Declaración de Pascal Lamy

Doy la bienvenida a las delegaciones a la vigésima cuarta reunión del Comité de Negociaciones Comerciales.

Desde el 7 de febrero, fecha de nuestra última reunión, se ha desplegado una intensa actividad en distintos niveles en relación con la totalidad del espectro que abarca el Programa de Doha para el Desarrollo (PDD). Nuestra labor aquí, en Ginebra, se ha visto complementada por diversas iniciativas promovidas por algunos Miembros con la intención de hacer avanzar nuestra labor. Esas iniciativas son útiles y necesarias, como creo que todos los participantes saben. No obstante, también es evidente que los progresos logrados en esos contactos informales deben someterse a la consideración de todos los Miembros en el foro multilateral.

Una de esas iniciativas consistió en un ejercicio de simulaciones sobre el efecto que diferentes fórmulas y coeficientes podían tener en el ámbito de la agricultura y el acceso a los mercados para los productos no agrícolas (AMNA). Entiendo que esas simulaciones ya se han puesto en conocimiento de todos los Miembros. Considero que constituyen una contribución importante para aclarar el impacto de las distintas opciones disponibles. Como he dicho en ocasiones anteriores, en la Secretaría estamos dispuestos a ayudar a todo país que lo desee a realizar simulaciones de índole semejante, siempre que se nos proporcionen las cifras.

Hace poco más de dos semanas fui invitado a asistir a una reunión informal en Londres, en la que Ministros de seis países Miembros se habían dado cita para examinar algunas cuestiones fundamentales -los huesos duros de roer, si me permiten la expresión- con el fin de contribuir al avance de nuestra labor.

Como hago siempre en situaciones similares, dejé claro que solamente aceptaba la invitación sobre la base de que esa reunión no constituía en modo alguno un foro de adopción de decisiones, que únicamente la totalidad de los Miembros en Ginebra podían adoptar decisiones y que yo tenía el deber de informar a los Miembros en general con posterioridad a la misma en aras de la transparencia.

La reunión se centró fundamentalmente en tratar de acercar posiciones en cuanto a las cifras y algunos elementos de las disciplinas en tres elementos clave de las modalidades, a saber, la ayuda interna a la agricultura, el acceso a los mercados para los productos agrícolas y el acceso a los mercados para los productos no agrícolas. Creo que resultó provechoso hablar de cifras y tratar de precisarlas, así como sondear ámbitos de posible convergencia. Como todos saben, ninguna de las partes modificó sustancialmente su posición -tampoco era ese el objetivo de la reunión- pero creo que empieza a percibirse la imagen de lo que puede ser el acuerdo final sobre esas cuestiones.

La pregunta clave en relación con la mencionada tríada es cómo alcanzar el nivel preciso de ambición que servirá de punto de referencia para el resto de las cuestiones del orden del día. Ese nivel de ambición es resultado a la vez de las reducciones y de la flexibilidad en esos tres ámbitos. Con respecto a las reducciones, la cuestión es cuánto deberá afectar a los tipos aplicados por encima de los recortes del nivel consolidado, tanto en lo que se refiere a la ayuda interna como en lo tocante al acceso a los mercados, y cómo afectaría a los países desarrollados y a los países en desarrollo. Por lo que atañe a las flexibilidades, se trata de una cuestión de precisión con respecto a los parámetros, como el nuevo compartimento azul, el nivel de minimis, los productos sensibles y especiales, el mecanismo de salvaguardia especial y las flexibilidades previstas en el párrafo 8, así como otros posibles casos específicos, y de determinar cómo ello afectaría a los países desarrollados y a los países en desarrollo.

En suma, creo que la cuestión básica que hay que decidir en relación con las modalidades es cómo asegurarse de que las reducciones, tanto de las subvenciones como de los aranceles, sean un múltiplo de los resultados de la Ronda Uruguay, partiendo de la base de que las flexibilidades legítimas no deben ir en detrimento de esos múltiplos.


La intensa actividad desplegada desde nuestra reunión de febrero nos ha permitido ir más allá de las generalidades y hablar de cifras y textos, que es exactamente lo que ahora necesitamos. En cuanto a los textos, nos estamos acercando a verdaderas negociaciones sobre textos. Buenos ejemplos de ello son, por citar sólo algunos, el nuevo documento sobre ayuda alimentaria presentado por el Grupo Africano y el Grupo de Países Menos Adelantados al Comité de Agricultura en Sesión Extraordinaria, el reciente documento del G-33 sobre el mecanismo de salvaguardia especial y el documento del G-20 sobre el compartimento verde.

