Cuestiones abarcadas por los Comités y Acuerdos de la OMC
EXÁMENES DE LA POLÍTICAS COMERCIALES: PRIMER COMUNICADO DE PRENSA, RESUMEN DEL INFORME DE LA SECRETARÍA Y DEL INFORME DEL GOBIERNO

Hungría: julio de 1998

COMMUNICADO DE PRENSA
PRENSA/TPRB/77
2 de julio de 1998

LAS REFORMAS EN HUNGRÍA ATRAEN INVERSIONES EXTRANJERAS Y SE TRADUCEN EN POLÍTICAS COMERCIALES MÁS ABIERTAS, AL TIEMPO QUE SE INTENSIFICAN LOS ESFUERZOS PARA QUE EL PAÍS PASE A SER MIEMBRO DE LA UNIÓN EUROPEA

En Hungría ha tenido lugar un proceso importante de ajuste estructural y macroeconómico en su transición a una economía de mercado. En unas circunstancias económicas y sociales sumamente difíciles, en particular el colapso del comercio con los países del antiguo bloque de la Europa Oriental y la consiguiente pérdida inicial de puestos de trabajo, el Gobierno ha resistido en gran medida a las presiones favorables al proteccionismo, incluso frente a grandes déficit presupuestario y de la balanza comercial simultáneos en 1995 y a un gran volumen de deuda pública (interna y externa). Por el contrario, Hungría ha tratado de aprovechar las nuevas oportunidades de intercambio, especialmente con la Unión Europea, la Asociación Europea de Libre Comercio (AELC) y las demás partes en el Acuerdo de Libre Comercio de Europa Central (ALCEC).

En un nuevo informe de la Secretaría de la OMC sobre las políticas en materia de comercio e inversiones de Hungría se indica que sus preparativos para adherirse a la Unión Europea (UE) darán lugar a más medidas de ajuste estructural e institucional. Algunas de las reformas, sobre todo en materia de derechos de propiedad intelectual y política de competencia, rebasan las obligaciones del país en el marco de la OMC.

El informe de la Secretaría de la OMC y la exposición de políticas preparadas por el Gobierno servirán de base para el examen de las políticas y prácticas comerciales de Hungría que se realizará los días 7 y 8 de julio de 1998. En el informe se señala que la característica más espectacular del reajuste estructural del país ha sido la reorientación de su comercio hacia la UE y los miembros del ALCEC. El Acuerdo Europeo suprimió la mayoría de los aranceles y restricciones cuantitativas que afectaban al comercio entre Hungría y la UE, a excepción de los productos agropecuarios, los textiles y el acero. En el informe se señala que a causa de los acuerdos comerciales preferenciales, los derechos de aduana NMF se aplican a menos de una cuarta parte de las importaciones del país.

Entre 1990 y 1996, la proporción del comercio de Hungría con los antiguos países socialistas (salvo los miembros del ALCEC) se redujo aproximadamente a la mitad. En contraste, la parte correspondiente a la UE en las exportaciones totales de Hungría aumentó del 45 a casi el 63 por ciento, en tanto que su proporción de las importaciones se incrementó desde el 49 a casi el 60 por ciento. Las importaciones crecieron desde casi un 34 por ciento del PIB en 1991 al 41 por ciento en 1996, al tiempo que las exportaciones aumentaron desde casi el 33 por ciento del PIB al 40 por ciento, aproximadamente. Según el informe, ha sido mucho más importante el aumento de la parte del comercio de Hungría correspondiente a la UE y a los miembros del ALCEC, en términos de porcentaje del PIB, que el incremento de la parte correspondiente a otros países. En el informe se dice que ello indica cierto grado de desviación de las corrientes comerciales efectivas y potenciales a causa de los acuerdos preferenciales firmados por Hungría.

Todos los aranceles de Hungría son ad valorem. Casi el 96 por ciento de las líneas arancelarias están consolidadas actualmente, frente al 83 por ciento en 1991. Las demás cargas relacionadas con el comercio, incluido el recargo a la importación, han sido eliminadas recientemente. El promedio aritmético de los tipos arancelarios NMF aplicados aumentó del 11 por ciento en 1991 al 14,3 por ciento en 1997, como consecuencia de la arancelización (los tipos aplicados a los productos industriales y a los productos agrícolas y alimenticios elaborados fueron del 8,2 y el 37,1 por ciento, respectivamente, en 1997). Los aranceles medios NMF siguen siendo relativamente elevados en el caso de las importaciones de productos agrícolas y productos alimenticios preparados. Los países de la UE y la AELC no tienen acceso preferencial en esos sectores y todas las fuentes externas se tratan en un pie de igualdad. También se aplican aranceles más elevados que los aranceles medios NMF (pero con acceso preferencial a los países de la UE, la AELC y el ALCEC) a los textiles , el vestido y el calzado, así como a los vehículos automóviles.

Gran parte de la legislación húngara relativa a las medidas internas (en particular los reglamentos y normas, los derechos de propiedad intelectual, la contratación pública y la política de competencia) se está adaptando para armonizarla con la legislación de la UE. En algunos casos, Hungría asumirá obligaciones que superan las previstas en el marco de la OMC. Sin embargo, la modificación de la política agrícola podría muy bien dar lugar a un régimen de comercio menos liberal, ya que, en la actualidad, la ayuda estatal a la agricultura sólo representa alrededor de una cuarta parte del nivel global de ayuda de la UE.

En 1997, las inversiones extranjeras directas (IED) ascendieron a 2.000 millones de dólares EE.UU., es decir, casi un 5 por ciento del PIB. Desde 1990, Hungría ha atraído 18.000 millones de dólares de IED, las cuales representan actualmente alrededor del 40 por ciento de las IED totales acumuladas en Europa Central y Oriental. Los inversionistas extranjeros se han visto inducidos a invertir en Hungría principalmente a causa de su fuerza de trabajo calificada, unos costos salariales relativamente bajos y una creciente orientación hacia los mercados europeos. El Acuerdo Europeo y los acuerdos de libre comercio análogos con los miembros de la AELC han impulsado a los fabricantes extranjeros a establecerse en el país, a fin de exportar a todo el Espacio Económico Europeo en el marco de normas comunes de origen. Las principales fuentes de IED son Alemania, los Estados Unidos y Austria. Dos tercios de las 200 empresas más importantes tiene ahora una participación de capital extranjero; las empresas con esa participación representan el 14 por ciento del PIB y el 70 por ciento de las exportaciones industriales totales.

