Cuestiones abarcadas por los Comités y Acuerdos de la OMC
EXÁMENES DE LA POLÍTICAS COMERCIALES: PRIMER COMUNICADO DE PRENSA, RESUMEN DEL INFORME DE LA SECRETARÍA Y DEL INFORME DEL GOBIERNO

Brasil: octubre de 1996

COMMUNICADO DE PRENSA
PRENSA/TPRB/45
24 de octubre de 1996

LAS REFORMAS DEL BRASIL ATRAEN BENEFICIOS ECONÓMICOS PERO LA APLICACIÓN DE LA POLÍTICA COMERCIAL SIGUE SIENDO COMPLEJA

A partir de 1992, las reformas comerciales del Brasil han sido un factor clave de su éxito económico. La importancia asignada a la liberación autónoma del comercio, incluso antes de la conclusión de la Ronda Uruguay, permitió que el Brasil recortara resueltamente sus tipos arancelarios, eliminara la mayor parte de sus medidas no arancelarias y asumiera compromisos específicos en la esfera de los servicios financieros. No obstante, desde 1994 las decisiones brasileñas en materia de políticas comerciales son más complejas y las prácticas comerciales parecen menos transparentes.

Según un nuevo informe de la OMC sobre las políticas y prácticas comerciales del Brasil, la principal realización del país en los últimos años ha sido la reducción de la inflación de una tasa anual de casi 2.500 por ciento en 1993 a aproximadamente el 20 por ciento a principios de 1996. Esto se consiguió, en gran medida, gracias a la aplicación de un nuevo programa de estabilización, el Plan Real, iniciado a mediados de 1994. El informe de la OMC, juntamente con el preparado por el Gobierno del Brasil servirán de base para el debate de dos días de duración que tendrá lugar el 30 y 31 de octubre de 1996 en el Órgano de Examen de las Políticas Comerciales.

    Si bien la actividad económica se ha recuperado, todavía limitan el crecimiento las tasas de interés reales elevadas, aunque en disminución, que acompañan a una rigurosa política monetaria. El restablecimiento de la economía, la mayor estabilidad de los precios y los altos tipos de interés han dado como resultado una fuerte entrada de capital extranjero y una considerable acumulación de reservas internacionales. Sin embargo, los déficit simultáneos en la cuenta corriente y en el comercio de mercancías hacen pensar que el tipo de cambio está sobrevaluado. El informe señala que esto sería coherente con el pronunciado aumento de las importaciones desde 1994 y con la pérdida del dinamismo de las exportaciones, fenómenos que constituyen el telón de fondo de las recientes medidas encaminadas a restringir determinadas importaciones y apoyar las exportaciones. El informe afirma que estas medidas sugieren desaciertos en la aplicación y no una inversión de la política.

    En virtud de su programa de reforma arancelaria, el arancel medio que aplica el Brasil cayó del 21,2 por ciento en enero de 1992 al 14 por ciento en julio de 1993 y actualmente es del 12,5 por ciento. Si bien la adopción del Arancel Exterior Común (AEC) del MERCOSURSee footnote 1 el 1. de enero de 1995 fue un avance decisivo en el proceso de integración regional, el AEC no ha supuesto mejoras en la estructura arancelaria nacional del Brasil. Según el informe, esta estructura es relativamente compleja y contiene varias exenciones variables del AEC sujetas a un proceso de convergencia hasta el año 2006. Además, los frecuentes reajustes de los aranceles dan una apariencia de incertidumbre al régimen en materia de comercio y de inversiones.

    Las reformas económicas se han asociado a una liberalización de la legislación, que comprende la eliminación del concepto de "empresa brasileña de capital nacional" y la apertura de varias esferas estratégicas a la participación privada y extranjera. De conformidad con el programa de privatización del Brasil, el número de empresas del Estado se ha reducido a 147. El Gobierno se ha retirado de la producción de aeronaves, acero, fertilizantes y productos petroquímicos y, en 1995, ha ampliado su programa de privatización a los sectores del abastecimiento eléctrico, las finanzas, los ferrocarriles y la minería. No obstante, el Gobierno es todavía un importante proveedor de servicios, como la banca, los seguros, el transporte, las telecomunicaciones y la electricidad. Aunque la participación extranjera en los principales sectores de servicios ha sido restringida en el pasado, se están llevando a cabo esfuerzos para liberalizar la inversión extranjera en varias de estas actividades.

    Según el informe, la aplicación de medidas contingentes aumentó durante el período comprendido entre 1992 y 1995, en que se iniciaron 66 investigaciones sobre medidas antidumping (relativas, en especial, a productos químicos y minerales) y 13 investigaciones sobre medidas compensatorias (relativas a productos agropecuarios). A mediados de 1996 estaban en curso siete investigaciones sobre medidas compensatorias y 25 sobre medidas antidumping y, en junio de 1996, el Brasil utilizó su nueva legislación en materia de salvaguardias para proteger al sector de la manufactura de juguetes. Desde 1992 el Brasil ha participado en varias consultas y exámenes por grupos especiales en el marco del GATT/OMC en relación con la aplicación de sus reglamentos relativos a medidas compensatorias y antidumping. No obstante, las nuevas disposiciones al respecto deberían contribuir a que el Brasil se adaptara a las condiciones más rigurosas en materia de medidas compensatorias y antidumping contenidas en los Acuerdos de la OMC.

    Las exportaciones de azúcar y alcohol etílico están limitadas por gravámenes para garantizar la oferta en el mercado interno. También se aplican gravámenes a la exportación de cuero y pieles en bruto. Se compensan mediante exenciones de impuestos los costos impuestos a los exportadores por el complejo sistema de impuestos federales y estatales. El informe señala que las exenciones y reducciones de impuestos y derechos concedidas a los insumos destinados a las industrias de exportación (que se eliminarán antes de 1999) han proporcionado importantes beneficios a los exportadores, en especial en el sector del automóvil. También se han realizado otros esfuerzos para fomentar las exportaciones, como los programas de financiación de exportaciones destinados a compensar las deficiencias del sistema financiero brasileño y la aplicación de prescripciones relativas a los resultados de exportación.

    La industria del automóvil es la actividad manufacturera a que más asistencia se presta en el Brasil, y la protección efectiva se estima superior al 250 por ciento. Según el informe, el Brasil es un gran exportador neto de vehículos y su industria automotriz alcanzó en 1995 niveles de producción sin precedentes. En 1995 los planes de inversión para la industria automotriz se cifraban en unos 10.000 millones de dólares. Los aranceles aplicados de los vehículos a motor aumentaron del 20 por ciento en 1994 al 70 por ciento en marzo de 1995. El virtud del régimen iniciado a mediados de 1995, la industria automotriz se beneficia de exenciones arancelarias combinadas con prescripciones sobre contenido nacional y nivelación de las exportaciones. Tras la introducción de este régimen, cayeron pronunciadamente las importaciones procedentes de países no miembros del MERCOSUR. En 1996 se empezó a exigir un certificado de conformidad con las normas brasileñas para obtener una licencia de importación para vehículos automóviles. Las modificaciones necesarias han de realizarse en el país de fabricación.

