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3 La OMC puede ... estimular el crecimiento económico y el empleo

La relación entre comercio y empleo es compleja. Es cierto que el comercio puede generar puestos de trabajo, pero también lo es que la competencia de las importaciones puede ser un factor de presión para los productores y obligarles a despedir trabajadores.

El impacto de la competencia de los productores extranjeros varía de una empresa a otra en un mismo sector, de un sector a otro de la economía y de un país a otro. También varía el impacto de las nuevas oportunidades comerciales.

Lograr niveles de vida más altos, así como el pleno empleo y un desarrollo sostenible es el objetivo de los gobiernos Miembros de la OMC, tal y como se indica en el Acuerdo de Marrakech por el que se estableció la OMC.  Para lograrlo se basan, entre otras cosas, en la "reducción sustancial de los aranceles aduaneros y de los demás obstáculos al comercio".

Este proceso de apertura del comercio se realiza en el marco de las normas de la OMC, que tienen en cuenta que algunos países están en mejores condiciones que otros para abrir ampliamente sus mercados.  Por ejemplo, algunos países tienen una infraestructura jurídica, reglamentaria y física más avanzada que otros.  En general, para los países desarrollados es más fácil abrir sus mercados que para muchos países en desarrollo. 

El resultado es que los aranceles (derechos de importación) medios de los países desarrollados, al menos los de los productos manufacturados, son mucho más bajos que en los países en desarrollo, aunque esto no siempre es cierto en todos los casos ni respecto de todos los productos.

Las economías abiertas tienden a crecer con más rapidez y de manera más constante que las economías cerradas, y el crecimiento económico es un factor importante para la creación de puestos de trabajo.  Las empresas que obtienen beneficios suelen contratar más personal que las que registran pérdidas.  El comercio también puede impulsar la eficiencia y la productividad, ya que permite a las empresas acceder a una gama más amplia de insumos asequibles y de calidad, así como a tecnologías y conocimientos que no podrían obtener en una economía cerrada.  El acceso a la tecnología y a insumos de calidad puede impulsar enormemente la innovación y la creatividad en el lugar de trabajo.

Además, la competencia en el mercado puede ser un gran estímulo para que las empresas busquen nuevas maneras de hacer las cosas mejor y a menor costo.  Las ideas nuevas procedentes de otros países puede mejorar la productividad de las empresas.  Lo mismo sucede con un mayor acceso a los mercados de exportación.  Pero a menudo mejorar la productividad significa hacer más con menos, y eso puede significar utilizar menos trabajadores.  Inevitablemente, algunos trabajadores de algunos sectores perderán su puesto de trabajo.

Esto forma parte de lo que los economistas llaman "atrición" y que el economista austro-estadounidense Joseph Schumpeter bautizó como "destrucción creativa".  Hace siglos que se da en la economía y puede resultar dolorosa.  Pero la historia demuestra que los países que tratan de impedir que entren en su territorio determinados productos, servicios o ideas a menudo caen en el estancamiento económico.

Es importante reconocer que, aunque normalmente el comercio reporta ventajas reales a la mayoría de la población -tanto a los consumidores como a los productores-, hay quienes se ven perjudicados por el comercio.  Tanto a nivel social como a nivel político es importante reconocer que el comercio puede ser una amenaza.  Los trabajadores que han perdido su empleo necesitan ayuda, y, como demuestran claramente las encuestas, la gente es más partidaria de la apertura del comercio si sabe que puede contar con ese apoyo.

Por eso los gobiernos deben mantener programas sociales eficaces que puedan proteger a los trabajadores que pierdan su puesto de trabajo a causa del comercio y ayudarles a formarse para encontrar otro empleo.

Promedio

+34%
 

En el África Subsahariana, quienes trabajan en empresas orientadas a la exportación ganan un 34 por ciento más que la media.

 

 

1975
 
Hoy
 

En 1975, el 60 por ciento de la población de Asia vivía en la pobreza extrema.  Hoy en día, esa proporción es de menos del 20 por ciento.

 

 


Los 23 países analizados son Australia, Austria, Bélgica, el Canadá, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania y Alemania Occidental (hasta 1991), Islandia, Italia, el Japón, Corea, Luxemburgo, los Países Bajos, Nueva Zelandia, Noruega, Portugal, España, Suecia, Suiza, Turquía, el Reino Unido y los Estados Unidos.

Fuente: Newfarmer, R. y Sztajerowska M. (2012), "Trade and Employment in a Fast-Changing World", en OCDE (2012), Policy Priorities for International Trade and Jobs, Douglas Lippoldt (ed.), OCDE, París.