Respecto de las cifras clave, estamos próximos a obtener una gama más perfilada de posibilidades e implicaciones. Sin embargo, quedan por adoptar algunas decisiones muy importantes, y ese es el desafío que actualmente tenemos que afrontar.

Como ustedes saben, los grupos de negociación sobre la Agricultura y sobre el AMNA celebraron diversas reuniones la semana pasada y muy pronto recibiremos informes de los respectivos Presidentes. No obstante, creo que, en primer lugar, sería provechoso contemplar con mayor amplitud los progresos realizados en todo el Programa de Doha para el Desarrollo, más allá de la tríada mencionada anteriormente. Como se dijo en nuestra última reunión del CNC, nuestro objetivo en estos momentos es actuar “de manera concertada”; por ello es importante no perder de vista las perspectivas de los trabajos en todos los ámbitos durante las próximas semanas.

En relación con las negociaciones sobre los servicios, desde nuestra última reunión se han presentado peticiones plurilaterales de acuerdo con el calendario adoptado en Hong Kong. Esas peticiones constituyen una buena base para la preparación de las ofertas que han de presentarse el 31 de julio a más tardar. Mientras tanto, entiendo que algunos Miembros consideran que sería útil celebrar un bloque de reuniones a mediados de mayo para asegurar una continuidad entre la presentación de las peticiones plurilaterales y la preparación de las ofertas.

En lo referente a las normas, concretamente en el ámbito de las negociaciones sobre los acuerdos comerciales regionales (ACR), los documentos del Presidente sobre la transparencia de los ACR y las cuestiones sistémicas concernientes a éstos han conferido cierto impulso positivo a la labor. En la esfera de las medidas antidumping y las subvenciones, deberíamos disponer en un futuro próximo de propuestas acompañadas de proyectos de textos jurídicos sobre todas las cuestiones que se encuentran sobre la mesa de negociaciones. Recientemente se han presentado también diversas propuestas sobre subvenciones a la pesca que han dado impulso a ese sector de las negociaciones sobre las normas.

Asimismo, debemos trazar rápidamente un panorama más completo de las cuestiones que pueden ser la base de un acuerdo final en las negociaciones sobre la facilitación del comercio, el comercio y el medio ambiente, los ADPIC y la solución de diferencias, aunque sabemos que la solución de diferencias no forma parte del “todo único”. En algunas de esas esferas, ello implicará la pronta presentación de propuestas o revisiones de comunicaciones anteriores.

En cuanto al algodón, el establecimiento de modalidades relativas a las negociaciones sobre la agricultura es, por supuesto, fundamental. No creo necesario recordarles que los Ministros han dado instrucciones para que la cuestión del algodón se trate ambiciosa, rápida y específicamente dentro de las negociaciones sobre la agricultura y por conducto del Subcomité sobre el Algodón. A propósito de los aspectos de la cuestión relacionados con la asistencia para el desarrollo, el 16 de febrero convoqué una reunión de mi marco consultivo informal e informé a los Miembros sobre los progresos realizados entonces en la reunión del 2 de marzo del Subcomité sobre el Algodón. En la reunión del Subcomité celebrada el día de ayer se presentó un nuevo informe sobre los progresos realizados.

En lo referente al trato especial y diferenciado, debemos empezar a movernos pronto hacia puntos de convergencia, incluida la aplicación de los decisiones adoptadas en Hong Kong en relación con los países menos adelantados, sobre las cuales disponemos de un primer documento relativo a las normas de origen que se han de aplicar en el contexto del acceso a los mercados libre de derechos y de contingentes.

Respecto de la erosión de las preferencias, y teniendo en cuenta los debates mantenidos en nuestra última reunión, la Secretaría está organizando un seminario sobre la erosión de las preferencias en los ámbitos de la agricultura y el AMNA que se celebrará el 3 de abril.

Desearía también pasar revista a los progresos logrados en algunas de las demás esferas de nuestro trabajo en el marco del PDD, aun cuando no son, estrictamente hablando, de la incumbencia del CNC, para que podamos tener un panorama general claro de dónde deberíamos estar en las próximas semanas y meses.

Con respecto a las cuestiones relativas a las pequeñas economías, es importante que sigamos supervisando los avances en otros ámbitos de las negociaciones, en particular la agricultura y el AMNA, con el fin de dar respuestas a esas cuestiones.

