Hacia una recuperación sostenible e inclusiva: de la ambición a la acción

A lo largo de los dos últimos años, la pandemia de COVID-19 ha causado una perturbación sin precedentes en la economía mundial. La crisis empujó al mundo a su declive económico más profundo desde la Segunda Guerra Mundial, y cerca de 100 millones de personas se vieron abocadas a la extrema pobreza en 2020, según el Banco Mundial. La Organización Internacional del Trabajo estima que el desempleo mundial aumentará a 205 millones de personas en 2022, frente a 187 millones en 2019, lo que afectará desproporcionadamente a las mujeres y los jóvenes.

El comercio se recuperó en el primer semestre de 2021, con una demanda sostenida de las exportaciones y un repunte del comercio de servicios que contribuyeron a impulsar la reactivación económica mundial. Las cadenas de valor mundiales también han demostrado su resiliencia, a pesar de las perturbaciones de la producción y el transporte, lo cual ha mitigado los efectos negativos que los confinamientos nacionales tuvieron en la economía. Sin embargo, las perspectivas generales positivas se ven ensombrecidas por las disparidades regionales. El acceso desigual a las vacunas contra la COVID-19 y la disponibilidad limitada de financiación del comercio, especialmente en las economías en desarrollo, se están traduciendo en una mayor divergencia económica en todo el mundo, situación en la que los países menos adelantados (PMA) son los peor parados.

Las tecnologías digitales y el comercio electrónico han desempeñado una función prominente en el apoyo a la actividad económica y el comercio durante la crisis, y las empresas han acelerado las medidas de digitalización para mantener las actividades comerciales y las corrientes de ingresos. La rápida implantación de nuevas tecnologías en todos los sectores está agilizando la transformación digital, especialmente la forma en que se producen, comercializan y consumen las mercancías. No obstante, aún queda mucho por hacer para reducir la brecha digital, ya que los PMA y las empresas de menor tamaño se están quedando rezagados.

El Foro congregará a representantes de Gobiernos, del sector privado, de la sociedad civil, del mundo académico y de los consumidores para debatir el modo en que el sistema de comercio puede contribuir a respaldar y sostener una recuperación económica inclusiva. Los participantes examinarán la forma en que los intercambios comerciales y el sistema multilateral de comercio pueden favorecer la transformación tecnológica y velar por que todos los países, las empresas y los particulares –independientemente de su nivel de desarrollo, su tamaño y sus ingresos– puedan aprovechar los beneficios de la era digital.

Sin embargo, todo esfuerzo por lograr una recuperación tras la pandemia se enfrentará a grandes dificultades, especialmente la degradación del medio ambiente, el cambio climático y las catástrofes provocadas por el hombre, que amenazan la salud, los medios de subsistencia y la economía. El comercio puede contribuir a luchar contra la crisis climática facilitando el acceso a las mercancías, los servicios y los conocimientos necesarios para la transición mundial a un futuro caracterizado por las bajas emisiones de carbono. En los debates del Foro se examinará la mejor forma en que el sistema de comercio puede apoyar las medidas en defensa del clima y la biodiversidad y acometer la adaptación al cambio climático y la mitigación de sus consecuencias. Las cuestiones fundamentales son la necesidad de garantizar una transición justa hacia niveles de bajas emisiones de carbono, mejorar la transparencia de las medidas comerciales y fomentar el diálogo y la cooperación entre los Miembros de la OMC en temas como las medidas de reducción de las emisiones de carbono relacionadas con el comercio, la contaminación producida por los plásticos y las subvenciones a la pesca y los combustibles fósiles.

Los participantes en el Foro también estudiarán cómo la reforma de la OMC puede fortalecer la Organización, apoyar una rápida recuperación económica y mejorar la preparación ante futuras pandemias y otras perturbaciones. En las sesiones se examinará la forma en que el sistema multilateral de comercio puede atender mejor las necesidades de los países en desarrollo y los PMA, así como las circunstancias en que las normas comerciales actualizadas pueden contribuir a establecer condiciones de igualdad para las mujeres, los jóvenes y las pequeñas empresas y a atender las necesidades de la economía moderna apoyando al mismo tiempo una recuperación resiliente e inclusiva.