    Aunque hay empresas internacionalmente competitivas en el sector de los textiles y el vestido, la competencia de las importaciones ha llevado a la clausura de numerosas pequeñas y medianas empresas. Al desaparecer los obstáculos a la importación, las importaciones de textiles y prendas de vestir se han multiplicado por cuatro entre 1991 y 1995. Como resultado, las condiciones del crédito han adquirido importancia en lo que respecta a la concesión de licencias para las importaciones de productos textiles. En mayo de 1996, de conformidad con las disposiciones del Acuerdo sobre los Textiles y el Vestido de la OMC, se introdujeron contingentes de salvaguardia de transición para determinados productos textiles.

    El informe afirma que en el pasado las disposiciones brasileñas en materia de propiedad intelectual habían sido fuentes de fricciones con algunos interlocutores comerciales pero que, de conformidad con el Acuerdo sobre los ADPIC, se estaban reformulando los reglamentos brasileños en materia de propiedad intelectual. En mayo de 1996 se aprobó una nueva Ley de propiedad industrial que regula, entre otras cosas, la protección durante la tramitación, la concesión de patentes de invención y modelos de utilidad, el registro de marcas de fábrica y dibujos y modelos industriales y la represión de las falsas indicaciones geográficas.

    En sus conclusiones, el informe afirma que una coordinación y transparencia mayores y una respuesta más mesurada a las peticiones de asistencia formuladas por determinados sectores ayudarían al Brasil a traducir su compromiso de llegar al libre comercio en medidas más claramente coherentes con las exigencias de su desarrollo y con un sistema multilateral de comercio más sólido. En el informe se señala el actual problema del Brasil, que estriba en asegurar la continuidad del entorno más abierto, caracterizado por una menor inflación, y en preservar los equilibrios externos, al tiempo que se consigue el rápido crecimiento económico necesario para absorber una fuerza de trabajo en expansión y que se resisten las presiones encaminadas a que se invierta el proceso de reforma.

Nota para las redacciones

    El Órgano de Examen de las Políticas Comerciales (OEPC) de la OMC examinará el informe de la Secretaría, junto con un informe elaborado por el Brasil, los días 30 y 31 de octubre de 1996.

    El Órgano de Examen de las Políticas Comerciales de la OMC realiza una evaluación colectiva de la gama completa de las políticas y prácticas comerciales de cada Miembro de la OMC a intervalos regulares y sigue de cerca las tendencias y acontecimientos importantes que puedan tener consecuencias para el sistema mundial de comercio.

    Los dos informes, junto con un acta del debate del OEPC y el resumen del Presidente, se publicarán oportunamente como documentación completa del examen de las políticas comerciales del Brasil. Podrán obtenerse en la Secretaría de la OMC, Centro William Rappard, 154 rue de Lausanne, 1211 Ginebra 21.

    Los informes abarcan la evolución de todos los aspectos de las políticas comerciales del Brasil, como las leyes y reglamentos nacionales, el marco institucional y las políticas comerciales por clase de medidas y por sectores. Desde la entrada en vigor de la OMC, los informes abarcan también las "nuevas esferas" del comercio de servicios y los aspectos de los derechos de propiedad intelectual relacionados con el comercio. Se adjuntan las observaciones recapitulativas de los informes de la Secretaría y del Gobierno. Los periodistas que deseen disponer del texto íntegro de los informes pueden solicitarlo a la Secretaría de la OMC.

    Desde diciembre de 1989, se han llevado a cabo los siguientes exámenes: Argentina (1992), Australia (1989 y 1994), Austria (1992), Bangladesh (1992), Bolivia (1993), Brasil (1992), Camerún (1995), Canadá (1990, 1992 y 1994), Chile (1991), Colombia (1990 y 1996), Comunidades Europeas (1991, 1993 y 1995), Corea, Rep. de (1992 y 1996), Costa Rica (1995), Côte d'Ivoire (1995), Egipto (1992), Estados Unidos (1989, 1992 y 1994), Filipinas (1993), Finlandia (1992), Ghana (1992), Hong Kong (1990 y 1994), Hungría (1991), India (1993), Indonesia (1991 y 1994), Islandia (1994), Israel (1994), Japón (1990, 1992 y 1995), Kenya (1993), Macao (1994), Malasia (1993), Marruecos (1989 y 1996), Mauricio (1995), México (1993), Nigeria (1991), Noruega (1991 y 1996), Nueva Zelandia (1990 y 1996), Pakistán (1995), Perú (1994), Polonia (1993), República Checa (1996), República Dominicana (1996), República Eslovaca (1995), Rumania (1992), Senegal (1994), Singapur (1992 y 1996), Sri Lanka (1995), Sudáfrica (1993), Suecia (1990 y 1994), Suiza (1991 y 1996), Tailandia (1991 y 1995), Túnez (1994), Turquía (1994), Uganda (1995), Uruguay (1992), Venezuela (1996), Zambia (1996) y Zimbabwe (1994).

Informe de la Secretaría

ÓRGANO DE EXAMEN DE LAS POLÍTICAS COMERCIALES
BRASIL
Informe de la Secretaría - Observaciones recapitulativas

Introducción

    El Brasil ha hecho considerables progresos en la lucha contra algunos de los problemas económicos con que se enfrentaba a principios del decenio de 1990, sobre todo al restablecer el crecimiento y la confianza en la economía y al reducir la inflación. Desde que en 1993 se reanudó el crecimiento económico, la economía ha demostrado su flexibilidad ante los embates externos y el país ha recibido un gran volumen de capital extranjero. La liberalización del comercio, la privatización, la apertura gradual de actividades clave a las inversiones extranjeras y la desregulación general están creando una economía cada vez más competitiva. Las reformas microeconómicas y fiscales continuadas deberían coadyuvar aún más a ese proceso. El problema estriba hoy día en asegurar la continuidad del entorno más abierto, caracterizado por una menor inflación, y en preservar los equilibrios externos, al tiempo que se consigue el rápido crecimiento económico necesario para absorber una fuerza de trabajo en expansión y que se resisten las presiones encaminadas a que se invierta el proceso de reforma.

Entorno económico

    La principal realización macroeconómica del Brasil en los últimos años ha sido la reducción de la inflación, que ha pasado de una tasa anual de casi 2.500 por ciento en 1993 a alrededor del 20 por ciento a principios de 1996. Esto se consiguió en gran parte mediante la puesta en práctica de un nuevo programa de estabilización, el Plan Real, instituido a mediados de 1994. El crecimiento del PIB real se recuperó hasta el 5,8 por ciento en 1994, aunque posteriormente se ha frenado. El crecimiento económico continúa viéndose limitado por las tasas de interés real elevadas, aunque en disminución, que acompañan a unas políticas monetarias rigurosas. Hay que prestar atención a los déficit fiscales, tanto desde el punto de vista de los ingresos como desde el de los gastos.

    Los altos tipos de interés, unidos al mejoramiento de los resultados económicos, a la intensificación de las actividades de privatización y a la mayor estabilidad de los precios, han llevado a una fuerte entrada de capital extranjero y a una considerable acumulación de reservas internacionales, cuya composición también ha variado. Los déficit simultáneos en cuenta corriente y en el comercio de mercancías han llevado a algunos observadores a pensar que el tipo de cambio efectivo real (TCER) está sobrevaluado. Ciertamente, en 1994 hubo una rápida apreciación del TCER, cuando se introdujo la nueva moneda, el real, pero posteriormente ha habido una depreciación progresiva. La posibilidad de que el TCER estuviera sobrevaluado sería coherente con el rápido aumento de las importaciones desde 1994 y con la pérdida de dinamismo de las exportaciones, fenómenos que constituyen el telón de fondo de las medidas recientes encaminadas a restringir determinadas importaciones y a apoyar las exportaciones.

