Cuestiones abarcadas por los Comités y Acuerdos de la OMC
EXÁMENES DE LA POLÍTICAS COMERCIALES: PRIMER COMUNICADO DE PRENSA, RESUMEN DEL INFORME DE LA SECRETARÍA Y DEL INFORME DEL GOBIERNO

COMMUNICADO DE PRENSA
PRENSA/TPRB/164
30 de mayo de 2001

Brunei Darussalam: mayo de 2001

Brunei Darussalam tiene una de las rentas per cápita más elevadas de Asia pero, debido a la relativa modestia y estabilidad de su crecimiento económico, a un ritmo del 2 por ciento anual durante el pasado decenio, el PIB por habitante ha seguido una tendencia decreciente hasta hace poco; como consecuencia, el PIB por habitante fue en 2000 casi un 14 por ciento más bajo que en 1990, según un informe de la OMC sobre las políticas y prácticas comerciales de Brunei.

Una mayor transparencia impulsaría los esfuerzos de Brunei por diversificar la economía y acelerar el crecimiento

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El informe de la Secretaría de la OMC, junto con la declaración de política formulada por el Gobierno de Brunei Darussalam, servirán de base para el primer examen de la política comercial de Brunei por el Órgano de Examen de las Políticas Comerciales de la OMC los días 28 y 30 de mayo de 2001.

El país debe su prosperidad económica principalmente a sus abundantes recursos de petróleo y gas natural, que representaron el 35 por ciento del PIB en 1999. En los últimos años, los servicios han desempeñado una función cada vez más importante en la economía, y su aportación al PIB pasó del 38 por ciento en 1990 al 52 por ciento en 1999. El sector de servicios es también un importante proveedor de empleo, ya que ocupa aproximadamente al 80 por ciento de la población. Las principales exportaciones de Brunei son el petróleo y el gas natural licuado (que representaron aproximadamente el 89 por ciento de las exportaciones de mercancías en 1998), las prendas de vestir, y la maquinaria y el equipo de transporte.

El elevado porcentaje del PIB correspondiente al petróleo se ha convertido en motivo de preocupación en los últimos años, debido principalmente a la fluctuación de los precios internacionales, que deja a Brunei a merced del azar, y a las perspectivas de un futuro agotamiento de los recursos; se prevé que, si se mantiene el ritmo actual de extracción, las reservas comprobadas de petróleo de Brunei durarán de 20 a 25 años más. Por ese motivo, el Gobierno ha fomentado la diversificación económica, sobre todo en los sectores manufacturero y de servicios, especialmente servicios financieros, de turismo y de transporte.

El informe señala que los esfuerzos actuales para acelerar el crecimiento económico y la diversificación de la economía serán más eficaces si Brunei introduce un mayor grado de transparencia y previsibilidad en las políticas gubernamentales, asegura la conformidad de sus leyes nacionales con las obligaciones adquiridas en la OMC, mejora los compromisos formulados en la Organización, inclusive en el marco del AGCS, y reduce el nivel de sus tipos arancelarios consolidados.

Los aranceles NMF aplicados por Brunei son bajos, con un promedio del 3,1 por ciento en 2000, derechos nulos para los productos agropecuarios y el 3,6 por ciento para los demás productos. Sin embargo, existen crestas que llegan al 200 por ciento en el caso de los vehículos automóviles. Brunei ha consolidado en la OMC casi el 95 por ciento de sus líneas arancelarias. Aunque el promedio aritmético de los derechos arancelarios es bajo, el tipo medio consolidado asciende al 24,8 por ciento, lo que establece una considerable disparidad entre los tipos aplicados y los tipos consolidados. Esa disparidad puede causar incertidumbre a los agentes económicos, ya que concede a las autoridades amplio margen para aumentar los aranceles aplicados sin sobrepasar los elevados tipos consolidados; Brunei no ha utilizado ese margen, ni siquiera a raíz de la crisis económica asiática.

El informe de la OMC también señala que Brunei aplica una política industrial activa, que se ha utilizado para desarrollar ciertos sectores prioritarios, especialmente de servicios. Además de la cesión estatal de infraestructuras, entre las medidas adoptadas figuran un Plan Nacional de Desarrollo de cinco años de duración que asigna recursos a determinadas actividades; la promoción de las inversiones en sectores específicos mediante incentivos fiscales y no fiscales; y la utilización de recursos del Estado, a través de su sociedad de cartera Semaun Holdings, para realizar inversiones directas en sectores prioritarios. Al parecer, el Organismo de Inversiones de Brunei (BIA) participa también en el desarrollo industrial.

Entre los principales instrumentos para atraer inversiones a Brunei se encuentran los incentivos fiscales y de otro tipo. Al no existir apenas impuestos sobre la renta personal, las mercancías y los servicios, el impuesto sobre las rentas de las sociedades se ha convertido en uno de los principales instrumentos de política industrial, ya que ofrece moratorias fiscales cuya duración puede llegar a ocho años a empresas que realicen inversiones en una gran diversidad de actividades.

El sector del petróleo y del gas natural es el más importante; su producción representó aproximadamente el 37 por ciento del PIB en 2000, y sus exportaciones constituyeron el 89 por ciento de las exportaciones totales de mercancías en 1998. Los servicios representaron aproximadamente el 50 por ciento del PIB en 2000. El sector comprende servicios sociales y personales (53,7 por ciento del sector de servicios), comercio al por mayor y al por menor (15,9 por ciento), banca y seguros (13,2 por ciento) y transporte y comunicaciones (9,8 por ciento). Desde principios del decenio de 1990, uno de los objetivos principales de Brunei ha sido desarrollar los servicios financieros, especialmente la banca islámica y comercial, aunque hasta hace poco los progresos en la elaboración de reglamentos de supervisión y cautelares ha sido lenta. Otros servicios, especialmente los de comunicaciones y turismo, se promueven como parte de planes para convertir a Brunei en un centro de prestación de servicios comerciales y turísticos para 2003.

Los compromisos de Brunei en el marco del Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS) se limitan a 4 de los 12 tipos de servicios, es decir, los prestados a las empresas, de comunicaciones, financieros y de transporte. Los subsectores de la construcción y las manufacturas representaron aproximadamente el 11 por ciento del PIB en 2000. El primero de ellos depende fuertemente de las inversiones públicas en infraestructuras, y recientemente ha acusado los efectos de una reducción del gasto público y de la quiebra de Amedeo en 1998.

