Cuestiones abarcadas por los Comités y Acuerdos de la OMC

NEGOCIACIONES SOBRE LA AGRICULTURA: INFORMACIÓN GENERAL

Países en desarrollo

En términos generales, el debate sobre los países en desarrollo gira en torno a tres cuestiones principales: ¿Debe concederse a los países en desarrollo una gran parte de trato especial o debe evitarse que en las negociaciones se establezcan normas distintas para grupos distintos? ¿Debería aceptarse en la esfera de la agricultura que dentro de la categoría de países en desarrollo se incluyen subcategorías de países claramente distintos? Y, en el marco del trato especial y diferenciado, ¿debe darse a los países en desarrollo la posibilidad de protegerse frente al comercio de otros países en desarrollo?

ACTUALIZACIÓN DE 1 DE DICIEMBRE DE 2004
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En el presente documento informativo se explican las cuestiones relativas a la agricultura planteadas en las actuales negociaciones y con anterioridad a las mismas. Este documento ha sido preparado por la División de Información y Relaciones con los Medios de Comunicación de la Secretaría de la OMC para ayudar al público a comprender las negociaciones sobre la agricultura. No se trata de un informe oficial de las negociaciones.

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En el presente documento informativo se explican las cuestiones relativas a la agricultura planteadas en las actuales negociaciones y con anterioridad a las mismas. Este documento ha sido preparado por la División de Información y Relaciones con los Medios de Comunicación de la Secretaría de la OMC para ayudar al público a comprender las negociaciones sobre la agricultura. No se trata de un informe oficial de las negociaciones.

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Primera etapa

Los países en desarrollo participan activamente en las negociaciones sobre la agricultura y varios grupos han presentado propuestas de negociación. En general, ponen de manifiesto intereses diversos en el debate sobre la agricultura y las diferencias no siempre están claras.

Por ejemplo, el Grupo de Cairns — que preconiza una liberalización mucho más amplia del comercio de productos agropecuarios — es una alianza que trasciende la línea divisoria entre países desarrollados y en desarrollo. Catorce de sus 17 Miembros son países en desarrollo. Al igual que la mayoría de los Miembros de la OMC, el Grupo de Cairns también desea que se otorgue a los países en desarrollo algún tipo de trato “especial y diferenciado” para que se tengan en cuenta sus necesidades.

Varios países en desarrollo han presentado propuestas que propugnan condiciones claramente distintas para los países desarrollados y los países en desarrollo. Algunas de esas propuestas son conjuntas y la que tiene mayor número de autores es la presentada por el Grupo Africano. Tres han sido presentadas por un grupo de 11 ó 12 países en desarrollo. Otra de ellas ha sido comunicada por Miembros de la OMC que forman parte de la Asociación de Naciones del Asia Sudoriental (ASEAN) y de los cuales cuatro participan también en el Grupo de Cairns. También se han recibido propuestas de los pequeños Estados insulares en desarrollo, la CARICOM y diversos gobiernos Miembros como Swazilandia, Malí, la India, Marruecos, Turquía, Egipto y Namibia.

En opinión de algunos países, las disposiciones de la OMC deberían ser más flexibles de modo que los países en desarrollo puedan apoyar y proteger su desarrollo agrícola y rural y asegurar el sustento de sus poblaciones predominantemente agrícolas, cuyos sistemas de explotación difieren bastante en cuanto a magnitud y métodos de los sistemas utilizados en los países desarrollados.

Esos países aducen, por ejemplo, que las subvenciones y la protección son necesarias para garantizar la seguridad alimentaria, apoyar las actividades de las explotaciones agrícolas de pequeña magnitud, compensar la falta de capital o impedir que las poblaciones migren a las ciudades excesivamente congestionadas. Las propuestas de la India y Nigeria, entre otras, hacen hincapié en las cuestiones relativas a la seguridad alimentaria para los países en desarrollo.

Al mismo tiempo, algunos países en desarrollo establecen una distinción clara entre sus necesidades y lo que consideran que es el deseo de los países mucho más ricos de invertir grandes sumas para subvencionar la agricultura a expensas de los países más pobres.