Como consecuencia de la privatización de tres cuartos de los activos del Estado desde 1990, el sector privado representa en la actualidad del 75 al 80 por ciento del PIB, en comparación con un 10 por ciento un decenio antes. La privatización y liberalización de la banca, los seguros y las telecomunicaciones -el sector de más rápido crecimiento de la economía- han tenido lugar sobre la base de la nación más favorecida (NMF), con el otorgamiento por Hungría de concesiones sustanciales en el marco de los Acuerdos y Protocolos pertinentes de la OMC. Ello ha alentado la realización de un volumen considerable de inversiones extranjeras directas en esos sectores. En el informe se señala que la fuerte participación extranjera en la privatización del sector bancario ha contribuido a poner a los bancos sobre bases muchos más sólidas, alentando una asignación más eficiente del capital.

Por último, el informe pone de relieve que Hungría se enfrentará a nuevos retos a medida que redoble sus esfuerzos para adherirse a la UE, mientras sigue participando en la OMC y suscribe acuerdos comerciales regionales con otros países miembros del ALCEC.

Nota para las redacciones

El Órgano de Examen de las Políticas Comerciales (OEPC) de la OMC examinará el informe de la Secretaría de la OMC, junto con una exposición de políticas elaborada por el Gobierno de Hungría, los días 7 y 8 de julio de 1998. El OEPC realiza una evaluación colectiva de la gama completa de las políticas y prácticas comerciales de cada Miembro de la OMC a intervalos periódicos, y sigue de cerca las tendencias y acontecimientos importantes que puedan tener consecuencias para el sistema mundial de comercio. El informe, junto con un acta del debate del OEPC y el resumen de la Presidenta, se publicará oportunamente y podrá obtenerse de la Secretaría de la OMC, Centro William Rappard, 154 rue de Lausanne, 1211 Ginebra 21.

El informe abarca la evolución de todos los aspectos de las políticas comerciales de Hungría, inclusive las leyes y reglamentos nacionales, el marco institucional, las prácticas comerciales por clases de medidas y las políticas comerciales por sectores. Desde la entrada en vigor del Acuerdo sobre la OMC, los informes abarcan también las "nuevas esferas" del comercio de servicios y los aspectos de los derechos de propiedad intelectual relacionados con el comercio. Los periodistas que deseen disponer del texto íntegro del informe de la Secretaría de la OMC pueden encontrarlo en la sección de noticias del sitio de la OMC en la web.

Desde diciembre de 1989 se han llevado a cabo los siguientes exámenes: Argentina (1992), Australia (1989, 1994 y 1998), Austria (1992), Bangladesh (1992), Benin (1997), Bolivia (1993), Botswana (1998), Brasil (1992 y 1996), Camerún (1995), Canadá (1990, 1992, 1994 y 1996), Chile (1991 y 1997), Chipre (1997), Colombia (1990 y 1996), Comunidades Europeas (1991, 1993, 1995 y 1997), Corea, Rep. de (1992 y 1996), Costa Rica (1995), Côte d'Ivoire (1995), Egipto (1992), El Salvador (1996), Estados Unidos (1989, 1992, 1994 y 1996), Fiji (1997), Filipinas (1993), Finlandia (1992), Ghana (1992), Hong Kong (1990 y 1994), Hungría (1991), India (1993 y 1998), Indonesia (1991 y 1994), Islandia (1994), Israel (1994), Japón (1990, 1992, 1995 y 1998), Kenya (1993), Lesotho (1998), Macao (1994), Malasia (1993 y 1997), Marruecos (1989 y 1996), Mauricio (1995), México (1993 y 1997), Namibia (1998), Nigeria (1991), Noruega (1991 y 1996), Nueva Zelandia (1990 y 1996), Pakistán (1995), Paraguay (1997), Perú (1994), Polonia (1993), República Checa (1996), República Dominicana (1996), República Eslovaca (1995), Rumania (1992), Senegal (1994), Singapur (1992 y 1996), Sri Lanka (1995), Sudáfrica (1993 y 1998), Suecia (1990 y 1994), Suiza (1991 y 1996), Swazilandia (1998), Tailandia (1991 y 1995), Túnez (1994), Turquía (1994), Uganda (1995), Uruguay (1992), Venezuela (1996), Zambia (1996) y Zimbabwe (1994).

Informe de la Secretaría

ÓRGANO DE EXAMEN DE LAS POLÍTICAS COMERCIALES
HUNGRÍA
Informe de la Secretaría - Observaciones recapitulativas

La rápida transición de Hungría a una economía de mercado se ha producido en unas circunstancias económicas y sociales extremadamente difíciles. Entre estas circunstancias cabe mencionar el colapso del CAME, que se tradujo en la desaparición de casi la mitad de los anteriores mercados de exportación de Hungría, y la quiebra de un gran número de empresas, con la consiguiente pérdida temporal de puestos de trabajo. A pesar de estas enormes dificultades, el Gobierno húngaro ha resistido en gran medida a las presiones favorables al proteccionismo. De hecho, desde el anterior Examen de las Políticas Comerciales de 1991, ha adoptado medidas para reducir y, en algunos casos, suprimir las restricciones en la frontera e internas, ampliando así mucho la apertura de Hungría al comercio internacional, especialmente a la Unión Europea y a sus socios de la AELC y del ALCEC. Además, el Gobierno ha seguido promoviendo las inversiones extranjeras directas (IED) en el país.

Resultados económicos recientes

Entre 1991 y 1993, el PIB real de Hungría disminuyó aproximadamente, en porcentaje acumulado, un 15 por ciento para después crecer en un 2,9 por ciento en 1994. La demanda interna real también disminuyó en 1991-92, antes de crecer un 9,9 y un 2,2 por ciento en 1993 y 1994, debido en gran parte al aumento de las importaciones. Al mismo tiempo, la inflación, aunque en baja, se mantuvo en la gama del 20-30 por ciento. El desempleo registrado oficialmente aumentó del 7,5 por ciento en 1991 al 12,1 por ciento en 1993, para reducirse de nuevo al 10,4 por ciento en 1994.

Por otra parte, se registró un déficit presupuestario de grandes dimensiones y en rápido aumento, que llegó al 8,4 por ciento del PIB en 1994. El aumento de este déficit contribuyó a que aumentara el desfase entre el ahorro y la inversión, que se amplió mucho en 1993-94 debido a la disminución del ahorro bruto nacional y al aumento de las inversiones brutas, lo que dio lugar también a un déficit por cuenta corriente cada vez mayor (superior al 9 por ciento del PIB en 1994). Al mismo tiempo, el endeudamiento público bruto se situó en la gama del 85-90 por ciento del PIB, mientras que el endeudamiento neto exterior se cifraba en el 46 por ciento del PIB, aproximadamente. Por tanto, a principios de 1995 la economía húngara parecía a punto de caer en la trampa de la deuda interior y exterior, ya que el aumento de la deuda pública no bastaba para sufragar el pago de los intereses.

