noche discutiendo, intentando alcanzar un nuevo compromiso. Muy cuesta arriba. Debo admitir que hay momentos en que parece que no lo conseguiremos. Sé que en esos instantes tengo que mantener la cabeza despejada, para conservar mi concentración y la de todos en la meta real — el final de la Ronda en 2006. Pero por ahora, toda nuestra energía (o lo que queda de ella) debe dedicarse a hacer progresos en las próximas pocas horas.

Hojeo los recortes de prensa y veo partes de este diario — ¡es gracioso ver las cosas que escribo aquí publicadas en la prensa! Hablando de reacciones, quiero dar las gracias a todos los que me han enviado mensajes de aliento, desde lugares como Marruecos, Turquía, Chipre, Canadá, China y también de los funcionarios de la Secretaría de la OMC que se quedaron en Ginebra. Como dije ayer, realmente me gustaría tener tiempo para enviarles a todos mensajes y respuestas personales, pero espero que entiendan el poco tiempo que tengo estos días. Intentaré hacerlo cuando vuelva a Ginebra.

Alguien escribió preguntando de dónde vienen mis plátanos — buena pregunta, teniendo en cuenta que el comercio del banano es una cuestión candente en la OMC y que debo mantenerme imparcial. He preguntado de dónde proceden los plátanos que comemos aquí en el Centro de Convenciones, y me han dicho que llegan de cualquier parte del mundo, por lo abierto que es el comercio en Hong Kong, pero que en esta época del año lo más probable es que vengan de Filipinas. Sólo me queda añadir mi agradecimiento a los cultivadores de plátanos de todas partes por este gran producto — portátil, autónomo, de diseño elegante y un gran reconstituyente.

¡El fotógrafo de la OMC nos enseño una foto de un bebé precioso! Le pedí al encargado de la página Web que la incluyera en el sitio, junto con mi mensaje. El bebé se llama Maria-Gloria Distefano, tiene dos años y medio y asiste a la conferencia con su madre, delegada de Luxemburgo. ¡Qué hermoso adorno para el ambiente lleno de trajes grises de nuestras reuniones — esto debe ser lo que la gente llama ser una “negociadora comercial desde la cuna”!

Mi programa de hoy se rige por la fase final de las negociaciones. Tengo que hablar con coordinadores regionales, delegaciones, expertos de la Secretaría. A las dos de la tarde el nuevo texto que elaboramos anoche se distribuirá a las delegaciones. Tendrán muchos cambios que absorber… antes de volver a reunirnos esta noche en la “pecera”. Hemos de preparar la última version antes de que se cierre el telón mañana. Y ya puede ser un buen resultado, si queremos conservar la credibilidad de los 150 Ministros, los delegados, los medios de comunicación y las ONG que se han reunido durante toda una semana a kilómetros de sus hogares.

Quisiera decir unas palabras sobre la gente que trabaja conmigo aquí en Hong Kong. Se trata de un grupo entregado y profesional de todos los continentes, despiertos a todas horas, siempre concentrados. Algunos de ellos colaboran estrechamente conmigo, otros son especialistas — abogados, economistas, que interactúan con las delegaciones en cuestiones muy técnicas, u ocultos en las cabinas de los intérpretes y las oficinas de traducción, revisando, preparando y distribuyendo documentos, organizando la logística, hablando con la prensa y las ONG, y sin olvidar a las personas que se quedaron en Ginebra para asegurarse de que todo siga funcionando en nuestra sede. Ha habido gran cantidad de trabajo en equipo, con el personal de Hong Kong, extremadamente eficiente. Mi más sincero agradecimiento a todos ellos (me he dado cuenta de que también leen este blog…).

Es hora de ir a la reunión de los jefes de delegación — es decir, una reunión con todos los Ministros presentes en esta conferencia. Después una sesión que seguramente durará toda la noche — la última. Quien nos observe desde fuera debe pensar que esto es una locura. Puede que lo sea, pero todavía no hemos encontrado otra forma de llevar a cabo estas negociaciones. Tendré que reflexionar sobre ello. Aún no hemos terminado aquí, pero no puedo evitar pensar en la cantidad de trabajo que nos espera el año que viene. Recuerden que la Ronda termina en 2006.

