CONFERENCIA MINISTERIAL DE LA OMC, CANCÚN 2003: NOTAS INFORMATIVAS

AGRICULTURA

Cuando se quiere, se tiene que poder

Después de tres años y medio, las negociaciones sobre la agricultura han llegado a una etapa decisiva: los Miembros han incumplido el plazo del 31 de marzo de 2003 para convenir en las “modalidades”, pero están resueltos a intensificar la labor a fin de establecer las modalidades lo antes posible.

Desde el incumplimiento del plazo del 31 de marzo, los negociadores se han dedicado a solucionar diversas cuestiones técnicas importantes y complejas que son parte necesaria del conjunto de modalidades.

Las modalidades describirán la manera en que se configurará el acuerdo final, que debe concluirse a más tardar el 1° de enero de 2005. Son metas (incluidas metas cuantitativas), y cuestiones relacionadas con las normas, que los Miembros utilizarán para la consecución de los objetivos enunciados en la Declaración Ministerial de Doha: “mejoras sustanciales del acceso a los mercados; reducciones de todas las formas de subvenciones a la exportación, con miras a su remoción progresiva; y reducciones sustanciales de la ayuda interna causante de distorsión del comercio”. Un proyecto se está debatiendo desde febrero, con pequeñas modificaciones que se introdujeron en marzo.

Los Miembros se basarán en la versión definitiva de las modalidades para la presentación de sus ofertas o “proyectos de compromisos globales”. La meta original prevista en la Declaración Ministerial de Doha para llegar a esto era el quinto período de sesiones de la Conferencia Ministerial (la reunión de Cancún). Es evidente que tampoco se cumplirá este objetivo.

El que los negociadores no presenten las modalidades no se debe a que no lo hayan intentado. En los tres años anteriores al final de marzo, el compromiso de negociar no tenía precedentes, a juzgar entre otras cosas por el número y la diversidad de países participantes. Sin embargo, los negociadores no estaban respaldados por decisiones de sus gobiernos a nivel político que pudieran dar inicio al tan necesario avance hacia un consenso sobre las principales cuestiones.

Las negociaciones son difíciles debido a la gran variedad de opiniones e intereses entre los gobiernos Miembros y a la complejidad de muchas de las cuestiones. Su finalidad es contribuir a aumentar la liberalización del comercio agropecuario. Ello beneficiará a los países que pueden competir basándose en la calidad y el precio y no en el volumen de sus subvenciones. Este es especialmente el caso de muchos países en desarrollo cuyas economías dependen de una gama cada vez más diversa de productos agropecuarios primarios y elaborados, exportados a cada vez más mercados, especialmente a otros países en desarrollo.

 

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Orígenes

Hasta 1995 las normas que regían el comercio internacional en el marco del antiguo Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) eran, en términos generales, ineficaces para regular el comercio de productos agropecuarios. En particular, la concesión de subvenciones a la exportación era un rasgo predominante en muchas esferas del comercio mundial de estos productos y a menudo se hacía caso omiso de las disciplinas relativas a las restricciones a la importación.

La Ronda Uruguay (1986-1994) contribuyó sobremanera a cambiar el panorama. En la actualidad el comercio de productos agropecuarios se enmarca claramente en el sistema multilateral de comercio de la OMC. El Acuerdo sobre la Agricultura y los compromisos contraídos por los distintos países para reducir las subvenciones a la exportación, la ayuda interna y los obstáculos a la importación de productos agropecuarios fueron una primera etapa importante en la reforma del comercio de productos agropecuarios.

A raíz de la reforma, todos los productos agropecuarios (enumerados en el Acuerdo) quedaron sujetos a disciplinas multilaterales, incluidas las “consolidaciones arancelarias”; los Miembros de la OMC han consolidado los aranceles máximos aplicables a casi todos los productos agropecuarios, mientras que los aranceles aplicables a un número importante de productos industriales siguen sin estar consolidados. La reforma también fijó límites máximos a las subvenciones, que significaron reducciones con respecto a los niveles anteriores.

 

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Las negociaciones: antes de Doha — 2000-2001

El Acuerdo de la Ronda Uruguay era sólo la primera etapa de la reforma. En aplicación del artículo 20 del Acuerdo sobre la Agricultura, los Miembros se comprometieron a iniciar negociaciones para proseguir el proceso de reforma a principios de 2000. Dicho artículo establece claramente la orientación que se ha de dar a la reforma — “reducciones sustanciales y progresivas de la ayuda y la protección que se traduzcan en una reforma fundamental”.

Las negociaciones comenzaron a principios de 2000 en el marco del artículo 20. (Tienen lugar en reuniones del Comité de Agricultura en “Sesión Extraordinaria”.) La primera etapa de las negociaciones finalizó con una reunión recapitulativa que tuvo lugar los días 26 y 27 de marzo de 2001. En conjunto, 126 gobiernos Miembros (89 por ciento de los 142 Miembros) presentaron 45 propuestas y tres documentos técnicos. En esta etapa, los países presentaron propuestas con sus posiciones iniciales para las negociaciones en el marco de todas las esferas importantes de las negociaciones sobre la agricultura y algunos ámbitos nuevos. Como las propuestas eran posiciones iniciales, y como participaban tantos países, las posiciones eran diversas, y las diferencias, considerables.