Ante esta perspectiva, el Gobierno aprobó en marzo de 1995 un importante paquete de medidas de estabilización. El paquete comportaba varias medidas macroeconómicas fundamentales, entre ellas, recortes del consumo público, moderación salarial, especialmente en el sector público, y una devaluación del forint del 9 por ciento, así como la aplicación de un régimen de paridad móvil de los tipos de cambio. Además, se impuso un recargo temporal del 8 por ciento a la importación (este recargo fue examinado por el Comité de Balanza de Pagos de la OMC y suprimido en julio de 1997).

Al parecer, el paquete de medidas de marzo de 1995, sumado a las medidas aplicadas a través de los presupuestos posteriores y un acuerdo de apertura de una línea de crédito con el Fondo Monetario Internacional, han logrado restablecer el equilibrio macroeconómico. A partir de ese momento, se redujeron considerablemente tanto el déficit presupuestario como el déficit por cuenta corriente (en porcentaje del PIB); el primero, al 3,5 por ciento en 1996, para elevarse después al 5,1 por ciento en 1997, y el segundo al 3,7 por ciento en 1997. Además, el endeudamiento público bruto se redujo del 85 por ciento del PIB en 1995 al 66 por ciento en 1997 y se prevé que descenderá al 60 por ciento al final de 1998 (cumpliendo así uno de los criterios de Maastricht para la Unión Monetaria Europea), mientras que la deuda exterior neta disminuía del 46 por ciento, aproximadamente, del PIB en 1994 al 30 por ciento en 1997. Como consecuencia de ello, se han reducido también los pagos consiguientes de intereses; el costo del servicio de la deuda exterior, en porcentaje del valor de las exportaciones, se redujo a la mitad, pasando del 42 por ciento en 1995 al 21 por ciento en 1997. Gran parte de la reducción de la deuda es atribuible a los ingresos obtenidos de las privatizaciones, que hasta la fecha han ascendido aproximadamente a 1.400 millones de forint (casi el 17 por ciento del PIB de 1997).

El restablecimiento del equilibrio macroeconómico y la reestructuración radical de la economía han mejorado mucho los resultados económicos de Hungría en varios sentidos. Aunque como consecuencia inmediata del paquete de medidas de marzo de 1995 se redujera la demanda interna en 1995 y 1996, dando lugar a una pronunciada desaceleración del crecimiento del PIB, éste de todas formas siguió siendo positivo gracias al fuerte aumento de las exportaciones netas. La devaluación real del forint contribuyó a que aumentaran las exportaciones, mientras que la contracción de la demanda interna y el recargo a las importaciones eran las principales influencias negativas para las importaciones. El crecimiento del PIB real se recuperó posteriormente y llegó al 3,5 por ciento en 1997, previéndose que en 1998 se situará entre el 4 y el 5 por ciento. La inflación, tras una aceleración inicial a raíz de la depreciación del forint y del rápido aumento de los precios regulados de la energía, disminuyó al 18,2 por ciento en 1997 y se prevé que caerá al 12-13 por ciento en 1998. El desempleo se redujo al 9 por ciento aproximadamente en 1997.

La productividad laboral del sector manufacturero ha experimentado tasas de crecimiento de 2 dígitos desde 1992, gracias a las inversiones en instalaciones modernas de producción, pero el crecimiento de la productividad en la economía en general se ha desacelerado gradualmente, del 7,2 por ciento en 1992 al 1,6 por ciento en 1996. Aunque las causas de esa desaceleración no están claras, las perspectivas de que se invierta la tendencia mejorarían si se suprimieran los obstáculos todavía existentes a la asignación eficiente de los recursos, incluidas las medidas internas (principalmente los incentivos fiscales).

Formulación de las políticas comerciales y en materia de inversión

En su transición a una economía de mercado, además del restablecimiento del equilibrio macroeconómico, la economía húngara ha sido objeto de un reajuste estructural de enormes dimensiones. Las políticas comerciales y en materia de inversión extranjera directa (IED) han tenido un peso importante en esta transición.

Quizá la característica más espectacular del reajuste estructural de Hungría haya sido la reorientación de su comercio hacia la UE y los socios del ALCEC, después del colapso del comercio con los antiguos miembros del CAME, la entrada en vigor del Acuerdo Europeo, que suprimió en gran medida los aranceles y las restricciones cuantitativas que afectaban al comercio entre Hungría y la UE, y la creación del ALCEC. Entre 1990 y 1996, la parte correspondiente a los antiguos países socialistas (salvo los miembros del ALCEC) en el comercio de Hungría se redujo aproximadamente a la mitad. En cambio, la parte correspondiente a la UE en las exportaciones totales de Hungría aumentó del 45 a casi el 63 por ciento, mientras que su cuota en las importaciones aumentaba del 49 a casi el 60 por ciento. En ese mismo período, las partes correspondientes a los miembros del ALCEC en las exportaciones e importaciones de Hungría aumentaban, respectivamente, del 1,7 al 8,7 por ciento y del 2,4 al 7,2 por ciento.

A juzgar por el continuo aumento de las importaciones y exportaciones expresado en porcentaje del PIB, la economía húngara se ha hecho considerablemente más abierta durante el período objeto de examen. Las importaciones aumentaron, pasando de casi el 34 por ciento del PIB en 1991 al 41 por ciento en 1996, mientras las exportaciones aumentaban de casi el 33 por ciento del PIB al 40 por ciento aproximadamente. Sin embargo, ha sido mucho más importante el aumento de la cuota del comercio correspondiente a la UE y a los miembros del ALCEC, en términos de porcentaje del PIB, que el aumento de la cuota de otros países. Las exportaciones a la UE y el ALCEC aumentaron del 15,5 al 28,6 por ciento del PIB entre 1990 y 1996, mientras que las exportaciones a otras economías de mercado disminuían del 5 al 4,1 por ciento del PIB; en ese mismo período, las importaciones procedentes de la UE y el ALCEC aumentaron del 17,5 al 26,8 por ciento del PIB, mientras que las importaciones procedentes de otras economías de mercado aumentaron sólo marginalmente, del 5,6 al 5,9 por ciento. Dado que el PIB real de Hungría disminuyó en total un 7 por ciento, aproximadamente, durante el período 1990-97, parece que se ha producido cierto grado de desviación de las corrientes comerciales efectivas y potenciales a causa de los acuerdos preferenciales firmados por el país.