PS (confidencial): en casa, como plátanos originarios del comercio equitativo. Por favor, no se lo digan a nadie. Tengo que mantenerme neutral.

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Viernes 16 de diciembre

Empieza la parte difícil pero todas las opciones están abiertas.

Aún es noche cuando me despierto y ya es día cuando me acuesto. Hace casi una semana que estoy aquí en Hong Kong y no he visto mucho de la ciudad, aparte del Centro de Convenciones y, esporádicamente, el hotel. Pero a veces, durante el día, cuando aspiro el humo de uno de mis contados cigarros, doy un vistazo al puerto y veo la embarcación de velas azules que ya he mencionado. Me impresiona como si fuera un poco nuestra conciencia. El mensaje pintado en las velas resalta en grandes letras blancas que dicen: “¿Cuándo empezarán a hacerse ricos los pobres?” Un mensaje bastante directo, por cierto, para todos nosotros, que continuamos en el sucederse de las reuniones. Es verdad que el comercio puede contribuir a aliviar la pobreza pero — y este es un gran PERO — es sólo una pieza del rompecabezas.

¡Pobres lo de mi equipo! Me miran cada vez más con ojos que preguntan: ¿Cuándo vamos a poder dormir un poco? Mi respuesta a ambas cuestiones —l a de la embarcación y la de mi equipo — es: depende de que trabajemos aún más. Cualquier resultado que obtengamos será el resultado de los esfuerzos y será más potente que las palabras. En cuanto a la falta de sueño, sólo en la noche pasada consumimos aquí en el despacho … ¡320 tazas de café! No está mal para las exportaciones de los países en desarrollo. Los precios son bajos pero el volumen va en aumento …

El día de hoy es una extenuante serie de encuentros para todos los que estamos atrapados en estas negociaciones, conscientes todos de que se nos va el tiempo, y la gente — ministros, delegados, ONG, periodistas — se está poniendo nerviosa. Miro mi agenda y veo una larga lista de grupos con los que me he de reunir en las próximas horas. Puedo ver por qué esta Organización intriga a mucha gente. Están el G-20, el G-6, el G-10, el G-90, y ahora el G-110, el G-33, el Grupo de Cairns, los Amigos del Pez, la Cuadrilateral y los Amigos Íntimos de los Servicios. Cualquiera de estos grupos puede incluir la más sorprendente diversidad de países, y éstos, según la región, pueden estar unidos o pueden sostener posiciones totalmente opuestas. Cuando aterricé por primera vez en el mundo de la OMC, para mí, y supongo que para la mayoría de las personas ajenas a él, todas esas siglas, agrupaciones y palabras ininteligibles podían parecer un intento de encubrir algo. Y sin embargo todas son instrumentos para tratar de hacer avanzar las negociaciones. Negociaciones que avanzan a paso de tortuga pero sin que quede atrás ningún país. La paciencia no es, pues, una virtud; es una necesidad.

Ustedes se dirán: esta gente pasa sus días y sus noches en reuniones. ¿Para qué sirven todas esas reuniones? Véanlo como si fuera un gran edificio que estamos construyendo, hecho de millares de ladrillos, y como si hubiera 150 albañiles en la tarea. Está claro que antes de poner un ladrillo sobre otro hace falta discutir el proyecto, ver quién hace qué y cuándo, y cuál será el resultado final. No es fácil, y más de una vez causa desaliento. Ayer, por ejemplo, pasamos más de tres horas debatiendo el paquete de medidas comerciales a favor de los países más pobres del mundo, paquete que incluye la eliminación de las subvenciones a la exportación de productos agrícolas y que pretende hacer frente al problema de los países africanos productores de algodón. Después, más reuniones, con algunos de los Ministros que están tratando de ayudar a cascar las nueces más duras, es decir, cuestiones complicadas con profundas implicaciones políticas.