Marco de la política comercial y en materia de inversiones

    Desde el último examen, los órganos encargados de la formulación de la política comercial en el Brasil han sufrido grandes cambios. A fines de 1992, el Ministerio de Economía, Hacienda y Planificación se dividió en tres ministerios: i) Planificación y Presupuesto, ii) Hacienda y iii) Industria, Comercio y Turismo. En  1995 se creó la Cámara de Comercio Exterior, compuesta por los principales ministerios y organismos económicos, para que formulase y evaluase las políticas, coordinase las actividades relacionadas con el comercio exterior y sirviese de foro de debate para los sectores público y privado.

    Ha continuado el proceso gradual de reforma del marco jurídico del Brasil. En 1995, en virtud de unas enmiendas de la Constitución aprobadas por el Congreso, se suprimió el concepto de "compañía brasileña de capital nacional" y se abrió una serie de sectores estratégicos a la participación privada y a la participación extranjera. Actualmente se están preparando los reglamentos de aplicación.

    El énfasis puesto por el Brasil en la liberalización autónoma del comercio antes de la conclusión de la Ronda Uruguay le permitió ofrecer grandes reducciones de sus tipos arancelarios consolidados, así como la eliminación de la mayoría de los obstáculos no arancelarios al comercio. El Brasil también asumió compromisos específicos en la esfera de los servicios financieros y está participando activamente en las negociaciones sobre las telecomunicaciones básicas. Se han promulgado nuevas reglamentaciones para facilitar la puesta en práctica de los compromisos de la OMC, particularmente en los sectores de las salvaguardias y de la propiedad industrial. Las autoridades consideran que a las concesiones hechas por el Brasil en esa Ronda no han correspondido unas concesiones plenamente equivalentes de algunos de los principales países con los que comercia.

    Aunque la OMC constituye el principal marco de las relaciones comerciales generales del Brasil, las actividades también se han centrado en la conclusión del MERCOSUR, que se está convirtiendo en la piedra angular de los acuerdos comerciales concertados por el Brasil con otros países y grupos de América Latina y de otros continentes. El Brasil está asimismo participando activamente en las negociaciones encaminadas al establecimiento de una Zona de Libre Comercio de las Américas.

Medidas comerciales que afectan directamente a las importaciones

    Con arreglo al programa de reforma de los aranceles, los derechos medios aplicados en el Brasil bajaron del 21,2 por ciento en enero de 1992 al 14 por ciento en julio de 1993, y actualmente son del 12,5 por ciento. También se redujeron la dispersión de los aranceles y la progresividad arancelaria. La adopción del Arancel Externo Común (AEC) del MERCOSUR no llevó a grandes cambios: la estructura arancelaria nacional del Brasil continúa siendo relativamente compleja, con varias exenciones variables del AEC sometidas a un proceso de convergencia hasta el año 2006; tales exenciones han permitido en muchos casos modificar los aranceles para proteger determinados productos o frenar los precios internos.

    Aunque la consolidación de la totalidad de los aranceles del Brasil en las negociaciones de la Ronda Uruguay dará, con el tiempo, mayor seguridad de acceso, la estabilidad de los compromisos se ha visto reducida por el hecho de que la inmensa mayoría de las consolidaciones se han hecho a niveles más altos que los tipos aplicados; las consolidaciones son generalmente a una tasa máxima del 35 por ciento en el caso de las manufacturas y del 55 por ciento en el del sector agropecuario. Las autoridades se han comprometido a no aplicar el AEC en los casos en que la tasa común exceda de los compromisos vinculantes del Brasil. Por otra parte, las exenciones arancelarias se utilizan todavía activamente para permitir la importación en franquicia de insumos y de bienes de capital; son particularmente importantes las exenciones concedidas a la industria del automóvil.

    Se han introducido muchos cambios técnicos en los reglamentos comerciales:

-    Se han tomado medidas para simplificar los procedimientos comerciales y se espera que se logren nuevas mejoras con la inminente puesta en servicio de un nuevo sistema informatizado para la importación.

-    Con arreglo a los criterios establecidos en 1994 para los vehículos automóviles, hay que utilizar los precios de catálogo o los precios de segunda mano publicados, aunque el Brasil no aplica unos precios mínimos de importación a los efectos de la valoración en aduana.

-    Los cambios introducidos en el régimen de licencias desde 1992, incluyendo la reducción de los períodos de validez de las licencias de 90 a 60 días y la supresión de las prórrogas de las licencias, parecen constituir desviaciones de la norma general de que las importaciones son objeto de licencias automáticas, principalmente a efectos estadísticos. También han empezado a tenerse en cuenta, al conceder las licencias para las importaciones de textiles, determinados límites de las condiciones de los créditos.

-    Asimismo se han hecho muchos cambios en la formulación y administración de normas, en las pruebas y en las certificaciones desde 1992. Los reglamentos, aunque exigen que se adopte la metodología de la ISO para las certificaciones, también prescriben la aplicación prioritaria de las normas brasileñas; la certificación obligatoria se limita a los productos o servicios que pueden afectar a la salud, a la seguridad o al medio ambiente.

-    Las modificaciones introducidas en los últimos cuatro años en la legislación relativa a la salud tienen por finalidad establecer un sistema actualizado para garantizar la seguridad de los productos y prevenir posibles dificultades con los productos animales brasileños en los mercados extranjeros. Se esperaba que a principios de 1996 entrasen en vigor nuevas normas fitosanitarias que abarcarían unos 100 productos agropecuarios. También se estaba trabajando para aumentar el número de normas técnicas destinadas a evitar la presencia de sustancias contaminantes en los productos alimenticios importados, particularmente el trigo. El Brasil ha firmado o está negociando acuerdos fitosanitarios bilaterales con una serie de países.

    El Brasil ha aumentado la frecuencia con que se toman medidas contingentes, ya que entre 1992 y 1995 hubo 66 investigaciones sobre medidas antidumping (principalmente en relación con productos químicos y productos minerales) y 13 investigaciones sobre medidas compensatorias (en relación con productos agropecuarios). A mediados de 1996, estaban en curso 25 investigaciones sobre medidas antidumping y siete sobre medidas compensatorias. Desde 1992, el Brasil ha participado, en el marco del GATT/OMC, en varias consultas y varios exámenes por grupos especiales sobre la aplicación de sus reglamentos relativos a medidas antidumping y a medidas compensatorias. No obstante, la promulgación de nuevas disposiciones legislativas sobre medidas antidumping, medidas compensatorias y salvaguardias, unida a la reestructuración de las disposiciones administrativas conexas, debería ayudar al Brasil a adaptarse a las condiciones más rigurosas en materia de medidas antidumping y de medidas compensatorias contenidas en los Acuerdos de la OMC.