El sector de agricultura, silvicultura y pesca es pequeño y representó un 3 por ciento del PIB en 2000. Sin embargo, Brunei se propone aumentar la autosuficiencia en la producción agrícola, especialmente de arroz, mediante la subvención generalizada de la infraestructura y los insumos; la producción de arroz se subvenciona también mediante un plan de subvenciones a los productos finales, que garantiza la compra por el Gobierno del arroz con cáscara cultivado en el país y tiene un costo anual de 200 millones de dólares de Brunei.

La abundancia de recursos naturales de Brunei ha asegurado un alto nivel de vida a sus ciudadanos. Sin embargo, la combinación de una serie de conmociones internas y externas durante 1997 y 1998 dio lugar a una recesión económica ese segundo año. Entre sus factores determinantes cabe citar el brusco descenso de los precios internacionales del petróleo, la crisis económica regional y la quiebra de la Corporación Amedeo, que tenía intereses en varios sectores, incluidos los de construcción y telecomunicaciones.

El informe concluye que, a pesar de la concesión de incentivos a la inversión, el sector privado de Brunei sigue siendo pequeño y débil, como ha señalado el Consejo Económico de Brunei Darussalam. Ello se debe en parte a que la presencia del sector público es generalizada y ofrece salarios atractivos con los que muy pocas empresas privadas pueden competir. Sin embargo, un factor conexo es la aparente falta de transparencia en las políticas gubernamentales y la forma en que se aplican. Aunque Brunei ha ratificado los Acuerdos de la OMC, aún no ha reformado su legislación para ponerla en conformidad con sus obligaciones internacionales; las políticas en materia de inversiones extranjeras, aunque fomentan las inversiones en todos los sectores, son poco claras en cuanto a los límites impuestos a la participación extranjera en el capital y los sectores en que las inversiones están sujetas a restricciones, lo que deja un margen de discrecionalidad en la adopción de decisiones oficiales; y el Gobierno ha mostrado lentitud en sus esfuerzos para convertir en sociedades anónimas y privatizar las empresas del sector público. Además, la quiebra de Amedeo y las acusaciones de mala gestión en el BIA han puesto de manifiesto la falta generalizada de responsabilización pública y buen gobierno y, posiblemente, han socavado la confianza en la economía. Los esfuerzos para acelerar el crecimiento económico y la diversificación de la economía serán más eficaces si Brunei introduce un mayor grado de transparencia y previsibilidad en las políticas gubernamentales, asegura la conformidad de sus leyes nacionales con las obligaciones adquiridas en la OMC, mejora los compromisos formulados en la Organización, inclusive en el marco del AGCS, y reduce el nivel de sus tipos arancelarios consolidados.

 
Nota para las redacciones

En los exámenes de las políticas comerciales, ejercicio prescrito en los Acuerdos de la OMC, se examinan y se evalúan a intervalos regulares las políticas comerciales y relacionadas con el comercio de los países Miembros. También se siguen de cerca los acontecimientos importantes que pueden tener consecuencias para el sistema mundial de comercio. Para cada examen se elaboran dos documentos: una exposición de políticas que presenta el gobierno del Miembro objeto de examen, y un informe detallado que redacta de manera independiente la Secretaría de la OMC. Estos dos documentos son luego examinados por el conjunto de Miembros de la OMC en el Órgano de Examen de las Políticas Comerciales (OEPC). Esos documentos y las actas de las reuniones del OEPC se publican poco después. Desde la entrada en vigor del Acuerdo sobre la OMC en 1995, los informes abarcan también las esferas de los servicios y de los aspectos de los derechos de propiedad intelectual relacionados con el comercio.

En lo que respecta al presente examen, el Órgano de Examen de las Políticas Comerciales examinará el informe de la Secretaría de la OMC y la exposición de políticas elaborada por el Gobierno de Brunei Darussalam los días 28 y 30 de mayo de 2001. El informe de la Secretaría abarca la evolución de todos los aspectos de las políticas comerciales de Brunei Darussalam inclusive sus leyes y reglamentos internos, el marco institucional y las políticas comerciales por medida y por sector.

Se adjuntan al presente comunicado de prensa las observaciones recapitulativas que figuran en el informe de la Secretaría y algunos extractos de la exposición de políticas del Gobierno. Los periodistas pueden obtener el texto del informe de la Secretaría y de la exposición de políticas del Gobierno en el espacio destinado a los comunicados de prensa en el sitio de la OMC en Internet (www.wto.org). Estos dos documentos, el acta de los debates del OEPC y el resumen del Presidente se publicarán oportunamente en una versión encuadernada y podrán obtenerse en la Secretaría, Centro William Rappard, 154 rue de Lausanne, 1211 Ginebra 21.

Desde diciembre de 1989 se han finalizado los siguientes exámenes: la Argentina (1992 y 1999), Australia (1989, 1994 y 1998), Austria (1992), Bahrein (2000), Bangladesh (1992 y 2000), Benin (1997), Bolivia (1993 y 1999), Botswana (1998), el Brasil (1992, 1996 y 2000), Brunei Darussalam (2001), Burkina Faso (1998), Camerún (1995), el Canadá (1990, 1992, 1994, 1996, 1998 y 2000), Chile (1991 y 1997), Chipre (1997), Colombia (1990 y 1996), las Comunidades Europeas (1991, 1993, 1995, 1997 y 2000), Corea, República de (1992, 1996 y 2000), Costa Rica (1995 y 2001), Côte d'Ivoire (1995), Egipto (1992 y 1999), El Salvador (1996), los Estados Unidos (1989, 1992, 1994, 1996 y 1999), Fiji (1997), Filipinas (1993 y 1999), Finlandia (1992), Ghana (1992 y 2001), Guinea (1999), Hong Kong (1990, 1994 y 1998), Hungría (1991 y 1998), la India (1993 y 1998), Indonesia (1991, 1994 y 1998), Islandia (1994 y 2000), Islas Salomón (1998), Israel (1994 y 1999), Jamaica (1998), el Japón (1990, 1992, 1995, 1998 y 2000), Kenya (1993 y 2000), Lesotho (1998), Macao (1994 y 2001), Madagascar (2001), Malasia (1993 y 1997), Malí (1998), Marruecos (1989 y 1996), Mauricio (1995), México (1993 y 1997), Mozambique (2001), Namibia (1998), Nicaragua (1999), Nigeria (1991 y 1998), Noruega (1991, 1996 y 2000), Nueva Zelandia (1990 y 1996), el Pakistán (1995), Papua Nueva Guinea (1999), el Paraguay (1997), el Perú (1994 y 2000), Polonia (1993 y 2000), la República Checa (1996), la República Dominicana (1996), la República Eslovaca (1995), Rumania (1992 y 1999), Senegal (1994), Singapur (1992, 1996 y 2000), Sri Lanka (1995), Sudáfrica (1993 y 1998), Suecia (1990 y 1994), Suiza (y conjuntamente con Liechtenstein) (1991, 1996 y 2000), Swazilandia (1998), Tailandia (1991, 1995 y 1999), Tanzanía (2000), Togo (1999), Trinidad y Tabago (1998), Túnez (1994), Turquía (1994 y 1998), Uganda (1995), el Uruguay (1992 y 1998), Venezuela (1996), Zambia (1996) y Zimbabwe (1994).