El texto de la Declaración va cobrando forma con respecto a algunos puntos, aunque las noches en vela están dejando a todo el mundo sin buen humor. En las conferencias de prensa que dan los Ministros se ve gente con los ojos rojos, gente bajo presión. Hasta los funcionarios de mi equipo cabecean de sueño en las reuniones o tratan de dormir unos minutos en los pasillos. Como podrá decirles cualquier corredor de maratones, es muy importante mantener la energía necesaria para la última vuelta.

Vuelvo a mirar por la ventana y veo de nuevo la embarcación de velas azules. Es posible que también hayan ganado la calle los agricultores coreanos. Será otra larga noche. Constantemente vuelve a mi mente una idea: cualquiera que sea el resultado de esta Conferencia, tendrá que aportar algo para todos, así que todos tenemos que actuar.

Una larga noche de conversaciones; una noche difícil y tensa para los Ministros, y también para nosotros, intermediarios, que tenemos que comprender todas y cada una de las posiciones para contribuir a generar compromisos que funcionen. Cuando me retiro del Centro de Conferencias ya hay delegados que llegan para las sesiones del sábado. Me siento como un topo que sale de su guarida oscura. Me voy al hotel a descansar un poco. Tengo que recordar que debo recargar las pilas de mi teléfono móvil. Vuelvo dentro de dos horas. El compromiso revisado sale. El sábado la suerte estará echada.

Buenos días, buenas noches.

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Jueves 15 de diciembre

Mitad de la Conferencia, algunos pequeños progresos volátiles, todavía queda demasiado por hacer.

Hola y gracias a los que dedicaron tiempo a enviarme comentarios sobre este diario. Bueno es saber que alguno lo lee. También hay algunas preguntas interesantes que quisiera hacer espero tener tiempo para mantener una conversación en línea el año próximo. El sol brilla otra vez en Hong Kong esta mañana. ¿Un buen augurio para el que será otro largo día? Nos encontramos en la mitad de la Conferencia y el camino que tenemos por delante puede convertirse en una pendiente resbaladiza o en una cuesta que se escala con cuidado. Presiono, como debo hacerlo, por esto último, pero también pienso que deberíamos preguntarnos si podemos mover a 149 Miembros en la misma dirección. Al escuchar algunas de las declaraciones que hicieron los Ministros durante el día recuerdo cuántas personas en el mundo nos están mirando … tantos que tienen algo que perder o ganar según el resultado de esta Conferencia. Esta mañana siento más que nunca la necesidad de que el trabajo comience con la máxima seriedad.

He de encontrarme con los delegados de los 49 países más pobres. Sé que esperan oír lo que los demás Miembros y yo haremos con respecto a las cuestiones que les preocupan. Están ansiosos por conseguir para sus productos acceso a los mercados de los países ricos — un acceso libre de obstáculos —. Algunos de ellos me recuerdan que sólo representan una diminuta fracción del comercio mundial, menos del 1 por ciento, no pueden considerarse como una amenaza para nadie, ¿tienen alguna posibilidad? Considero que la tarea que me corresponde es asegurar que sus voces se oigan y sus argumentos se tengan en cuenta.

Gran reunión con el Grupo Africano. Más de 300 delegados. Están resueltos a que nadie olvide que esta ronda ha de ser un ronda para el desarrollo. En todas estas deliberaciones estamos ganando terreno palmo a palmo hacia algo concreto … algunas palabras que podamos poner por escrito y comenzar a ver un poquito — muy poquito — de convergencia. Es un proceso fascinante, a veces casi mágico, pero siempre agotador para todos los involucrados … especialmente cuando raras veces se tiene tiempo para dormir. Pero debo confesar que la posibilidad de ver siquiera una chispa de lo que podría ser una gran luz, un texto de acuerdo, vale cada minuto de ardua labor.

