Colombia: septiembre de 1996
COMMUNICADO DE PRENSAPRENSA/TPRB/39
18 de septiembre de 1996
EL
PROCESO DE LIBERALIZACIÓN DE COLOMBIA ESTIMULA LA
INVERSIÓN Y CONDUCE A UNA MAYOR INTEGRACIÓN EN LA
ECONOMÍA MUNDIAL
Las medidas de apertura del mercado adoptadas por Colombia, la aplicación por ese país de los compromisos contraídos en la Ronda Uruguay y sus seis años de esfuerzos centrados en una acertada gestión macroeconómica han creado nuevas oportunidades de inversión y acelerado la integración de Colombia en la economía mundial. Según un informe de la Secretaría de la OMC sobre las políticas y prácticas comerciales colombianas, el vasto programa de liberalización del comercio llevado a cabo por Colombia se ha traducido en una reducción sustancial de los aranceles, en una disminución del número de medidas no arancelarias y en varios compromisos de acceso a los mercados en materia de servicios profesionales y financieros.
También
se han presentado ofertas en lo que respecta a los
servicios de telecomunicaciones y de transporte
marítimo.
Ese nuevo informe de la OMC juntamente con el preparado
por el Gobierno de Colombia servirán de base para el
debate de dos días de duración que tendrá lugar el 25
y 26 de septiembre. El precedente examen de las
políticas comerciales colombianas data de 1990. En el
tiempo que media desde esa fecha, la economía colombiana
ha crecido a una tasa anual media superior al 5 por
ciento. La inflación descendió de más del 32 por
ciento en 1990 a poco menos del 20 por ciento en 1995, y
está previsto que para 1998 caiga al 10 por ciento.
Aunque el nivel de los ingresos en divisas sigue
dependiendo de exportaciones tradicionales como las de
café, petróleo y carbón, en el informe de la
Secretaría se señala que en los últimos años el
incremento de la exportación ha provenido en gran medida
de las exportaciones no tradicionales. Si bien los
Estados Unidos continúan siendo el principal
interlocutor comercial de Colombia, las importaciones
procedentes de abastecedores preferenciales de la
región, principalmente de los otros integrantes del
Grupo Andino (Bolivia, Ecuador, Perú y Venezuela), han
progresado sustancialmente. La integración con el Grupo
Andino ha avanzado más que con cualquier otro grupo o
país de la región. Dicho Grupo ha adoptado un arancel
externo común y levantado prácticamente todos los
obstáculos al comercio intrarregional. Colombia está
procurando además intensificar los vínculos comerciales
regionales a través de su participación en el Grupo de
los Tres con México y Venezuela y en la Asociación de
Estados del Caribe. Actualmente examina la posibilidad de
concluir un acuerdo comercial formal con el MERCOSUR e
interviene activamente asimismo en las negociaciones
tendentes al establecimiento de una Zona de Libre
Comercio de las Américas.
En el informe se indica que el acceso preferencial de las
exportaciones colombianas a los mercados de la región,
así como a los Estados Unidos y la Unión Europea, ha
mejorado. Aparte del trato corriente SGP, desde comienzos
de los años noventa las exportaciones colombianas a los
Estados Unidos y la UE se benefician de planes
preferenciales ampliados. Un motivo actual de
preocupación para Colombia es la posible retirada de
preferencias comerciales por los Estados Unidos en
relación con la cuestión del comercio ilícito de
drogas.
La protección en frontera se funda ahora en esencia en
los aranceles, englobados en los cinco niveles del
Arancel Externo Común (AEC) del Grupo Andino, cuyos
tipos son del 0, el 5, el 10, el 15 y el 20 por ciento.
En el marco del AEC, la progresividad arancelaria sigue
aportando a las industrias de elaboración una
protección efectiva sustancialmente superior a la que se
deduce a primera vista de los tipos nominales. En el
informe se hace constar que, salvo por lo que se refiere
a los productos agrícolas "arancelizados", los
compromisos consolidados en la OMC abarcan la totalidad
del arancel de aduanas. Los tipos máximos, por regla
general del 35 por ciento, se contraponen al tipo
aplicado medio, del 11,5 por ciento.
En el tiempo transcurrido desde el examen anterior, la
protección arancelaria aplicada en el sector
manufacturero ha bajado al 11,6 por ciento, o sea a menos
de la mitad de su nivel en 1989, y se han eliminado los
contingentes de importación. Actualmente los niveles
medios de protección arancelaria más elevados
corresponden a productos alimenticios elaborados,
textiles, prendas de vestir y calzado.
