Cuestiones abarcadas por los Comités y Acuerdos de la OMC
EXÁMENES DE LA POLÍTICAS COMERCIALES: PRIMER COMUNICADO DE PRENSA, RESUMEN DEL INFORME DE LA SECRETARÍA Y DEL INFORME DEL GOBIERNO

COMMUNICADO DE PRENSA
PRENSA/TPRB/188
8 de febrero de 2002

Malawi: Febrero de 2002

El informe de la Secretaría, junto con la exposición de políticas del Gobierno de Malawi, servirá de base para el primer examen de las políticas comerciales de Malawi por el Órgano de Examen de las Políticas Comerciales de la OMC los días 6 y 8 de febrero de 2002.

La continuación de las reformas estructurales podría mejorar las perspectivas de crecimiento y el dinamismo de la economía de Malawi

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La continuación de las reformas estructurales, incluida una mayor liberalización del comercio y de las inversiones, y la prosecución del programa de privatización, podrían mejorar el dinamismo y las perspectivas de crecimiento de la por otra parte deficiente y vulnerable economía de Malawi, según un informe de la Secretaría de la OMC sobre las políticas y prácticas comerciales de Malawi.

En el informe se explica que el Gobierno puede mostrarse menos resuelto a continuar promoviendo la liberalización del comercio si no se superan las actuales dificultades económicas, y en particular la incertidumbre fiscal. Los interlocutores pueden facilitar las reformas asegurando un acceso estable y acrecentado a sus mercados, sobre todo por lo que se refiere a los productos agropecuarios, que son los que parecen ofrecer mejores perspectivas para Malawi. El reforzamiento y la observancia de los compromisos contraídos en el marco de la OMC pueden contribuir a respaldar las reformas unilaterales de Malawi.

En el informe se señala que los programas de ajuste estructural introducidos a partir de mediados de los años ochenta se han traducido en una liberalización sustancial de su economía, lo que ha contribuido a asegurar una tasa de crecimiento elevada (de casi un 9 por ciento en 1996) y a reducir la inflación a tasas de un solo dígito (9 por ciento en 1997). Sin embargo, a finales de los años noventa ciertas deficiencias de las políticas, y en particular la adopción de políticas fiscales expansionistas, dieron lugar a desequilibrios macroeconómicos que precipitaron una crisis económica y monetaria. La tasa de crecimiento cayó a menos del 2 por ciento en 2000.

Hasta hace poco la política monetaria daba cabida a políticas fiscales expansionistas y estimulaba la inflación, que alcanzó en 1999 el nivel sin precedentes del 45 por ciento. Los tipos reales de interés siguieron siendo altos. El sector público “frustró” la expansión del sector privado, cuyo crecimiento se mantuvo estacionario. Además, pese al establecimiento de un régimen más liberal y a los esfuerzos desplegados para atraer inversiones, entre los que figura la creación del Organismo Nacional de Promoción de las Inversiones (MIPA) así como diferentes incentivos fiscales y otros incentivos financieros, las corrientes de inversiones extranjeras directas (IED) continúan caracterizándose por su irregularidad y su nivel relativamente bajo: las aportaciones de capital (orientadas principalmente a la manufactura, la construcción y la distribución) bajaron de 70 millones de dólares EE.UU. en 1998 a 51 millones de dólares EE.UU. en 2000. Los problemas económicos se han visto agravados por las malas condiciones climáticas, la tendencia a la baja del precio de exportación del tabaco (primer cultivo comercial del país) y las insuficiencias institucionales. En 1999 el PIB por habitante totalizó en Malawi 200 dólares EE.UU., y la deuda externa del país, cifrada en 2.600 millones de dólares EE.UU., representó alrededor del 150 por ciento del PIB. Malawi se beneficia de las medidas de alivio de la carga de la deuda previstas en el marco de la Iniciativa Reforzada para los Países Pobres Muy Endeudados (HIPC).

Según el informe, las autoridades han adoptado recientemente una serie de medidas para mejorar las políticas de estabilización de Malawi. Las operaciones financieras de las empresas paraestatales están siendo fiscalizadas por la nueva Sección de Reforma y Fiscalización de Empresas Paraestatales, y las cuestiones monetarias quedan sujetas a la vigilancia del Comité de Políticas Monetarias. Hay objetivos monetarios preestablecidos y en la actualidad el endeudamiento del Estado con el Banco de Reserva no puede ser superior al 20 por ciento de los ingresos internos anuales presupuestados. Se ha reforzado la reforma cambiaria y el porcentaje de devolución de divisas prescrito para los ingresos en concepto de exportación de productos básicos tradicionales (el tabaco por ejemplo) ha sido reducido del 60 al 40 por ciento con vistas a acrecentar la competitividad internacional de las exportaciones de Malawi.