 

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Informe de la Secretaría  

ÓRGANO DE EXAMEN DE LAS POLÍTICAS COMERCIALES
BRUNEI-DARUSSALAM
Informe de la Secretaría — Observaciones recapitulativas

Brunei Darussalam es un pequeño país ubicado en la isla de Borneo, con una economía relativamente abierta y una de las rentas per cápita más elevadas de Asia. Pero, debido a la relativa modestia y estabilidad de su crecimiento económico, a un ritmo del 2 por ciento anual durante el pasado decenio, el PIB por habitante ha seguido una tendencia decreciente hasta hace poco; como consecuencia, el PIB por habitante fue en 2000 casi un 14 por ciento más bajo que en 1990.

El país debe su prosperidad económica principalmente a sus abundantes recursos de petróleo y gas natural, que representaron el 35 por ciento del PIB en 1999. En los últimos años, los servicios han desempeñado una función cada vez más importante en la economía, y su aportación al PIB pasó del 38 por ciento en 1990 al 52 por ciento en 1999. El sector de servicios es también un importante proveedor de empleo, ya que ocupa aproximadamente al 80 por ciento de la población. Las principales exportaciones de Brunei son el petróleo y el gas natural licuado (que representaron aproximadamente el 89 por ciento de las exportaciones de mercancías en 1998), las prendas de vestir, y la maquinaria y el equipo de transporte. Sus principales mercados de exportación están en Asia Oriental. El valor de las exportaciones como porcentaje del PIB ha aumentado desde el 48 por ciento en 1994 hasta el 55 por ciento en 1998; las importaciones, expresadas como porcentaje del PIB, descendieron del 43 por ciento al 37 por ciento durante ese período.

El elevado porcentaje del PIB correspondiente al petróleo se ha convertido en motivo de preocupación en los últimos años, debido principalmente a la fluctuación de los precios internacionales, que deja a Brunei a merced del azar, y a las perspectivas de un futuro agotamiento de los recursos; se prevé que, si se mantiene el ritmo actual de extracción, las reservas comprobadas de petróleo de Brunei durarán de 20 a 25 años más. También preocupa el creciente número de ciudadanos de Brunei desempleados; según estimaciones oficiales, la tasa de desempleo fue aproximadamente del 4,6 por ciento en 1999. La política de "bruneización", que estimula a las empresas a contratar preferentemente a ciudadanos de Brunei y tiene como objetivo la reducción del desempleo, ha dado buenos resultados, principalmente en los sectores público y del petróleo. Sin embargo, el Consejo Económico de Brunei Darussalam, constituido en 1998 a raíz de la crisis regional y la quiebra de la empresa de desarrollo local Amedeo (el mayor empleador no estatal de Brunei), ha indicado que el crecimiento económico ha de ser más rápido para que Brunei pueda absorber la creciente fuerza de trabajo. Por ese motivo, el Gobierno ha fomentado la diversificación económica, sobre todo en los sectores manufacturero y de servicios, especialmente servicios financieros, de turismo y de transporte. Asimismo, se favorece la participación de la empresa privada, aunque los sueldos y prestaciones estatales hacen difícil la competencia con el sector público a pesar de la reciente congelación salarial aplicada en este sector; se estima que en torno al 94 por ciento de la población activa de ciudadanos de Brunei están empleados en el sector público, incluidas las empresas de propiedad estatal.

El petróleo constituye también la principal fuente de ingresos del Estado; los impuestos sobre la renta de las sociedades y los cánones pagados por las empresas petroleras y del gas natural representan casi la totalidad de los ingresos fiscales. Además, Brunei no aplica apenas impuestos sobre la renta de las personas físicas o sobre los bienes y servicios. En consecuencia, los ingresos fiscales fluctúan en consonancia con los precios cambiantes del petróleo, lo que ha dado lugar a un déficit presupuestario crónico en los últimos años. A corto plazo, ese déficit se ha cubierto con transferencias del Organismo de Inversiones de Brunei (BIA), que gestiona todas las inversiones públicas, pero sobre cuyos recursos y actividades no se han facilitado datos, lo que hace pensar que falta transparencia y responsabilización, al igual que en otros ámbitos de la política pública. Según parece, a medio o largo plazo será necesario emprender una reforma fiscal para ampliar la base imponible, incluso mediante la posible introducción de impuestos sobre las ventas.

Marco de las políticas comerciales y de inversión

Según la Constitución de Brunei, el Sultán es el Jefe del Estado y del Poder Ejecutivo. La Constitución original de 1984 preveía también la existencia de cinco consejos para prestar asistencia al Sultán. Uno de ellos, el Consejo Legislativo se suspendió temporalmente en 1984, y desde entonces el Sultán promulga toda legislación nueva en forma de "Órdenes de Emergencia", que tienen fuerza de ley. Tras su ratificación por el Sultán, todos los acuerdos internacionales, incluidos los Acuerdos de la OMC, han de adoptarse mediante legislación nacional para tener vigencia en el país. Al parecer, hasta la fecha no se han introducido cambios relativos a las disposiciones de la OMC en las leyes nacionales, salvo en la legislación sobre derechos de propiedad intelectual (incluida la legislación sobre derecho de autor, marcas de fábrica o de comercio, y dibujos y modelos industriales). En cambio, las disposiciones de la OMC se aplicaron, según parece, "de buena fe" o "con el máximo empeño".

El Ministerio de Industria y Recursos Primarios formula las políticas comerciales y se encarga de su aplicación, con participación de otros ministerios, especialmente del Ministerio de Finanzas, y de los organismos correspondientes. Todo parece indicar que, de vez en cuando, se mantienen consultas con instituciones no gubernamentales. Con arreglo a la Constitución de Brunei, el Interventor General puede presentar al Sultán una auditoría anual del estado de la hacienda pública, pero no existe un órgano independiente que evalúe las políticas gubernamentales. La falta de datos sobre varios sectores y actividades fundamentales (como por ejemplo la contabilidad nacional, los activos fijos exteriores gestionados por el BIA, la hacienda pública, la balanza de pagos, el sistema financiero y las actividades de las empresas dependientes del Gobierno) constituye un obstáculo tanto para la formulación como para la evaluación eficaz de las políticas y medidas comerciales y relacionados con el comercio.