El apoyo a la agricultura se brinda por medio de
licencias de importación y gravámenes variables; las
medidas relacionadas con la producción adoptadas a
partir de 1993 tienen por finalidad prestar ayuda a los
productores de pequeña escala y estimular la
participación del sector privado en las actividades de
elaboración y comercialización.
El informe menciona la reciente y sustancial protección
asegurada al sector automotriz por las prescripciones en
materia de contenido nacional y en materia de
exportación aplicables en ese sector. Ello no obstante,
ambas habrán de eliminarse a más tardar el año 2000
con sujeción a las disposiciones transitorias del
Acuerdo sobre las MIC de la OMC.
Colombia ha recurrido a los plazos de aplicación más
amplios a disposición de los países en desarrollo en
sectores como el de la valoración en aduana, las
subvenciones a la exportación y los ADPIC.
A raíz del reciente proceso de liberalización, los
servicios financieros, de transporte, de
telecomunicaciones, de turismo y de comercio minorista
han crecido pronunciadamente. Siguen en pie ciertos
obstáculos o requisitos específicos para inversores o
profesionales extranjeros, por ejemplo en lo que
concierne a las producciones audiovisuales y la
radiodifusión. La reducción de la participación
estatal en determinadas actividades ha avanzado por medio
de la privatización, sobre todo en el caso de las
instalaciones portuarias y los transportes, o del
otorgamiento de concesiones, como en el caso de las
telecomunicaciones. En julio de 1995 los compromisos de
Colombia en conformidad con el Acuerdo General sobre el
Comercio de Servicios, que abarcan la mayoría de los
modos de suministro respecto de diferentes servicios
profesionales, de construcción y de ingeniería,
quedaron complementados por compromisos en el sector
financiero. Las exenciones al trato n.m.f. proceden de
anteriores obligaciones con interlocutores
latinoamericanos y otros. Se han presentado ofertas
iniciales en las negociaciones relativas a los servicios
de transporte marítimo y de telecomunicaciones básicas.
La conclusión del informe es que el proceso autónomo de
apertura de los mercados emprendido por Colombia ha
quedado reforzado por la mayor seguridad de acceso
resultante de los compromisos ampliados de ese país en
la Ronda Uruguay. La apertura de la economía ha creado
nuevas oportunidades para las inversiones, las cuales
deberían verse adicionadamente estimuladas por la
acrecentada estabilidad macroeconómica, el pujante
crecimiento y las reformas fiscales en curso. La
expansión del crecimiento del comercio regional habrá
de proseguir a medida que se forjen nuevos acuerdos.
Según el informe, la plena aplicación de los
compromisos de la Ronda Uruguay fortalecerá sin duda el
proceso de liberalización y la integración de Colombia
en la economía mundial.
Nota para las redacciones
El Órgano de Examen de las Políticas Comerciales (OEPC)
de la OMC examinará el informe de la Secretaría, junto
con un informe elaborado por Colombia, los días 25 y 26
de septiembre de 1996. El Órgano de Examen de las
Políticas Comerciales de la OMC realiza una evaluación
colectiva de la gama completa de las políticas y
prácticas comerciales de cada Miembro de la OMC a
intervalos regulares y sigue de cerca las tendencias y
acontecimientos importantes que puedan tener
consecuencias para el sistema mundial de comercio.
Los dos informes, junto con un acta del debate del OEPC y
el resumen del Presidente, se publicarán oportunamente
como documentación completa del examen de las políticas
comerciales de Colombia. Podrán obtenerse en la
Secretaría de la OMC, Centro William Rappard, 154 rue de
Lausanne, 1211 Ginebra 21.
Los informes abarcan la evolución de todos los aspectos
de las políticas comerciales de Colombia, como las leyes
y reglamentos nacionales, el marco institucional y las
políticas comerciales por clase de medidas y por
sectores. Desde la entrada en vigor de la OMC, los
informes abarcan también las "nuevas esferas"
del comercio de servicios y los aspectos de los derechos
de propiedad intelectual relacionados con el comercio. Se
adjuntan las observaciones recapitulativas de los
informes de la Secretaría y del Gobierno. Los
periodistas que deseen disponer del texto íntegro de los
informes pueden solicitarlo a la Secretaría de la OMC.