A pesar de la liberalización, el comercio de mercancías de Malawi expresado en porcentaje del PIB bajó entre 1994 y 1999 del 97 al 74 por ciento, esto es, del 30 al 27 por ciento en el caso de las exportaciones y del 67 al 47 por ciento en el de las importaciones. Los intercambios comerciales de Malawi acusan una relativa concentración, sobre todo en productos básicos. La mayoría de sus exportaciones está constituida por productos primarios, y fundamentalmente por el tabaco. Sólo se ha conseguido una diversificación mínima de las exportaciones; en 1999 los productos no tradicionales apenas representaron el 13 por ciento de las exportaciones. El país importa la mayor parte de los productos manufacturados, a saber, combustibles, maquinaria, material de transporte, productos químicos y otros insumos intermedios. La cuota de los países en desarrollo en el comercio de Malawi ha disminuido. Los países desarrollados absorben más de dos tercios de las exportaciones. Sudáfrica ha sido sustituida por Alemania y los Estados Unidos como principal mercado de exportación de Malawi (su cuota descendió al 12 por ciento en 1999). Las importaciones provienen cada vez más de países industrializados, de los cuales procedió el 42 por ciento de las importaciones de Malawi en 1999. Aunque Sudáfrica sigue siendo la principal fuente de importación de Malawi, su cuota disminuyó del 44 al 32 por ciento entre 1995 y 1999. La cuota de Zimbabwe también disminuyó al 10 por ciento en 1999, con lo que ese país pasó a ocupar el tercer lugar, inmediatamente después del Reino Unido, cuya cuota ascendió al 16 por ciento (desde el 4 por ciento en 1995). El comercio regional de Malawi, incluido el que mantiene con otros miembros del COMESA y la SADC, es relativamente poco importante. Malawi es importador neto de servicios, especialmente de los de transporte y seguros.

El arancel es el principal instrumento de política comercial de Malawi. El promedio aritmético del arancel NMF descendió en 2000/01 a casi un 14 por ciento, tras haber sido de casi un 16 por ciento en 1997/98 y del 21 por ciento en 1996/97. Prácticamente todos los derechos son ad valorem. El arancel tiene una estructura progresiva que comprende seis bandas; el tipo es nulo o del 5 por ciento en el caso de los “bienes de primera necesidad”, y del 10 por ciento en el de los bienes intermedios. En la actualidad el tipo máximo que grava los bienes de consumo es del 25 por ciento. En 2000/01 el arancel mostró una dispersión moderada, con un coeficiente de variación de más o menos 0,7. La estructura arancelaria y la eficiencia económica mejorarían si los derechos fuesen menos elevados y más uniformes.

En el contexto de la Ronda Uruguay Malawi consolidó sus aranceles sobre la totalidad de los productos agropecuarios a un tipo máximo del 125 por ciento (salvo para contados productos, para los cuales el tipo máximo fue del 50, el 55 y el 65 por ciento), y a menos del 1 por ciento de las líneas arancelarias para los productos no agropecuarios, a tipos máximos que oscilan entre el 30 y el 65 por ciento. Los demás derechos y gravámenes sobre esos productos están consolidados a un tipo máximo del 20 por ciento.

Malawi se caracteriza por una acusada dependencia de la agricultura, en especial del cultivo de tabaco. Al sector agropecuario le correspondió en 1999 el 38 por ciento del PIB y aproximadamente el 85 por ciento del empleo. Tras la aplicación por el Gobierno de una política de desreglamentación, el principal instrumento comercial que incide en la agricultura es el arancel; el tipo medio NMF aplicado a esos productos fue del 12,2 por ciento en 2000/01 (definición de la CIIU). Se han suprimido los controles sobre la producción y la comercialización de los pequeños productores de cultivos tradicionales, entre otros del tabaco. El sector manufacturero representó alrededor de un 14 por ciento del PIB en 1999. La parte del PIB de Malawi correspondiente al sector de servicios bajó del 57 por ciento en 1994 al 47 por ciento en 1999. La presencia de muchas empresas públicas de servicios es indicativa de los retrasos en la liberalización de este sector.

En el informe se señala que una infraestructura de servicios más eficiente acrecentaría la competitividad de las actividades de las etapas avanzadas del proceso de producción y propiciaría la inversión extranjera directa (IED). Asimismo, la ampliación del alcance de las consolidaciones arancelarias más allá del sector agrícola y la reducción de la diferencia entre los tipos consolidados y los aplicados serían beneficiosas tanto para Malawi como para sus interlocutores comerciales, al hacer más previsible el arancel.

Nota para las redacciones

En los exámenes de las políticas comerciales, ejercicio prescrito en los Acuerdos de la OMC, se examinan y se evalúan a intervalos regulares las políticas comerciales y relacionadas con el comercio de los países Miembros. También se siguen de cerca los acontecimientos importantes que puedan tener consecuencias para el sistema mundial de comercio. Para cada examen se elaboran dos documentos: una exposición de políticas que presenta el gobierno del Miembro objeto de examen, y un informe detallado que redacta de manera independiente la Secretaría de la OMC. Estos dos documentos son luego examinados por el conjunto de Miembros de la OMC en el Órgano de Examen de las Políticas Comerciales (OEPC). Esos documentos y las actas de las reuniones del OEPC se publican poco después. Desde la entrada en vigor del Acuerdo sobre la OMC en 1995, los informes abarcan también las esferas de los servicios y de los aspectos de los derechos de propiedad intelectual relacionados con el comercio.

En lo que respecta al presente examen, el Órgano de Examen de las Políticas Comerciales examinará los días 6 y 8 de febrero de 2002 el informe de la Secretaría de la OMC y la exposición de políticas elaborada por el Gobierno de Malawi. El informe de la Secretaría abarca la evolución de todos los aspectos de las políticas comerciales de Malawi, inclusive sus leyes y reglamentos internos, el marco institucional, las políticas comerciales por medidas y los progresos en determinados sectores.