Próxima reunión: la delegación de Ucrania. El Ministro considera importante decirme que la adhesión a la OMC constituye la prioridad máxima de su Gobierno y que se está haciendo todo lo posible para que tenga lugar el año próximo. Nuevos Miembros se unen a la OMC — Arabia Saudita lo hizo oficialmente justo antes de esta Conferencia, el 11 de diciembre, llevando a 149 el número total de Miembros —. Hay unos 30 países en proceso de adhesión. Durante estos grandes eventos las contradicciones salen muy claramente a la superficie: mientras algunos gritan afuera “que se hunda la OMC”, otros, especialmente los países más pobres, están haciendo todo lo que está a su alcance para adherirse a ella.

Un raro momento de paz durante este día difícil — salgo de esta olla a presión por unos minutos para asistir a la ceremonia de la adhesión de Tonga a la OMC — … Feliz ocasión para este país insular de 112.000 habitantes. Tonga, la “isla amiga”, es un país “jalón”, situado cerca de la línea internacional de cambio de fecha, y representa un jalón en la OMC: será el Miembro 150º de la Organización. ¡Mâloh y léléi!

Vuelta al trabajo aunque ya es de noche; mucha gente sale a cenar. Difícil suerte la mía y la de los funcionarios de la Secretaría. Tenemos que quedarnos y prepararnos para la ardua tarea de lograr que todos convengan en delinear esferas de progreso — por pequeñas que sean —. Vuelta a la pecera de negociaciones difíciles. Largas horas tratando desesperadamente de hacer que la gente se concentre, no me puedo permitir ni un minuto de distracción ahora. Sin embargo, estoy tranquilo porque confío en que lo que estamos configurando ha venido acumulándose progresivamente, desde los Miembros desarrollados y en desarrollo, pequeños países insulares, desde las potencias como los Estados Unidos, la Unión Europea, China, la India y el Brasil, y también desde el grupo de los países más pobres, quienes son tal vez los más elocuentes de todos para expresar las razones por las que no debemos fracasar. Intereses diversos, una miríada de señales y signos por descifrar para darles sentido antes de robar un rato para el sueño. Recuerdo un proverbio chino: no hay viento, no hay olas, algo pasa.

Espero tener algo de tiempo para comprar para los regalos de Navidad cuando la Conferencia termine.

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Miércoles 14 de diciembre

Aunque lentamente, empieza a girar el motor

Bonjour … bienvenidos a mi segundo largo día (con su noche) en la Ministerial. Mi programa se acelera con el ritmo de las negociaciones. Reunión tras reunión, de un lado para otro. A pesar de todo, encontré un momento para echar un vistazo a los titulares del día de ayer y vi que les gustó la varita mágica que utilicé en la ceremonia inaugural. Me la dio una de mis secretarias en Ginebra, es de plástico y, por cierto, ¡no funciona! La única magia en la OMC son los raros momentos de consenso, que sólo acontecen como resultado de un montón de trabajo. De todas maneras, creo que a veces hay que recurrir a imágenes para atraer la atención. En Cancún sin duda funcionó, cuando dije que el proceso de Conferencias Ministeriales de la OMC es medieval …

El escenario de la presente Conferencia se acerca más a la ciencia ficción. Los delegados parecen deslizarse por el aire de un nivel a otro de esta gigantesca cápsula de acero y cristal que mira a un puerto con muchísimas embarcaciones de todos los tipos que se puedan imaginar — cargueros, barcos cisterna, barcos de cruceros, barcos de pesca — todos relacionados de un modo u otro con el comercio. La vista desde mi oficina del puerto y el paso constante de los navíos es fantástico: como si se me recordara constantemente cuán concretas son estas negociaciones. Si alguna vez se erige un monumento a los beneficios del comercio, seguramente será en Hong Kong.