Para promover las inversiones extranjeras en la reestructuración de la economía, el Gobierno ha establecido un nuevo marco jurídico y reglamentario favorable para la IED. La IED neta en 1997 ascendió a 2.000 millones de dólares EE.UU., casi el 5 por ciento del PIB, haciendo que las inversiones netas acumuladas llegaran a 18.000 millones de dólares EE.UU. (más del 43 por ciento del PIB en 1997). La IED se ha visto atraída por el nivel de preparación de la mano de obra húngara, los costos salariales relativamente bajos y la creciente orientación hacia los mercados europeos; Hungría cuenta actualmente con el 40 por ciento, poco más o menos, de la IED total acumulada en Europa Central y Oriental. La IED se ha centrado sobre todo en las industrias de elaboración, el gas y la electricidad, el comercio minorista y la banca. Las fuentes de IED más importantes son Alemania, los Estados Unidos y Austria. Dos tercios de las 200 empresas más importantes tienen ahora participación extranjera y las empresas con participación de capital extranjero generan actualmente el 14 por ciento del PIB y el 70 por ciento de las exportaciones industriales.

El comercio y las políticas estructurales conexas
Medidas arancelarias y no arancelarias en la frontera

Todos los aranceles de Hungría son ad valorem. Casi el 96 por ciento de las líneas arancelarias están actualmente consolidadas, frente al 83 por ciento en 1991. Las demás cargas relacionadas con el comercio, incluido el recargo a la importación, han sido eliminadas recientemente. El promedio no ponderado de los tipos arancelarios NMF aplicados aumentó del 11 por ciento en 1991 al 14,3 por ciento en 1997, debido en gran parte a la arancelización (los tipos aplicados a los productos industriales y a los productos agrícolas y productos alimenticios elaborados fueron respectivamente del 8,2 y del 37,1 por ciento, en 1997). Los aranceles NMF aplicados tienden a ser relativamente altos cuando las líneas arancelarias correspondientes no están consolidadas. Entre los grupos amplios de productos industriales, se concede una protección más alta al equipo de transporte, los textiles, el vestido y el calzado. En aplicación del Acuerdo Europeo, se ha suprimido la mayoría de los aranceles aplicados a las importaciones procedentes de la UE, aunque se siguen aplicando todavía derechos a los productos agrícolas, los textiles y el acero. En la práctica, sólo se aplican aranceles NMF a menos de un cuarto de las importaciones de Hungría, dada la importancia del comercio preferencial. Por consiguiente, el tipo de los derechos aplicados (o efectivos) a todas las importaciones se eleva actualmente sólo al 2,5 por ciento.

Debido a la arancelización de las restricciones cuantitativas aplicadas a los productos agrícolas y a la suavización de otras medidas no arancelarias en la frontera, el porcentaje de líneas afectadas por las medidas no arancelarias principales disminuyó de casi el 20 por ciento en 1991 a menos del 8 por ciento en 1997. Entre las medidas de este tipo cabe citar el contingente global de importación de bienes de consumo, parte del cual es asignado en condiciones preferenciales a los países de la UE, la AELC y el ALCEC, y la prohibición de las importaciones de automóviles usados más de cuatro años. El contingente global se está reduciendo rápidamente y las autoridades tienen previsto eliminarlo totalmente para el año 2001 sobre una base erga omnes. Los productos que siguen sometidos todavía al contingente, y que, por consiguiente, se benefician de una protección adicional, son, entre otros, los automóviles nuevos y usados, los textiles, el vestido y el calzado. Aun cuando Hungría tiene leyes en materia de medidas antidumping y compensatorias, basadas en los Acuerdos de la OMC, no ha recurrido a esas medidas.

También se utilizan las medidas de promoción de las exportaciones como instrumentos de la política comercial, promoviéndose las exportaciones, entre otras cosas, mediante devoluciones de los derechos de importación, zonas francas e incentivos vinculados al aumento de las exportaciones (véase infra) y subvenciones a las exportaciones agrícolas. Hungría ha obtenido recientemente de la OMC una exención de ciertas subvenciones a las exportaciones agrícolas que superaban los compromisos que había asumido en la Ronda Uruguay.

Medidas internas

De acuerdo con su deseo de atraer IED, el Gobierno ha ofrecido una amplia gama de incentivos fiscales y no fiscales. Aunque muchas de estas medidas están siendo eliminadas gradualmente, han incorporado elementos de discriminación "positiva", es decir, discriminación en favor de los inversores extranjeros (como ejemplos cabe citar el régimen de franquicia arancelaria otorgado al equipo y otros bienes considerados aportación de capital en especie, que ha sido abolido recientemente, y la concesión hecha a las empresas con participación extranjera en relación con el impuesto de sociedades, que se está suprimiendo gradualmente). Otros incentivos a la inversión han estado condicionados a la escala de la inversión y a los resultados de producción o exportación; por ejemplo, el impuesto de sociedades se ha reducido a la mitad en el caso de las empresas que invirtan 1.000 millones o más de forint y aumenten sus exportaciones al menos un 25 por ciento. La generosidad de las ayudas fiscales y no fiscales a las empresas es tal que las subvenciones superan con creces las pequeñas sumas que supone el impuesto de sociedades que pagan. Así pues, Hungría, como otros muchos países, ha contribuido a la "guerra de pujas" por ciertos tipos de inversión. Cabe preguntarse por la eficacia de estas medidas y su impacto sobre la orientación de las inversiones y el equilibrio fiscal. Sin embargo, en términos generales, las subvenciones (aparte de los incentivos fiscales) disminuyeron del 4 por ciento del PIB en 1991 a menos del 2 por ciento en 1997.

En 1996 y 1997, alrededor de un tercio de la IED se debió a la compra de antiguas empresas estatales en el marco del programa de privatización del Gobierno, que abarca empresas de los sectores manufacturero, de servicios y servicios públicos, incluidas las telecomunicaciones y la electricidad. Como resultado de la privatización de tres cuartos de los activos estatales desde 1990, el sector privado genera actualmente el 75-80 por ciento del PIB, frente al 10 por ciento hace 10 años. La amplia participación extranjera en la privatización del sector bancario ha ayudado a sanear los bancos y ha contribuido de ese modo al buen funcionamiento de los mercados financieros, que es fundamental para la asignación eficiente de los recursos de capital.

Se han hecho avances considerables en la armonización de las normas y reglamentos húngaros con las normas internacionales, especialmente las europeas. Las patentes, el derecho de autor, las marcas de fábrica o de comercio y otros derechos de propiedad intelectual están protegidos. Sin embargo, y a juzgar por las dimensiones de la economía no estructurada y la evasión fiscal conexa, sigue siendo un problema importante el cumplimiento de las leyes fiscales y de otro tipo (incluidas las relativas a la propiedad intelectual).