En cuanto a la ayuda para el comercio, nuestro trabajo avanza adecuadamente. En las consultas que he mantenido sobre la obtención de recursos financieros adicionales destinados a la ayuda para el comercio, se han planteado algunas buenas ideas y creo que nuestros trabajos van orientados hacia una convergencia sobre posiciones comunes. El Equipo de Trabajo se ha reunido ya dos veces y ha debatido cuestiones de definición, el alcance de la ayuda para el comercio, las corrientes actuales y las tendencias futuras. Próximamente examinará las necesidades y los mecanismos disponibles para hacer operativa la ayuda para el comercio.

Los trabajos relativos al Marco Integrado (MI) van por buen camino. El Equipo de Trabajo finalizará en breve su informe, en el que figurarán recomendaciones para mejorar el MI. A principios de mayo, después de que el órgano gestor del MI las haya examinado, se remitirán a los miembros del Comité Directivo del MI.

Sigo manteniendo consultas aquí con las delegaciones, incluidas las diversas agrupaciones, y con los funcionarios en las capitales, en relación con todos esos frentes, tanto las cuestiones comprendidas en el todo único como otras que no lo están. También sigo colaborando estrechamente con el Presidente del Consejo General y los Presidentes de los grupos de negociación para garantizar la coordinación de nuestras tareas. Permítanme recalcar la necesidad de ofrecer a nuestros Presidentes toda la ayuda de que seamos capaces durante las próximas semanas, así como también insistir en lo que ya dije en la última reunión del CNC: que esto continúa siendo una negociación entre ustedes, los participantes.

Quisiera animarles a que redoblen los contactos entre ustedes a todos los niveles. Todos saben que tendrán que evolucionar, y ahora es el momento de examinar con sus interlocutores los márgenes de maniobra que tienen. Nos quedan 33 días para establecer las modalidades. Por tanto, se acerca rápidamente la hora de la verdad. No tenemos tiempo que perder.

Antes de Hong Kong recomendé que sería prudente volver a calibrar la ambición de cara a la Conferencia Ministerial sin comprometer la ambición general de la Ronda, y todos estuvieron de acuerdo. Hoy día creo que estaríamos cometiendo un enorme error colectivo si pensáramos que podemos posponer el establecimiento de las modalidades previsto para fines de abril. Dejar para el final los tres sectores fundamentales, a saber, la ayuda interna en la agricultura y el acceso a los mercados para los productos agrícolas y para los productos industriales es, desde mi punto de vista, una receta segura para el fracaso. Esos tres sectores son la clave para abordar las otras numerosas cuestiones que también deben dilucidarse para concluir la presente Ronda antes de que finalice el año, y les recuerdo que quedan 279 días para que acabe 2006.

No podemos olvidar que las decisiones han de tener un carácter multilateral y que en su adopción deben participar todos los Miembros, y que el proceso de consideración a ese nivel requiere tiempo. Todos los participantes deben tener presente esto en su planificación particular. Es preciso que los actores fundamentales logren avances significativos en relación con las cuestiones clave, pero no bastará que un reducido número de Miembros aparezca, de repente, el día 30 de abril con un documento entre las manos. El principio “nada de sorpresas” sigue, en mi opinión, siendo tan válido como lo era antes de Hong Kong.

A continuación informaré sobre mi trabajo en materia de aplicación. Como me pidieron los Ministros en Hong Kong, he intensificado el proceso consultivo sobre todas las cuestiones pendientes relativas a la aplicación comprendidas en el párrafo 12 b) de la Declaración Ministerial de Doha, sin perjuicio de las posiciones de los Miembros. En este proceso, he contado con la ayuda de algunos de los Presidentes de los órganos pertinentes de la OMC, que han actuado como Amigos de la Presidencia, y de dos de mis Directores Generales Adjuntos, Valentine Rugwabiza, que se ha ocupado de las medidas en materia de inversiones relacionadas con el comercio, y Rufus Yerxa, encargado de las cuestiones relativas a las indicaciones geográficas y los ADPIC y el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB).

En general, creo que el proceso se ha reactivado gracias a un buen nivel de participación de las delegaciones. En algunos ámbitos parece haber una claridad cada vez mayor sobre cuáles son los intereses de los Miembros, así como una mejor identificación de las cuestiones clave sobre las que se debe avanzar. Seguidamente les pondré al corriente de dónde nos encontramos en cada una de las esferas.

