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CONFERENCIA MINISTERIAL DE LA OMC, SEATTLE, 1999: INFORMACIÓN SOBRE LA REUNIÓN

Facilitación del comercio

Reducción del papeleo en la frontera

La cuestión de la facilitación del comercio lleva las normas de la OMC hasta la puerta misma de las aduanas. Los comerciantes tanto de países en desarrollo como de países desarrollados han destacado, desde hace ya tiempo, el enorme volumen de papeleo que sigue siendo necesario para la circulación de mercancías a través de las fronteras. Los requisitos relativos a los documentos exigidos a menudo adolecen de falta de transparencia y en muchos lugares entrañan una gran duplicación de información, problema que con frecuencia se agrava por una falta de cooperación entre comerciantes y organismos oficiales. Pese a los avances de la tecnología de la información, la presentación automática de datos aún no es un hecho corriente

 

La UNCTAD calcula que en una transacción aduanera media intervienen entre 20 y 30 partes diferentes, 40 documentos, 200 elementos de datos (30 de los cuales se repiten 30 veces como mínimo) y la necesidad de volver a escribir, por lo menos una vez más, entre el 60 y el 70 por ciento de todos los datos. Con la reducción de aranceles en todo el mundo, se ha dicho que el costo que supone cumplir con las formalidades aduaneras supera en muchos casos el importe de los derechos que se han de abonar. En el entorno comercial moderno de producción y suministro “justo a tiempo”, los comerciantes necesitan que el despacho de mercancías sea rápido y previsible. En un estudio del APEC se calculó que los programas de facilitación del comercio generarían utilidades del orden del 0,26 por ciento del PIB real para el APEC, es decir, casi el doble de las utilidades previstas como resultado de la liberalización arancelaria, y que los ahorros en los precios de importación que reportarán a los países en desarrollo de la región se cifrarán entre el 1 por ciento y el 2 por ciento de su cuantía.

Los analistas señalan que la razón por la que muchas empresas pequeñas y medianas, cuya participación conjunta en la creación del PIB en muchas economías llega a ser del 60 por ciento, no son agentes activos en el comercio internacional tiene que ver más con el papeleo que con los obstáculos arancelarios. Para las empresas que normalmente no expiden mercancías en grandes cantidades, los obstáculos administrativos suelen ser demasiado elevados para que los mercados extranjeros les resulten atractivos.

Para las economías de los países en desarrollo, la ineficiencia en esferas como la práctica aduanera y el transporte pueden ser un impedimento para la integración en la economía mundial y es probable que menoscabe gravemente la competitividad de las exportaciones o la corriente de inversiones extranjeras directas. La facilitación del comercio beneficiará no sólo a los importadores y consumidores que enfrentan un alza de precios resultante del papeleo en su propia administración de importaciones, sino también a los exportadores. Hay un interés creciente entre los exportadores de los países en desarrollo por eliminar los obstáculos administrativos en otros países en desarrollo a los que actualmente destinan el 40 por ciento de su comercio de productos manufacturados.

Las normas de la OMC abarcan una variedad de disposiciones que tienen la finalidad de mejorar la transparencia y establecer normas mínimas de procedimiento en aspectos relativos a la administración del comercio, como es el caso de los artículos VIII y X del GATT de 1994, y los Acuerdos sobre Procedimientos para el Trámite de Licencias de Importación, sobre Obstáculos Técnicos al Comercio o sobre la Aplicación de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias. Aun así, la OMC no cuenta con disposiciones específicas sobre procedimientos aduaneros o en lo relativo al cruce de fronteras, excepto las que figuran en el Acuerdo sobre Valoración en Aduana. En el artículo VIII del GATT de 1994 simplemente se reconoce la necesidad de reducir al mínimo los efectos y la complejidad de las formalidades de importación y exportación y los requisitos relativos a los documentos conexos exigidos.

La facilitación del comercio se agregó al programa de la OMC en la Conferencia Ministerial de Singapur en 1996, cuando los Ministros pidieron al Consejo del Comercio de Mercancías que realizara un programa de trabajo con objeto de evaluar si procedía establecer normas en la OMC en lo referente a la simplificación de los procedimientos comerciales.

En el Consejo del Comercio de Mercancías, las delegaciones han acordado que la simplificación de los procedimientos comerciales pueden traducirse en ahorros considerables de tiempo, dinero y recursos humanos que beneficiarían a todas las economías sin excepción. Algunas delegaciones han subrayado que la automatización y el uso de la tecnología de la información no sólo reduciría el volumen de papeleo sino que también aumentaría la eficiencia de las administraciones de aduanas. Un Miembro relató que la instalación de un sistema de despacho de aduana automatizado había reducido el tiempo necesario para el despacho de cargas marítimas de un promedio de 26,1 horas a 5,6 horas, y para el despacho de cargas aéreas de 2,3 horas a 0,7 horas. Otro Miembro señaló que al permitirse que los exportadores rellenaran electrónicamente los documentos de aduanas se había reducido el tiempo necesario para cumplir todos los requisitos relativos a la información a un lapso de 15 a 30 minutos.

Un cierto número de delegaciones son partidarias de un acuerdo de la OMC sobre facilitación del comercio que tenga la finalidad de reducir los obstáculos administrativos en lo relativo a las transacciones de importación y exportación y de agilizar el paso y la internación de las mercancías. Dicen que un acuerdo de esta naturaleza respaldaría la reforma aduanera y los esfuerzos de modernización de los Miembros y velaría por que los mismos principios fuesen aplicados en todo el mundo. La Comunidad Europea, los Estados Unidos, Corea y Suiza han propuesto que, en Seattle, se inicien negociaciones sobre esta cuestión. in fact proposed the launching, in Seattle, of negotiations towards such an agreement.

Aunque admiten los beneficios de la facilitación del comercio, algunas otras delegaciones ponen en duda la necesidad de un acuerdo vinculante de la OMC en esta esfera que esté sujeto a las normas sobre solución de diferencias. Dicen que un acuerdo de esa índole haría más pesada la carga que representa la cuestión de la aplicación para los países en desarrollo, que carecen de recursos para modernizar los servicios de aduana. Han pedido, en cambio, un programa amplio de asistencia técnica en facilitación del comercio y un estímulo a la labor en curso en esta esfera en distintos órganos de la OMC, por ejemplo, la conclusión de las negociaciones sobre la armonización de normas de origen, y en otras organizaciones internacionales como la Organización Mundial de Aduanas.