Políticas comerciales por sectores

Las pautas de la producción y el comercio de Hungría se han alterado considerablemente desde el último examen. La producción de la agricultura, la minería y la extracción de minerales ha perdido importancia con respecto a la manufactura y especialmente los servicios; entre 1991 y 1995 el porcentaje correspondiente a la agricultura, la minería y la extracción de minerales en el PIB disminuyó del 11,1 al 6,6 por ciento, mientras que el correspondiente a la manufactura se mantuvo próximo al 20 por ciento y el correspondiente a los servicios aumentaba del 52,6 al 54 por ciento. Este desplazamiento se debe a varios factores: el abandono de un régimen de propiedad y de la producción planificada basada en el antiguo CAME, para aproximarse a los mercados de Europa Occidental mediante acuerdos de libre comercio con la UE y la AELC; la redistribución de la tierra, que se ha traducido en la implantación de una estructura subóptima de propiedad y producción, y la reducción de las ayudas a la agricultura; la liberalización de los servicios, principalmente los servicios financieros y las telecomunicaciones; y una política industrial activa, vinculada a las nuevas pautas del comercio, que ha promovido algunos sectores a costa de otros.

Dentro de esta política activa, el promedio de los aranceles NMF sigue siendo relativamente alto en el caso de las importaciones de productos agrícolas y alimentos preparados; en estos sectores no se concede acceso preferencial a los productos de fuentes de la UE y la AELC, de forma que todas las fuentes exteriores reciben el mismo trato. El promedio de los aranceles NMF aplicados a los textiles, el vestido y el calzado, y a los automóviles también son más altos (pero se concede un acceso preferencial a los miembros de la UE, la AELC y el ALCEC) mientras que se aplicaban medidas no arancelarias, bajo la forma de un régimen de licencias no automáticas y/o el contingente global de bienes de consumo, principalmente a los textiles, el vestido y el calzado, a los automóviles nuevos y usados y a las piedras preciosas. Como ya se ha indicado, las subvenciones a las exportaciones agrícolas están amparadas por una exención otorgada de conformidad con el Acuerdo de la OMC; también se ofrecen incentivos fiscales y no fiscales para ciertas actividades concretas; y todavía se aplican otras medidas internas, entre ellas, reglamentos que permiten un cierto grado de poder de monopolio o monopsonio, en ciertos sectores de servicios, particularmente la energía.

Estas medidas ofrecen una imagen contradictoria, pero que pone de relieve la actitud eurocentrista de las actuales políticas comerciales e industriales de Hungría. Por ejemplo, a los aranceles NMF relativamente elevados que afectan a los automóviles nuevos y usados se suman restricciones cuantitativas para favorecer a los dos productores nacionales de automóviles (Opel de Hungría y Magyar Suzuki), que producen para el mercado interno y para exportar a la UE y la AELC, y a otros fabricantes europeos que venden en el mercado húngaro. Este hecho no sólo perjudica a los productores de otros automóviles importados sino también a las industrias nacionales que se benefician de unos niveles de protección más bajos. La aplicación del Acuerdo Europeo y el acuerdo similar de libre comercio con la AELC ha inducido a los fabricantes extranjeros a instalarse en Hungría, debido a la preparación de su mano de obra y a los bajos costos salariales, para poder exportar a todo el Espacio Económico Europeo (EEE) al amparo de las normas comunes de origen; estas tendencias son especialmente visibles en las industrias del automóvil, los textiles y los productos químicos.

La reorientación de las políticas de Hungría ha sido facilitada por el proceso de privatización y de liberalización de los servicios comerciales, como la banca, los seguros y las telecomunicaciones, que han sido uno de los sectores de crecimiento más rápido de la economía. La liberalización de estos sectores ha tenido lugar sobre una base NMF, con concesiones sustanciales de Hungría en el marco de los Acuerdos y Protocolos pertinentes de la OMC. Ello ha promovido unas entradas sustanciales de IED en estos sectores y la consiguiente modernización de los mismos.

Políticas comerciales e interlocutores comerciales extranjeros

Una vez que la economía húngara ha entrado en una etapa avanzada de la transición, el Gobierno ha intensificado sus preparativos para la adhesión a la UE. Está claro que esos preparativos supondrán nuevas y amplias medidas de reajuste estructural e institucional. A este respecto, se está adaptando gran parte de la legislación de Hungría sobre medidas internas (principalmente reglamentos técnicos y normas, derechos de propiedad intelectual, contratación pública, competencia) a la legislación de la UE. En algunos casos, como la protección de la propiedad intelectual, esta adaptación supone que Hungría asume obligaciones superiores a las dimanantes de los Acuerdos de la OMC. En otros casos, sin embargo, esa adaptación puede dar lugar a un régimen comercial menos liberal. En particular, el nivel actual de las ayudas del Gobierno a la agricultura en Hungría, según las estimaciones del equivalente en subvenciones al productor (ESP), representa sólo un cuarto aproximadamente del nivel correspondiente en la UE. Por tanto, es evidente que la relación entre las medidas que adopte Hungría para integrarse en la UE y su participación en la OMC y otros foros multilaterales será un factor determinante en la formulación de las políticas comerciales futuras.

Informe del Gobierno

ÓRGANO DE EXAMEN DE LAS POLÍTICAS COMERCIALES
HUNGRÍA
Informe del Gobierno

Entorno de las políticas económicas y comerciales
Procesos macroeconómicos

Durante el período transcurrido desde el anterior examen se han registrado los cambios más importantes que han tenido lugar en los últimos 50 años de la vida económica de Hungría. Con el impulso y la ayuda del cambio de régimen político, Hungría ha realizado con éxito la transición a una economía de mercado. Las tareas básicas e interrelacionadas de este cambio sistémico exigen la intervención decidida del Gobierno para adoptar medidas encaminadas a:

- crear y consolidar un marco jurídico estable y transparente para la economía de mercado mediante una desreglamentación en gran escala;

- llevar a cabo una privatización masiva de las anteriores empresas del Estado;

- facilitar el ajuste estructural;

- facilitar la reorientación del comercio exterior y las relaciones económicas de Hungría hacia las economías de mercado, como preparación para la adhesión a la Unión Europea;

- sentar las bases económicas y sociales de un desarrollo económico sostenible a largo plazo.

Este proceso obligó inexorablemente a los agentes económicos a adoptar medidas de ajuste sin precedentes. El apoyo y la comprensión de la población para aceptar los costos sociales de la transición fue un factor fundamental, especialmente durante los primeros años de este proceso, en los que se produjo la contracción del PIB y de los salarios reales, y el incremento del desempleo y la inflación. Los efectos de los estrictos reglamentos internos adoptados con objeto de poner fin a las actividades deficitarias de las empresas y adaptar su producción de bienes y suministro de servicios a la demanda real del mercado se han ampliado gracias a la política de libre comercio que ha aumentado de forma sustancial la competencia en el mercado nacional. Las empresas perdieron gran parte de sus mercados tradicionales, no sólo en el interior, sino también en los países vecinos, a causa de las dificultades económicas y de la contracción de la demanda registradas en casi toda la Europa Central y Oriental.