Como bien saben, Rufus Yerxa ha llevado a cabo en mi nombre una labor intensiva de consultas informales sobre las cuestiones relativas a la extensión de la protección de las indicaciones geográficas y a los ADPIC y el CDB. Los días 17 de febrero y 15, 16, 21 y 23 de marzo, el Sr. Yerxa celebró reuniones de participación abierta, y mantuvo conversaciones con las delegaciones en reuniones de diverso formato. Se ha elaborado una lista de cuestiones y preguntas en relación con cada uno de los ámbitos, bajo la responsabilidad del Sr. Yerxa, pero sobre la base de las aportaciones realizadas por las delegaciones. Ello ha servido para facilitar lo que ha demostrado ser un organizado e intensivo intercambio de pareceres. A pesar de las diferentes posiciones existentes con respecto al mandato, las delegaciones han abordado activamente el fondo de las cuestiones planteadas y las propuestas y enfoques presentados.

En relación con la extensión de la protección de las indicaciones geográficas, en las consultas mantenidas sólo se ha abordado la mitad de las preguntas y cuestiones que a juicio de las delegaciones exigían atención, y se requerirá más tiempo para completar ese proceso. Aunque considero que el debate ha permitido que se comprendan mejor las preocupaciones de las delegaciones, las posiciones de los participantes más activos en el debate continúan, básicamente, invariables y polarizadas entre quienes apoyan la extensión de la protección de las indicaciones geográficas y quienes se oponen. Hay también bastantes delegaciones menos activas que siguen muy de cerca la marcha de los trabajos con el fin de evaluar sus propios intereses nacionales en el asunto. Sigue existiendo división de posiciones en torno a algunas cuestiones fundamentales, entre las que cabe señalar las siguientes: si el actual nivel de protección de las indicaciones geográficas para productos distintos de los vinos y bebidas espirituosas prevista en el artículo 22 del Acuerdo de los ADPIC es o no suficiente para proteger esas indicaciones geográficas; las implicaciones de la extensión a otros productores que han venido utilizando los términos en cuestión en su propio mercado y en mercados de terceros países; y la medida en que la extensión de las disposiciones relativas a excepciones establecidas en el artículo 24 podrían disipar las preocupaciones sobre el particular. Uno de los aspectos mencionados como obstáculo para hacer progresos es la interrelación que algunas delegaciones perciben entre la iniciativa de la extensión de las indicaciones geográficas y otras iniciativas propuestas sobre indicaciones geográficas en otros ámbitos de la OMC.

En relación con los ADPIC y el CDB, cabe señalar que en las consultas se han abordado todas las cuestiones indicadas en la lista. Aunque, una vez más, las posiciones han permanecido prácticamente inamovibles, creo que las consultas han permitido identificar con mayor precisión los puntos de divergencia y convergencia y las cuestiones fundamentales de política que aún deben decidirse. Tal vez haya sobre este particular un espectro de opiniones algo más perceptible que el existente en relación con la extensión de la protección de las indicaciones geográficas: por un lado, está la propuesta sobre la divulgación de patentes formulada por un grupo de países en desarrollo, con un amplio apoyo de otros países en desarrollo, cuya finalidad es evitar la concesión errónea de patentes y facilitar la conformidad con los regímenes de acceso y distribución de beneficios y, por otro, la opinión de que no se ha planteado la cuestión de si una propuesta de ese tipo es necesaria o adecuada, y que esos objetivos comunes pueden lograrse más eficazmente de otras formas, sin afectar al sistema de patentes. Entre ambas posiciones, hay quienes apoyan una prescripción más limitada de divulgación de patentes a nivel internacional, circunscrita al origen o fuente del material genético y conocimientos tradicionales conexos y sin implicaciones de fondo para la patentabilidad. Tengo la sensación de que, pese a las diferencias de posición, hay una voluntad general de seguir sosteniendo debates basados en hechos sobre la manera de realizar más eficazmente los objetivos comunes en ese ámbito.

La intensificación de las consultas ha proporcionado una buena base para ir acortando las diferencias; pero aún no se ha avanzado lo suficiente. Para conseguirlo, será menester que todas las delegaciones sigan trabajando de buena fe. A tal efecto, he pedido a Rufus Yerxa que prosiga sus consultas utilizando diversos formatos para explorar la manera de seguir avanzando en las cuestiones fundamentales de política. En abril les informaré nuevamente sobre los avances logrados.

Con respecto a las demás propuestas relativas a los ADPIC, ya he hecho saber que ningún Miembro había aprovechado la oportunidad brindada por el Presidente del Consejo de los ADPIC para ocuparse de esos asuntos. Entiendo ahora que el Grupo Africano ha indicado que prevé reactivar las propuestas que había planteado y está trabajando en ello.