Muchos países en desarrollo se quejan de que sus exportaciones siguen encontrando aranceles elevados y otros obstáculos en los mercados de los países desarrollados y que los esfuerzos que realizan para desarrollar las industrias de transformación se ven coartados por la progresividad arancelaria (los productos transformados están sujetos a derechos de importación más elevados que las materias primas). Esos países quieren que los obstáculos de ese tipo se reduzcan sustancialmente.

Por otra parte, a algunos países en desarrollo más pequeños les preocupa que los obstáculos a la importación en los países desarrollados se reduzcan con demasiada rapidez. Dicen que dependen de un reducido número de productos básicos para los que precisan actualmente de un trato preferencial (como por ejemplo un régimen de franquicia arancelaria), a fin de conservar su nivel de acceso a los mercados de los países más ricos. A su juicio, una reducción demasiado rápida de los aranceles corrientes menoscabaría el trato preferencial que se les otorga. Para algunos países en desarrollo se trata de una situación que no va a cambiar mayormente. En cambio, para otros como la CARICOM, se trata de una situación transitoria, por lo que instan a que se contraigan compromisos vinculantes en materia de asistencia técnica y financiera, incluida la creación de un fondo de asistencia técnica, para que puedan efectuar los ajustes necesarios.

Algunos países desarrollados y en desarrollo han afirmado que todos los países en desarrollo deberían participar en el proceso de liberalización y de integración en los mercados mundiales, aun cuando las condiciones sean más flexibles para ellos. (En las negociaciones de la Ronda Uruguay 1986-94, los participantes acordaron que las normas y disciplinas negociadas se aplicarían por igual a todos los gobiernos Miembros.)

Las estadísticas de la OMC ponen de manifiesto que las exportaciones de productos agropecuarios de los países en desarrollo en su conjunto han registrado un incremento significativo. El comercio de productos agropecuarios aumentó globalmente en cerca de 100.000 millones de dólares entre 1993 y 1998.2 De esa cantidad la parte correspondiente a las exportaciones de los países en desarrollo aumentó en 47.000 millones de dólares aproximadamente — de 120.000 a 167.000 millones de dólares durante ese período. Su participación en las exportaciones agrícolas mundiales aumentó del 40,1 al 42,4 por ciento. Pero dentro de ese grupo de países, algunos han registrado un deterioro de su balanza comercial agrícola, dado que sus importaciones han aumentado a un ritmo más rápido que sus exportaciones. (Para más información, véase el documento de antecedentes de la Secretaría de la OMC “Resultados logrados por los países en desarrollo en el comercio de productos agropecuarios 1990-98”, G/AG/NG/S/6 y Rev.1.)

Propuestas presentadas en la primera etapa en las que se trata específicamente de los países en desarrollo o en las que se dedica una parte importante a esos países
(otras varias propuestas contienen también partes dedicadas a los países en desarrollo)

  

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Compartimento desarrollo, países productores de un único producto, pequeños Estados insulares en desarrollo, trato especial y diferenciado: segunda etapa

Esos cuatro temas estrechamente vinculados entre sí fueron examinados en la reunión informal final de la segunda etapa (y en las actas de la reunión formal figuran algunas observaciones). Varias observaciones comprendidas en esos epígrafes fueron similares, aunque existen algunas diferencias, en función de las propuestas específicas contenidas en los documentos informales. Se menciona la relación existente entre el compartimento desarrollo y el trato especial y diferenciado: una delegación describe el compartimento desarrollo como un subconjunto del trato especial y diferenciado, otra dice que es una “ampliación operacional” del trato especial y diferenciado.

En términos generales, el debate giró en torno a cómo tratar los problemas de los países en desarrollo en los resultados de las negociaciones. Cabe destacar dos o tres tendencias en el debate:

  • Orientación de mercado o protección: se trata de determinar si debe concederse a los países en desarrollo protección y ayuda especial (por ejemplo, mediante la exención de determinados productos de todos los compromisos) a fin de abordar sus situaciones específicas, o si es más eficaz la liberalización con cierto grado de flexibilidad.
     