Brunei considera que las inversiones extranjeras desempeñan una función esencial en el desarrollo económico y tecnológico del país; por ello, parecen estar permitidas en la mayoría de los sectores hasta un nivel del 100 por ciento de participación extranjera en el capital en todos ellos, excepto en los que utilizan recursos locales o están relacionados con la seguridad alimentaria nacional, en cuyo caso se requiere cierto grado de participación local. Según parece, se exige una participación local mínima del 30 por ciento en los sectores de la agricultura, la pesca y la elaboración de alimentos; sin embargo, no están claramente delimitados los sectores en que se exige participación local. El proceso de aprobación de los proyectos de inversión extranjeros también parece algo opaco y, en consecuencia, expuesto a la discrecionalidad de las autoridades.

Para fomentar las inversiones extranjeras, Brunei concede incentivos fiscales, en particular en el marco del programa de empresas innovadoras, que exime a esas empresas del pago del impuesto sobre la renta de las sociedades, normalmente del 30 por ciento para las empresas no petroleras, durante un período máximo de ocho años, y del pago de los derechos de aduana aplicables a las importaciones de instalaciones, maquinaria y bienes de equipo, así como de materias primas no disponibles en Brunei, pero que la empresa utilizará en su producción. Puesto que aproximadamente el 95 por ciento de los ingresos fiscales obtenidos mediante el impuesto sobre la renta de las sociedades procedieron en 1999 de las empresas del petróleo y del gas natural, todo parece indicar que la mayor parte de las empresas que actúan en sectores distintos del petrolero se benefician de tales programas.

Reformas comerciales y relacionadas con el comercio

Los aranceles NMF aplicados por Brunei son bajos, con un promedio del 3,1 por ciento en 2000, derechos nulos para los productos agropecuarios y el 3,6 por ciento para los demás productos. Sin embargo, existen crestas que llegan al 200 por ciento en el caso de los vehículos automóviles; además, 87 líneas arancelarias del nivel de 9 dígitos del SA están sujetas a derechos específicos y se excluyen de esos promedios arancelarios. Los derechos arancelarios específicos, que se aplican principalmente a los productos de tabaco, alcohólicos y del petróleo se convertirán en tipos ad valorem en 2001. Como esos derechos específicos suelen ocultar equivalentes ad valorem relativamente altos, su inclusión en el promedio arancelario elevaría, probablemente, el nivel global de protección arancelaria de Brunei. La progresividad arancelaria es especialmente acusada respecto de la madera y los muebles, los productos metálicos y la maquinaria, y los productos químicos, lo que constituye una mayor protección efectiva de esos sectores; en cambio, en lo que se refiere a la madera y los muebles, el derecho arancelario aplicado a los productos sin elaborar o semielaborados es más alto que el correspondiente a los productos acabados, lo que parece indicar que se concede una mayor protección a las materias primas y los bienes intermedios que a los productos acabados.

Brunei ha consolidado en la OMC casi el 95 por ciento de sus líneas arancelarias. Aunque el promedio aritmético de los derechos arancelarios es bajo, el tipo medio consolidado asciende al 24,8 por ciento, lo que establece una considerable disparidad entre los tipos aplicados y los tipos consolidados. Esa disparidad puede causar incertidumbre a los agentes económicos, ya que concede a las autoridades amplio margen para aumentar los aranceles aplicados sin sobrepasar los elevados tipos consolidados; Brunei no ha utilizado ese margen, ni siquiera a raíz de la crisis económica asiática.

Como miembro del Arancel Preferencial Efectivo Común (CEPT) de la Asociación de Naciones del Asia Sudoriental (ASEAN), que es el principal instrumento de la Zona de Libre Comercio de la ASEAN, Brunei ha reducido los tipos arancelarios preferenciales aplicados a los productos incluidos en el CEPT; para 2002 se habrán ultimado, respecto de esos productos, reducciones arancelarias con tipos del 0 al 5 por ciento. En 2000, el promedio de los aranceles CEPT de Brunei fue del 1,9 por ciento, y descenderá al 1,6 por ciento para 2002. Entre los productos excluidos de la reducción aplicada en el CEPT figuran el té, el café, el tabaco y el alcohol, que están sujetos a tipos de derechos específicos, y los vehículos automóviles, a los que en 2002 se les seguirá aplicando un tipo medio que se mantendrá invariable en el 21 por ciento. No está claro cuándo se incluirán los derechos arancelarios aplicables al té y al café, que actualmente figuran en la lista sensible de excepciones. Los tipos CEPT aplicados por Brunei a los productos de tecnología de la información son más elevados que sus tipos NMF; según parece, los aranceles NMF aplicados a esos productos se suprimieron para fomentar las inversiones en el sector de tecnología de la información, y se aplican tipos NMF cuando son inferiores a los tipos CEPT.

Aunque los obstáculos arancelarios de Brunei son relativamente bajos, varias importaciones y exportaciones están sujetas a prohibiciones, restricciones y prescripciones en materia de licencias. Las importaciones de opio, petardos, vacunas procedentes del Taipei Chino, y armas y municiones están prohibidas por motivos sanitarios, de seguridad y morales. Entre los productos sujetos a restricciones a la importación figuran el arroz, el azúcar y la sal, con la finalidad de mantener la oferta de productos alimenticios; al parecer, el arroz está sujeto a un monopolio de importación y procede sobre todo de Tailandia, donde lo adquiere el Departamento de Tecnología de la Información y Almacenes del Estado en virtud de un contrato intergubernamental. Otros productos sujetos a restricciones a la importación son la carne de bovino, las aves de corral y las bebidas alcohólicas (por motivos religiosos), las plantas y los animales vivos, la madera transformada, y los vehículos usados de cinco años de antigüedad o más (por motivos de seguridad); en los huevos importados ha de figurar una marca que los distinga de los producidos en el país, aparentemente para poner fin al contrabando de huevos que no cumplen las prescripciones sanitarias y asegurar que todos los huevos importados las cumplan. Al parecer, existe también una prohibición "temporal" de importar cemento para proteger a los productores locales; recientemente se revocó una prohibición similar relativa a las importaciones de materiales para techos. Según parece, se requiere licencia para importar equipo de telecomunicaciones, productos médicos, productos químicos, y plantas y animales vivos, entre otros productos. Aunque Brunei no mantiene contingentes de importación, las importaciones de carne y de aves de corral están sujetas a control y a un límite máximo anual para evitar el exceso de oferta en el mercado local.