Se adjuntan al presente comunicado de prensa las observaciones recapitulativas que figuran en el informe de la Secretaría y algunos extractos de la exposición de políticas del Gobierno. Los informes de la Secretaría y del Gobierno figuran por el nombre del país en la lista completa de los exámenes de las políticas comerciales. Estos dos documentos, el acta de los debates del OEPC y el resumen del Presidente se publicarán oportunamente en una versión encuadernada y podrán obtenerse en la Secretaría, Centro William Rappard, 154 rue de Lausanne, 1211 Ginebra 21.

Desde diciembre de 1989 se han llevado a cabo los siguientes exámenes: Argentina (1992 y 1999), Australia (1989, 1994 y 1998), Austria (1992), Bahrein (2000), Bangladesh (1992 y 2000), Benin (1997), Bolivia (1993 y 1999), Botswana (1998), Brasil (1992, 1996 y 2000), Brunei Darussalam (2001), Burkina Faso (1998), Camerún (1995 y 2001), Canadá (1990, 1992, 1994, 1996, 1998 y 2000), Chile (1991 y 1997), Chipre (1997), Colombia (1990 y 1996), Comunidades Europeas (1991, 1993, 1995, 1997 y 2000), Corea, Rep. de (1992, 1996 y 2001), Costa Rica (1995 y 2001), Côte d'Ivoire (1995), Egipto (1992 y 1999), El Salvador (1996), Estados Unidos (1989, 1992, 1994, 1996, 1999 y 2001), Fiji (1997), Filipinas (1993 y 1999), Finlandia (1992), Gabón (2001), Ghana (1992 y 2001), Guatemala (2002), Guinea (1999), Hong Kong (1990, 1994 y 1998), Hungría (1991 y 1998), India (1993 y 1998), Indonesia (1991, 1994 y 1998), Islandia (1994 y 2000), Israel (1994 y 1999), Islas Salomón (1998), Jamaica (1998), Japón (1990, 1992, 1995, 1998 y 2000), Kenya (1993 y 2000), Lesotho (1998), Macao (1994 y 2001), Madagascar (2001), Malasia (1993, 1997 y 2001), Malawi (2002), Malí (1998), Marruecos (1989 y 1996), Mauricio (1995 y 2001), México (1993 y 1997), Mozambique (2001), Namibia (1998), Nicaragua (1999), Nigeria (1991 y 1998), Noruega (1991, 1996 y 2000), Nueva Zelandia (1990 y 1996), OECO (2001), Pakistán (1995 y 2002), Papua Nueva Guinea (1999), Paraguay (1997), Perú (1994 y 2000), Polonia (1993 y 2000), República Checa (1996 y 2001), República Dominicana (1996), República Eslovaca (1995 y 2001), Rumania (1992 y 1999), Senegal (1994), Singapur (1992, 1996 y 2000), Sri Lanka (1995), Sudáfrica (1993 y 1998), Suecia (1990 y 1994), Suiza (1991, 1996 y 2000 (junto con Liechtenstein)), Swazilandia (1998), Tailandia (1991, 1995 y 1999), Tanzanía (2000), Togo (1999), Trinidad y Tabago (1998), Túnez (1994), Turquía (1994 y 1998), Uganda (1995 y 2001), Uruguay (1992 y 1998), Venezuela (1996), Zambia (1996) y Zimbabwe (1994).

 

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Informe de la Secretaría  

ÓRGANO DE EXAMEN DE LAS POLÍTICAS COMERCIALES
MALAWI
Informe de la Secretaría — Observaciones recapitulativas

Malawi es un país sin litoral del sur de África, cuya independencia data de 1964. Los programas de ajuste estructural introducidos a partir de mediados de los años ochenta se han traducido en una liberalización sustancial de su economía, lo que ha contribuido a asegurar una tasa de crecimiento elevada (de casi un 9 por ciento en 1996) y a reducir la inflación a tasas de un solo dígito (9 por ciento en 1997). Sin embargo, a finales de los años noventa ciertas deficiencias de las políticas, y en particular la adopción de políticas fiscales expansionistas, dio lugar al surgimiento de desequilibrios macroeconómicos que precipitaron una crisis económica y monetaria. La tasa de crecimiento cayó a menos del 2 por ciento en 2000.

Hasta hace poco la política monetaria daba cabida a políticas fiscales expansionistas y estimulaba la inflación, que alcanzó en 1999 el nivel sin precedentes del 45 por ciento. Los tipos reales de interés siguieron siendo altos. El sector público "frustró" la expansión del sector privado, cuyo crecimiento se mantuvo estacionario. A ello se sumó el hecho de que, pese al establecimiento de un régimen más liberal y a los esfuerzos desplegados para atraer inversiones, entre los que figura la creación del Organismo Nacional de Promoción de las Inversiones (MIPA) así como diferentes incentivos fiscales y otros incentivos financieros, las corrientes de inversiones extranjeras directas (IED) continuaron caracterizándose por su irregularidad y su nivel relativamente bajo: las aportaciones de capital (orientadas principalmente a la manufactura, la construcción y la distribución) bajaron de 70 millones de dólares EE.UU. en 1998 a 51 millones de dólares EE.UU. en 2000. Los problemas económicos se han visto agravados por las malas condiciones climáticas, la tendencia a la baja del precio de exportación del tabaco (primer cultivo comercial del país) y las insuficiencias institucionales. En 1999 el PIB por habitante en Malawi era de 200 dólares EE.UU., y la deuda externa de ese país, cifrada en 2.600 millones de dólares EE.UU., representó alrededor del 150 por ciento del PIB. Malawi se beneficia de las medidas de alivio de la carga de la deuda previstas en el marco de la Iniciativa Reforzada para los Países Pobres Muy Endeudados (HIPC).