Desde diciembre de 1989, se han llevado a cabo los
siguientes exámenes: Argentina
(1992), Australia (1989 y 1994), Austria (1992),
Bangladesh (1992), Bolivia (1993), Brasil (1992),
Camerún (1995), Canadá (1990, 1992 y 1994), Chile
(1991), Colombia (1990), Comunidades Europeas (1991, 1993
y 1995), Corea, Rep. de (1992), Costa Rica (1995),
Cte d'Ivoire (1995), Egipto (1992), Estados Unidos
(1989, 1992 y 1994), Filipinas (1993), Finlandia (1992),
Ghana (1992), Hong Kong (1990 y 1994), Hungría (1991),
India (1993), Indonesia (1991 y 1994), Islandia (1994),
Israel (1994), Japón (1990, 1992 y 1995), Kenya (1993),
Macao (1994), Malasia (1993), Marruecos (1989 y 1996),
Mauricio (1995), México (1993), Nigeria (1991), Noruega
(1991 y 1996), Nueva Zelandia (1990), Pakistán (1995),
Perú (1994), Polonia (1993), República Checa (1996),
República Dominicana (1996), República Eslovaca (1995),
Rumania (1992), Senegal (1994), Singapur (1992 y 1996),
Sri Lanka (1995), Sudáfrica (1993), Suecia (1990 y
1994), Suiza (1991 y 1996), Tailandia (1991 y 1995),
Túnez (1994), Turquía (1994), Uganda (1995), Uruguay
(1992), Venezuela (1996), Zambia (1996) y Zimbabwe
(1994).
Informe de la Secretaría
ÓRGANO
DE EXAMEN DE LAS POLÍTICAS COMERCIALES
COLOMBIA
Informe de la Secretaría - Observaciones recapitulativas
El
entorno económico
En el tiempo transcurrido desde el primer examen de las
políticas comerciales de Colombia, que tuvo lugar en
1990, la acertada gestión macroeconómica ha contribuido
a que la economía crezca constantemente a tasas
superiores al 5 por ciento por término medio, aunque es
posible que en 1996 tal tasa descienda al 4 por ciento.
También se han conseguido progresos en la lucha contra
la inflación, a lo que ha coadyuvado el Pacto Social, la
cual cayó de más del 32 por ciento en 1990 al 19,5 por
ciento en 1995, y habrá de ser tan sólo del 10 por
ciento en 1998 según lo previsto en el Plan Nacional de
Desarrollo.
Esos resultados se han alcanzado a pesar de los efectos
potencialmente desestabilizadores sobre la oferta
monetaria resultantes del alto nivel de entradas de
capital. Los factores que sirvieron de estímulo para
éstas fueron, entre otros, la liberalización de los
regímenes de cambios e inversiones, el aumento de las
oportunidades de inversión a causa del hallazgo de
nuevos yacimientos petrolíferos y del proceso de
privatización y los tipos de interés elevados. Se trata
de entradas de capital que trajeron asimismo consigo una
apreciación real de la moneda nacional, lo que ha
suscitado preocupación por sus consecuencias para la
competitividad de las exportaciones colombianas, pero la
contracción de la inflación y la aplicación del
sistema de banda de paridad móvil parecen haber
invertido en 1996 esa tendencia a la apreciación de la
moneda nacional. En julio de 1996 se flexibilizaron
ciertos requisitos en materia de inversiones extranjeras
directas.
Desde 1993, la balanza por cuenta corriente de Colombia y
la balanza de su comercio de mercancías han sido
deficitarias. El crecimiento más rápido de las
importaciones, ante todo de las procedentes de los
interlocutores comerciales regionales, estimuladas por la
liberalización del comercio y la apreciación real de la
moneda nacional, ha coadyuvado al acrecentamiento de la
proporción del PIB que corresponde al comercio. Aunque
el nivel de los ingresos en divisas sigue dependiendo de
exportaciones tradicionales como las de café, petróleo
y carbón, en los últimos años el incremento de la
exportación ha provenido en gran medida de las
exportaciones no tradicionales, cuya parte de las
exportaciones totales ascendió entre 1991 y 1995 del 39
a alrededor del 53 por ciento. Dada la situación de la
cuenta de capital, el déficit por cuenta corriente se
considera manejable.
Características y tendencias de la política comercial
Integración económica internacional
La aplicación del gran programa de liberalización
comercial, conocido bajo el nombre de Apertura, que se
inició en la época del primer examen de las políticas
comerciales, ha acelerado la integración de Colombia en
la economía mundial. Se ha racionalizado la estructura
de los aranceles y el promedio aritmético de los tipos
arancelarios se ha reducido sensiblemente, al 11,5 por
ciento. El alcance de las medidas no arancelarias ha
seguido disminuyendo y se circunscribe en la actualidad a
unos contados sectores sujetos a objetivos específicos
de política nacionales o subregionales; en 1992 se
dejaron sin efecto las medidas adoptadas por motivos de
balanza de pagos. Fuera de unos pocos casos antidumping,
no se ha tomado ninguna medida de salvaguardia contra las
importaciones de los interlocutores de la OMC.