Actualmente, no existen normas (reglamentos técnicos) obligatorias en Brunei, sino sólo 27 normas de aplicación voluntaria en el sector de la construcción. Tampoco existe un organismo nacional para el establecimiento de normas; el Departamento de Planificación e Investigación para la Construcción (CPRU), dependiente del Ministerio de Desarrollo, es el centro de coordinación de las actividades sobre normas y evaluación de la conformidad.

También están sujetos a restricciones a la exportación varios productos: la madera de construcción, la palma oleaginosa, el arroz y el azúcar; las restricciones se mantienen principalmente para asegurar el abastecimiento interno, aunque en el caso de la madera, las restricciones se aplican también, según parece, por motivos ambientales.

Otras medidas que afectan al comercio

Brunei aplica una política industrial activa, que se ha utilizado para desarrollar ciertos sectores prioritarios, especialmente de servicios. Además de la cesión estatal de infraestructuras, entre las medidas adoptadas figuran un Plan Nacional de Desarrollo de cinco años de duración que asigna recursos a determinadas actividades; la promoción de las inversiones en sectores específicos mediante incentivos fiscales y no fiscales; y la utilización de recursos del Estado, a través de su sociedad de cartera Semaun Holdings, para realizar inversiones directas en sectores prioritarios. Al parecer, el BIA participa también en el desarrollo industrial.

Uno de los principales instrumentos para atraer inversiones a Brunei son los incentivos fiscales y de otro tipo. Al no existir apenas impuestos sobre la renta personal, las mercancías y los servicios, el impuesto sobre las rentas de las sociedades se ha convertido en uno de los principales instrumentos de política industrial, ya que ofrece moratorias fiscales cuya duración puede llegar a ocho años a empresas que realicen inversiones en una gran diversidad de actividades en el marco del programa de empresas innovadoras. Al final de 1999, eran 21 las empresas acogidas al programa. Asimismo, se presta asistencia financiera a las pequeñas y medianas empresas (PYME), desde hace poco mediante un fondo de crédito para capital de explotación de 200 millones de dólares de Brunei, creado en enero de 2001. El fondo se destina a las PYME activas en sectores tales como los de construcción, turismo y tecnología de la información.

Además de los incentivos a la inversión, la sociedad estatal de cartera Semaun Holdings, que es responsable ante el Ministro de Industria y Recursos Primarios, realiza inversiones directas en determinados sectores. Semaun Holdings, creada como sociedad comercial en 1994, domina aparentemente el sector manufacturero a través de sus empresas mixtas con asociados extranjeros y sociedades filiales. Se dispone de poca información sobre la contribución de Semaun al PIB o sobre su contabilidad anual, lo que refuerza la impresión de cierta falta de transparencia y responsabilización pública en las políticas gubernamentales. El Estado participa también en el capital de empresas fundamentales, inclusive en los sectores del petróleo y del gas natural.

Además de invertir los ingresos de Brunei procedentes del petróleo y del gas, y asegurar que los beneficios de los fondos que se le han confiado pueden, en caso necesario, hacer frente a cualquier déficit público, el Organismo de Inversiones de Brunei (BIA) desempeña, según parece, una importante función en el desarrollo industrial del país. Así ocurre especialmente en el caso de las empresas de la Corporación de Desarrollo Amedeo que han quedado bajo su control tras la quiebra de la Corporación. Sin embargo, el verdadero alcance de las funciones del BIA en la economía dista de estar claro, ya que sus operaciones, incluida su gestión de los fondos y valores de las diversas empresas, están cubiertas por un manto de secreto; por ejemplo, el BIA no publica un informe anual. Esa falta de transparencia obliga a plantear la cuestión general de la responsabilización del Organismo ante el público.

Habida cuenta del persistente déficit público, el Gobierno, desde principios del decenio de 1990, ha adoptado medidas para reducir el volumen de ese déficit, entre ellas la "conversión en sociedades anónimas" y la privatización de algunas empresas del sector público. Sin embargo, las medidas adoptadas hasta ahora han sido lentas y ocasionales; en el Séptimo Plan Nacional de Desarrollo se indicó que la privatización se llevaría adelante únicamente tras un examen detenido de sus posibles efectos negativos, en particular en el empleo y los precios. No obstante, las autoridades han indicado que la privatización constituirá una prioridad del Octavo Plan Nacional de Desarrollo.

Como el Gobierno es el principal agente de la actividad económica, sus políticas sobre contratación pública y competencia tienen también repercusiones en el comercio. En los últimos tiempos, las políticas aplicadas en materia de contratación pública han reducido la cuantía mínima de las licitaciones, que ha pasado de 25.000 a 2.000 dólares de Brunei. Los proveedores extranjeros registrados en Brunei pueden participar en las licitaciones, aunque en teoría los proveedores locales se benefician de un margen preferencial del 15 por ciento sobre los precios, aunque puede no aplicarse en la práctica. No existe un sistema que permita a los proveedores presentar recurso contra una decisión de la Junta de Licitaciones, salvo recurrir ante la propia Junta. Brunei tampoco aplica legislación alguna contra las prácticas anticompetitivas, ni en el sector público ni en el privado. Para proteger a los consumidores, se mantienen controles de precios respecto de varios productos, incluidos el arroz, el azúcar, el pan, la leche para lactantes, el té, el café, los vehículos automóviles y los cigarrillos. El precio al por menor de la gasolina se mantiene congelado desde 1978, y el Estado subvenciona la diferencia existente entre ese precio y el precio real. Asimismo, se mantienen controles de distribución para los productos importados por el Gobierno, tales como el arroz, que se distribuye a los minoristas locales con arreglo a un sistema de contingentes.

