Los dos documentos se distribuyeron prácticamente al mismo tiempo, dado que los Miembros asocian ambos temas. Con su distribución se inicia una vez más otra intensa serie de reuniones. Tras un período de nuevos debates en los grupos de negociación sobre cada esfera, los Miembros tienen la intención de pasar a una nueva fase en la que ésas y otras esferas de la Ronda de Doha puedan negociarse de forma comparativa, con la esperanza de poder lograr un acuerdo en las próximas semanas o los próximos meses.

En última instancia, los Miembros quieren negociar un equilibrio aceptable entre la profundidad de los recortes (el “nivel de ambición”) de los aranceles agrícolas y no agrícolas y de las subvenciones a la agricultura, así como la magnitud de los recortes que desean en cada esfera.

Por lo tanto, los proyectos no son en modo alguno el texto definitivo. Reflejan sobre el papel las posibles esferas de acuerdo, de manera que los Miembros puedan formular observaciones e introducir modificaciones adicionales.

Los textos distribuidos se basan en las posiciones que los gobiernos Miembros de la OMC han mantenido durante varios meses de la negociación. Contienen las opiniones de los Presidentes de las negociaciones sobre cuáles son los aspectos en que los gobiernos podrían llegar a un acuerdo, forjadas a partir de lo que los Miembros han propuesto y debatido a lo largo de siete años de negociaciones y de sus respuestas a los anteriores documentos de los Presidentes.

Por consiguiente, éstas no son “propuestas” de los Embajadores de Nueva Zelandia y el Canadá en el sentido habitual del término. Dicho de otro modo, no reflejan lo que a juicio de los Presidentes sería “positivo” para el comercio mundial de productos agropecuarios y productos no agrícolas, sino lo que podrían aceptar todas las partes en las negociaciones.