Pero basta de “reverie”. El día comienza temprano con mis adjuntos y mis colaboradores más cercanos, antes de la primera reunión con nuestro Presidente, John Tsang, los tres Vicepresidentes y los Ministros que le ayudan a llegar al público en calidad de “Amigos”. Esas personas son clave para que todos nuestros Miembros participen en el proceso de negociación. La parte que me corresponde para mantener la transparencia de los debates consistirá en reunirme a lo largo del día con distintos Ministros y grupos para compartir información y hacer avanzar todo: un largo programa de reuniones, algunas cada media hora, sin interrupción. A veces me siento como un pastor, a veces como una enfermera o una comadrona, tratando de ayudar a los Miembros en un parto difícil …

P+P para comer (quiero decir, pan y plátanos, claro está). Camino hacia más reuniones, veo a los policías patrullando en sus diminutas lanchas las agitadas aguas que rodean el Centro de Convenciones. ¿A quién protegen? Me gustaría pensar que protegen a todos los que nos estamos jugando algo en esta Conferencia, a los manifestantes afuera, a los delegados y las ONG adentro — a todos —, para que el debate que estamos manteniendo sea lo más civilizado y productivo posible.

La sesión plenaria de la noche nos dio buenos motivos para reflexionar sobre las dificultades de algunos de nuestros Miembros en desarrollo y de nuestros Miembros más pobres, que nos hablaron de la importancia del algodón y los plátanos para sus economías. La Ministra del Chad hizo un breve y emotivo llamamiento para que se realicen progresos en la cuestión del algodón. Habló de miseria y pobreza, de dignidad humana y cooperación. La OMC tiene que ver con mucho más que el comercio — de hecho, es el comercio que tiene que ver con mucho más que aranceles y fórmulas: se relaciona con la gente. Lo que esos países estaban diciendo realmente, cuando hablaban del algodón y los plátanos, es que DEBEMOS abordar sus preocupaciones en cualquier esfuerzo que hagamos para que el comercio sea justo.

El día terminó con más consultas, que duraron hasta entrada la noche. Ahora (3 de la mañana) me voy al hotel a tratar de dormir unas horas y prepararme para el jueves (a las 6 de la mañana). Será un día clave: el punto medio de la Conferencia.

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Martes 13 de diciembre

Hola, o Nei Ho, como dicen aquí en cantonés, o Nin Hau, en mandarín.

Hoy es EL día: inauguración de la Conferencia. De pie temprano y un poco de “footing” para preparar el primer y largo día. En las noticias de la televisión aparezco ayer todo el día corriendo de reunión en reunión con los distintos grupos. Valía la pena. Pero hoy hay que centrarse en el orden del día oficial, a medida que siguen llegando las delegaciones.

No creo que sea sólo el “jet lag” lo que me da la sensación de que el día se proyecta a cámara rápida, y aquí estoy, sentado con los representantes del G-20, una nueva fuerza en el sistema multilateral que incluye al Brasil, la India, China y otros países en desarrollo. Su principal preocupación es lograr recortes de las subvenciones agrícolas que distorsionan el comercio. Ya hemos recorrido un largo camino sobre esta cuestión desde que iniciamos las negociaciones en 2001. Poco después, los Ministros de la región del Caribe me cuentan sus preocupaciones sobre las pequeñas economías y los pequeños Estados insulares; alegan que no es posible una OMC de un único rasero. Más tarde, desde mi oficina, tomando un café rápido antes de seguir, diviso un barco en cuyas velas se lee en grandes letras “ ¿Para cuándo la justicia comercial?”. Pero, ¿la justicia comercial de quién?

En estos momentos siento un cosquilleo en el estómago, como un corredor que espera el pistoletazo de salida. Me han dicho que hay cerca de 11.000 hombres y mujeres reunidos en la ceremonia de inauguración, y me recuerdo a mí mismo que es menos que en el maratón de Nueva York. Cuando al entrar vi a los delegados, me pareció ver un impresionante mar de colores. El principal mensaje que les transmití fue que no tenemos una varita mágica para resolver nuestras dificultades: sólo audacia y valentía. Justo cuando estaba diciendo que la OMC es una institución bastante democrática, un grupo de ONG se puso a cantar eslóganes antiOMC en plena ceremonia, mientras que un grupo de agricultores coreanos se zambulló en el mar y vino nadando hacia el Centro de Conferencias … ¿alguna duda acerca de que es una Organización abierta? No podía dejar de pensar en las muchas contradicciones que nos rodean: dos tercios de los delegados que se encuentran en el edificio quieren un comercio más abierto en la agricultura, mientras que los numerosos agricultores que se manifiestan en las calles y los dramáticos titulares de las noticias piden exactamente lo contrario: el cierre de los mercados para los productos agrícolas. Vuelven a mi mente las velas del barco, ¿la justicia comercial de quién? Parte del abismo que existe entre la percepción que tiene el público de lo que la OMC es y de lo que no es. Es evidente que se puede mejorar mucho el tema de la comunicación.