    Hasta junio de 1996, el Brasil nunca había invocado el artículo XIX del GATT, concerniente a las medidas de urgencia sobre la importación de productos en casos particulares. En ese mes se adoptaron medidas provisionales de salvaguardia, consistentes en un suplemento al AEC por el que se aumentaban del 20 al 70 por ciento los impuestos a la importación, a fin de proteger a la industria de los juguetes. En mayo de 1996, conforme a lo dispuesto en el Acuerdo sobre los Textiles y el Vestido de la OMC, se introdujeron contingentes transitorios de salvaguardia para ciertos textiles.

Medidas comerciales que afectan directamente a las exportaciones

    Con posterioridad al último examen, se han mejorado los procedimientos para la exportación y para la tramitación de la documentación referente a las exportaciones, al introducirse el sistema informatizado SISCOMEX en 1993.

    Se utilizan exenciones fiscales para compensar el costo que entraña para los exportadores el complejo sistema de impuestos federales y estatales existente. Se reconoce que es necesario reformar a fondo el sistema de impuestos internos, pero esa reforma ha tropezado con obstáculos políticos y constitucionales. Las exenciones y reducciones de impuestos y de derechos concedidas a los insumos de las industrias de exportación con arreglo a los programas de la BEFIEX han reportado grandes ventajas a los exportadores, particularmente en el sector del automóvil. En 1990 se suspendieron las nuevas ventajas que se podían conceder conforme a estos programas, y para 1999 se debería haber terminado la supresión gradual de las concesiones existentes. No ha habido grandes cambios en el sistema de reembolso de derechos.

    Entre otras medidas encaminadas a facilitar las exportaciones cabe mencionar los programas de financiación de las exportaciones destinados a compensar las ineficiencias del sistema financiero brasileño. Mediante el Programa de Financiación de las Exportaciones de Bienes y Servicios Nacionales (PROEX) se puede obtener ayuda para tales exportaciones. Aunque los tipos de interés están vinculados al LIBOR, el mecanismo de nivelación de esos tipos permite subvencionar las exportaciones brasileñas, ya que la administración pública paga la diferencia entre los intereses cobrados y el costo de la obtención de fondos. El Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) aplica el Programa de Financiación de las Exportaciones de Maquinaria y Equipo (FINAMEX), que ayuda a financiar las exportaciones de bienes de capital y de equipo.

    En los programas de la BEFIEX se imponen requisitos en materia de resultados de exportación, y las fusiones de empresas se han supeditado a veces al compromiso de producir directamente para los mercados de exportación. Asimismo se imponen requisitos en materia de resultados de exportación para otorgar reducciones arancelarias a la industria del automóvil. Los incentivos fiscales concedidos a empresas no brasileñas en el sector de la informática están relacionados tanto con programas de exportación como con programas de nivelación del comercio.

    Las exportaciones de azúcar y de alcohol etílico están limitadas por impuestos para asegurar el abastecimiento del mercado interno. También se gravan con impuestos a la exportación los cueros y pieles en bruto. Se aplican contingentes de exportación a la madera aserrada de especies protegidas por razones ambientales. Con arreglo al Acuerdo sobre los Textiles y el Vestido de la OMC, el Brasil limita las exportaciones al Canadá, a los Estados Unidos y a la Unión Europea. Igualmente se aplican controles de la exportación en apoyo de las resoluciones de las Naciones Unidas y de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).

Medidas que afectan a la producción y al comercio

    La apertura de la economía y la mayor medida en que se recurre a los mecanismos del mercado están haciendo que las leyes sobre la competencia cobren cada vez más importancia y que se imponga una mayor carga a los organismos encargados de la aplicación de tales leyes. Algunas medidas recientes, que al parecer refuerzan tales organismos y simplifican los procedimientos para la fusión, deberían contribuir a intensificar la competencia en el mercado interno.

    Las empresas estatales llegaron a desempeñar una función fundamental en la vida económica del Brasil con la antigua estrategia de sustitución de importaciones; la reducción de tal participación en la vida económica ha tropezado con una serie de obstáculos políticos, jurídicos y constitucionales, pero se han hecho considerables progresos. Con arreglo al Programa Brasileño de Privatización (PND), el número de empresas estatales se ha reducido a 147 y el Estado se ha retirado de los sectores del acero, los abonos, los productos petroquímicos y las aeronaves. En 1995 se amplió el PND para incluir los sectores del abastecimiento de electricidad, de las finanzas, de los ferrocarriles y de la minería.

    Todavía se aplican controles de los precios a ciertas tarifas públicas (por ejemplo, las del abastecimiento de agua y de electricidad y las de los servicios telefónicos), así como a diversos combustibles. Los controles de los precios aplicados al programa del azúcar y del alcohol entrañan una cantidad estimada en 1.900 millones de reales en transferencias anuales.

    Los principales pilares de las políticas de precios mínimos de los productos agropecuarios continúan siendo el Programa de Adquisiciones del Gobierno Federal (AGF), que da a los agricultores y a los ganaderos la posibilidad de vender sus productos a la administración pública a un precio mínimo fijo, y el Programa de Préstamos del Gobierno Federal (EGF), en virtud del cual los agricultores y los ganaderos reciben ayuda financiera para constituir existencias de sus productos. Tales políticas no han sufrido grandes modificaciones en los últimos cuatro años, pero la disminución de la financiación pública ha hecho que se introduzcan cambios en las operaciones. Esos cambios incluyen la subida a niveles positivos de los tipos de interés reales aplicados al programa, la utilización de los mercados financieros para la financiación, y la puesta en práctica de un sistema de opciones para complementar los precios mínimos.

    En tanto se promulgan nuevas normas sobre el contenido nacional, el concepto de Proceso Productivo Básico (PPB) es uno de los criterios que se aplican para determinar si un producto dado puede considerarse brasileño. El PPB exige que las empresas realicen localmente unas actividades manufactureras acordadas en relación con productos específicos; se utiliza sobre todo para la producción de productos electrónicos en la Zona Franca de Manaos. En otros casos se utiliza una cifra de referencia del 60 por ciento, sola o en combinación con el PPB, cuando hay restricciones en materia de contenido nacional (por ejemplo, para programas de financiación de las exportaciones y para programas de créditos especiales). Los consumidores de caucho han de emplear un 44 por ciento de caucho nacional, en tanto que la concesión de ciertos incentivos fiscales en el sector de la informática está supeditada al cumplimiento de las prescripciones en materia de valor añadido local mínimo; en el sector del automóvil también hay normas relativas al contenido nacional.

    El Brasil no firmó el Código de Compras del Sector Público del GATT y no es signatario del Acuerdo plurilateral sobre Contratación Pública. En el sector público, las obras, las compras y los servicios han de contratarse generalmente mediante un proceso de licitación pública en el que el principal criterio para la adjudicación de los contratos es el precio más bajo; las preferencias nacionales anteriormente existentes parecen haber perdido la mayor parte de su importancia práctica. El Gobierno tiene por norma fomentar la compra de productos de informática y de telecomunicaciones producidos en el país.

    Los incentivos fiscales están generalizados. En el plano federal, los incentivos incluyen exenciones y reducciones de los impuestos sobre la renta, la producción, las ventas y las importaciones en la zona septentrional y en la zona del Amazonas. La maquinaria y el equipo gozan de exenciones fiscales y de planes para una amortización acelerada. Los incentivos fiscales en los planos estatal y municipal incluyen reducciones de los impuestos sobre las ventas y sobre el patrimonio y de otros impuestos y derechos.