En 1993-94, se produjo la recuperación de la producción industrial y de la demanda interna y el desempleo descendió del 13,6 al 10,4 por ciento. El crecimiento de la demanda se debió en buena medida al aumento del consumo, aunque es cierto que también se intensificaron las inversiones, principalmente en infraestructura. No obstante, y pese al aumento de la rentabilidad y la productividad de la mano de obra, y la influencia positiva de las medidas de ajuste en un cierto número de sectores, la evolución desfavorable de los parámetros macroeconómicos empañó esos signos alentadores. Las importaciones continuaron creciendo a un ritmo muy elevado, superando en todo momento a las exportaciones, y el importante deterioro de la balanza comercial fue la causa principal de que la situación de la balanza por cuenta corriente pasara de registrar pequeños excedentes entre 1990 y 1992 a ser fuertemente deficitaria en 1993 (3.500 millones de dólares EE.UU.) y 1994 (3.900 millones de dólares EE.UU.). A pesar de la importante afluencia de inversiones extranjeras directas, la deuda exterior y el coeficiente del servicio de la deuda, que ya eran elevados, aumentaron todavía más. Al mismo tiempo, los elevados y crecientes pagos en concepto de intereses y los déficit del sistema de seguridad social y de la administración local ocasionaron un déficit presupuestario superior al 9 por ciento del PIB en 1994.

En 1995 era evidente que los desequilibrios macroeconómicos, caracterizados por el pronunciado déficit presupuestario y por cuenta corriente, exigían una actuación urgente. El programa de estabilización económica aprobado por el Gobierno introdujo medidas de austeridad para reducir el gasto público, regular la demanda interna y mejorar la balanza exterior. Una de las medidas adoptadas fue la fuerte devaluación de la moneda, de carácter excepcional, acompañada por la adopción de un régimen cambiario de paridades móviles, la imposición temporal de un recargo sobre las importaciones del 8 por ciento y cambios importantes en los sistemas de pensiones y de seguridad social. Gracias a estas iniciativas, los indicadores macroeconómicos han mejorado considerablemente desde 1996 y se han sentado las bases para situar a la economía en la senda del crecimiento sostenido.

Evolución de las corrientes comerciales y de inversiones

Durante el proceso de transición fue necesario tomar importantes medidas de liberalización de la economía y el comercio. Los efectos positivos de la eliminación de las restricciones cambiarias y en materia de importaciones y establecimiento se concretaron en el crecimiento de las corrientes comerciales y de inversiones.

En el período transcurrido entre 1991 y 1997, se duplicó el valor total de las exportaciones e importaciones de Hungría expresado en dólares de los Estados Unidos. Las importaciones procedentes de los 15 países miembros de la Unión Europea aumentaron en un 206 por ciento, porcentaje superior a la media pero inferior al del aumento de las importaciones procedentes de los países de la ASEAN (558 por ciento), el Canadá (410 por ciento), los Estados Unidos (266 por ciento) y el Japón (220 por ciento). Por lo que respecta a las exportaciones, el incremento más pronunciado correspondió a las exportaciones dirigidas a los países del ALCEC, seguidas de las destinadas a la Unión Europea y los Estados Unidos, con unas tasas de crecimiento de entre el 250 y el 190 por ciento.

En la distribución geográfica del comercio exterior aparecen tendencias de signo contrario en relación con las importaciones y exportaciones. Las importaciones procedentes de los países con los que Hungría tiene acuerdos de libre comercio (países de la UE, la AELC y el ALCEC) se estabilizaron en torno al 70 por ciento del total, mientras que la proporción de las exportaciones destinada a esos países aumentó durante el período objeto de examen alrededor de 10 puntos porcentuales, hasta situarse en el 78 por ciento. Las exportaciones húngaras a los países en desarrollo no experimentaron crecimiento alguno y las importaciones procedentes de esos países aumentarán de forma constante, pasando del 4,6 al 6,8 por ciento.

La inversión extranjera directa (IED) aumentó de 2.800 millones de dólares EE.UU. en 1991 a 17.300 millones al final de 1997. Alemania y los Estados Unidos aportaron cada uno cerca de un tercio de esa suma. Los inversores japoneses han empezado recientemente a mostrar un interés cada vez mayor por el mercado húngaro. Contrariamente a las previsiones, el grueso de la IED fue a parar a sectores de gran intensidad de capital, en tanto que la presencia de inversores extranjeros en las ramas de producción intensivas en mano de obra, tales como los textiles, el calzado o el cuero, ha sido muy reducida. Casi la mitad de la IED se orientó al sector manufacturero, en particular a las industrias de maquinaria, elaboración de alimentos y productos químicos. También el sector de los servicios absorbe una parte importante de esas inversiones debido a la privatización en gran escala que se ha llevado a cabo en los sectores bancario y de los seguros, las telecomunicaciones y los servicios públicos.

Evolución de las políticas comerciales, 1991-97
Medidas de política comercial
Aranceles

Los cambios sistémicos registrados al iniciarse el decenio de 1990 llevaron a la desaparición del COMECON y de los reglamentos comerciales ajenos al mercado en que se sustentaba, de manera que las políticas comerciales de Hungría están en sintonía con las de todos sus interlocutores en el comercio. A partir de esa nueva situación, Hungría adoptó autónomamente una serie de medidas de liberalización y asumió compromisos en el marco de acuerdos multilaterales y regionales que redujeron sustancialmente el nivel de protección concedido a los agentes nacionales.

La adopción en 1992 de la nomenclatura arancelaria basada en el Sistema Armonizado (SA) y su modificación posterior en 1996 incrementaron notablemente (a más del doble) el número de líneas arancelarias. Si bien es cierto que el cambio de la nomenclatura arancelaria no supuso un aumento de los derechos aplicados a ningún producto, el desglose más detallado de las mercancías distorsiona inevitablemente la serie cronológica de los promedios arancelarios nominales.

El Sistema Generalizado de Preferencias (SGP) de Hungría en favor de los países en desarrollo comenzó a aplicarse en 1972. El SGP húngaro no contiene límites cuantitativos ni grupos de productos excluidos a priori y permite la acumulación global del origen entre los beneficiarios. La naturaleza abierta del SGP de Hungría y el gran número de productos que abarca explica el elevado porcentaje de las importaciones procedentes de los países en desarrollo (alrededor del 95 por ciento) que reciben un trato arancelario preferencial. Aunque no existe un margen preferencial uniforme preestablecido, el promedio nominal de los derechos SGP es menos de la mitad del de los aranceles NMF, tanto en la agricultura como en la industria.

