NOTICIAS: NOTICIAS 2003

Jueves, 18 de septiembre de 2003

Cancún: Los verdaderos perdedores son los pobres

El Director General Supachai Panitchpakdi, en la edición de 18 de septiembre de 2003 del International Herald Tribune, escribió que el futuro de las cuestiones comerciales posiblemente beneficiosas para los países en desarrollo, tales como la apertura de los mercados de los productos manufacturados, los servicios y la agricultura es incierto debido a la falta de acuerdo en Cancún. Añadió que buscaría inmediatamente vías para hacer avanzar el proceso de la OMC.

Texto del artículo

CANCÚN, México: Los resultados desalentadores de la Conferencia Ministerial que ha concluido aquí el domingo tendrán muchas repercusiones, pero lamentablemente la más importante de ellas será su efecto adverso en los países pobres.

Hace dos años, en la capital de Qatar, los Ministros de Comercio acordaron iniciar negociaciones comerciales globales tomando como punto de referencia al denominado Programa de Doha para el Desarrollo, cuyo núcleo central es la cuestión del desarrollo. Actualmente es un hecho ampliamente reconocido que el comercio constituye un elemento de importancia vital en todo programa de desarrollo, puesto que puede proporcionar beneficios a los países en desarrollo de un valor mucho mayor que toda la ayuda para el desarrollo que éstos reciben.

La apertura de los mercados al comercio de productos manufacturados, servicios y agricultura puede proporcionar la clave del crecimiento y el desarrollo económicos mundiales. Indudablemente, necesitaremos que esta ronda de negociaciones permita obtener resultados equilibrados. Al mismo tiempo, es esencial que las negociaciones permitan obtener a los países en desarrollo más de lo que éstos han recibido como resultado de las rondas comerciales pasadas.

Ya hemos conseguido algunos beneficios para esos países. En los últimos meses, hemos logrado importantes progresos tanto en Ginebra como aquí en Cancún. Alcanzamos un acuerdo histórico el mes pasado sobre el acceso de los países más pobres a los medicamentos esenciales y hemos acordado 28 propuestas que harán extensivo el trato especial y diferenciado a países en desarrollo.

Se presentó una iniciativa para la eliminación progresiva de las subvenciones al algodón que, lógicamente, recibió un amplio apoyo en la Conferencia Ministerial en Cancún. Por primera vez, los países más pobres del mundo participaron activamente en las negociaciones y lograron la inclusión de sus intereses en el programa sobre el comercio. La propuesta de mejora de la situación de los productores de algodón de África Occidental no respondía a las expectativas de los gobiernos de esa región, y una vez que un tema figura en el programa, este es susceptible de mejora.

Lo mismo puede decirse en relación con los progresos alcanzados aquí sobre la agricultura. Muchos países en desarrollo consideraron que los trabajos realizados en Cancún habían hecho avanzar las negociaciones en un sentido muy positivo. Tal vez no se llegó tan lejos como éstos deseaban, pero en un sistema en el que todas las decisiones se adoptan por consenso, los Miembros deben ser realistas sobre las inquietudes políticas de sus asociados comerciales.

Ahora, dado que los Ministros no pudieron alcanzar un acuerdo en Cancún sobe el programa futuro, es incierto el futuro de muchas de esas cuestiones. Por esas y por otras razones el resultado de esta Conferencia Ministerial constituye una gran decepción. Los Ministros no pudieron alcanzar un acuerdo acerca del inicio de negociaciones sobre los denominados temas de Singapur en relación con el comercio y la inversión, comercio y competencia, transparencia de la contratación pública y facilitación del comercio. El nivel de sensibilidad política oscila ampliamente en lo que respecta a esos temas, pero los Miembros no pudieron alcanzar un acuerdo acerca de ninguno de ellos.

Finalmente, los Ministros no pudieron dar muestras de la flexibilidad y la voluntad política necesarias para salvar los obstáculos que les separaban. Lamentablemente, quienes sufrirán más por su incapacidad de contraer un compromiso son los países más pobres de entre nosotros. Un sistema comercial más abierto y equitativo constituiría para ellos un instrumento importante para aliviar la pobreza e incrementar sus niveles de desarrollo económico.

Si deseamos preservar lo que ya hemos alcanzado, aprovechar esos logros y revitalizar esas negociaciones, los Ministros tendrán que intensificar sus esfuerzos a fin de encontrar soluciones a los problemas que no pudieron resolver en Cancún.

La lección de Cancún puede ser que cuando los participantes se demoran demasiado en manifestar sus auténticas posiciones, el compromiso se convierte en aún más difícil de conseguir. Tal vez necesitamos también trabajar estrechamente con grupos de países y abordar sus inquietudes en una fase más temprana a fin de evitar el endurecimiento innecesario de posiciones que complica el proceso de adopción de decisiones en las conferencias ministeriales.

Por mi parte, mi intención es comenzar inmediatamente a estudiar la forma de hacer avanzar este proceso. Esta ronda es demasiado importante para todos nosotros como para permitir que este retraso nos aleje de nuestro objetivo, a saber, el lanzamiento de una ronda ambiciosa y equilibrada que permita un mejor acceso a los mercados y el establecimiento de normas más equitativas para todos nuestros gobiernos Miembros y para los pueblos que representan.