    El Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) continúa siendo una de las pocas fuentes nacionales de fondos a largo plazo; el BNDES se guía primordialmente por criterios comerciales para conceder préstamos. El BNDES utiliza la Agencia Especial de Financiación Industrial (FINAME) para financiar la compra, incluso por compradores extranjeros, de bienes de capital fabricados en el Brasil; asimismo ofrece programas de crédito para determinados sectores, entre los que figuran los del acero, el calzado y los textiles. Los tipos de interés definidos para cada programa parecen fijarse a niveles similares a los de los tipos del mercado. También ofrecen programas de crédito los bancos regionales y estatales de desarrollo; los bancos comerciales estatales conceden asimismo financiación para el desarrollo. El sector rural goza de numerosos planes de crédito, entre ellos un sistema obligatorio en virtud del cual los bancos comerciales han de proporcionar a los prestatarios de los medios rurales cierta proporción de sus saldos diarios. En muchos de tales programas parece que los tipos de interés están subvencionados.

    El desarrollo regional se fomenta con programas federales y con programas del BNDES, así como con la utilización de zonas de libre comercio. La más importante de esas zonas, con mucho, es la Zona Franca de Manaos, de la que prácticamente toda la producción se destina al mercado interno brasileño.

    Anteriormente, la reglamentación de la propiedad intelectual en el Brasil era motivo de roces con algunos de los países con los que se comerciaba. Con arreglo al Acuerdo sobre los ADPIC, se está modificando la reglamentación de la propiedad intelectual en el Brasil. En mayo de 1996 se aprobó una nueva Ley de Propiedad Industrial que regula, entre otras cosas, la concesión de patentes de invención y de modelos de utilidad, el registro de dibujos y modelos industriales y de marcas de fábrica o de comercio y la represión de las indicaciones geográficas falsas. Las disposiciones sobre la protección durante la tramitación entraron en vigor en mayo de 1996, y otras disposiciones entrarán en vigor en mayo de 1997.

Políticas y prácticas comerciales en las ramas de actividad distintas de los servicios

    La adaptación del sector agropecuario a los programas de liberalización del comercio y de ajuste macroeconómico del Brasil se ha visto particularmente dificultada por el endeudamiento, tradicionalmente grande, de ese sector, unido a las repercusiones de los altos tipos de interés recientes. El Gobierno considera que una de sus principales tareas consiste en colmar la brecha entre, por una parte, las disposiciones adoptadas con arreglo a los anteriores modelos de desarrollo y, por otra, las realidades económicas actuales.

    No parece necesario que el Brasil haga grandes cambios para cumplir los compromisos que ha contraído en virtud del Acuerdo sobre la Agricultura de la OMC. Los derechos de importación aplicados a la mayoría de los productos agropecuarios son inferiores a la media; tales derechos son también considerablemente inferiores a los niveles consolidados, pero se imponen derechos máximos a unos pocos productos, entre ellos el ajo y los melocotones (duraznos) enlatados. En el Brasil son motivo de preocupación las importaciones de productos agropecuarios cuyos precios están bajos como resultado de las subvenciones concedidas en los países exportadores; el Brasil ha declarado que no importará trigo subvencionado, por ejemplo. Se están tomando medidas para reducir la gran presión fiscal existente sobre las exportaciones rurales. Se están celebrando negociaciones para armonizar y coordinar las políticas agropecuarias y los instrumentos de defensa del comercio dentro del MERCOSUR.

    Además de las medidas en la frontera, los principales instrumentos que afectan al sector agropecuario son el sostenimiento de los precios mínimos y el crédito rural subvencionado. Los programas oficiales de crédito han desempeñado una importante función en el sector agropecuario desde mediados del decenio de 1960, particularmente mediante el sistema de aplicación obligatoria. Los préstamos financiados directamente por la administración pública representan la mayor parte de las operaciones de crédito rural, aunque han disminuido en los últimos años. Con el crédito rural se sostienen relativamente pocos productos, principalmente las habas de soja, el azúcar de caña, el maíz, el arroz y el algodón. Las autoridades están de acuerdo en que para dar mayor eficiencia a la concesión del crédito rural hay que liberalizar en general el sector financiero y reducir la fragmentación de los mercados crediticios.

    Cerca del 70 por ciento de la producción de caña de azúcar del Brasil se utiliza actualmente para producir alcohol mediante el Programa Nacional del Alcohol (PROALCOOL). Ahora bien, las condiciones del mercado han cambiado espectacularmente desde que se instituyó el PROALCOOL a mediados del decenio de 1970, y el Programa está muy subvencionado en la actualidad. Ese sector de actividad estaba en una situación de transición a principios de 1996, en espera tanto de la liberalización de los precios del azúcar y del alcohol en enero de 1997, como de la inminente decisión del Gobierno sobre las futuras políticas en relación con el PROALCOOL; hay indicios de que se mantendrá el Programa, tal vez en forma modificada, por razones relacionadas con el medio ambiente.

    El Brasil es el segundo mayor importador de trigo del mundo, dado que el Gobierno ha abandonado la meta, anteriormente fijada, de la autosuficiencia. La compra y la venta de trigo fueron privatizadas en 1990, y el Banco do Brazil ya no participa en esas actividades. Hasta 1994, el Brasil tuvo concertado un acuerdo especial con la Argentina para la importación de trigo, acuerdo que abarcaba 2 millones de toneladas al año. El Brasil ha suprimido un contingente arancelario con arreglo al cual los derechos aplicables al trigo se reducían a cero para un contingente anual de 750.000 toneladas.

    El Brasil es un gran productor de piedras preciosas y de varios importantes minerales industriales. Sin embargo, los recursos minerales siguen estando insuficientemente explotados. Ello se debe en parte a las políticas adoptadas en el pasado, en particular las disposiciones de la Constitución de 1988 que restringían la participación extranjera en las operaciones mineras. Se cree que con la supresión de tales restricciones en 1995 se renovará el interés por el sector. Las enmiendas introducidas en la Constitución también han hecho posible que el Gobierno Federal contrate con compañías privadas la exploración y extracción de petróleo y de gas natural, la refinación de petróleo, la importación y exportación de productos de petróleo refinados y el transporte marítimo de hidrocarburos. El reglamento necesario fue sometido al Congreso en julio de 1996.

    El sector manufacturero fue el principal beneficiario del apoyo prestado por las autoridades con arreglo a la anterior estrategia de sustitución de importaciones; el promedio de los aranceles globales aplicados es del 12,9 por ciento, pero todavía subsiste una disparidad apreciable, y las industrias que proceden a una elaboración más avanzada continúan gozando de considerable progresividad arancelaria. El sector se ha visto sometido en los últimos años a una presión particular relacionada con la liberalización del comercio en 1992-94 y con la apreciación real de la moneda en 1994; los resultados en lo que concierne a las exportaciones han sido desiguales, y la fuerte demanda interna ha hecho que aumenten las importaciones de muchas manufacturas, particularmente los vehículos automóviles, los textiles y las prendas de vestir.