Políticas sectoriales

El sector del petróleo y del gas natural es el más importante; su producción representó aproximadamente el 37 por ciento del PIB en 2000, y sus exportaciones constituyeron el 89 por ciento de las exportaciones totales de mercancías en 1998. También es una importante fuente de ingresos fiscales: mientras que el tipo del impuesto sobre la renta de las sociedades suele ser del 30 por ciento, las empresas de explotación del petróleo y del gas natural están sujetas a impuestos del 55 y del 50 por ciento, respectivamente, y al pago de cánones del 8 al 12 por ciento de la producción. Además, las importaciones de petróleo han de hacer frente a aranceles específicos de 0,11 a 0,44 dólares de Brunei por decalitro. El principal productor es Brunei Shell Petroleum (BSP), propiedad conjunta del Gobierno de Brunei y de Asiatic Petroleum Company Ltd. (integrada en Royal Dutch Shell); en 1999 se inició la producción de gas natural en un nuevo yacimiento, explotado por Elf Petroleum Asia. Recientemente, se han autorizado las prospecciones de petróleo y gas en una nueva superficie de 12.000 km2, cuya producción se iniciará, según las previsiones, en 2002. Brunei exporta petróleo y gas natural licuado, principalmente a los Estados Unidos (28 por ciento), al Japón (19 por ciento) y a la República de Corea (15 por ciento). Los precios internos de venta al por menor de la gasolina han estado sujetos a restricciones en virtud del Acuerdo de Estabilización de Precios firmado por el Gobierno y por British Shell Marketing (BSM) (propiedad conjunta del Gobierno y de Royal Dutch Shell), distribuidor local de productos del petróleo en Brunei desde 1978; el Gobierno subvenciona cualquier diferencia entre el precio establecido por BSM y el precio al por menor. Las perspectivas de agotamiento de los recursos a largo plazo y las fluctuaciones de los precios internacionales del petróleo han determinado los esfuerzos realizados para reducir la dependencia de ese sector, con resultados diversos.

Los servicios representaron aproximadamente el 50 por ciento del PIB en 2000. El sector comprende servicios sociales y personales (53,7 por ciento del sector de servicios), comercio al por mayor y al por menor (15,9 por ciento), banca y seguros (13,2 por ciento), y transporte y comunicaciones (9,8 por ciento). Desde principios del decenio de 1990, uno de los objetivos principales de Brunei ha sido desarrollar los servicios financieros, especialmente la banca islámica y comercial, aunque hasta hace poco los progresos en la elaboración de reglamentos de supervisión y cautelares ha sido lenta. La División de Instituciones Financieras del Ministerio de Finanzas regula el sector y publica directrices sobre capital mínimo desembolsado, saldos de caja y coeficientes de garantía. Con objeto de asegurar la solidez y estabilidad de las instituciones bancarias, se han introducido recientemente prácticas de supervisión documental y se ha impuesto a los bancos la obligación de presentar periódicamente a la División sus estados de cuentas verificados. Con la creación del Centro Financiero Internacional de Brunei en 2000, Brunei espera convertirse en un centro bancario y comercial regional, y se han promulgado nuevas leyes, incluso para combatir el blanqueo de capitales; asimismo, para 2002, todas las instituciones estarán obligadas a aplicar normas de contabilidad internacionales, lo que mejorará la transparencia y aumentará el interés de las empresas por el Centro.

Otros servicios, especialmente los de comunicaciones y turismo, se promueven como parte de planes para convertir a Brunei en un centro de prestación de servicios comerciales y turísticos para 2003. El Gobierno pretende que el sector privado participe cada vez más en esas iniciativas, aunque, según parece, ha habido poco interés en tal participación. Las telecomunicaciones están dominadas por el sector público, y el departamento estatal  Jabatan Telekom Brunei proporciona todos los servicios de telecomunicaciones de línea fija, mientras que la empresa DSTCom, también de propiedad estatal, se encarga de los servicios móviles. Jabatan Telekom Brunei ejerce asimismo funciones de reglamentación, aunque está prevista la introducción de legislación para separar esas funciones de sus actividades operativas; mientras tanto, un órgano provisional del Ministerio de Comunicaciones se encarga de todas las cuestiones de reglamentación. Se está poniendo empeño en crear un centro de reexpedición de cargas aéreas y un centro regional de abastecimiento de combustible, así como un puerto regional de transbordo. El sector turístico está insuficientemente desarrollado, pero Brunei tiene previsto emprender iniciativas tales como el turismo ecológico, de aventura y cultural, los parques temáticos y la navegación de recreo.

Los compromisos de Brunei en el marco del Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS) se limitan a 4 de los 12 tipos de servicios, es decir, los prestados a las empresas, de comunicaciones, financieros y de transporte. Entre las exenciones del artículo II (trato NMF) de Brunei figura la limitación de la liberalización futura de las inversiones extranjeras, que estaría sujeta al poder discrecional de las autoridades, y una preferencia para contratar mano de obra en los lugares tradicionales de abastecimiento, así como exenciones específicas por sectores. Los compromisos suelen reflejar la política vigente en el sector, con escasas perspectivas de mayor liberalización en el futuro próximo. En particular, llama la atención que Brunei no haya formulado compromisos en sectores tales como el transporte y el turismo, que trata de desarrollar más y en los que, aparentemente, aplica políticas relativamente liberales.

Los subsectores de la construcción y las manufacturas representaron aproximadamente el 11 por ciento del PIB en 2000. El primero de ellos depende fuertemente de las inversiones públicas en infraestructuras, y recientemente ha acusado los efectos de una reducción del gasto público y de la quiebra de Amedeo en 1998. Desde entonces, el Gobierno ha tratado de renovar el sector, siguiendo las recomendaciones del Consejo Económico de Brunei Darussalam, mediante la contratación de proyectos de vivienda de bajo costo y la subdivisión de los grandes contratos para hacerlos accesibles a las pequeñas empresas de construcción locales. La actividad manufacturera se limita principalmente a la fabricación de prendas de vestir y la industria alimentaria. Otras industrias, entre ellas las de madera contrachapada, muebles, cerámica, tejas, cemento y productos químicos, son destinatarias de medidas para la diversificación de la base de producción, y se benefician de infraestructuras e insumos gratuitos o subvencionados y de incentivos fiscales. La Autoridad para el Desarrollo Industrial de Brunei, del Ministerio de Industria y Recursos Primarios, ayuda a los inversores para que tengan acceso a las instalaciones y los incentivos a la inversión. El Gobierno realiza también inversiones directas en determinadas actividades a través de su sociedad de cartera.

El sector de agricultura, silvicultura y pesca es pequeño y representó un 3 por ciento del PIB en 2000. Sin embargo, Brunei se propone aumentar la autosuficiencia en la producción agrícola, especialmente de arroz, mediante la subvención generalizada de la infraestructura y los insumos; la producción de arroz se subvenciona también mediante un plan de subvenciones a los productos finales, que garantiza la compra por el Gobierno del arroz con cáscara cultivado en el país y tiene un costo anual de 200 millones de dólares de Brunei. Según parece, existe también un monopolio público de importación del arroz con cáscara. Aparentemente, se fomentan las inversiones extranjeras en el sector, aunque con sujeción a un límite a la participación en el capital del 70 por ciento. A pesar de las subvenciones generalizadas, no parece que se hayan realizado nuevas inversiones en el sector, principalmente a causa de las mejores oportunidades de empleo existentes en otros ámbitos, sobre todo en el sector público, las pocas posibilidades de comercialización y la inestabilidad de los precios.