En lo que concierne a la balanza de pagos, se ha celebrado una nueva consulta, pero no se ha producido ningún cambio respecto de esta cuestión desde antes de Hong Kong. Sigue existiendo una brecha considerable entre las posiciones de los proponentes y las de los oponentes.

Se deduce, a tenor de las consultas realizadas, que la brecha no puede salvarse mediante nuevas negociaciones a nivel técnico sobre un posible texto de transacción, salvo que se hagan aportaciones políticas que permitan una flexibilidad mucho mayor por ambas partes.

En el ámbito del acceso a los mercados, todavía se está a la espera de un documento destinado a dar precisión a la propuesta inicialmente presentada por Santa Lucía con respecto a la redistribución de los derechos de negociación.

Con respecto a las MIC, Valentine Rugwabiza me ha informado de que continúan existiendo importantes diferencias de opinión tanto sobre el fondo de las cuestiones como sobre el modo de abordarlas. Sin embargo, proponentes y oponentes coinciden ahora en que una solución de procedimiento no sería suficiente. Por consiguiente, parece que, en lugar de continuar las consultas a nivel técnico, lo que se requiere en estos momentos son aportaciones políticas para explorar la posibilidad de conseguir que las posiciones de los Miembros sean más flexibles. Ello implicaría una mayor claridad por parte de los proponentes en ejemplos concretos de las cuestiones en juego.

Con respecto a las cinco propuestas relativas al Acuerdo sobre Valoración en Aduana, la situación no ha variado y no hay perspectivas visibles de avanzar al respecto.

Por lo que se refiere a la única propuesta en la esfera de las salvaguardias, la situación permanece inmutable. El Comité informó en 2002 de que no podía proponer un curso de acción por falta de convergencia. Teniendo en cuenta que el proponente no sigue promoviendo activamente su propuesta, al Comité le resulta difícil volver a tratarla, salvo que el proponente lo solicite expresamente.

En la esfera de los obstáculos técnicos al comercio (OTC), y en el marco del Cuarto Examen Trienal, tanto la asistencia técnica como la evaluación de la conformidad, que son pertinentes para las cuestiones contenidas en los dos incisos en el contexto de los OTC, se encuentran sobre la mesa como elementos convenidos que deberían figurar en el informe del Comité previsto para noviembre de este año. Sin embargo, no ha habido nuevos debates sustantivos sobre las cuestiones relativas a la aplicación per se. Habida cuenta de las consultas que ha celebrado, el antiguo Presidente tampoco ha podido sugerir una línea de acción a seguir con respecto a estos incisos.

En resumen, a pesar de los máximos esfuerzos desplegados, aún tenemos que lograr avances concretos para encontrar soluciones adecuadas a esas cuestiones. No obstante, parece existir una voluntad de seguir debatiéndolas en la mayoría de las esferas. Todos sabemos que este ejercicio se ha prolongado durante un largo tiempo, y actualmente es preciso trabajar para llevarlo a término. En resumen, debemos pensar en la obtención de resultados en el breve plazo que nos resta para hacerlo. Propongo que nuestra labor se centre en el logro de resultados operativos para el mes de julio, o antes si es posible. Quisiera una vez más encarecerles que hagan todo lo posible para poder avanzar, a fin de cumplir el mandato establecido en el párrafo 39 de la Declaración Ministerial de Hong Kong.

Aquí finaliza mi informe sobre aplicación.

Con respecto al proceso, creo que, para que se establezcan modalidades según lo previsto en la Declaración de Hong Kong, se requerirá algún tipo de intervención de los Ministros durante la última semana de abril, con un margen de seguridad la primera semana de mayo. Para ello, hace falta que intensifiquen sus trabajos desde este instante y hasta el inicio de las semanas dedicadas a la agricultura y el AMNA, que comienzan el 18 de abril.

El estado de ánimo que hoy nos embarga podría describirse, en resumidos términos, como una intensa sensación de urgencia según nos vamos acercando a la fecha límite y, en mi opinión, una necesidad de cambiar de marcha en todas las esferas de la negociación, empezando por la tríada de la ayuda interna y el acceso a los mercados en la agricultura y los productos industriales.

Declaraciones de los presidentes de los órganos establecidos por el CNC (TN/DS/15, TN/IP/15, TN/MA/17, TN/RL/16, TN/S/25)

Declaración del Presidente del CNC Pascal Lamy ante la reunión celebrada por este Comité el 28 de marzo
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Aspectos más destacados de la conferencia de prensa que siguió a la reunión (en inglés)
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