Las autoridades han adoptado recientemente una serie de medidas para mejorar las políticas de estabilización de Malawi. Las operaciones financieras de las empresas paraestatales están siendo fiscalizadas por la nueva Sección de Reforma y Fiscalización de Empresas Paraestatales, y las cuestiones monetarias quedan sujetas a la vigilancia del Comité de Políticas Monetarias. Hay objetivos monetarios preestablecidos y en la actualidad el endeudamiento del Estado con el Banco de Reserva no puede ser superior al 20 por ciento de los ingresos internos anuales presupuestados. Se ha reforzado la reforma cambiaria y el porcentaje de devolución de divisas prescrito para los ingresos en concepto de exportación de productos básicos tradicionales (el tabaco por ejemplo) ha sido reducido del 60 al 40 por ciento con vistas a acrecentar la competitividad internacional de las exportaciones de Malawi.

A pesar de la liberalización, el comercio de mercancías de Malawi expresado en porcentaje del PIB bajó entre 1994 y 1999 del 97 al 74 por ciento, esto es, del 30 al 27 por ciento en el caso de las exportaciones y del 67 al 47 por ciento en el de las importaciones. Los intercambios comerciales de Malawi acusan una relativa concentración, sobre todo en productos básicos. La mayoría de sus exportaciones está constituida por productos primarios, y fundamentalmente por el tabaco. Sólo se ha conseguido una diversificación mínima de las exportaciones; en 1999 los productos no tradicionales apenas representaron el 13 por ciento de las exportaciones. El país importa la mayor parte de los productos manufacturados, a saber, combustibles, maquinaria, material de transporte, productos químicos y otros insumos intermedios. La cuota de los países en desarrollo en el comercio de Malawi ha disminuido. Los países desarrollados absorben más de dos tercios de las exportaciones. Sudáfrica ha sido sustituida por Alemania y los Estados Unidos como principal mercado de exportación de Malawi (su cuota descendió al 12 por ciento en 1999). Las importaciones provienen cada vez más de países industrializados, de los cuales procedió el 42 por ciento de las importaciones de Malawi en 1999. Aunque Sudáfrica sigue siendo la principal fuente de importación de Malawi, su cuota disminuyó del 44 al 32 por ciento entre 1995 y 1999. La cuota de Zimbabwe también disminuyó al 10 por ciento en 1999, con lo que ese país pasó a ocupar el tercer lugar, inmediatamente después del Reino Unido, cuya cuota ascendió al 16 por ciento (desde el 4 por ciento en 1995). El comercio regional de Malawi, incluido el que mantiene con otros miembros del COMESA y la SADC, es relativamente poco importante. Malawi es importador neto de servicios, especialmente de los de transporte y seguros.

Malawi, república unitaria, introdujo la democracia multipartidaria en 1994 tras la adopción de una nueva Constitución que confiere el poder ejecutivo al Presidente y la potestad de legislar a la Asamblea Nacional. El Parlamento está compuesto por la Asamblea y el Presidente, el cual es a la vez Jefe de Estado y de Gobierno. Entre sus facultades figura la de nombrar a los ministros del Gabinete; las funciones ejecutivas quedan a cargo de la Oficina del Presidente y el Gabinete.

Los principales ministerios que participan en la definición y aplicación de las políticas relacionadas con el comercio son los siguientes: el de Comercio e Industria; el de Finanzas y Planificación Económica; y el de Agricultura y Aguas. Hay además otros ministerios y dependencias públicas en los que recae la responsabilidad de las políticas en determinados subsectores, entre ellos el tabacalero, el minero, el maderero, el pesquero y el turístico. La aportación del sector privado a las políticas relacionadas con el comercio se ve facilitada por el nuevo Grupo de Trabajo Nacional para la Política Comercial y su Equipo de Tareas Nacional, cuya creación tiene por finalidad asegurar una mejor interacción con el sector privado y una mayor coordinación de las políticas comerciales, hasta ahora repartidas entre una serie de ministerios, ninguno de los cuales tenía la última palabra.

El Libro de la Estrategia Nacional de Reducción de la Pobreza, ultimado en noviembre de 2001, ha sido objeto de un amplio debate público. El plan oficial de desarrollo económico a largo plazo, que apunta a transformar a Malawi en un país de ingreso medio en 2020 a más tardar -la denominada “Visión 2020”—, propone una duplicación del sector manufacturero hasta el 25 por ciento del PIB, juntamente con el fomento de la minería, el turismo y la agricultura. El desarrollo industrial se promoverá mediante la aplicación de una política comercial e industrial integrada dirigida a eliminar los obstáculos con que tropieza el desarrollo del sector privado. Se extenderán las conexiones entre las diferentes ramas de producción y se promoverán las empresas pequeñas y medianas. Se introducirán mejoras en la infraestructura básica. Se favorecerán la promoción y la diversificación de las exportaciones y se aprovechará mejor, a través de una reducción de las limitaciones de la oferta, el acceso preferencial a mercados desarrollados.

Malawi es Miembro inicial de la OMC y concede como mínimo un trato NMF a los demás Miembros de la OMC, a los Estados ACP que no forman parte de ella, a los países independientes del Commonwealth y a los protectorados administrados por las Naciones Unidas. Las autoridades consideran que el cumplimiento por Malawi de sus obligaciones multilaterales contribuirá al éxito de las reformas en curso y a la recuperación económica de Malawi. No obstante, sin la asistencia técnica de la comunidad internacional será prácticamente imposible que Malawi pueda llevar adelante políticas conformes con la OMC en esferas como la de la protección de la propiedad intelectual y las medidas comerciales correctivas especiales. Por lo tanto, Malawi espera recibir de los donantes bilaterales y multilaterales la asistencia técnica y la ayuda requeridas para dar cumplimiento a los compromisos que ha contraído en el marco de la OMC. Se trata de uno de los países piloto del Marco Integrado para la Asistencia Técnica relacionada con el Comercio en apoyo de los países menos adelantados, administrado conjuntamente por seis instituciones multilaterales, entre las cuales figura la OMC.

Malawi es miembro del Mercado Común de los Estados del África Oriental y Meridional (COMESA) y de la Comunidad de Desarrollo del África Meridional (SADC). Ha suscrito ya un acuerdo comercial bilateral con Zimbabwe y está actualmente negociando acuerdos similares con Mozambique, Tanzanía y Zambia. Le conceden trato preferencial no recíproco la Unión Europea en virtud del Acuerdo de Cotonou y del plan “Todo menos las armas”, los Estados Unidos en virtud de la Ley sobre Crecimiento y Oportunidades para África, otros países desarrollados en virtud del Sistema Generalizado de Preferencias (SGP) y Sudáfrica en virtud de un acuerdo independiente.

El régimen comercial de Malawi es más complejo por la participación simultánea de ese país en mecanismos superpuestos de carácter regional y bilateral cuyos programas de liberalización del comercio y normas comerciales difieren entre sí. Ello puede traer consigo una distorsión de la estructura de los intercambios comerciales y de los incentivos y la aceptación de obligaciones incompatibles.

El arancel es el principal instrumento de política comercial de Malawi. El promedio aritmético del arancel NMF descendió en 2000/01 a casi un 14 por ciento, tras haber sido de casi un 16 por ciento en 1997/98 y del 21 por ciento en 1996/97. Prácticamente todos los derechos son ad valorem. El arancel tiene una estructura progresiva que comprende seis bandas; el tipo es nulo o del 5 por ciento en el caso de los “bienes de primera necesidad”, y del 10 por ciento en el de los bienes intermedios. En la actualidad el tipo máximo que grava los bienes de consumo es del 25 por ciento. En 2000/01 el arancel mostró una dispersión moderada, con un coeficiente de variación de más o menos 0,7. La estructura arancelaria y la eficiencia económica mejorarían si los derechos fuesen menos elevados y más uniformes.

El uso generalizado de exenciones y desgravaciones, por ejemplo en el marco de programas que contienen prescripciones en materia de contenido nacional, se caracteriza por la falta de transparencia que lo acompaña y por acrecentar la progresividad arancelaria y la protección efectiva para brindar a determinadas ramas de producción una protección ad hoc. Su utilización discrecional está generalizada, y aparte de constituir una medida de protección con efectos de distorsión, no se ve con claridad qué razón de ser puedan tener. Hay un sistema de devolución de derechos en el que los reembolsos no se fijan ya en función de coeficientes, sino de los materiales utilizados para la exportación. Se habla de grandes retardos en los reembolsos.

Está previsto que la inspección imperativa previa a la expedición, aplicada por Malawi a la mayoría de las importaciones desde 1992, cese de surtir efecto en marzo de 2003. La documentación de importación ha sido simplificada. Desde 1990 se aplica en principio el valor de transacción a efectos de la valoración en aduana, pero de hecho se imponen precios mínimos, por ejemplo en lo que respecta a los automóviles de segunda mano. Los impuestos internos discriminatorios han quedado eliminados, y la ampliación del alcance de los recargos impositivos y de los impuestos especiales ha permitido que el Estado sea menos dependiente de los ingresos arancelarios, lo que ha facilitado la reducción de derechos.

En el contexto de la Ronda Uruguay Malawi consolidó sus aranceles sobre la totalidad de los productos agropecuarios a un tipo máximo del 125 por ciento (salvo contados productos, para los cuales el tipo máximo fue del 50, el 55 y el 65 por ciento), y a menos del 1 por ciento de las líneas arancelarias para los productos no agropecuarios, a tipos máximos que oscilan entre el 30 y el 65 por ciento. Los demás derechos y gravámenes sobre esos productos están consolidados a un tipo máximo del 20 por ciento.

Malawi ha eliminado la mayoría de los obstáculos no arancelarios de carácter oficial, entre ellos los contingentes de importación. Esa clase de restricciones subsisten por motivos ambientales, así como de salud, inocuidad y seguridad, en ciertos casos en virtud de convenios internacionales. Las normas, y entre ellas las reglamentaciones técnicas obligatorias, son establecidas por la Junta Nacional de Normas sobre la base de normas regionales e internacionales, como las de la ISO y el Codex Alimentarius, y no comportan discriminación alguna respecto de las importaciones. Pese a la inexistencia de acuerdos oficiales de reconocimiento mutuo, por regla general Malawi acepta unilateralmente los resultados de las pruebas efectuadas en el extranjero. Se imponen prescripciones sanitarias y fitosanitarias, pero éstas en general no parecen obstaculizar las importaciones, exceptuada la prohibición de alimentos genéticamente modificados y de carne de animales tratados con hormonas de crecimiento.

Malawi está preparando una nueva legislación antidumping e introduciendo una normativa en materia de medidas compensatorias y de salvaguardia con vistas a dar aplicación a las disposiciones de los correspondientes Acuerdos de la OMC. La legislación antidumping en vigor contiene una disposición sobre el “interés público”, pero no se sabe con certeza qué aplicación tendrá en la realidad, puesto que no se ha tomado todavía ninguna medida antidumping. Malawi se propone utilizar más las medidas comerciales correctivas para impulsar la producción nacional. No obstante, existe el peligro de que la utilización de esas medidas pueda proteger a ramas de producción ineficientes.

La contratación pública está descentralizada pero tiene que ser aprobada por la Dependencia de Contratación Externa, de reciente creación, o por la Oficina del Presidente y el Gabinete si el valor del contrato es elevado. Habrá un Organismo de Contratación Pública encargado de administrar la nueva legislación, prevista para 2002, con objeto de acrecentar la transparencia y la supervisión de las operaciones de contratación pública. El principal método de contratación será la licitación pública. Se prevé la aplicación a los proveedores nacionales de márgenes de precios preferenciales superiores: del 20 por ciento en el caso de los bienes y del 10 por ciento en el de obras y construcción, en comparación con los actuales márgenes del 15 y del 7,5 por ciento, respectivamente.

Malawi cuenta con un régimen de exportación relativamente abierto. Desde 1998 no hay ningún impuesto de exportación, ni tampoco contingentes de exportación; las prohibiciones a la exportación tienen su origen en convenciones internacionales. En 1994 se dejaron sin efecto las prescripciones en materia de devolución de divisas, salvo por lo que se refiere a productos tradicionales como el tabaco, el té y el azúcar. Subsisten las licencias de exportación para un contado número de productos con el fin de proteger el medio ambiente y garantizar existencias internas suficientes, por ejemplo de combustibles y de maíz. Las exportaciones de té y tabaco en rama también están sujetas a licencia.

Hay diferentes programas de incentivos a la exportación. Los exportadores no tradicionales disfrutan de una deducción del impuesto sobre la renta que asciende al 12 por ciento de sus ingresos brutos y al 25 por ciento de sus gastos internacionales de transporte. Los que operan en las zonas de elaboración para la exportación gozan de una exención total del impuesto sobre la renta desde diciembre de 1995. Para ello es preciso que exporten toda su producción (aunque en ciertos casos se autoriza la colocación de hasta un 20 por ciento de ella en el mercado interno, previo pago de los derechos correspondientes sobre los materiales). Si bien esas políticas obedecen al propósito del Gobierno de fomentar empresas orientadas a la exportación, la concesión de incentivos generosos a la exportación puede conllevar una discriminación respecto de las empresas no exportadoras y, aun cuando se consiga aumentar las exportaciones, entraña grandes gastos presupuestarios.

Se conceden desgravaciones fiscales a determinadas actividades, principalmente agrícolas, al igual que incentivos a la inversión. Varias empresas públicas han sido privatizadas. Ello no obstante, los problemas que supone preparar para una desinversión a empresas muy endeudadas, sumados a la falta de compradores, han frenado la ejecución del programa de privatización, que quedó suspendido, a efectos de revisión, de julio a octubre de 2001. Como consecuencia de todo ello las empresas públicas siguen teniendo un peso importante en la economía. El Gobierno ha introducido legislación en materia de competencia cuya observancia correrá a cargo de la Comisión de la Competencia, y se propone modificar la legislación nacional sobre propiedad intelectual para atender sus obligaciones multilaterales.

Malawi se caracteriza por una acusada dependencia de la agricultura, en especial del cultivo de tabaco. Al sector agropecuario le correspondió en 1999 el 38 por ciento del PIB, y aproximadamente el 85 por ciento del empleo total. Tras la aplicación por el Gobierno de una política de desreglamentación, el principal instrumento comercial que incide en la agricultura es el arancel; el tipo medio NMF sobre los productos de ese sector fue del 12,2 por ciento en 2000/01 (definición de la CIIU). Se han suprimido los controles sobre la producción y la comercialización de los pequeños productores de cultivos tradicionales, entre otros del tabaco. Actualmente está autorizada la venta de tabaco en el mercado por intermediarios privados con licencia y el Gobierno tiene la intención de retirar el monopolio de la exportación de tabaco a la lonja encargada de la misma. La Comisión de Fiscalización del Tabaco regula la industria tabacalera, lo que comprende el control de la producción de los cultivadores de grandes propiedades.

En 1987 se eliminó el monopolio de comercialización (que incluía la exportación) de la Corporación de Desarrollo y Comercialización Agrícolas (ADMARC), de propiedad pública. En 2000 se dejaron además sin efecto las bandas de precios del maíz, y las compras de cereales por la Oficina Nacional de Reservas Alimentarias quedaron circunscritas exclusivamente a las requeridas para atender las necesidades en caso de desastres. El sector privado es el principal proveedor de insumos agrícolas como semillas y fertilizantes, aunque los agricultores más pobres gozan de acceso a ellos en el marco del Programa Selectivo de Insumos que aplica el Estado. Debido al régimen de propiedad comunal, en Malawi no hay un mercado de venta de tierras y esto puede limitar el desarrollo agrícola.

El sector manufacturero representó alrededor de un 14 por ciento del PIB en 1999. La mayor parte de los precios se fijan ahora libremente y ya no se necesitan licencias industriales, excepto por razones de salud, seguridad y medio ambiente. El Gobierno tiene previsto introducir incentivos expresamente destinados a la producción de hasta 20 artículos determinados, especialmente los textiles, las prendas de vestir y los productos resultantes de actividades agroindustriales. Se ayudará a las empresas en función de su orientación exportadora, de su capacidad de sustitución de las importaciones, de la calidad de sus productos y de su rendimiento financiero. El tipo medio NMF sobre los productos manufacturados fue del 13,7 por ciento en 2000/01 (definición de la CIIU).

La parte del PIB de Malawi correspondiente al sector de servicios bajó del 57 por ciento en 1994 al 47 por ciento en 1999. La presencia de muchas empresas públicas de servicios es indicativa de los retrasos en la liberalización de este sector. Hay sin embargo esfuerzos en curso para desreglamentar y privatizar las empresas públicas. Se está liberalizando el mercado de telecomunicaciones y está prevista la venta parcial de Malawi Telecom a inversores extranjeros. El Organismo Nacional de Reglamentación de las Comunicaciones tiene la responsabilidad de velar por que los nuevos participantes gocen de acceso competitivo a la red pública.

Una infraestructura de servicios más eficiente acrecentaría la competitividad de las actividades de las fases finales y propiciaría la inversión extranjera directa (IED). Una mayor liberalización del transporte, incluida la autorización del cabotaje y del transporte terrestre por terceros países, se traduciría en un incremento de la eficiencia y una disminución de los elevados gastos de transporte acentuados por la ubicación de Malawi como país sin litoral. El desarrollo del turismo privado constituye una prioridad del Gobierno.

Se ha logrado un avance sustancial en la liberalización de los servicios bancarios y de los servicios de seguros, por ejemplo la mejor supervisión reglamentaria y la desinversión de la Sociedad Nacional de Seguros en 2000 y del Banco Comercial en 2001. Malawi contrajo compromisos en el marco del AGCS por lo que se refiere a los servicios prestados a las empresas, los servicios de construcción, los servicios sociales y de salud, los servicios de turismo y servicios relacionados con los viajes y los servicios bancarios. Las medidas que afectan a la presencia de personas físicas están sin consolidar.

Malawi participa en el sistema multilateral de comercio, así como en diferentes acuerdos preferenciales, con el objetivo de incrementar las corrientes comerciales. Para Malawi la integración regional representa un primer paso hacia una mayor participación en el sistema multilateral de comercio. No obstante, su régimen comercial resulta más complejo, contradictorio y difícil de manejar por la adhesión del país a acuerdos preferenciales que se superponen y se diferencian entre sí en lo que se refiere a su ámbito geográfico, sus programas de liberalización del comercio y sus normas y objetivos comerciales.

La ampliación del alcance de las consolidaciones arancelarias más allá del sector agrícola y la reducción de la diferencia entre los tipos consolidados y los aplicados serían beneficiosas tanto para Malawi como para sus interlocutores comerciales al hacer más previsible el arancel. La continuación de las reformas estructurales, incluida una mayor liberalización de las corrientes comerciales y las inversiones, y la prosecución del programa de privatización podrían redundar en una mejora de la dinámica económica y de las perspectivas de crecimiento. Además, la adopción de nuevas medidas de racionalización de los aranceles podría reducir las tan difundidas exenciones y desgravaciones y preparar el camino para una mejor asignación de recursos.

La economía de Malawi sigue siendo relativamente endeble y vulnerable a las oscilaciones de los precios de los productos básicos en el exterior y a otros tipos de conmociones, como las derivadas de las condiciones climáticas. El Gobierno puede mostrarse menos resuelto a continuar promoviendo la liberalización del comercio si no se superan las actuales dificultades económicas, y en particular la incertidumbre fiscal. Los interlocutores pueden facilitar las reformas asegurando un acceso estable y acrecentado a sus mercados, sobre todo por lo que se refiere a los productos agropecuarios, que son los que parecen ofrecer mejores perspectivas para Malawi. El reforzamiento y la observancia de sus compromisos en el marco de la OMC pueden contribuir a respaldar las reformas unilaterales de Malawi. Malawi desea recibir asistencia técnica para conocer más a fondo los Acuerdos de la OMC y poder estar así en condiciones de cumplir debidamente sus obligaciones. Esto también le ayudaría a identificar las oportunidades que brinda el sistema multilateral de comercio.