Políticas e interlocutores comerciales

Brunei es Miembro fundador de la OMC y ha sido parte contratante del GATT desde diciembre de 1993. Las políticas de Brunei en materia de comercio e inversiones están firmemente vinculadas a las que aplican al respecto sus interlocutores regionales, en particular los miembros de la Asociación de Naciones del Asia Sudoriental (ASEAN) y del Foro de Cooperación Económica de Asia y el Pacífico (APEC); en realidad, el Gobierno parece conceder más importancia a la ASEAN y al APEC que a la OMC.

Brunei se incorporó a la ASEAN en 1984, y para 2002 reducirá los derechos aplicados en el marco de su arancel CEPT hasta situarlos en un intervalo del 0 al 5 por ciento; todos los obstáculos arancelarios al comercio interno de la ASEAN se habrán suprimido en 2015. Los productos originarios de otros países de la ASEAN también tienen acceso preferencial al mercado de Brunei en virtud de las normas de origen preferenciales de la ASEAN, según las cuales los productos han de tener, como mínimo, un 40 por ciento de contenido de la ASEAN. Brunei participa también activamente en otros foros de la ASEAN, como por ejemplo el Programa de Cooperación Industrial de la ASEAN (AICO), la Zona de Inversiones de la ASEAN (AIA) y el recientemente firmado Acuerdo Marco sobre redes electrónicas de la ASEAN.

Desde 1993, las importaciones procedentes de otros países de la ASEAN han aumentado con rapidez, y su volumen total en lo que respecta al comercio de mercancías pasó del 30 al 48 por ciento en 1998. Este aumento parece indicar que la reducción de los obstáculos arancelarios y no arancelarios al comercio dentro de la región de la ASEAN como resultado de su Acuerdo de Libre Comercio puede haber dado lugar a una importante desviación del comercio.

En el foro del APEC, Brunei colabora con otros países en desarrollo miembros con miras a establecer un sistema de libre comercio e inversiones para 2020, y ha participado en el programa de rápida liberalización sectorial voluntaria. En su calidad de presidente del APEC en 2000, Brunei insistió, entre otros aspectos, en la importancia de perseverar en el empeño de liberalización del comercio y las inversiones en la región, el desarrollo de los recursos humanos y de las pequeñas y medianas empresas, y el fortalecimiento de los sectores basados en la tecnología de la información. En la reunión del APEC de noviembre de 2000 se pidió el lanzamiento de una nueva ronda de negociaciones comerciales multilaterales, pero que fuese equilibrada y tuviese en cuenta los problemas de todos los Miembros de la OMC, especialmente de los países menos adelantados y en desarrollo.

Brunei, junto con los demás interlocutores de la región, es también parte en otros acuerdos regionales, tales como la Cumbre Asia-Europa (ASEM), que celebró su tercera reunión en Seúl (Corea) en octubre de 2000. Asimismo, es miembro de la Zona de Crecimiento de Brunei Darussalam, Indonesia, Malasia, Filipinas y la ASEAN Oriental (BIMP-EAGA), cuyo objetivo es aunar los recursos complementarios de la región para desarrollar sectores prioritarios, entre ellos los de comunicaciones aéreas y marítimas, construcción, pesca y turismo.

Perspectivas

La abundancia de recursos naturales de Brunei ha asegurado un alto nivel de vida a sus ciudadanos. Sin embargo, la combinación de una serie de conmociones internas y externas durante 1997 y 1998 dio lugar a una recesión económica ese segundo año. Entre sus factores determinantes cabe citar el brusco descenso de los precios internacionales del petróleo, la crisis económica regional y la quiebra de la Corporación Amedeo, que tenía intereses en varios sectores, incluidos los de construcción y telecomunicaciones. Aunque su impacto se amortiguó mediante transferencias del BIA, las fluctuaciones de los precios internacionales del petróleo, en particular, pusieron de manifiesto la necesidad de una reforma fiscal y de unas políticas destinadas a fomentar la diversificación económica y la participación del sector privado en la economía.

A pesar de la concesión de incentivos a la inversión, el sector privado de Brunei sigue siendo pequeño y débil, como ha señalado el Consejo Económico de Brunei Darussalam. Ello se debe en parte a que la presencia del sector público es generalizada y ofrece salarios atractivos con los que muy pocas empresas privadas pueden competir. Sin embargo, un factor conexo es la aparente falta de transparencia en las políticas gubernamentales y la forma en que se aplican. Aunque Brunei ha ratificado los Acuerdos de la OMC, aún no ha reformado su legislación para ponerla en conformidad con sus obligaciones internacionales; las políticas en materia de inversiones extranjeras, aunque fomentan las inversiones en todos los sectores, son poco claras en cuanto a los límites impuestos a la participación extranjera en el capital y los sectores en que las inversiones están sujetas a restricciones, lo que deja un margen de discrecionalidad en la adopción de decisiones oficiales; y el Gobierno ha mostrado lentitud en sus esfuerzos para convertir en sociedades anónimas y privatizar las empresas del sector público. Además, la quiebra de Amedeo y las acusaciones de mala gestión en el BIA han puesto de manifiesto la falta generalizada de responsabilización pública y buen gobierno y, posiblemente, han socavado la confianza en la economía. Los esfuerzos para acelerar el crecimiento económico y la diversificación de la economía serán más eficaces si Brunei introduce un mayor grado de responsabilización y previsibilidad en las políticas gubernamentales, asegura la conformidad de sus leyes nacionales con las obligaciones adquiridas en la OMC, mejora los compromisos formulados en la Organización, inclusive en el marco del AGCS, y reduce el nivel de sus consolidaciones arancelarias.

 

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Informe del Gobierno  

ÓRGANO DE EXAMEN DE LAS POLÍTICAS COMERCIALES
BRUNEI-DARUSSALAM
Informe del Gobierno — Parte III

Marco de la política comercial

Brunei Darussalam firmó el Acta Final en que se incorporan los resultados de la Ronda Uruguay de Negociaciones Comerciales Multilaterales en abril de 1994 en Marrakech. Todos los acuerdos recogidos en ese Acta forman parte de las leyes escritas de Brunei tras su incorporación a éstas mediante legislación de habilitación o de aplicación.

El objetivo de las políticas comerciales e industriales de Brunei es desarrollar las exportaciones no tradicionales, tales como los productos agrícolas elaborados, las manufacturas basadas en la dotación de recursos y las manufacturas de elevada tecnología (incluidos los productos de la tecnología de la información y las comunicaciones), e industrias de servicios como los servicios financieros y prestados a las empresas y el turismo.