Eso es lo que intento hacer en mi primera conferencia de prensa. Más de 3.000 periodistas a mi alrededor, ávidos de noticias. Como les dije, creo que podemos dar un paso adelante en Hong Kong, siempre que los Ministros estén dispuestos a asumir algunos riesgos. Y esto es lo que digo a un grupo de Ministros por la noche. ¿Lo harán? Seguimos en contacto.

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Lunes
12 de diciembre

Legada a Hong Kong y calentar el motor

Los saludos. Reserva de pan y plátanos para mantenerme en pie durante la semana. Supongo que no tendré demasiado tiempo pero he pensado que podría ir contándoles lo que pasa cada día a fin de transmitirles la atmósfera que voy viviendo.

El programa oficial de la Conferencia no comienza hasta mañana, de modo que hoy fue el día dedicado a la comunidad comercial. Como el tono y el ritmo de esta Conferencia cambiarán a partir de mañana, aproveché la oportunidad para reunirme con gente que, aunque no participe directamente en las negociaciones, está sumamente preocupada por sus resultados. Me reuní con legisladores, líderes sindicales, políticos y miembros de la sociedad civil, haciendo al mismo tiempo lo posible por reunirme también con muchos ministros y funcionarios.

Me quedé dormido por lo que solamente pude hacer una rápida incursión en el gimnasio pero, dada la enormidad de este Centro de Conferencias puedo hacer todo el ejercicio que necesito simplemente yendo de una sala de reunión a otra. Debo decir que el Centro de Conferencias es increíble — un reflejo auténtico de la Hong Kong moderna —. El Ministro de Comercio de Hong Kong, John Tsang, ha hecho un gran trabajo.

Tras algunas rápidas reuniones con mis colaboradores esta mañana, me dirigí a la Unión Interparlamentaria, donde pronuncié un breve discurso. Les dije que con la participación de los legisladores nacionales en los asuntos de la OMC las relaciones comerciales se ven respaldadas por la responsabilidad necesaria. Después de todo, es el Parlamento el que debe aprobar los acuerdos que resulten de estas negociaciones, por lo que mantener informados e involucrados a los legisladores es fundamental.

Luego, una visita a la Confederación Internacional de Sindicatos. No puedo estar más de acuerdo con su insistencia en que el comercio ha de crear más empleo. Los medios de subsistencia de la población y la oportunidad de mejorar las condiciones de vida son las razones por las que estamos aquí, y por ello les dije que deben apoyar nuestro trabajo.

Almorcé con los Ministros de Comercio del Commonwealth — deliciosa cocina cantonesa — que estaban preocupados porque las negociaciones no iban muy rápido. Les dije que esta semana ha de dedicarse a las negociaciones— no sólo a las compras navideñas.

Regreso al Centro de Conferencias para la “Big Noise” — una petición firmada por unos 18 millones de ciudadanos a favor del libre comercio—. Por cierto, estoy impresionado por la petición y por la labor que ha hecho Oxfam para conseguir que la gente pensara en el comercio. Hablando de eso, durante una entrevista con una radio francesa, me llamó José Bové para decirme que estaba retenido en el aeropuerto de Hong Kong y que no se le permitía entrar. Le dije que me pondría en contacto con las autoridades de Hong Kong. Unas horas después José Bové estaba aquí … esto es lo que significa un diálogo abierto.

Ha sido un largo día pero aún debo encontrarme con algunos ministros antes de poder relajarme y prepararme para mañana: la gran ceremonia inaugural. Ya les contaré, deséenme suerte.
 

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