EXÁMENES DE LA POLÍTICAS COMERCIALES: UNIÓN ADUANERA DEL ÁFRICA MERIDIONAL
23 y 25 de abril de 2003

Observaciones formuladas por la Presidenta a modo de conclusión

Ver también:
> Comunicado de prensa: La continuidad de las reformas económicas atraería más inversiones extranjeras
 

Este Examen de las Políticas Comerciales de la Unión Aduanera del África Meridional (SACU) ha contribuido a que todos nosotros comprendamos mucho mejor la “nueva” SACU, sus políticas comerciales y las políticas y aspiraciones de sus miembros. Nuestro diálogo ha sido pormenorizado y exhaustivo, estimulado por la plena y abierta participación de las delegaciones de alto nivel de Botswana, Lesotho, Namibia, Sudáfrica y Swazilandia, así como por las inteligentes observaciones formuladas por el ponente.

Los Miembros han encomiado a los países de la SACU por los progresos realizados en sus programas de reforma económica desde la última vez en que se examinaron sus políticas comerciales en 1998, y han señalado que la liberalización del comercio y la inversión ha desempeñado un papel fundamental en esos programas.

Los Miembros reconocieron los esfuerzos realizados por la SACU al tratar de simplificar su estructura arancelaria. No obstante, indicaron que el régimen comercial de la SACU sigue siendo complejo; la estructura arancelaria aún comprende derechos ad valorem, específicos, mixtos, compuestos y resultantes de una fórmula. La imposición de derechos resultantes de una fórmula suscitó preocupaciones acerca del cumplimiento por los países de la SACU de sus consolidaciones arancelarias y sus obligaciones dimanantes del Acuerdo sobre Valoración en Aduana. También se manifestaron inquietudes acerca de las diferencias existentes en las consolidaciones arancelarias de los distintos países de la SACU y acerca de la amplia utilización de medidas antidumping y otras medidas correctivas comerciales para casos de urgencia por parte de Sudáfrica en nombre de la unión aduanera.

Algunos Miembros subrayaron que la falta de armonización en el seno de la SACU en ciertas medidas cruciales no arancelarias, como las restricciones cuantitativas, los procedimientos aduaneros, las normas y los reglamentos técnicos, las medidas sanitarias y fitosanitarias, la política de competencia y los impuestos internos, distorsionaban las corrientes comerciales y menoscababan las ventajas derivadas de un arancel exterior común. En este sentido, los Miembros acogieron con satisfacción el Acuerdo de la SACU de 2002, que prevé una estructura institucional más democrática, un mecanismo de solución de diferencias, un sistema nuevo para gestionar y compartir el fondo común de ingresos y una mayor armonización de políticas en toda la unión aduanera. Los Miembros expresaron la esperanza de que, una vez en vigor, el Acuerdo contribuyera a una mayor integración de la SACU en la economía mundial.

Los Miembros elogiaron a los miembros de la SACU por su compromiso con el sistema multilateral de comercio y por su firme apoyo al Programa de Doha para el Desarrollo. Varios Miembros señalaron las complicaciones surgidas en la formulación de políticas comerciales debido a la participación de los Estados de la SACU en diversos arreglos preferenciales que se superponen. Además de las dificultades que plantea su gestión, debido a los limitados recursos de los países, ello podría también menoscabar los esfuerzos multilaterales.

A la luz de los recientes resultados macroeconómicos, se alentó a los países de la SACU a que avanzaran en la aplicación de reformas estructurales, incluida la privatización, y en la diversificación de los mercados y los productos. Se necesitarían reformas fiscales y nuevas fuentes de ingresos públicos para abordar los efectos negativos previstos de una mayor liberalización arancelaria y el aumento de los gastos presupuestarios relacionados con la salud, especialmente por la lucha contra el VIH/SIDA, y el alivio de la pobreza.

Los Miembros también pidieron aclaraciones sobre:

  • incentivos a la exportación y a la inversión;

  • normas, reglamentos técnicos y medidas sanitarias y fitosanitarias;

  • regímenes de contratación pública;

  • protección de los derechos de propiedad intelectual;

  • agricultura, incluida la seguridad alimentaria;

  • minería;

  • industrias manufactureras, en particular las industrias del automóvil, textiles y de prendas de vestir; y

  • servicios (telecomunicaciones, turismo, transporte, servicios financieros, energía).

Los Miembros agradecieron las respuestas proporcionadas por las delegaciones de la SACU y expresaron que esperaban recibir más respuestas.

En conclusión, creo que mediante este Examen hemos logrado entender mejor el progreso realizado por la SACU desde 1998, así como los desafíos venideros. La participación sumamente elevada de la SACU en esta reunión, el gran número de preguntas formuladas y el dinamismo del debate indican la importancia que los Miembros atribuyen a este Examen. Aliento a los países de la SACU a que mejoren sus compromisos multilaterales, relativos tanto a los bienes como a los servicios, y a que prosigan la aplicación de sus programas de reforma, con miras a aumentar la transparencia, la previsibilidad y la credibilidad de sus regímenes comerciales, así como la adhesión a los principios de la OMC. Los interlocutores comerciales pueden brindar su ayuda asegurando que sus mercados estén plenamente abiertos y proporcionando a la SACU una asistencia técnica adecuada.