  • Preocupaciones únicas o compartidas en lo que respecta a los países en desarrollo y desarrollados: si cuestiones tales como la seguridad alimentaria y el desarrollo rural deben abordarse únicamente en relación con los países en desarrollo, o si deben también abarcarse otros países tales como las economías en transición y los países desarrollados.
     
  • Deficiencias únicas o comunes entre países en desarrollo: determinar si las disposiciones deben aplicarse en general a todos los países en desarrollo, o si determinados grupos de países en desarrollo necesitan disposiciones adicionales. En este debate subyace la cuestión de si un régimen comercial liberal beneficiaría a ciertos países en desarrollo con ventajas inherentes en el sector agropecuario, o si otros países en desarrollo resultarían perjudicados por un régimen comercial más liberal.

El intercambio de opiniones se transforma en un debate sobre la cuestión de si la “cláusula de habilitación” podría revisarse. (La cláusula de habilitación corresponde oficialmente a la “decisión sobre trato diferenciado y más favorable, reciprocidad y mayor participación de los países en desarrollo”.) Su adopción tuvo lugar en el marco del GATT en 1979 y permite a los Miembros desarrollados otorgar trato diferenciado y más favorable a los países en desarrollo. Si bien ésta permite la flexibilidad, comprendido el trato especial adicional para los países menos adelantados, se entiende que la Cláusula exige que todos los países en desarrollo tengan, en general, acceso al trato preferencial. (Véase aquí.)

En la reunión formal, ciertos países en desarrollo (Malasia, Paraguay) dijeron que se oponían al restablecimiento de la Cláusula de Habilitación e hicieron hincapié en que todos los países en desarrollo por igual deberían tener acceso al trato especial y diferenciado. Algunos otros países (Mauricio, Granada) manifestaron que todas las cuestiones deberían estar abiertas a la negociación y que los Miembros no deberían prejuzgar el resultado.

 

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Detalles sobre el compartimento desarrollo: segunda etapa

Una propuesta hace referencia a disposiciones que se aplicarían únicamente a los países en desarrollo y consistirían en una flexibilidad general y no en políticas específicas prescritas. El centro de atención serían los agricultores de bajos ingresos que carecen de recursos, y asegurarse suministros de alimentos básicos. Los medios serían los siguientes: exenciones de compromisos relacionados con esos alimentos básicos, la posibilidad de negociación de aranceles más elevados, permitir a los países en desarrollo utilizar salvaguardias simples para proteger los alimentos básicos, la prohibición de que los países desarrollados incurran en “dumping” en relación con los productos agropecuarios, un fondo internacional de seguridad alimentaria, etc. Otra propuesta coincide con la idea de las flexibilidades con respecto a los países en desarrollo, pero se cuestiona la forma en que éstos se abordarían.

Todos los oradores aceptan la necesidad de un trato especial para los países en desarrollo. Diversos países en desarrollo incorporan sus propias ideas al contenido del compartimento desarrollo, comprendida la mejora del acceso a los mercados de los países desarrollados y los compromisos vinculantes en materia de asistencia técnica. No obstante, las opiniones difieren acerca de qué grupos de países deberían beneficiarse de un determinado tipo de trato especial.

Muchos otros países en desarrollo (de diversas agrupaciones) rechazan esta propuesta. En su opinión, ésta perjudicaría al comercio entre países en desarrollo, en lugar de fomentarlo. Afirman además que algunas de las ideas son opuestas a los principios de la Declaración Ministerial de Doha, a saber, el objetivo de lograr un sistema comercial agropecuario más orientado al mercado mediante reducciones de la ayuda y la protección es válido para todos los Miembros de la OMC.