Si bien los Estados Unidos continúan siendo el principal
interlocutor comercial de Colombia, las importaciones
procedentes de abastecedores preferenciales de la
región, principalmente de los otros integrantes del
Grupo Andino, han progresado sustancialmente. La
integración con el Grupo Andino ha avanzado más que con
cualquier otro grupo o país de la región; el Grupo ha
adoptado un arancel externo común y se han levantado
prácticamente todos los obstáculos al comercio
intrarregional. Colombia está procurando además
intensificar los vínculos comerciales regionales a
través de su participación en el Grupo de los Tres con
México y Venezuela y en la Asociación de Estados del
Caribe, al tiempo que examina la posibilidad de concluir
un acuerdo comercial formal con el MERCOSUR. Interviene
activamente asimismo en las negociaciones tendentes al
establecimiento de una Zona de Libre Comercio de las
Américas.
El acceso preferencial de las exportaciones colombianas a
los mercados de la región, así como a los Estados
Unidos y la Unión Europea, ha mejorado. Aparte del trato
corriente SGP, desde comienzos de los años noventa las
exportaciones colombianas a los Estados Unidos y la UE se
benefician de planes preferenciales ampliados. La posible
retirada por los Estados Unidos, en relación con la
cuestión de la droga, de las preferencias previstas en
la Ley Estadounidense de Preferencias Comerciales para
los Países Andinos, es motivo de preocupación para
Colombia.
Evolución de la política comercial
En el tiempo que media desde el anterior examen de las
políticas comerciales, Colombia ha aprobado una nueva
Constitución, aplicado su programa unilateral de
apertura de los mercados conocido bajo el nombre de
Apertura y ampliado sus compromisos comerciales tanto a
nivel regional como multilateral. La modernización del
sistema político ha dado lugar a una mayor
descentralización regional. La responsabilidad general
de las políticas comerciales se confió a un nuevo
Ministerio de Comercio Exterior y el Banco Central, esto
es, el Banco de la República de Colombia, pasó a ser
completamente independiente. En sectores como el de la
valoración en aduana, la inspección previa a la
expedición, las medidas antidumping, las salvaguardias y
los derechos de propiedad intelectual, se adoptó una
legislación nueva o modificada a efectos del
cumplimiento de las obligaciones contraídas en foros
regionales o multilaterales, pero en varios de esos casos
no se han introducido todavía los correspondientes
reglamentos de aplicación. Colombia ha recurrido a los
plazos de aplicación más amplios a disposición de los
países en desarrollo en sectores como el de la
valoración en aduana, las subvenciones a la exportación
y los ADPIC.
La protección en frontera se funda ahora en esencia en
los aranceles, englobados en los cinco niveles del
Arancel Externo Común (AEC) del Grupo Andino, cuyos
tipos son del 0, el 5, el 10, el 15 y el 20 por ciento.
En el marco del AEC, la progresividad arancelaria sigue
aportando a las industrias de elaboración una
protección efectiva sustancialmente superior a la que se
deduce a primera vista de los tipos nominales. Los
compromisos consolidados en la OMC abarcan la totalidad
del arancel de aduanas, por regla general a un tipo
máximo del 35 por ciento (contra un tipo medio aplicado
del 11, 5 por ciento), salvo por lo que se refiere a los
productos agrícolas "arancelizados". Se han
racionalizado las disposiciones en materia de exenciones
arancelarias, por ejemplo para insumos importados,
habiéndose eliminado muchas exenciones generales, pero
el valor de las importaciones exentas ha subido
marcadamente.
Entre las medidas específicas por sectores o por
productos aún en vigor que afectan a las importaciones
cabe citar los gravámenes variables a la importación,
los convenios de absorción de cosechas nacionales, los
niveles diferenciados del impuesto sobre el valor
añadido según se trate de productos nacionales o
importados, los precios de referencia, las licencias de
importación restrictivas (mantenidas en gran parte al
amparo de consideraciones en materia de salud, medio
ambiente o seguridad), ciertas prohibiciones a la
importación y las prescripciones en materia de contenido
nacional o subregional. La participación del Estado en
la producción y las operaciones comerciales se está
recortando. Desde finales de 1993 las normas obligatorias
se aplican de manera no discriminatoria; se ha empezado a
tratar con determinados países de la región la
cuestión del reconocimiento mutuo o la armonización de
las normas. La nueva legislación sobre contratación
pública, concluida en 1993, da igual trato a los
proveedores locales y a las empresas de países que
otorgan la reciprocidad de trato y elimina la sobretasa
del 25 por ciento sobre las ofertas de estas últimas.