    La industria del automóvil es la actividad manufacturera a la que más asistencia se presta en el Brasil, ya que su protección efectiva se estima en más del 250 por ciento. Al mismo tiempo, el Brasil es un gran exportador neto de vehículos. La industria brasileña de los vehículos automóviles alcanzó cifras de producción sin precedentes en 1995, aun cuando las importaciones estaban creciendo fuertemente, y en los primeros meses de 1996. Tras la adopción de medidas comerciales a mediados de 1995, las importaciones procedentes de países no miembros del MERCOSUR descendieron rápidamente. Las inversiones en la industria del automóvil vienen siendo grandes durante el decenio de 1990; los planes de inversión anunciados en 1995 equivalían a unos 10.000 millones de dólares EE.UU.

    Los aranceles aplicables a los vehículos automóviles se aumentaron del 20 por ciento en 1994 al 70 por ciento en marzo de 1995. Con arreglo al régimen implantado en 1995 para la industria del automóvil, ésta goza también de exenciones arancelarias, unidas a prescripciones sobre contenido nacional y nivelación de las exportaciones. En 1996 se empezó a exigir un certificado de cumplimiento de las normas brasileñas para poder obtener una licencia de importación de vehículos automóviles; cualquier modificación necesaria ha de hacerse en el país de fabricación.

    Entre junio y octubre de 1995 se aplicaron unas limitaciones cuantitativas a las importaciones de automóviles para pasajeros. El Brasil trató inicialmente de justificar esas restricciones de la importación conforme a las disposiciones del GATT sobre la balanza de pagos. Las consultas celebradas con el Brasil en octubre de 1995 llevaron al Comité de Restricciones a la Importación (Balanza de Pagos) de la OMC a la conclusión de que tales medidas no estaban justificadas, por lo que fueron retiradas a partir del 27 de octubre de 1995. En marzo de 1996, el Brasil solicitó una exención de las disposiciones del Acuerdo sobre las MIC con respecto al régimen aplicable a su sector del automóvil. La petición fue retirada en mayo de 1996. Los Estados Unidos y el Japón, apoyados por el Canadá, Corea y la Unión Europea, han solicitado que se celebren consultas conforme al procedimiento de solución de diferencias de la OMC.

    Es probable que la industria de fabricación de piezas para vehículos automóviles se beneficie considerablemente del régimen implantado para esos vehículos en 1995. También es probable que la industria de la maquinaria no eléctrica resulte beneficiada por ese régimen, dado que los fabricantes de piezas para automóviles constituyen su mayor grupo de clientes.

    El programa de privatización del hierro y del acero, iniciado a principios de 1990, está actualmente concluido en gran parte. Los beneficios y las inversiones han aumentado considerablemente. Entre 1992 y 1994, los fabricantes de acero brasileños y argentinos aplicaron un acuerdo de participación en la producción.

    En el sector de los textiles y de las prendas de vestir hay cierto número de grandes empresas técnicamente modernas e internacionalmente competitivas que producen principalmente textiles y prendas de algodón. Ahora bien, a medida que se han desmantelado los obstáculos a la importación, han aumentado las importaciones de textiles y de prendas de vestir, que se han multiplicado por cuatro entre 1991 y 1995. La competencia de las importaciones ha llevado al cierre de numerosas fábricas pequeñas y medianas de telas producidas con fibras artificiales y sintéticas, cuya obsolescencia técnica parece ser un gran problema. En mayo de 1996 se instituyeron contingentes de salvaguardia para las camisas y textiles sintéticos importados de China, Corea, Hong Kong, Panamá y el Taipei Chino.

    La competencia de los países asiáticos, particularmente China, en la industria del calzado es motivo de gran preocupación para los productores brasileños, aunque el Brasil continúa siendo exportador neto de calzado y de artículos de viaje. Los cueros y pieles en bruto están sometidos a un impuesto a la exportación del 9 por ciento.

Servicios

    Las ineficiencias del sector de los servicios, particularmente los servicios financieros, los servicios portuarios y las telecomunicaciones, han impuesto graves limitaciones a otras esferas de la economía. La reestructuración efectuada en el decenio de 1990 ha permitido hacer considerables avances en algunos sectores, y se espera lograr nuevos progresos cuando se concluyan las reformas jurídicas iniciadas en los primeros años del decenio.

    El Estado continúa siendo un importante proveedor de servicios, en particular servicios bancarios, de seguros, de transportes, de telecomunicaciones y de abastecimiento de electricidad, aunque el actual programa de privatización está reduciendo esa participación. La participación extranjera en servicios clave ha sido tradicionalmente limitada, pero se está tratando de liberalizar las inversiones extranjeras en actividades tales como la banca, los seguros y las telecomunicaciones.

    Conforme a la Constitución, todos los servicios públicos de telecomunicaciones están sometidos al control de empresas estatales. La liberalización parcial de tales servicios se considera como un medio de obtener las grandes inversiones que necesita el sector, así como de intensificar la competencia. Una enmienda de la Constitución ha creado la posibilidad de una mayor participación privada en el sector; se están estudiando una nueva reglamentación y unas nuevas estructuras de precios para preparar la posible privatización del sistema de telecomunicaciones controlado por el Estado; el Congreso Nacional está examinando un proyecto de ley destinado a aminorar las restricciones a que se somete la participación extranjera en los servicios de teléfonos celulares, en los servicios de satélites y en los servicios con valor añadido. El Brasil participa plenamente en las negociaciones sobre las telecomunicaciones básicas; en gran parte, las ofertas hechas por el Brasil en esas negociaciones reflejan los cambios ya introducidos o propuestos en el marco normativo.

    El Brasil tiene un sistema bancario grande y diversificado, pero la participación extranjera en él es modesta y está limitada con arreglo a la Constitución. Excepto en relación con el programa de privatización, no hay ninguna garantía de acceso al mercado para el establecimiento de nuevas sucursales y filiales de bancos extranjeros o para el aumento de la participación extranjera en empresas establecidas. Las sucursales de bancos extranjeros en el Brasil están limitadas al número de las que existían el 5 de octubre de 1988. Los bancos extranjeros no están autorizados más que a adquirir sucursales de otros bancos extranjeros, y para abrir una sucursal tienen que cerrar otra.

    Los bancos brasileños se beneficiaron durante muchos años de la gran inflación existente, ya que podían obtener grandes rendimientos de los depósitos que no devengaban intereses, tales como los depósitos a la vista y los recursos en tránsito, lo que tendía a compensar las ineficiencias administrativas. La adaptación al nuevo entorno de menor inflación y de tipos de interés reales positivos ha sometido a presión a los bancos para que reduzcan los costos y se diversifiquen hacia nuevas actividades. La mayoría de los analistas están de acuerdo en que, pese a la existencia de graves problemas, el sector de la banca privada del Brasil continúa siendo sólido y la estabilidad de las instituciones más grandes sirve de protección contra una crisis del sistema.

    El mercado de los seguros se ha expandido rápidamente desde 1994 y desde la consecución de un entorno económico más estable. Sirven al mercado brasileño de los seguros unas 122 compañías y un monopolio de reaseguros controlado por los poderes públicos. Varias compañías de seguros extranjeras tienen participación en el capital de compañías de seguros brasileñas, pero a las empresas controladas desde el extranjero les corresponde sólo alrededor del 10 por ciento del total de las primas. Conforme a la Constitución, el acceso de empresas extranjeras al mercado de los seguros del Brasil está relativamente restringido. No está autorizada la creación de nuevas sucursales y filiales de compañías de seguros extranjeras, como tampoco el aumento del porcentaje de participación de las personas y empresas extranjeras en el capital de las instituciones de seguros brasileñas con sede en el Brasil. Las importaciones sólo pueden asegurarse en compañías establecidas en el Brasil; las exportaciones han de asegurarse en el Brasil cuando la venta incluye el costo del seguro.

