Lo que está ocurriendo en la OMC
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Consejo General, 13 de febrero de 2002

Programación de las reuniones de la OMC en 2002

Declaración del Sr. Miguel Rodríguez Mendoza Director General Adjunto de la OMC

El Director General me ha pedido que examine la cuestión de la programación de las reuniones, una cuestión a la que los Miembros confieren gran importancia. En particular, los países en desarrollo Miembros han insistido en la necesidad de que se adopte un enfoque racional que evite que se celebren demasiadas reuniones al mismo tiempo, dado, en particular, que tanto las negociaciones como el programa de trabajo de Doha ya están en curso de realización.

He examinado esta cuestión con la ayuda de la Secretaría y desearía exponerles algunas constataciones sobre la situación actual y formular determinadas sugerencias sobre el modo de dar respuesta a las inquietudes que se han manifestado.

Constataciones sobre la situación actual

Es bastante evidente que si continuamos procediendo como en la actualidad vamos a encontrar problemas. Permítanme ilustrar esta afirmación mediante algunas cifras referentes a lo ocurrido anteriormente:

a. En la actualidad hay un total de 67 órganos de la OMC, de los cuales 34 son órganos permanentes abiertos a la participación de todos los Miembros. El resto está compuesto por 28 grupos de trabajo sobre adhesiones y 5 órganos plurilaterales. A esos 67 órganos permanentes cabe añadir el CNC y los 2 nuevos grupos de negociación -sobre acceso a los mercados y sobre normas– que los Miembros acordaron crear en la primera reunión del CNC en los días 28 de enero y 1º de febrero. El CNC además acordó que 6 de los órganos permanentes ya existentes celebrarían una reunión extraordinaria con objeto de llevar a cabo los trabajos objeto del mandato formulado por los Ministros en Doha.

b. Según las estadísticas de la Oficina de Conferencias de la OMC, que computa las reuniones sobre la base de unidades de media jornada (es decir que una reunión que dura una jornada completa se computa como dos sesiones), el año pasado hubo cerca de 400 sesiones formales de órganos de la OMC.

c. Además, tuvimos más de 500 sesiones informales, así como cerca de otras 90 sesiones como simposios, cursillos y seminarios organizados bajo los auspicios de órganos de la OMC. Todas esas reuniones compiten en la distribución del tiempo de las delegaciones.

d. Para empeorar aún más las cosas, algunas veces han de convocarse al mismo tiempo de cuatro a cinco sesiones formales.

e. En resumen, las directrices para la programación de reuniones adoptadas en 1995 no se cumplieron con mucho rigor a este respecto.
  

Propuestas de mejoramiento

Es manifiesta la necesidad de introducir mejoras si las próximas negociaciones y programas de trabajo han de permitir una participación eficaz de todos los Miembros de la OMC. Tras considerar esta cuestión cuidadosamente, no pienso que las directrices vigentes en cuanto a la programación de reuniones necesiten una revisión completa en la fase actual. Sin embargo, para dar respuesta a las inquietudes que se han formulado, yo propondría las siguientes medidas:

En primer lugar, las directrices de 1995 para la programación de reuniones han de cumplirse de forma más estricta. Ello exigirá la participación y cooperación intensas de los presidentes de los órganos de la OMC, junto con la Secretaría de la OMC. Esas directrices son muy sencillas y se reducen a lo siguiente:

a. No deberían celebrarse simultáneamente más de dos sesiones formales. Además, de acuerdo con los principios y prácticas acordados por el CNC el 28 de enero y el 1º de febrero, como directriz general, en la medida de lo posible sólo un órgano de negociación ha de reunirse a un mismo tiempo.

b. Las reuniones deberían repartirse de la forma más uniforme posible tanto sobre la duración del año civil como sobre la semana (con inclusión de los viernes que hasta la fecha han sido insuficientemente utilizados).

c. Las fechas de las reuniones no deberían modificarse, salvo que prevalezcan razones políticas o técnicas.

En segundo lugar, los períodos de sesiones de negociación deberían celebrarse a continuación de las reuniones ordinarias de los órganos pertinentes de la OMC para facilitar la participación. Asimismo, las reuniones sobre temas similares podrían agruparse.

En tercer lugar, debería establecerse un calendario anual de reuniones a principios de cada año. Con este fin, propondría que la Secretaría, en estrecha cooperación con los presidente de los órganos de la OMC, elaborara y distribuyera un programa de reuniones a la mayor brevedad, dentro de las próximas semanas.

Y en cuarto lugar, el Presidente del Consejo General y el Presidente del CNC deberían considerar la posibilidad de informar regularmente, y con preferencia en cada reunión ordinaria de esos órganos, sobre la aplicación de las anteriores directrices. Por su parte, la Secretaría seguiría vigilando regularmente el desarrollo de la situación.