Muchos países se oponen a la idea de que existan diferentes conjuntos de normas para países desarrollados y en desarrollo. Éstos advierten contra la adopción de políticas que aumenten la distorsión del comercio. Algunos alegan además que, en lugar de aumentar los aranceles, los países en desarrollo deben centrarse en las exportaciones de bajo precio subvencionadas mediante la imposición de derechos compensatorios. Determinados países dicen que también a ellos les afectan preocupaciones tales como la seguridad alimentaria y el desarrollo rural. Muchos países en desarrollo se oponen a hacer extensivas las disposiciones del compartimento desarrollo, tales como las que tratan de la seguridad alimentaria, a los países desarrollados.

Documentos formales o documentos no oficiales presentados en la segunda etapa por: nueve países en desarrollo (Cuba, El Salvador, Honduras, Kenya, Nigeria, el Pakistán, la República Dominicana, Sri Lanka y Zimbabwe), Suiza, Mauricio y el Japón

 

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Detalles sobre los países productores de un único producto: segunda etapa

La propuesta comprendida en este epígrafe prevé la concesión de trato especial a esos países así como asistencia técnica para ayudarles a diversificarse. Entre las ideas concretas cabe destacar: la transparencia de las actividades de empresas multinacionales, similar a las que rigen para las empresas comerciales del Estado; la mejora del acceso a los mercados (comprendida la eliminación de las crestas arancelarias, la progresividad arancelaria y los obstáculos no arancelarios); los planes de estabilización de precios; el acceso a la tecnología; la diversificación y la creación de capacidad.

Muchos países en desarrollo apoyan esos puntos. Otros señalan aspectos en los que están de acuerdo tales como eliminar las crestas arancelarias y la progresividad arancelaria. Algunos alegan que la dependencia de un único producto puede obedecer a preferencias comerciales en los mercados de países desarrollados. Otros afirman que la cuestión de las empresas multinacionales constituye una buena razón para la celebración de negociaciones sobre política en materia de competencia. Otros señalan además que los acuerdos sobre productos básicos cuya finalidad es la estabilización de los precios no han logrado los resultados previstos.

El debate abarca la cuestión de la reforma interna. Determinados países en desarrollo afirman que han dejado de depender de un pequeño número de productos básicos puesto que han logrado diversificarse, incorporando otros productos agropecuarios y otros sectores económicos como el turismo y el sector manufacturero. Dicen que la reforma interna con frecuencia es necesaria para cualquier país que desee utilizar las nuevas oportunidades comerciales. Otros países opinan que la diversificación no siempre es posible.

Documentos formales o documentos no oficiales presentados en la segunda etapa por: el Grupo Africano, el Japón y Mauricio

 

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Detalles sobre los pequeños Estados insulares en desarrollo: segunda etapa

Las propuestas comprendidas en este epígrafe tienen por finalidad la concesión de trato especial a los pequeños Estados insulares en desarrollo puesto que esos países se encuentran en lugares remotos, son vulnerables a los desastres naturales, carecen de recursos y de economías de escala. Entre los puntos detallados cabe citar: la continuación de las preferencias comerciales y numerosas derogaciones o exenciones con respecto a los compromisos.

Muchos otros países se solidarizan con los problemas a que hacen frente esos países. Algunos añaden que el Programa de Doha para el Desarrollo incluye cierta labor acerca de las pequeñas economías. Varios países advierten que sería contraproducente que existiesen demasiadas categorías de países. De nuevo el debate gira en torno a la cuestión de si la protección y la ayuda adicionales constituyen la mejor solución o si sería mejor incrementar la asistencia técnica y ayudar a esos países a integrarse en una economía mundial más orientada al mercado.

Y, una vez más, el debate incluye la cuestión de si la diversificación es siempre posible mediante la reforma interna.

Documento formal o documento no oficial presentado por: nueve países (Dominica, Fiji, Jamaica, Madagascar, Mauricio, Papua Nueva Guinea, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas y Trinidad y Tabago), el Japón y Mauricio

 

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Detalles sobre el trato especial y diferenciado: segunda etapa

Este debate es similar al del compartimento desarrollo, pero se incorporan dos documentos sobre programas de cultivos que sean sustitutos de los estupefacientes ilícitos. Una vez más, el debate gira en torno a si se requiere protección y ayuda o si la solución radica en la orientación de mercado (y la reducción de la protección y la ayuda en los países desarrollados); y también a si determinadas propuestas podrían afectar al comercio entre países en desarrollo.

Entre las propuestas específicas cabe citar: la mejora del acceso a los mercados de exportación; la protección de los mercados internos en lo que respecta a determinados productos mediante la revaluación de las consolidaciones arancelarias actuales; y la flexibilidad para apoyar y fomentar la producción interna. Algunos países en desarrollo desean poder utilizar la salvaguardia especial en respuesta a incrementos de las importaciones. Otros son partidarios de utilizar los derechos compensatorios, como reacción a las importaciones de productos subvencionados.

Muchos países señalan que el trato especial y diferenciado es objeto de gran prioridad en el Programa de Doha para el Desarrollo y que es parte integrante de las negociaciones. Algunos señalan que la Declaración Ministerial establece el trato especial y diferenciado en el marco del objetivo general de lograr un sistema comercial agrícola equitativo y orientado al mercado, en el sentido de que todos los Miembros tengan que participar en la reforma. El trato especial y diferenciado quedaría reflejado en una amplia flexibilidad.

Documentos formales o documentos no oficiales presentados en la segunda etapa por: Colombia, un grupo de países en desarrollo (el Grupo Africano, Cuba, El Salvador, Honduras, Kenya, el Pakistán, la República Dominicana y Sri Lanka), la India, Bolivia, Mauricio y la CARICOM

 

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Desarrollo rural: segunda etapa

(Véase también preocupaciones no comerciales)

El debate de esta cuestión ha sido uno de los más extensos de la segunda etapa. En todos los documentos presentados y observaciones formuladas se destaca su importancia, en particular en los países en desarrollo. Ahora bien, ¿es importante también para los países desarrollados? En términos generales, los participantes han dado una de las tres respuestas siguientes: sí, aunque los detalles difieran; sí, en especial para las economías en transición; no, o sí pero con una diferencia significativa.

Varios países en desarrollo preconizan la elaboración de varias disposiciones especiales para atender a sus problemas de seguridad alimentaria, pobreza de la población rural, etc. Esas disposiciones tratarían de los períodos de transición y de un “compartimento desarrollo” de medidas que se añadiría al compartimento verde.

También se propone que el compartimento desarrollo incorpore un enfoque basado en una lista positiva, es decir, los Miembros indicarían los productos agropecuarios que están dispuestos a someter a las disciplinas del Acuerdo sobre la Agricultura.

Varios países desarrollados y en desarrollo insisten en la necesidad de una orientación hacia el mercado y una supresión de las distorsiones, aun cuando se permita cierta flexibilidad para atender al problema de la pobreza de la población rural. Algunos países advierten que las medidas de cada país no deben causar perjuicio a las de los demás: deben estar claramente definidas y desconectadas, ser transparentes y no adoptar la forma de medidas en frontera o medidas relacionadas con la producción.

Otros países sostienen que es necesario cierto grado de intervención en los precios/la producción para atender a los problemas de desarrollo rural, incluso en los países desarrollados.

Documentos formales o documentos no oficiales presentados en la segunda etapa por: Chipre, nueve países en desarrollo (Cuba, El Salvador, Honduras, Kenya, Nicaragua, el Pakistán, la República Dominicana, Sri Lanka y Zimbabwe), Noruega y el Japón

 

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Preferencias comerciales: segunda etapa

La mayoría de los países, tanto desarrollados como en desarrollo, consideran que las preferencias comerciales son importantes para los países más pobres y, por consiguiente, no deben suprimirse de forma repentina. Sin embargo, la mayoría reconocen también que las preferencias se irán erosionando a medida que se reduzcan los aranceles en general y, por lo tanto, es posible que los países que se benefician de un trato preferencial necesiten ayuda para adaptarse.