En la segunda etapa, la mayoría de las reuniones fueron “informales” y el Presidente presentaba en las reuniones formales (esto es, la “serie de reuniones extraordinarias” formales) un informe resumido de las deliberaciones. En esta etapa, los exámenes incluyeron aspectos más técnicos, y resultaban necesarios para que los Miembros pudieran formular propuestas específicas y, en último término, llegar a un acuerdo por consenso sobre las modificaciones de las normas y compromisos en la esfera de la agricultura. Pese a esta mayor profundidad, las posiciones siguieron siendo las mismas.

La segunda etapa terminó en marzo de 2002. Para entonces, las conversaciones ya se enmarcaban en el mandato modificado del Programa de Doha para el Desarrollo.

 

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El mandato de Doha — a partir de 2002

El 14 de noviembre de 2001, la Declaración Ministerial de Doha estableció un nuevo mandato con unos objetivos más explícitos, tomando como base la tarea realizada hasta la fecha, que confirma y desarrolla pormenorizadamente los objetivos, y dispone un calendario con plazos máximos. La agricultura forma actualmente parte del todo único en cuyo marco todas las negociaciones habrán de finalizarse no más tarde del 1º de enero de 2005.

La Declaración volvió a confirmar el objetivo a largo plazo ya acordado en el artículo 20: establecer un sistema de comercio equitativo y orientado al mercado mediante un programa de reforma fundamental. El programa abarca normas reforzadas y compromisos específicos sobre la ayuda y la protección de los gobiernos para el sector agropecuario. Su finalidad es corregir y prevenir las restricciones y distorsiones en los mercados agropecuarios mundiales.

Sin prejuzgar el resultado, los gobiernos Miembros se comprometieron a celebrar negociaciones globales encaminadas a:

  • acceso a los mercados: mejoras sustanciale
  • subvenciones a la exportación: reducciones de todas las formas de subvenciones, con miras a su remoción progresiva
  • ayuda interna: reducciones sustanciales de la ayuda causante de distorsión del comercio.

La Declaración establece que el trato especial y diferenciado para los países en desarrollo será parte integrante de todas las negociaciones, tanto en los nuevos compromisos contraídos por los países como en cualesquiera normas y disciplinas pertinentes, nuevas o revisadas. Estipula que el resultado deberá ser efectivo en la práctica y contribuir a que los países en desarrollo puedan satisfacer sus necesidades, especialmente en materia de seguridad alimentaría y de desarrollo rural. Los Ministros también tomaron nota de las preocupaciones no comerciales (tales como la protección del medio ambiente, la seguridad alimentaría, el desarrollo rural, etc.) recogidas en las propuestas de negociación ya presentadas, y confirmaron que en las negociaciones dichas preocupaciones se tendrían en cuenta, conforme a lo previsto en el Acuerdo sobre la Agricultura.

 

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Desde entonces …

De marzo de 2002 a marzo de 2003 las negociaciones pasaron por la “etapa para el establecimiento de las modalidades”. Los gobiernos Miembros centraron sus deliberaciones más en la labor técnica — en las posibilidades pormenorizadas correspondientes a cada una de las tres esferas principales del Acuerdo sobre la Agricultura (los “tres pilares”): las subvenciones a la exportación y la competencia de las exportaciones, el acceso a los mercados y la ayuda interna. El trato especial para los países en desarrollo fue parte integrante de todos estos elementos, y se tuvieron en cuenta las preocupaciones no comerciales. En diciembre de 2002, el Presidente Stuart Harbinson distribuyó un documento de carácter general que reúne todas estas ideas.

En febrero, el Sr. Harbinson distribuyó un anteproyecto de las “modalidades”, seguido en marzo de una revisión basada en las observaciones formuladas por los negociadores (documento oficial TN/AG/W/1/Rev.1, de la OMC). El proyecto se centra en salvar diferencias — la búsqueda de los compromisos que se necesitan para un acuerdo final.

En la reunión de negociación del 31 de marzo, día en que vencía el plazo sobre las “modalidades”, el Presidente Stuart Harbinson dijo a las delegaciones que el hecho de no cumplir el plazo era “ciertamente un revés. Ha de ser decepcionante para todos que nuestros esfuerzos no hayan dado fruto”.

Añadió lo siguiente: “Percibo claramente en todas las partes un compromiso constante con el mandato de Doha. Además, muchos delegados me han indicado que están comprometidos con la continuación de la labor sobre las cuestiones que tenemos ante nosotros. No deberíamos restar importancia a las dificultades, pero debemos también mirar hacia el futuro.”

Concluyó diciendo: “La tarea que nos espera y nuestra responsabilidad común son simples y claras: debemos seguir trabajando juntos para culminar lo antes posible la labor que nos encomendaron los Ministros en Doha.”

Desde entonces, los negociadores han trabajado arduamente para solucionar cuestiones técnicas tales como las categorías de la ayuda interna (varios “compartimentos”), los aranceles, los contingentes arancelarios (incluida su administración), los créditos a la exportación, la ayuda alimentaría, varias disposiciones para los países en desarrollo, las disposiciones para los países que se han adherido recientemente a la OMC, las preferencias comerciales, la manera de medir el consumo interno (una referencia propuesta para varias disposiciones), etc.

Con ocasión de la Conferencia Ministerial de Cancún, los Miembros confían en que los Ministros estarán en condiciones de resolver a nivel político cuestiones cruciales pendientes, para que puedan elaborarse las modalidades.