    En 1996 se autorizó la entrada de capital extranjero en el seguro de enfermedad. El Congreso Nacional está estudiando una reglamentación de ese seguro conforme a la cual se ampliaría la participación extranjera en el sector, se modificarían las normas sobre las autorizaciones, las normas operacionales, los planes de capitalización y los planes de pensiones privados y se podría establecer un fondo de indemnización para proteger a los asegurados contra la liquidación de dos aseguradores.

    Las empresas extranjeras no pueden administrar o explotar aeropuertos ni prestar servicios de navegación o de tráfico aéreo; sin embargo, pueden encargarse de otros servicios auxiliares en su propio beneficio. La autorización para prestar servicios aéreos se concede solamente a personas jurídicas que tengan su sede en el Brasil, que tengan en manos brasileñas cuatro quintas partes de sus derechos de voto y cuya dirección sea brasileña. Los servicios de cabotaje se reservan a las compañías nacionales. El principio de la reciprocidad es la base de los acuerdos internacionales bilaterales concertados por el Brasil en el sector del transporte aéreo.

    La Constitución de 1988 dio prioridad a los navieros brasileños para los servicios de transporte marítimo e impuso limitaciones a los ciudadanos extranjeros empleados en ese sector. Por una enmienda constitucional de 1995 se suprimieron las restricciones y se redujeron los requisitos anteriormente impuestos en el sector de los transportes, particularmente en la navegación marítima; el Congreso está examinando el reglamento de aplicación necesario. El Brasil no es parte en la Convención de las Naciones Unidas sobre un Código de Conducta de las Conferencias Marítimas, pero ha concertado acuerdos sobre reparto de la carga con siete países. El transporte marítimo de las cargas de entidades públicas y de las mercancías a las que se apliquen programas oficiales en materia fiscal o crediticia habrá también de hacerse en buques que enarbolen el pabellón brasileño, aunque se pueden conceder excepciones en determinadas circunstancias. El petróleo y los productos del petróleo han de transportarse en buques que enarbolen el pabellón nacional.

El Brasil y sus interlocutores comerciales internacionales

    La terminación, antes de la fecha prevista, del programa de reformas comerciales del Brasil ha sido un elemento clave de los progresos económicos realizados desde 1992. Ahora bien, el proceso de reforma se ha enfrentado con dificultades más complejas desde 1994, y las orientaciones de política han empezado a ser menos claras. Así, aunque la adopción del Arancel Externo Común (AEC) del MERCOSUR en enero de 1995 fue un paso decisivo en el proceso de integración regional, el AEC no se ha traducido en mejoras de la estructura arancelaria nacional del Brasil; los frecuentes reajustes de los aranceles dan una apariencia de incertidumbre al régimen en materia de comercio y de inversiones. Desde 1995 se han tomado una serie de medidas que pueden distorsionar al comercio, medidas que contrastan notablemente con la trayectoria general seguida por el Brasil en lo que se refiere a las reformas, pero el contexto hace pensar que se trata de desaciertos en la aplicación más que de una inversión de la política.

    Una coordinación y transparencia mayores y una respuesta más mesurada a las peticiones de asistencia formuladas por determinados sectores ayudarían al Brasil a traducir su compromiso de llegar al libre comercio en medidas más claramente coherentes con las exigencias de su desarrollo y con un sistema multilateral de comercio más sólido. La economía del Brasil no podrá menos de beneficiarse de las normas comerciales reforzadas y de las medidas de liberación de las importaciones adoptadas con arreglo a las disposiciones de la OMC.

Informe del Gobierno

ÓRGANO DE EXAMEN DE LAS POLÍTICAS COMERCIALES
BRASIL
Informe del Gobierno

Entorno Económico y Comercial

    Desde el primer Examen de las Políticas Comerciales (1992), la economía brasileña ha cambiado notablemente. Este cambio se ha debido en gran medida a un amplio programa de estabilización económica que entró en vigor en julio de 1994: el Plan Real.

    El Plan Real se basa en una serie de reformas previamente efectuadas, entre ellas la apertura de la economía, la desreglamentación y liberalización del mercado de divisas y la normalización de las relaciones con la comunidad financiera internacional.

    En consecuencia, el Plan Real ha situado los índices de inflación en los niveles más bajos de los últimos 35 años. En los 12 meses anteriores al Plan Real, el índice general de precios (IGP) aumentó un 5.000 por ciento; en 1995 los índices anuales descendieron a 14,8 por ciento, y este año se espera que el IGP aumente un 10 por ciento. Es importante subrayar que este descenso pronunciado y continuo de la inflación se ha logrado sin congelaciones de precios o salarios, sin incumplimiento de contratos y sin recesión.

    El Plan Real se ha aplicado mediante tres elementos fundamentales: una reforma monetaria que creó una nueva moneda (el "Real"), la eliminación de la indización en los contratos (incluyendo los salarios y el tipo de cambio) y un mayor recurso a los mecanismos del mercado. A medida que el Plan ha ido evolucionando y madurando, se ha invertido la tendencia inicial a la subida de los tipos de interés y a la contracción de los créditos.

    El Gobierno del Brasil está centrando su atención en la necesidad de mejorar la situación fiscal y, a mediano plazo, en la reforma de la función del Estado en la economía.

    En cuanto a la reestructuración de la función del Estado en la economía, el Congreso del Brasil, a propuesta del poder ejecutivo, aprobó en 1995 una serie de enmiendas constitucionales a las disposiciones económicas de la Constitución. En primer lugar, una reglamentación más flexible del monopolio estatal del sector del petróleo permitirá a la administración pública contratar a empresas privadas para la exploración y explotación de los yacimientos de petróleo y de gas natural y eliminará las restricciones a la importación de petróleo y sus derivados, así como a su refinado y transporte. En segundo lugar, la liberalización del sector de las telecomunicaciones permitirá a la administración, mediante concesiones públicas, contratar a compañías privadas que se ocupen de los servicios de teléfonos, telégrafos y otras comunicaciones. Por último, se aprobaron otros dos importantes cambios: se eliminó la discriminación erga omnes contra el capital extranjero, al suprimir la distinción que existía anteriormente entre las empresas brasileñas de capital nacional y las demás empresas brasileñas, y se dejó de reservar el de acceso al mercado a los buques de pabellón nacional en el cabotaje y la navegación interior.

    El Gobierno, paralelamente a las reformas constitucionales, está acelerando el programa de privatización. Los sectores del acero y de la petroquímica ya están privatizados. El programa ha entrado en una nueva etapa con la creación de las condiciones adecuadas para la inversión privada y la expansión de servicios públicos tales como los de suministro de energía eléctrica, agua y gas y los de transportes.

    En cuanto al entorno comercial, el Gobierno ha respetado su compromiso de dejar que los productores nacionales queden expuestos en mayor medida a la competencia extranjera. Un análisis detallado de las cifras relativas a la importación pone de manifiesto una interdependencia económica más estrecha entre el sector productivo brasileño y la economía mundial. El reciente aumento de las importaciones no tiene precedentes en la historia económica brasileña. Como se ha señalado, en los tres últimos años las importaciones aumentaron un 150 por ciento, pasando de 20.000 millones de dólares EE.UU. a 50.000 millones.