Uno o dos países afirman que posiblemente dependerán de las preferencias a más largo plazo porque consideran escasas sus posibilidades de llegar a ser competitivos. Algunos opinan que sus exportaciones representan un porcentaje tan bajo del comercio mundial que tienen una incidencia mínima en los demás países; por consiguiente, éstos no deberían considerar preocupante que se mantengan las preferencias.

Por otra parte, algunos países dudan de que las preferencias sean verdaderamente beneficiosas porque incitan a los pequeños países a depender de un número limitado de productos no competitivos, no fomentan la diversificación e impiden que otros países suministren esos productos. Conforme a este razonamiento, la situación de los países que dependen actualmente de preferencias mejorará cuando los principales mercados se liberalicen y eliminen sus subvenciones.

Varios países en desarrollo afirman que las preferencias comerciales se aplican también a productos no agropecuarios. Dado que este tema es ahora objeto de un mandato más amplio de conformidad con la Declaración Ministerial de Doha, estos países consideran que debería examinarse en un foro distinto del Comité de Agricultura.

Entre los detalles abordados en las nuevas propuestas y en los debates de la segunda etapa figuran los siguientes:

  • Criterios para determinar cuáles son los países que tienen derecho a preferencias, a saber, por ejemplo, los que ya se benefician de preferencias, con algunas adiciones, pero quizás únicamente pequeñas economías.
     
  • Criterios más claros para la “graduación” (para determinar si los productos de un país han progresado lo suficiente como para no necesitar trato preferencial).
     
  • Garantizar que las preferencias sean previsibles (con inclusión de plazos más largos o mejor definidos), estables y no conlleven condiciones de “reciprocidad”.

Un país desarrollado que concede actualmente amplias preferencias comerciales indica que a largo plazo, los acuerdos de libre comercio otorgarían mayor estabilidad, previsibilidad y transparencia.

Documentos formales o documentos no oficiales presentados en la segunda etapa por: el Grupo Africano, la Unión Europea, Namibia, el Paraguay y Swazilandia

 

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Preparación de las “modalidades”

En los preparativos de las “modalidades” las cuestiones relacionadas con los países en desarrollo no constituyen un punto de debate independiente, sino que forman parte de las deliberaciones en torno a cada uno de los tres “pilares”: subvenciones a la exportación y competencia de las exportaciones, acceso a los mercados y ayuda interna.

 

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Anteproyecto de “modalidades” revisado

Productos especiales: con arreglo al proyecto, los países en desarrollo tendrían la posibilidad de declarar algunos productos como “productos especiales” (PE). Podrían aplicar reducciones arancelarias menores a esos productos — una reducción media simple del 10 por ciento, con un mínimo del 5 por ciento por producto — y no tendrían que ampliar los contingentes arancelarios aplicables a esos productos.

Preferencias: se trata de “preferencias de larga data” que los países desarrollados otorgan a los países en desarrollo y se aplicarían a productos que representarían al menos el 20 por ciento de las exportaciones totales de mercancías del país en desarrollo. En tales casos, los países desarrollados podrían:

  • mantener, en la máxima medida técnicamente factible, los márgenes nominales (o sea, la diferencia entre el tipo arancelario preferencial y el normal);
  • eliminar cualesquiera derechos aplicados dentro del contingente;
  • aplicar reducciones arancelarias a lo largo de ocho años en vez de cinco, quedando el primer tramo aplazado hasta el tercer año.

Además, los países otorgantes de preferencias también prestarían asistencia técnica para ayudar a la diversificación de los países en desarrollo.

Países menos adelantados: los integrantes de este grupo no tendrían que asumir compromisos de reducción, pero se les alienta a considerar la posibilidad de asumir compromisos “que correspondan a sus necesidades de desarrollo” y en respuesta a solicitudes.

Grupos específicos de países: el proyecto se limita a explicar que los participantes continuarían examinando las propuestas relativas a dichos grupos (por ejemplo, los pequeños Estados insulares en desarrollo, las economías vulnerables y las economías en transición).

  

Los proyectos de marco volver al principio

(Véase Propuestas “marco” de Cancún)

Antes de Cancún: Muchas propuestas ya están incluidas en los tres pilares, como por ejemplo: plazos más largos, reducciones más suaves, posibles exenciones de algunos tipos de fórmulas, exenciones respecto de la ampliación de los contingentes arancelarios, utilización de un nuevo mecanismo de salvaguardia especial y designación de productos especiales que quedarían exentos de las reducciones arancelarias o para los que se autorizarían reducciones mucho más pequeñas (véanse también las secciones pertinentes dentro de cada uno de los tres pilares).

Además, algunos proyectos prevén mantener o fortalecer los criterios relativos a las subvenciones a la exportación y las ayudas internas que se permiten a los países en desarrollo (el párrafo 2 del artículo 6 del Acuerdo sobre la Agricultura, referente a la ayuda interna para fines tales como la sustitución de los cultivos de los que se obtienen estupefacientes, y el párrafo 4 del artículo 9, relativo a determinadas subvenciones a la exportación). La mayoría de los proyectos apoyan la importación libre de derechos de productos procedentes de los países menos adelantados. El G-20, Noruega y Kenya piden que se tengan en cuenta las preocupaciones de los nuevos Miembros, por ejemplo concediéndoles plazos más largos para las reducciones. Además, los proyectos del G-20 y de Kenya proponen medios para ocuparse de la erosión de las preferencias.

En Cancún: Israel dice que en las referencias al trato especial y diferenciado en cada uno de los tres pilares se deben utilizar los mismos términos, que deberían tomarse de la Declaración de Doha, en la que se dice que el trato especial y diferenciado “... será parte integrante de ... sus necesidades en materia de desarrollo, con inclusión de la seguridad alimentaria y el desarrollo rural ... ”. La CARICOM propone que un número no especificado de productos que representen un pequeño porcentaje de las importaciones de un país puedan tratarse como “sensibles a las importaciones” y queden sujetos a menores reducciones arancelarias, o a ninguna. También expone en forma detallada cómo aplicarían los países desarrollados reducciones arancelarias a un ritmo más lento con el fin de retardar la erosión de las preferencias. Esto se vincula con la prestación de asistencia técnica a los países en desarrollo de que se trate. La Unión Africana, los países ACP y los países menos adelantados piden que no se establezca ningún tope para los aranceles de los países en desarrollo, que las preferencias se traten en las partes pertinentes del proyecto de “modalidades” revisado, y que se desarrolle un “mecanismo de compensación”.

Proyectos de los Presidentes: Los proyectos Pérez del Castillo y Derbez reflejan estas cuestiones. Proponen también que se mantengan las dispensas especiales previstas en el párrafo 4 del artículo 9 para las subvenciones a la exportación otorgadas por los países en desarrollo hasta que se complete la remoción progresiva de las subvenciones a la exportación. Los proyectos proponen que se tengan en cuenta las preocupaciones de los nuevos Miembros que se han adherido recientemente (el documento Derbez propone plazos más largos y reducciones arancelarias más suaves). Recogen las propuestas de que se aborde la cuestión de la erosión de las preferencias, y el texto Derbez hace suya la propuesta de Kenya de que los trabajos a ese respecto se basen en el proyecto de “modalidades” revisado.

  

El marco adoptado en agosto de 2004: países en desarrollo volver al principio

El trato especial y diferenciado y las demás cuestiones planteadas por los países en desarrollo están reflejadas en todos los temas del marco de agosto de 2004. En un breve párrafo dedicado a los países menos adelantados se afirma que éstos no estarán obligados a asumir compromisos de reducción. Los países desarrollados y los países en desarrollo “que estén en condiciones de hacerlo” deberán otorgar acceso a los mercados libre de derechos y contingentes a las exportaciones de los PMA. El algodón es importante para algunos PMA y ello se reflejará en los trabajos en el marco de todos los pilares; los Miembros convienen en lograr rápidamente resultados ambiciosos. También acuerdan establecer un subcomité que se dedicará específicamente a esta cuestión.

 

Nota:
2. Con exclusión del comercio efectuado dentro de la Unión Europea. volver al texto

 

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