Se perciben impuestos sobre la exportación de café,
crudos, gas, carbón y ferroníquel. Pese a que no hay en
vigor prohibiciones a la exportación, la limitación de
éstas en virtud de acuerdos internacionales o
bilaterales continúa afectando al café y los textiles.
La asistencia a las exportaciones no tradicionales sigue
en pie a través del mecanismo del Certificado de
Reembolso Tributario (CERT) y del mecanismo de los
Sistemas Especiales de Importación-Exportación (SIEX) a
los efectos del ingreso en franquicia de maquinaria
destinada a la producción para la exportación, así
como de una subvención al transporte que cubre los
gastos por concepto de flete y de reexpedición a lugares
con los que Colombia no tiene una conexión por ruta
directa para el transporte de carga. La utilización de
los mecanismos del CERT y los SIEX ha disminuido y, en
conformidad con las disposiciones de la OMC, Colombia
habrá de eliminar las subvenciones a la exportación de
manufacturas para el año 2003 y reducir progresivamente
los desembolsos presupuestarios para las exportaciones de
productos agrícolas. Ciertas exportaciones colombianas
(flores cortadas, películas de cloruro de polivinilo,
jeringas descartables y secciones huecas de aluminio) han
estado o siguen estando sujetas a medidas antidumping o
compensatorias en algunos mercados extranjeros.
A contar de 1991 se han ampliado los servicios de
financiación, seguro y promoción de las exportaciones.
Se ha procedido a una revisión del régimen de zonas
francas; la administración de éstas ha sido privatizada
y el alcance de las mismas se ha hecho extensivo a las
actividades relacionadas con el turismo.
La ayuda a la producción interna, con inclusión de la
concedida a las empresas pequeñas y medianas, se limita
en la actualidad a asegurar la financiación de proyectos
de modernización, capacitación, transferencia de
tecnología, desarrollo y protección del medio ambiente.
El apoyo a las actividades de investigación y desarrollo
reviste la forma de incentivos fiscales. Las medidas de
asistencia regional relacionadas con el comercio
comprenden el establecimiento de zonas francas,
regímenes aduaneros especiales, préstamos
preferenciales y precios de intervención garantizados en
el sector de la agricultura. Entre las demás medidas de
asistencia a este sector figuran diferentes programas de
préstamos de bajo costo y alivio de la deuda en favor de
los pequeños productores. Desde 1995 se alienta a la
negociación de "acuerdos de competitividad"
sectoriales; éstos entrañan la creación de industrias
verticalmente articuladas y apuntan entre otros objetivos
al fortalecimiento de la cooperación en el seno de cada
sector. En 1991 se suprimió el control de los precios al
consumidor, excepto en el caso de los medicamentos
esenciales y de ciertos servicios públicos; sin embargo,
un número restringido de productos agrícolas cuenta con
precios mínimos garantizados y se fijan a título
especial y temporal precios de intervención con fines de
asistencia regional.
El marco jurídico para la protección de los derechos de
propiedad intelectual ha quedado sustancialmente
reforzado a través de la adhesión a tratados
internacionales en la materia y de recientes Decisiones
del Grupo Andino. A partir de 1992 se han introducido
modificaciones legislativas e institucionales en lo que
respecta a la política de competencia; se han llevado a
cabo varias investigaciones sobre fusiones. Colombia ha
acentuado asimismo la importancia que otorga al
desarrollo ambientalmente sostenible.
Evolución de las políticas sectoriales
Sector agrícola
La Constitución protege el sector agrícola y la
revitalización de éste, en parte por razones sociales,
forma parte de los planes de desarrollo del Gobierno. La
liberalización en virtud del programa conocido bajo el
nombre de Apertura se ha traducido en una reducción de
la protección arancelaria nominal media del sector,
según se define en términos de la Ronda Uruguay, a un
10,7 por ciento por término medio, esto es, a menos de
una tercera parte de su nivel de 1989, así como en una
atenuación de las restricciones a la importación; esto,
sumado al bajo nivel de los precios mundiales de los
productos básicos a comienzos de los años noventa, a
los tipos elevados de los préstamos internos y a las
malas condiciones climáticas, ha traído consigo una
caída de la producción nacional de ciertos cultivos que
compiten con los de importación.
En respuesta a esa situación crítica, se han adoptado o
reforzado una serie de medidas, en virtud de una nueva
ley-marco de 1993, principalmente para ayudar a los
pequeños productores. Las medidas relacionadas con
producción comprenden en la actualidad préstamos y
ventas de tierras subvencionados, el pago o la asistencia
para el pago de la deuda, mecanismos de sostenimiento y
estabilización de los precios, acuerdos de
comercialización y subvenciones para fines de
modernización. Las directrices de política se centran
en la forma de estimular la participación del sector
privado en las operaciones de elaboración y
comercialización, así como la negociación de acuerdos
de competitividad intrasectoriales.
En 1991 se introdujo un sistema de gravámenes variables
a la importación, posteriormente aplicado a nivel
subregional con sujeción al Sistema de Franjas de
Precios del Pacto Andino; ello no obstante, las
autoridades facilitaron información a la Secretaría
para mostrar que los gravámenes no incumplían los
compromisos de consolidación de 1995 de la Ronda
Uruguay. Las licencias previas a la importación,
supeditadas a principios de autosuficiencia y a
prescripciones de absorción de contenido nacional, aún
no se han "arancelizado". Queda todavía por
aplicar el procedimiento de asignación de contingentes
que se seguirá para los productos sujetos a contingentes
arancelarios en virtud del Acuerdo sobre la Agricultura
de la Ronda Uruguay.
Las exportaciones de productos agrícolas absorben gran
parte de los desembolsos por concepto del CERT. En
cumplimiento de compromisos contraídos en el marco de la
Asociación de Países Productores de Café, se ha
limitado voluntariamente en dos ocasiones la exportación
de café. Se requiere autorización previa para exportar
arroz y azúcar. Las exportaciones de banano a la UE han
quedado sujetas a contingentes arancelarios desde 1994;
la base para la asignación de ese contingente se
modificó en 1996.
Sector manufacturero
En el tiempo transcurrido desde el anterior examen la
protección arancelaria del sector manufacturero se ha
reducido al 11,6 por ciento, esto es, a menos de la mitad
de su nivel de 1989, y se han eliminado los contingentes
de importación. Actualmente los niveles medios de
protección arancelaria más elevados corresponden a
productos alimenticios elaborados, textiles, prendas de
vestir y calzado. Los componentes de subvención que
comportan el CERT y los SIEX notificados a la OMC
respaldan la exportación. La reciente subida de los
tipos de interés y la apreciación de la paridad
cambiaria, así como el contrabando de prendas de vestir,
aparatos para el hogar y cigarrillos, han impedido la
modernización y el crecimiento de esos sectores
manufactureros.
Las políticas aplicadas últimamente en el sector
automotriz, que dan cabida a cierta desreglamentación y
flexibilidad, han contribuido a mejorar el resultado de
las operaciones de comercio y montaje. Siguen en pie, sin
embargo, importantes medidas de protección; éstas
incluyen un derecho máximo del 35 por ciento sobre los
vehículos de motor completamente montados, tipos
diferenciados del IVA, prohibiciones a la importación de
piezas y vehículos usados y prescripciones en materia de
exportación. La combinación del derecho elevado sobre
vehículos completamente montados y del derecho de
importación concesional del 3 por ciento sobre piezas y
componentes para las empresas de montaje que cumplan las
prescripciones en materia de contenido nacional entraña
una protección efectiva sustancial para el valor
añadido nacional. Ello no obstante, tanto las
prescripciones en materia de contenido nacional como en
materia de exportación habrán de eliminarse a más
tardar el año 2000 con sujeción a las disposiciones
transitorias del Acuerdo sobre las MIC de la OMC. Desde
1995 las exportaciones a los Estados Unidos de ropa
interior y trajes de lana para mujeres y niñas han
quedado sujetas a acuerdos de limitación en régimen de
"acceso especial", que según lo previsto
expirarán a finales de 1997.
Sector de industrias extractivas y energía
Pese a que subsiste una participación directa del Estado
en la rama de industrias extractivas y productos
energéticos, la privatización de la misma está ya en
marcha y se alienta la concertación de acuerdos de
establecimiento de empresas conjuntas o de asociación
con inversores privados. El precio interno de
combustibles y propano se basa en los precios mundiales,
y el de los demás combustibles se fijará
progresivamente sobre esa misma base. Entretanto, el
precio de los combustibles para vehículos de motor sigue
siendo sustancialmente inferior a los precios
internacionales y, a pesar de los aumentos, los precios
de la energía figuran entre los más bajos de América
Latina. Colombia no es miembro de la OPEP.
Sector de servicios
A raíz del reciente proceso de liberalización, los
servicios financieros, de transporte, de
telecomunicaciones, de turismo y de comercio minorista
han crecido pronunciadamente. Siguen en pie ciertos
obstáculos o requisitos específicos para inversores o
profesionales extranjeros, por ejemplo en lo que
concierne a las producciones audiovisuales y la
radiodifusión. La reducción de la participación
estatal en determinadas actividades ha avanzado por medio
de la privatización (v.g., puertos y transportes) o del
otorgamiento de concesiones, como en el caso de las
telecomunicaciones.
En julio de 1995 los compromisos de Colombia en
conformidad con el Acuerdo General sobre el Comercio de
Servicios, que abarcan la mayoría de los modos de
suministro respecto de diferentes servicios
profesionales, de construcción y de ingeniería,
quedaron complementados por compromisos en el sector
financiero; las exenciones al trato n.m.f. proceden de
anteriores obligaciones con interlocutores
latinoamericanos y otros. Se han presentado ofertas
iniciales en las negociaciones relativas a los servicios
de transporte marítimo y de telecomunicaciones básicas.
Políticas comerciales e interlocutores en el comercio
exterior
El proceso autónomo de apertura de los mercados, que ha
seguido adelante desde el último examen, ha quedado
reforzado por la mayor seguridad de acceso resultante de
los compromisos ampliados de Colombia en la Ronda
Uruguay. La apertura de la economía ha creado nuevas
oportunidades para las inversiones, las cuales deberían
verse adicionalmente estimuladas por la acrecentada
estabilidad macroeconómica, el pujante crecimiento y las
reformas fiscales en curso. La expansión del crecimiento
del comercio regional habrá de proseguir a medida que se
forjen nuevos acuerdos, pese a lo cual Colombia también
está buscando oportunidades comerciales fuera de la
región. La plena aplicación de los compromisos de la
Ronda Uruguay fortalecerá sin duda el proceso de
liberalización y la integración del país en la
economía mundial.
Informe del Gobierno
ÓRGANO
DE EXAMEN DE LAS POLÍTICAS COMERCIALES
COLOMBIA
Informe del Gobierno
Evolución institucional
Desde el último examen de la política comercial en
1990, Colombia ha vivido un proceso de grandes cambios,
tanto en lo político como en lo económico.
La mayor transformación política del país tuvo lugar
en 1991 con la expedición de la nueva Constitución, que
sustituyó a la que, con algunas reformas, estaba vigente
desde 1886. En desarrollo de las nuevas instituciones, el
Congreso expidió la Ley 7 de 1991, que dio lugar a la
reorganización institucional del sector externo,
mediante la creación del Ministerio de Comercio Exterior
y la conformación del Consejo Superior de Comercio
Exterior, organismo máximo interministerial del sector,
presidido por el Presidente de la República.
Se adoptaron profundas reformas en el sector financiero.
La reforma en este campo se llevó a cabo con el
propósito de crear un ambiente más competitivo y
reducir la participación del Estado en la asignación
del crédito y en las inversiones de las entidades
financieras. De este modo, se inició el proceso de
privatización de entidades financieras y se eliminaron
las restricciones de acceso al capital extranjero.
En el sector laboral, se eliminaron las restricciones a
la movilidad de la mano de obra que contribuían a
aumentar el desempleo friccional. Además, se definió
con claridad el alcance de los derechos y las
obligaciones de patronos y empleados, particularmente en
lo referente a la certidumbre en lo relacionado con los
pasivos laborales.
Con la Constitución de 1991 se le dio autonomía al
Banco Central en la conducción de la política
monetaria, cambiaria y crediticia del país, asignándole
como tarea fundamental la de velar por el mantenimiento
de la capacidad adquisitiva de la moneda.
Se llevó a cabo una reforma cambiaria que eliminó el
monopolio del Banco Central en la compra y venta de
divisas y el régimen estricto de control de cambios que
existía desde 1967. Se creó, entonces, un sistema
cambiario ágil y libre, de autonomía en el manejo para
la realización de operaciones de pagos internacionales.
En cuanto al tipo de cambio, se pasó de un régimen de
administración a uno de manejo de una banda cambiaria
con facultad de intervención.
El sector público también ha experimentado reformas
fundamentales tanto en su funcionamiento como en su
orientación. Entre estas reformas se encuentran la
descentralización fiscal, el programa de privatizaciones
y concesiones en la prestación de servicios públicos y
construcción y manejo de infraestructura, y la reforma a
la seguridad social. La descentralización se fundamenta
en el crecimiento gradual de las transferencias de
recursos y funciones a los departamentos y municipios -en
los cuales se divide el territorio nacional- con el fin
de atender con mayor eficiencia y prontitud las
necesidades básicas de la población.
La privatización de activos del sector público ha
tenido como objetivo liberar todos aquellos recursos del
Gobierno comprometidos en actividades que pueden ser
desarrolladas más eficientemente por el sector privado,
para desplazarlos hacia sectores donde la presencia del
Gobierno es indispensable, como la educación, la salud,
la justicia y la seguridad.
En el campo de la seguridad social, se eliminó el
monopolio del Estado en la prestación de los servicios
de salud y pensiones, otorgándole la posibilidad al
trabajador de escoger libremente la institución
prestadora de dichos servicios.