    La gran demanda de importaciones resultante de la aplicación del Plan Real generó desde noviembre de 1994 unos déficit comerciales mensuales que llegaron a una suma total de 3.200 millones de dólares EE.UU. en 1995.

    

    En resumen, la corriente comercial de mercancías aumentó de 56.000 millones de dólares EE.UU. en 1992 a 96.000 millones en 1995, con una tasa anual de crecimiento del 20 por ciento, tasa superior a la del aumento del comercio mundial durante el mismo período. Si se suma la corriente de servicios a la corriente de bienes, la cifra correspondiente a 1995 fue de 134.000 millones de dólares EE.UU. La apertura de la economía, medida por la relación entre las corrientes comerciales y el PIB, aumentó del 12,5 por ciento en 1992 al 17 por ciento este, año.

    La mayor demanda de bienes de capital y de materias primas puede interpretarse como una reanudación de las inversiones y el mejoramiento de la capacidad de producción del Brasil (las importaciones de combustibles, materias primas y bienes de capital representaron aproximadamente el 80 por ciento de las importaciones totales en 1995). La cuantía de las inversiones extranjeras directas hechas este año en la economía brasileña ha alcanzado un máximo histórico de 8.000 millones de dólares EE.UU.

Evolución de la Política Comercial, 1992-1996

    Desde el primer examen de las políticas comerciales (1992), el régimen comercial de Brasil ha progresado considerablemente. En efecto, el programa autónomo de liberalización del comercio, que se había iniciado en 1990 se concluyó en el plazo previsto, en julio de 1993, y el proceso de integración económica regional se afianzó aún más con la creación de la Unión Aduanera del MERCOSUR en enero de 1995. El programa de liberalización del comercio (de 1990 a mediados de 1993) llevó a la supresión de las prohibiciones de importación y a la eliminación de los obstáculos no arancelarios. Del mismo modo, se redujeron notablemente los aranceles de importación, y el promedio de los derechos de importación descendió del 32,2 por ciento en 1990 al 14,2 por ciento en 1993. Tras la creación de la Unión Aduanera del MERCOSUR, que tuvo como resultado la aplicación del Arancel Externo Común (AEC) el 1. de enero de 1995, el promedio de los derechos de importación se redujo aún más, hasta llegar al 12,6 por ciento. Los derechos máximos bajaron del 105 por ciento en 1990 al 32 por ciento a partir del 1. de enero de 1996 (con excepción de algunos artículos como vehículos automóviles y aparatos electrodomésticos).

i)    La Ronda Uruguay

    El Gobierno brasileño ha aplicado coherentemente los resultados de la Ronda Uruguay y cree firmemente en la estructura, nueva y mejorada, del régimen multilateral de comercio incorporada en las disposiciones fundacionales de la OMC. El Brasil ha prestado especial atención a las mejoras convenidas durante la Ronda Uruguay en esferas tan distintas como la solución de diferencias, los derechos antidumping, los derechos compensatorios. y las salvaguardias.

ii)    Integración regional    

    El Brasil, además de comprometerse a la liberalización general de su economía, ha seguido avanzando hacia la integración económica en los ámbitos regional y subregional. Desde una perspectiva geográfica y aprovechando la complementariedad económica existente con sus países vecinos, el Brasil se ha propuesto promover la convergencia y el desarrollo mediante una mayor liberalización del comercio en el continente.

    

    Sin embargo, esta estrategia no debe interpretarse como un retroceso del enfoque tradicional del Brasil con respecto al multilateralismo comercial, ha propiciado invariablemente un regionalismo abierto y ha defendido enérgicamente la plena compatibilidad de las disciplinas negociadas en cualquier marco regional con los acuerdos de la OMC.

iii)    El MERCOSUR

    El comercio del Brasil con otros países del MERCOSUR aumentó de 3.640 millones de dólares EE.UU. en 1990, año anterior al de la firma del Tratado de Asunción, a 12.970 millones en 1995, primer año de funcionamiento de la Unión Aduanera. Este crecimiento del comercio intrarregional de más del 250 por ciento entre 1990 y 1995 tuvo lugar, en el caso del Brasil, paralelamente a un considerable crecimiento del comercio exterior total, que aumentó un 85 por ciento durante el mismo período, pasando de 52.000 millones de dólares EE.UU. en 1990 a 96.000 millones en 1995.

    El MERCOSUR viene cumpliendo las obligaciones que le imponen los acuerdos de la OMC, y se ha notificado debidamente toda la información pertinente.

iv)    Propiedad intelectual

    El Brasil, en consonancia con los compromisos que ha contraído en virtud del Acuerdo sobre los ADPIC, aprobó el 14 de mayo de 1996 una nueva Ley de Propiedad Industrial que regula la concesión de patentes de invención y de modelos de utilidad, el registro de dibujos y modelos industriales y de marcas de fábrica o de comercio y la represión de indicaciones geográficas falsas y de la competencia desleal.

v)    Obstáculos al comercio exterior

    Aunque el Brasil se ha comprometido a aplicar un amplio programa de liberalización del comercio, la tasa de crecimiento de sus exportaciones es muy inferior a la de sus importaciones. Ello puede explicarse, en gran medida, por la existencia de diversos tipos de obstáculos a las exportaciones del país.

    Las repercusiones de esta situación pueden verse claramente con las cifras correspondientes a las corrientes comerciales entre el Brasil y tres de sus interlocutores comerciales más importantes (la Unión Europea, el Japón y los Estados Unidos), en 1994 y 1995. Entre 1994 y 1995, las importaciones brasileñas procedentes de estos tres países aumentaron nada menos que el 50 por ciento, el 42 por ciento y el 55 por ciento, respectivamente. En cambio, el aumento de las exportaciones brasileñas a esos países fue de sólo el 6 por ciento en el caso de la UE y el 20 por ciento en el del Japón, y, por lo que respecta a los Estados Unidos, hubo incluso un descenso del 2 por ciento. En total, las importaciones aumentaron aproximadamente el 50 por ciento y las exportaciones sólo un 7 por ciento durante el mismo período.

vi)    Compromiso de liberalizar el comercio

    Con la liberalización del comercio, en el Brasil están desapareciendo los prejuicios contra las exportaciones que caracterizaron al modelo centrípeto de sustitución de importaciones.

    El Gobierno Federal está abordando una serie de cuestiones de política en la esfera del comercio exterior con miras a reducir aún más los prejuicios contra las exportaciones y fomentar la creación de ingresos y de empleo.

    Además, el Gobierno Federal está aplicando una serie de medidas relativas a la infraestructura, los impuestos, la desreglamentación, el sector financiero y las relaciones laborales.

    El proceso de liberalización iniciado en 1990 es irreversible. Las dificultades de algunos sectores para adaptarse, no sólo a la apertura de mercado más importante de la historia del Brasil sino también al plan de estabilización más amplio y profundo jamás aplicado en el país, no afectan en modo alguno al compromiso del Brasil de liberalizar el comercio y lograr una mayor interdependencia. Prueba de ello ha sido la activa participación del país en la OMC durante los casi dos años de existencia de la Organización.

Footnote: 1Los miembros del MERCOSUR son Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay