Cuestiones abarcadas por los Comités y Acuerdos de la OMC

EXÁMENES DE LA POLÍTICAS COMERCIALES: JAPÓN
6 y 8 de noviembre de 2002

Observaciones formuladas por la Presidenta a modo de conclusión

Ver también:
> Comunicado de prensa: Structural reforms needed to achieve sustainable recovery

Esta reunión ha supuesto un intercambio de puntos de vista muy informativo, favorecido por el compromiso pleno y sin restricciones de la delegación japonesa, las observaciones sumamente analíticas y perspicaces del ponente y la participación activa de los Miembros en el debate. Este intercambio ha contribuido a que los Miembros comprendan mucho mejor las políticas comerciales y relacionadas con el comercio del Japón y, por consiguiente, su evaluación colectiva. El resultado, en mi opinión, ha sido un sexto examen de las políticas, prácticas y medidas comerciales del Japón sumamente satisfactorio.

Los Miembros se sintieron alentados por los signos de moderada recuperación económica del Japón, cuya salud económica es importante para la prosperidad de la economía mundial y la expansión del comercio. Reconocieron además que el sistema multilateral de comercio ha contribuido al mejor panorama económico del Japón, al mantener los mercados extranjeros abiertos a las exportaciones japonesas. Sin dejar de alabar sus recientes esfuerzos por aplicar y acelerar las reformas estructurales, incluida la supresión de los obstáculos para las empresas extranjeras en diferentes sectores, los Miembros instaron al Japón a seguir adelante con las reformas, entre otros medios, a través de una mayor reestructuración financiera y empresarial, una mejora del acceso a los mercados (en particular, en el sector de la agricultura) y una política de competencia más firme, especialmente en lo que respecta a la aplicación.

Los Miembros felicitaron al Japón por su activa participación en la OMC, incluido su decidido apoyo al Programa de Doha para el Desarrollo y elogiaron a las autoridades por comprometerse activamente en reflejar de manera adecuada en las negociaciones y los trabajos en curso los intereses de los países en desarrollo. No obstante, algunos Miembros manifestaron su preocupación con respecto a la naturaleza de la propuesta del Japón en el ámbito de la agricultura. Los Miembros también señalaron la creciente participación del Japón en acuerdos comerciales regionales y bilaterales; a este respecto, alentaron a que esos acuerdos fueran compatibles con las normas de la OMC, particularmente por lo que se refiere a los productos y sectores abarcados. Si bien manifestaron que apreciaban el acceso preferencial a los mercados que el Japón brinda a los países en desarrollo y menos adelantados, algunos Miembros le instaron a liberalizar aún más su mercado con respecto a los productos de los PMA.

Sobre las políticas comerciales y relacionadas con el comercio, los Miembros señalaron en particular la compleja estructura arancelaria japonesa (incluidos los contingentes arancelarios, las importantes crestas arancelarias y la progresividad arancelaria para algunos productos) y el hecho de que los aranceles no ad valorem tendían a suponer tipos aplicados relativamente elevados. Algunos Miembros manifestaron su preocupación por la complejidad y la aparente falta de transparencia de las prácticas de contratación pública. Además, si bien reconocían el derecho que asiste al Japón de tratar de conseguir objetivos legítimos de política con respecto a la protección de la vida o la salud humana, animal y vegetal, muchos Miembros se mostraron preocupados por la complejidad de las normas, los reglamentos técnicos y las medidas sanitarias y fitosanitarias del Japón, incluido el procedimiento de cuarentena (y las largas demoras que éste entrañaba) e instaron al Japón a emplear estas medidas de la manera que menos restringiese el comercio. También señalaron el bajo nivel de entrada de inversiones directas extranjeras en el país y alabaron sus esfuerzos por liberalizar más el régimen de estas inversiones.

Sobre las cuestiones sectoriales, los Miembros observaron que el nivel de ayuda interna a la agricultura aparentemente sobrepasa la participación del sector en el PIB. Si bien reconocieron, en general, la importancia de las preocupaciones no comerciales en la agricultura, algunos Miembros instaron al Japón a que solucionara estas preocupaciones en una forma que no distorsionara indebidamente la producción o el comercio. Los Miembros reconocieron que se habían realizado extensas reformas en los servicios financieros y en las telecomunicaciones, pero expresaron su creencia de que la reforma debe continuar, a fin de aumentar la competencia en estos y otros servicios, como el transporte, la educación y los servicios jurídicos y médicos.

Los Miembros también buscaron aclaración en diversas cuestiones específicas, entre ellas:

  • la transparencia de los procedimientos reglamentarios;

  • las medidas comerciales especiales, incluidas las salvaguardias urgentes;

  • el comercio de Estado;

  • las medidas relacionadas con la exportación;

  • las zonas económicas especiales;

  • las prácticas comerciales;

  • las reglamentaciones y costos de las empresas en el mercado de las telecomunicaciones; y

  • las restricciones al transporte marítimo.

Los Miembros expresaron su apreciación a la delegación japonesa por sus respuestas orales y escritas, así como por las explicaciones ofrecidas; esperaban recibir respuestas escritas a las preguntas pendientes.

Esto nos lleva a la conclusión de nuestro sexto examen de la política comercial del Japón. El gran número de preguntas formuladas por anticipado, las numerosas intervenciones y el elevado nivel de asistencia indican la importancia que los Miembros conceden al liderazgo del Japón en la OMC. En este contexto, yo instaría al Japón a continuar con su decidido apoyo al sistema multilateral de comercio. También espero que el Japón tome en serio las preocupaciones manifestadas por los Miembros, en particular con respecto a sus políticas en materia de agricultura, medidas sanitarias y fitosanitarias, contratación pública y competencia.