 

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Informe del Gobierno  

ÓRGANO DE EXAMEN DE LAS POLÍTICAS COMERCIALES
MALAWI
Informe del Gobierno — Parte I

Malawi es un país sin litoral, altamente endeudado y uno de los países menos adelantados del África Central, que limita al sudeste con Mozambique, al noreste con Tanzanía y al oeste con Zambia. Malawi tiene una superficie de casi 118.500 kilómetros cuadrados, de los cuales cerca de 24.420 están cubiertos por el Lago Malawi. Según el censo de población de 1998 el país tiene aproximadamente 10 millones de habitantes, con casi un 75 por ciento de población rural. Tiene un PIB de 200 dólares EE.UU. per capita (1999). El 65,3 por ciento de la población vive por debajo del umbral de pobreza y tiene graves problemas de sanidad. La pandemia de VIH/SIDA es posiblemente el mayor obstáculo para los planes de desarrollo de Malawi.

El país se independizó del Gobierno británico en 1964. La mayor parte de esos 30 años Malawi tuvo un sistema de gobierno unipartidario. A principios del decenio de 1990 se introdujo la democracia multipartidaria y las elecciones de 1994 marcaron el comienzo del actual Gobierno del Frente Democrático Unido.

En los primeros 15 años posteriores a su independencia en 1964 el producto interno bruto (PIB) creció a un promedio anual de casi el 6 por ciento, pero los frutos de este crecimiento estaban mal distribuidos y el crecimiento se basaba en una agricultura en manos del Estado y en grandes conglomerados de empresas públicas y privadas que estaban protegidos por estrictos obstáculos de entrada. Desde entonces el Gobierno ha tratado de lograr tasas de crecimiento similares y una mejor distribución de ese crecimiento.

La economía de Malawi sigue siendo muy frágil, con una base estrecha, donde faltan los servicios sociales y la infraestructura fundamentales. El tamaño de su mercado y la falta de litoral representan un desafío particular para satisfacer la necesidad del sector privado de contar con una infraestructura de alta calidad al menor costo posible. Es una economía vulnerable a distintas crisis, por lo cual al país le resulta difícil conseguir un crecimiento económico sostenible.

La agricultura es la principal actividad económica del país y aporta entre el 36 y el 39 por ciento del PIB y más del 90 por ciento de los ingresos de exportación. Emplea aproximadamente al 80 por ciento de la población activa. Esta dependencia de los productos de la agricultura también hace que el país sea vulnerable a las frecuentes fluctuaciones de los precios mundiales de las materias primas. El principal cultivo del país es el maíz, mientras que el tabaco es, con mucho, el principal cultivo de exportación del país, seguido por el té, el azúcar, el café y el algodón. Las exportaciones de tabaco están dirigidas principalmente a los Estados Unidos y a la Unión Europea. Su fuerte dependencia del tabaco y el crecimiento del grupo antitabacalero en los Estados Unidos, la Unión Europea y en todo el mundo presentan nuevos riesgos e incertidumbres para el sostenimiento de la economía.

La evolución económica de Malawi fue bastante insatisfactoria en los últimos cinco años. Se consiguió una estabilidad y un crecimiento relativos, pero sólo dentro de un límite. Son numerosas las razones para que esto sucediera: altos niveles de inflación, desequilibrios fiscales, crisis externas, depreciación del kwacha, altas tasas de interés y baja cotización del tabaco en las subastas.

Para superar estos problemas Malawi ha adoptado varias reformas de la política: entre ellas figuran el “sistema de fondos presupuestarios” que, como una forma de controlar el gasto para reducir el déficit presupuestario, impide a los ministerios gastar más de lo que tienen asignado en el presupuesto nacional; el programa de privatizaciones y la creación de un mecanismo institucional sólido para administrar el programa; la introducción del Marco de Gastos a Mediano Plazo; la preparación del Libro de la Estrategia Nacional de Reducción de la Pobreza que facilitará el logro de las condiciones apropiadas para que los pobres tengan seguridad social y la mejoren; y el programa de liberalización del comercio para promover la diversificación de las importaciones y de las exportaciones.

Desde principios del decenio de 1980 Malawi ha aplicado los programas de ajuste estructural (PAE) del Banco Mundial y del FMI. La clave de estos programas ha sido la liberalización de la economía para crear un entorno que permitiera la inversión nacional y la extranjera. En los últimos presupuestos, por ejemplo, los aranceles más elevados han sido reducidos sucesivamente al nivel actual del 25 por ciento. Los derechos sobre los bienes de capital se suprimieron. Sin embargo, este proceso de liberalización no ha logrado un gran cambio en la composición del PIB ni en la estructura comercial de Malawi.

Las posibilidades de desarrollo económico de Malawi dependerán de su capacidad para adaptarse. A este respecto habrá que aumentar la ayuda o la asistencia de la comunidad internacional para sufragar los costos del ajuste, incluso facilitando un acceso irrestricto al mercado a los productos cuya exportación interese a Malawi. El país, a través de un amplio proceso de consultas, ha elaborado una Visión nacional según la cual “para el año 2020, Malawi, como nación cristiana, será segura, democráticamente madura, con un medio ambiente sostenible, autosuficiente y con igualdad de oportunidades para todos y una activa participación de todos, con servicios sociales, valores religiosos y culturales vibrantes y una economía de ingresos medianos impulsada por la tecnología”. El desafío es consolidar la Visión y otras iniciativas políticas en un marco de desarrollo con estrategias claras y la atención de prioridades a corto y mediano plazo.