Se cumplen ahora 20 años desde que Hungría comenzó a aplicar un trato arancelario especial y más favorable a los países menos adelantados (PMA). En virtud de este plan, todas las importaciones de productos agropecuarios e industriales procedentes de los PMA (42 países en la actualidad) entran en el mercado húngaro en franquicia arancelaria total y sin condiciones.

Además de reducir los derechos aduaneros, Hungría eliminó progresivamente las cargas relacionadas con la importación entre 1995 y 1997. En 1995 suprimió el cargo por expedición de licencias de importación, del 1 por ciento, que aplicaba anteriormente y, por otra parte, el derecho de despacho de aduana, del 2 por ciento, y la tasa estadística, del 3 por ciento, se rebajaron primero y, por último, se suprimieron a partir del 1º de enero de 1997, para todos los interlocutores comerciales de la OMC.

Medidas no arancelarias

Durante el período objeto de examen, Hungría ha hecho también importantes avances en la eliminación de las restricciones cuantitativas que aún mantenía. Las importaciones agrícolas, que anteriormente estaban sujetas -en gran medida- a medidas no arancelarias como contingentes y licencias discrecionales de importación, se han liberalizado completamente como resultado de la Ronda Uruguay. Hungría suprimió las restricciones a la importación para un número determinado de productos industriales, como el mobiliario y las prendas interiores. Asimismo, desde el 1º de enero de 1998 se han suprimido las restricciones cuantitativas para todos los productos textiles y prendas de vestir, así como para los vehículos automóviles de pasajeros de más de 1.500 cc.

Además de reducirse el número de productos comprendidos en el contingente global, se han aumentado alrededor del 7 por ciento anual los valores máximos (expresados en dólares de los Estados Unidos) para las mercancías que todavía están sujetas a restricciones. Estos ajustes han permitido asegurar que los contingentes asignados a los interlocutores de Hungría en virtud de los acuerdos de libre comercio respectivos, no eliminarán las oportunidades de los proveedores de terceros países para realizar importaciones. Los productos afectados por medidas no arancelarias suponían en 1991 el 10 por ciento de las importaciones, aproximadamente, y con las sucesivas medidas de liberalización ese porcentaje se ha reducido al 5 por ciento. Hungría se comprometió a eliminar el contingente global para bienes de consumo aplicado a los interlocutores con los que tiene acuerdos de libre comercio antes de que concluya el año 2000. El Gobierno húngaro tiene el propósito de proseguir su política actual de extender la liberalización a todos los Miembros de la OMC.

El régimen de licencias de importación y exportación se aplica también a determinadas mercancías respecto de las cuales es necesario controlar las corrientes comerciales en virtud de acuerdos internacionales (por ejemplo, en materia de residuos peligrosos y sustancias psicotrópicas) o consideraciones relacionadas con la seguridad nacional (armas y municiones). Al margen del régimen de licencias que se aplica a las transacciones de comercio exterior, las empresas que desean comerciar con determinados productos necesitan una licencia para operar. Esa licencia se otorga automáticamente a todos los operadores que cumplen los requisitos objetivos establecidos en la legislación pertinente.

Aunque Hungría adoptó los reglamentos necesarios para la aplicación de procedimientos antidumping y en materia de medidas compensatorias, hasta la fecha no ha aplicado ese tipo de medidas.

Aplicación de los Acuerdos de la OMC

Como consecuencia de los Acuerdos de la OMC, en particular en lo que se refiere a las consolidaciones arancelarias de todos los productos abarcados por el Acuerdo sobre la Agricultura, el nivel consolidado global aumentó del 83 al 95,7 por ciento de los derechos arancelarios. Al concluir el período de aplicación de la Ronda Uruguay, el promedio del arancel NMF se habrá situado por debajo del 7 por ciento en la industria y en torno al 27 por ciento por lo que respecta a los productos agropecuarios. La reducción arancelaria total es superior al 30 por ciento.

En 1997, el promedio del arancel NMF nominal correspondiente a los productos industriales era del 8,2 por ciento y el tipo medio de los derechos aplicables a las importaciones NMF (promedio ponderado en función del comercio) era tan sólo del 4,5 por ciento.

Antes de la Ronda Uruguay, Hungría aplicaba aranceles relativamente bajos a los productos agropecuarios y las restricciones cuantitativas se utilizaban como un instrumento importante de protección frente a las importaciones. De conformidad con el Acuerdo de la OMC sobre la Agricultura, esas medidas se suprimieron totalmente a partir del 1º de enero de 1995, y se produjo un incremento paralelo de la protección arancelaria. Aunque los aranceles agrícolas no eran elevados en comparación con los existentes a escala internacional, ni siquiera tras la arancelización de las restricciones cuantitativas, Hungría abrió contingentes arancelarios preferenciales para más de 100 productos con el fin de ofrecer oportunidades adecuadas de acceso a los mercados. Hungría no aplica derechos específicos ni compuestos; todos los aranceles son ad valorem.

De conformidad con el Acuerdo sobre Subvenciones y Medidas Compensatorias, Hungría notificó sus programas de ayuda, entre otros aquellos que han de ser suprimidos para el año 2002 en virtud del artículo 29 del Acuerdo. Aun teniendo en cuenta que ése era el plazo establecido, Hungría decidió suprimir a partir del 1º de enero de 1998 la exigencia de alcanzar un volumen determinado de exportaciones para tener derecho a las desgravaciones fiscales en el caso de las inversiones superiores a 1.000 millones de forint húngaros.

Por lo que respecta a la agricultura, hasta los años noventa las subvenciones se centraron básicamente en las exportaciones. Aunque en el proceso de transformación económica el valor real de las subvenciones a la exportación de productos agropecuarios disminuyó hasta un tercio del nivel anterior, los datos totalmente erróneos sobre los productos comprendidos y el valor de las subvenciones a la exportación correspondientes al período de base que se presentaron en las negociaciones de la Ronda Uruguay y la subsiguiente lista de compromisos llevaron a una situación que exigía adoptar medidas correctivas. Con arreglo a la exención otorgada en 1997 por el Consejo General después de prolongadas consultas, se ha concedido a Hungría un período de transición hasta el año 2002 para que de forma paulatina ponga sus programas de apoyo en conformidad con los límites de su Lista. En consonancia con el contenido de ese arreglo, el Gobierno húngaro ha comenzado a reformular la ayuda a la agricultura dando preferencia a las medidas del compartimento verde.