Desde 1991 se han producido nuevas normas para modernizar
el marco legal de la inversión extranjera en Colombia.
Estos cambios se han regido por los principios de
igualdad en el trato entre inversionistas nacionales y
extranjeros: eliminación de la autorización previa para
invertir en Colombia; la universalidad en virtud de la
cual la inversión extranjera es admitida en
prácticamente todos los sectores de la economía; y la
estabilidad en el régimen cambiario vigente al momento
de efectuarse una inversión, el cual será mantenido
para dicha inversión aún si en el futuro se efectúan
cambios en este sistema. Requisitos específicos de
autorización deben cumplirse para las inversiones en el
sector financiero, y proyectos de minería y petróleo.
La política de comercio exterior
En cuanto al entorno comercial, entre 1990 y 1991 se
reformó el régimen de comercio exterior, para abrir la
economía colombiana a la competencia externa y
prepararla para lograr mayores niveles de competitividad
e interacción internacional.
Este proceso implicó cambios tan radicales como la
reducción unilateral de los aranceles, al pasar de un
promedio aritmético del 44 por ciento a alrededor del 11
por ciento en la actualidad; la simplificación de la
estructura arancelaria al pasar de tener 14 niveles a
sólo 5; la eliminación de casi la totalidad de las
restricciones cuantitativas, partiendo de una situación
en 1990 en la cual más del 60 por ciento del universo
arancelario requería licencia de importación, a la
situación actual en la cual tan sólo el 2 por ciento la
requieren por motivos de seguridad nacional o
ambientales. Adicionalmente, se simplificaron los
trámites de importaciones y exportaciones.
Otro elemento relevante de la política de comercio
exterior de Colombia en la presente década es la
profundización del acuerdo de integración con los
países de la región andina, creándose la Comunidad
Andina, que incluye un arancel externo común y la
armonización de legislación que inclusive va más allá
del ámbito comercial.
Igualmente importante es la firma de acuerdos comerciales
con otros países de América Latina, con Chile de un
lado, y México y Venezuela del otro (Grupo de los Tres -
G3), conducentes a la formación de Zonas de Libre
Comercio.
También es de destacar la creación de condiciones más
favorables para el desarrollo del comercio y las
inversiones con Centroamérica, la apertura comercial
hacia los países del Caricom, la voluntad de lograr un
acuerdo de libre comercio con los países del Mercosur y
de la ampliación de las relaciones comerciales del
continente americano mediante las negociaciones de un
Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA).
Relaciones con el sistema multilateral de comercio
En el ámbito del comercio multilateral, Colombia actuó
con dinamismo en las negociaciones de la Ronda Uruguay,
constituyéndose en miembro fundador de la Organización
Mundial del Comercio. Asimismo, suscribió compromisos
arancelarios en el universo de mercancías y compromisos
específicos de acceso al mercado en un espectro amplio
del comercio de servicios.
En cuanto a la participación de Colombia en el sistema
de solución de diferencias, vale resaltar que desde su
adhesión al GATT, Colombia nunca ha sido objeto de
demandas.
Su participación en procedimientos de solución de
diferencias se ha concentrado como reclamante, en 1992 y
1993, en controversias relativas al régimen de
importación de banano de la Comunidad Europea.
Actualmente Colombia participa como tercera parte en el
tercer panel sobre banano. En 1993 Colombia fue una de
las partes reclamantes en el procedimiento frente a
Estados Unidos por medidas que afectaban la importación
de tabaco. Finalmente, en 1992 participó como tercero
interesado en el panel interpuesto contra Estados Unidos
relativo a restricciones a las importaciones de atún.
A escasos dos años de haber entrado en vigencia la
Organización Mundial del Comercio, se han podido
vislumbrar los beneficios que se pueden derivar de un
sistema con normas y disciplinas más precisas, y un
mecanismo de solución de diferencias reforzado que
garantice el funcionamiento efectivo del sistema
multilateral de comercio.
Colombia comparte y apoya las disciplinas multilaterales
establecidas en el Acuerdo de Marrakech, por lo cual ha
iniciado el ajuste de su legislación doméstica,
utilizando los plazos concedidos a los países en
desarrollo, limitando así la discrecionalidad en el
diseño de políticas de carácter sectorial, propias al
nivel de desarrollo de su economía. Sin embargo, se
asumen con la confianza de un equilibrio de los
beneficios del sistema, el que se logrará en la medida
que el trato de la oferta exportable de los países en
desarrollo como Colombia sea equivalente al que se le
otorga a los productos y servicios provenientes de los
países desarrollados.