Sin embargo, aunque la relación entre comercio y empleo sea compleja, una cosa está clara:  el proteccionismo no protege el empleo, o lo hace a un costo muy alto que puede tener repercusiones adversas sobre el empleo en otros sectores de la economía.  Sobre todo hoy en día, cuando la economía mundial está cada vez más interconectada.

Con la proliferación de cadenas de valor mundiales, la producción y el suministro están distribuidos entre muchos países.  Es raro que los productos se hagan en un solo país, lo normal es que se hayan montado a partir de elementos y gracias a servicios procedentes de muchos países.

La participación en esas cadenas se vería gravemente amenazada si las mercancías y los servicios necesarios para fabricar esos productos fuesen más caros o más difíciles de encontrar. 

Además, en todos los países hay muchos puestos de trabajo que están directamente relacionados con las importaciones, en especial en sectores como el comercio minorista, el transporte, la entrega urgente y la logística.  La afirmación de que las exportaciones son buenas y las importaciones malas siempre ha sido discutible, pero hoy en día lo es más que nunca.

En el sector de las tecnologías de la información y las comunicaciones, países en desarrollo como Malasia, Mauricio y Egipto se han beneficiado muchísimo de la apertura de sus mercados, gracias a la cual han logrado altos niveles de empleo en esa esfera.  Países desarrollados como Finlandia, Suecia e Irlanda han optado por un planteamiento similar, que les ha permitido crecer económicamente y crear nuevas oportunidades de empleo. 

Aunque el comercio puede representar una amenaza para algunos empleos, la mayoría de los economistas consideran que los avances tecnológicos contribuyen mucho más que el comercio a la pérdida de empleo, en particular si se trata de puestos poco cualificados.  La invención del automóvil fue una mala noticia para los herreros y los criadores de caballos, del mismo modo que la luz eléctrica fue un problema para los fabricantes de velas, pero es evidente que esas innovaciones crearon millones de puestos de trabajo en la industria automovilística y en el sector eléctrico.

La OCDE ha estudiado el efecto de las importaciones en la tasa de desempleo en 23 países.  Aunque la correlación entre la tasa de penetración de las importaciones y el desempleo puede hacer pensar que hubo una vinculación entre ambas variables en el período 1970-90, en los 20 últimos años la situación ha sido diferente.  Desde 1990, ambas tasas se han distanciado mucho y hoy en día cualquier vinculación entre ellas ha desaparecido.

 

Los puestos de trabajo relacionados con el comercio suelen estar mejor retribuidos que los que no lo están.  En Europa Occidental, el salario de quienes trabajan en empresas orientadas a la exportación es del 10 al 20 por ciento superior al salario medio;  en los Estados Unidos ganan un 6 por ciento más y en el África Subsahariana, un 34 por ciento más.

En general, en las economías abiertas los salarios son más elevados que en las economías cerradas.  En las economías abiertas quienes trabajan en el sector manufacturero ganan de tres a nueve veces más que en las economías cerradas.

Sin embargo, como suele suceder, las cosas no son ni del todo blancas ni del todo negras.  El comercio hace que aumente la productividad, y una mayor productividad hace que los salarios sean más altos.  Pero también hay pruebas sólidas de que en algunos sectores de los países desarrollados los salarios se contienen cuando esos sectores quedan expuestos a la competencia de países en que los salarios son más bajos.  También hay estudios que muestran que en algunos casos el comercio puede hacer que haya más desigualdad de ingresos en algunos sectores.

Como dijimos al principio, la relación entre comercio y empleo es compleja y el impacto del comercio en el empleo no se puede evaluar en el vacío.  Hay otros muchos factores que guardan relación con la creación de empleos sostenibles.  En algunos casos, una apertura rápida del comercio puede ser la política equivocada.  Sin una infraestructura física, institucional y jurídica adecuada, los beneficios de la apertura del comercio se pueden perder.

Pese a todo, la apertura del comercio ha ayudado a muchos países a reducir la pobreza.  En la actualidad, menos del 20 por ciento de la población de Asia vive en la pobreza extrema.  En 1975 esa cifra era el 60 por ciento.  Hoy en día en África, por primera vez, menos de la mitad de los habitantes viven en la pobreza extrema.  El comercio ha sido un factor importante en el desarrollo y en la lucha contra la pobreza en ambas regiones.

El comercio es una herramienta importante para el desarrollo y sabemos que sin él, el crecimiento, la creación de puestos de trabajo y el desarrollo son más difíciles de lograr.  Pero no es una panacea.

Los gobiernos deben mantener programas sociales eficaces para proteger a los trabajadores que pierden su puesto de trabajo.