En el marco del Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios, Hungría asumió importantes compromisos para permitir la presencia comercial de proveedores extranjeros de servicios y el suministro transfronterizo de servicios en un gran número de sectores. Asimismo, participó en las negociaciones sobre los servicios financieros y las telecomunicaciones y asumió obligaciones en esos ámbitos. Como una medida más de liberalización, y en cumplimiento de las obligaciones que ha contraído en el curso de las negociaciones sobre los servicios financieros, una ley adoptada recientemente, que entró en vigor el 1º de enero de 1998, permite la presencia comercial en forma de filiales.

La legislación húngara prevé la protección efectiva de la propiedad intelectual, de conformidad con las disposiciones del Acuerdo sobre los ADPIC. Las violaciones de las leyes sobre la protección de patentes, derechos de autor, dibujos y modelos industriales, topografías de los circuitos integrados, modelos de utilidad, marcas de fábrica o de comercio e indicaciones geográficas pueden ser sancionadas mediante procedimientos civiles y penales. Un decreto del Gobierno faculta a la Administración de Aduanas para impedir la importación de mercancías que infrinjan los derechos de propiedad intelectual.

Integración regional

El Acuerdo de Asociación entre las Comunidades Europeas y Hungría se firmó en 1991. Abarca el comercio de bienes y servicios y aborda otros aspectos que quedan fuera del alcance de la OMC, como el diálogo político y la cooperación en distintos campos de la economía. Como norma general, el Acuerdo prevé un período de transición de 10 años para la eliminación total de los obstáculos al comercio. En el Acuerdo y sus anexos se establecen plazos para la aplicación de las medidas de liberalización, en algunos casos de forma asimétrica, en razón de los distintos niveles de desarrollo económico de las partes.

En 1994, Hungría presentó oficialmente la solicitud de adhesión a la Unión Europea. Tras la favorable acogida que dispensó a esta solicitud la Cumbre de la UE celebrada en 1997 en Luxemburgo, las negociaciones de adhesión comenzaron en abril de 1998.

En el marco del proceso de adhesión de Hungría a la Unión Europea, se está llevando a cabo una intensa labor para armonizar los reglamentos de política comercial de Hungría con los de la UE. En este contexto, Hungría introdujo el 1º de julio de 1997 el sistema de acumulación de origen europeo, lo que implica que actualmente aplica las mismas normas de origen que la UE.

En el período que se examina, Hungría suscribió una serie de acuerdos de libre comercio con la AELC, con países de Europa Central y Oriental (la República Checa, Polonia, Eslovaquia, Eslovenia y Rumania) en el marco del Acuerdo de Libre Comercio de Europa Central (ALCEC), con Israel y con Turquía. Todos estos acuerdos comprenden únicamente el comercio de mercancías y prevén la eliminación de los obstáculos arancelarios y no arancelarios no más tarde del año 2002. Salvo en el caso del acuerdo con la AELC, las medidas de liberalización han de ser aplicadas por las partes en consonancia con el principio de simetría en la apertura del mercado. Una medida específica del ALCEC es que todas las partes aplican tipos arancelarios uniformes (nulos o bajos), sin limitaciones cuantitativas, a un gran número de productos agropecuarios.

Actualmente Hungría está negociando acuerdos de libre comercio con Estonia, Letonia y Lituania. También las negociaciones con Bulgaria referentes a su adhesión al ALCEC han entrado en la fase final.

Evolución de la política interna que afecta al comercio

Como ya se ha indicado, la privatización de los bienes del Estado ha sido uno de los cometidos fundamentales en el proceso de transformación económica. Entre 1990 y 1997, se vendieron casi 1.300 empresas de propiedad estatal (el 85 por ciento del total), con unos ingresos de más de 14.000 millones de forint en concepto de privatización. Con ello, la aportación del sector privado al PIB aumentó al 80 por ciento. Sólo 180 empresas (en su mayor parte compañías dedicadas al transporte regional, empresas forestales y agrícolas e instituciones de investigación) siguen estando bajo el control del Estado. En 32 de ellas el Estado ejerce sus derechos de propiedad -limitados- mediante una participación de control.

La culminación satisfactoria del proceso de privatización en el contexto del cambio sistémico no habría sido posible sin un marco normativo liberal y favorable en materia de inversión extranjera. Dado que el Gobierno pretendía que existieran "propietarios reales", el método principal de privatización ha consistido en la venta al contado mediante licitación, en la que los inversores extranjeros podían participar con arreglo al principio de no discriminación. De hecho, la IED representó más del 70 por ciento de los ingresos por privatización. Las inversiones extranjeras son particularmente importantes en el sector bancario, las telecomunicaciones y los servicios públicos. Los inversores extranjeros poseen más del 60 por ciento del capital total en el sector bancario y adquirieron una participación mayoritaria en la compañía nacional de telecomunicaciones, en los sectores de distribución del gas y la electricidad y en la generación de energía.

Para conseguir un funcionamiento adecuado de la economía del mercado es indispensable que existan leyes de competencia eficaces. La Ley de Competencia de Hungría de 1996, que sustituyó a la legislación de 1990, regula el comportamiento de las empresas, prohibiendo las prácticas anticompetitivas y el abuso de las posiciones dominantes en el mercado.

Orientaciones de la política comercial

El principio básico que ha inspirado las políticas comerciales de Hungría ha sido el progreso de la plena integración en la economía mundial. En su calidad de país pequeño, muy dependiente de las relaciones económicas exteriores y muy sensible a la evolución de los mercados internacionales, Hungría ha apoyado con firmeza las iniciativas conjuntas para el fortalecimiento del sistema multilateral de comercio. Así lo ha hecho patente con su participación activa en la Ronda Uruguay de negociaciones comerciales multilaterales y con los compromisos que ha asumido en relación con el acceso al mercado de los bienes y servicios y la protección de la propiedad intelectual.

El objetivo prioritario de las políticas económicas y comerciales de Hungría en los años venideros debe consistir en preparar plenamente a la economía para la adhesión a la Unión Europea. El necesario proceso de armonización jurídica se ha efectuado hasta la fecha, y se seguirá realizando en el futuro, en un marco de pleno respeto de las disciplinas multilaterales incorporadas en los Acuerdos de la OMC. Habida cuenta de que esas normas constituyen la base de los reglamentos comerciales tanto en la UE como en Hungría, no es previsible que la armonización de la legislación produzca dificultades de ningún tipo en las relaciones comerciales de Hungría con terceros países. Hungría, al tiempo que participa activamente en los procesos de integración regional, sigue firmemente decidida a impulsar el fortalecimiento del sistema multilateral de comercio. Imbuida de este espíritu, Hungría aplicó medidas de liberalización convenidas bilateralmente en régimen NMF y apoya la celebración de nuevas negociaciones multilaterales bajo los auspicios de la OMC tanto en esferas tradicionales como en otras nuevas.