La estructura arancelaria de Brunei es liberal y transparente: las cuatro quintas partes de las líneas arancelarias están exentas de derechos y casi el 99 por ciento de los tipos son  ad valorem. A lo largo de los años, los derechos arancelarios se han eliminado o se han reducido progresivamente, con el resultado de que el derecho medio NMF es actualmente del 3,1 por ciento y los derechos de aduanas representaron en 1999 el 6,8 por ciento de los ingresos fiscales (el 1,2 por ciento del PIB), en comparación con un 13,3 por ciento (el 2,2 por ciento del PIB) en 1995. Se están haciendo asimismo esfuerzos por convertir algunos de los derechos específicos en tipos  ad valorem.

Se aplican derechos máximos a algunas categorías de vehículos de motor, a fin de reducir la proporción de automóviles, que ya es alta, y prevenir los consiguientes problemas de circulación y contaminación. No existe una industria nacional de fabricación de automóviles.

Las medidas no arancelarias son escasas y sólo se mantienen para cumplir las obligaciones de Brunei resultantes de compromisos internacionales o debido a consideraciones relacionadas con la salud y la seguridad públicas, el medio ambiente, la religión o la seguridad nacional.

El Departamento de Tecnología de la Información y las Tiendas del Estado administran la importación de azúcar y de determinados tipos de arroz y la acumulación de existencias de esos productos, a fin de garantizar la seguridad de los suministros y la estabilidad de los precios.

En Brunei Darussalam no hay medidas en materia de inversiones relacionadas con el comercio que sean incompatibles con la OMC. La prescripción de que el capital social nacional no debe representar menos del 30 por ciento se aplica a las empresas conjuntas de los sectores de la agricultura, la pesca y la elaboración de alimentos, sólo si se solicita el uso de instalaciones oficiales, tales como las zonas industriales desarrolladas por el Gobierno.

La Ley de Incentivos a la Inversión vigente se está revisando para ampliar su ámbito de aplicación más allá de las industrias manufactureras de vanguardia, a fin de que abarque, entre otras cosas, los servicios de vanguardia, todas las empresas establecidas y en expansión, las promociones del comercio y la inversión, los créditos extranjeros utilizados como capital, el capital riesgo, los servicios de exportación e importación y las industrias de elevada tecnología. Además, el Gobierno está concertando activamente tratados bilaterales de inversión y acuerdos sobre doble imposición con los países interesados.

La Ley vigente sobre la Junta de Desarrollo Económico de Brunei se está revisando para reforzar las facultades de dicha Junta de promoción de la inversión extranjera directa, desarrollo de empresas conjuntas en sectores estratégicos y suministro de servicios eficientes a los inversores.

El Organismo de Inversiones de Brunei participa también activamente en la promoción de la inversión extranjera directa. Como parte de su objetivo general de diversificar sus actividades de inversión, recientemente ha comenzado a explorar oportunidades de inversión en empresas comercialmente viables ubicadas en Brunei Darussalam.

Semaun Holdings es una sociedad limitada privada, totalmente propiedad del Gobierno de Su Majestad, que depende del Ministerio de Industria y Recursos Primarios. Su misión consiste en encabezar el desarrollo industrial y comercial mediante inversiones directas en sectores industriales clave, en interés de Brunei Darussalam. Como ha sido constituida en sociedad con arreglo a la Ley de Sociedades, cumple todos los requisitos legales, inclusive los relativos a la elaboración de cuentas anuales.

Una nueva Orden de Coordinación Industrial facilitará una mejor coordinación, en especial de la concesión de licencias y de la aprobación de los edificios industriales. Al mismo tiempo, el Gobierno está examinando y revisando las restricciones a la propiedad y el desarrollo de los terrenos industriales y su utilización como garantía para la obtención de financiación.

El sector de los servicios es una esfera central en los esfuerzos por diversificar la economía, por lo que el Gobierno elaborará una política para ese sector.

Brunei Darussalam es parte en el Convenio que establece la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI). Se ha promulgado toda la legislación pertinente para la protección de los derechos de propiedad intelectual. Salvo la Orden sobre Patentes, las leyes pertinentes relativas a la propiedad intelectual entraron en vigor en mayo de 2000.

En Brunei Darussalam no existe ningún órgano nacional responsable de las normas. Sin embargo, el Departamento de Planificación e Investigación para la Construcción (CPRU) del Ministerio de Desarrollo es el centro de las actividades relativas a las normas y a la evaluación de la conformidad. El Centro de Recursos y Normas del Ministerio de Industria y Recursos Primarios tiene el mandato de actuar como centro de control y acreditación de la calidad de los productos locales, a fin de garantizar su aceptación en el país y su cumplimiento de las normas internacionales. Está reforzando su capacidad de desempeñar este mandato reorganizándose para establecer una División de Desarrollo de Productos y Normas, que elaborará, adoptará o modificará las normas para los productos y los servicios y los planes de certificación de la calidad en la esfera de los recursos primarios, las manufacturas y las industrias turísticas y relacionadas con el turismo. El Centro está negociando actualmente con SIRIM Sdn Bhd Malasia un memorando de entendimiento, que aumentará su capacidad administrativa para actuar como centro de control y acreditación de la calidad.

Sólo existen normas nacionales en el sector de la construcción. La política aplicada por los comités técnicos responsables de la elaboración de normas consiste en adoptar normas internacionales cuando son pertinentes, y actualmente se están desarrollando actividades encaminadas a examinar la adaptación de las normas nacionales a las normas internacionales pertinentes, de conformidad con la Guía 21 de la ISO/CEI de 1999.

La participación de Brunei en la Zona de Libre Comercio de la ASEAN (AFTA) y en la Zona de Crecimiento de la ASEAN Oriental, integrada por Brunei, Indonesia, Malasia y Filipinas (BIMP-EAGA) tiene el objeto de superar las limitaciones debidas a las pequeñas dimensiones del mercado nacional y de aprovechar la complementariedad de recursos y la proximidad geográfica.

Brunei Darussalam es también miembro de la ASEM y del APEC que, entre otras cosas, celebran consultas informales sobre cuestiones relacionadas con la OMC, complementando y reforzando así los esfuerzos encaminados a fortalecer el sistema multilateral de comercio. Como país anfitrión del APEC en el año 2000, Brunei Darussalam contribuyó a orientar a esa agrupación en su examen de un orden del día equilibrado sobre liberalización y facilitación del comercio y las inversiones y acumulación de capacidad, reflejando así los intereses de todos sus miembros.