OMC: NOTICIAS 2008
Ver también:
> Declaraciones
de las delegaciones
Observaciones introductorias del Presidente
Es indiscutible que esta reunión ha fracasado.
Los Miembros no han podido salvar sus diferencias.
Todos hemos trabajado muy arduamente durante más de una semana. El hecho
de que los Ministros y los altos funcionarios hayan estado dispuestos a
realizar este enorme esfuerzo es en sí mismo prueba del valor que todos
atribuimos al sistema de la OMC.
Se han logrado muchas cosas esta semana. Estuvimos muy cerca de
finalizar las modalidades para la agricultura y el AMNA. Hemos podido
encontrar soluciones para una amplia gama de problemas que durante años
se habían considerado insolubles. Los negociadores han estado dispuestos
a ir más allá de sus posiciones arraigadas y procurar la avenencia. Sin
embargo, no pudimos lograr la convergencia en la esfera del mecanismo de
salvaguardia especial. Y ni siquiera llegamos a debatir la cuestión del
algodón. Por consiguiente, no vamos a poder establecer las modalidades
sobre la agricultura y el AMNA esta semana.
Las posiciones divergentes respecto del volumen de importaciones y del
nivel de activación del mecanismo de salvaguardia especial han llevado
al fracaso. Teníamos el mandato de crear una salvaguardia para proteger
a los países en desarrollo del aumento repentino de las importaciones de
alimentos; quienes temían que la salvaguardia diera lugar a una
perturbación del comercio normal querían un nivel de activación lo más
alto posible; quienes temían que la salvaguardia no funcionara si era
demasiado onerosa querían un nivel de activación más bajo. Después de
más de 36 horas tratando de encontrar un acercamiento entre estas dos
posiciones, hoy se hizo evidente que las diferencias eran
irreconciliables.
Esperaba venir a decirles que hemos alcanzado un acuerdo para recortar
el nivel de las subvenciones causantes de distorsión del comercio -y
ponerles un tope- como nunca antes. Tenía la esperanza de poder
anunciarles que la carne vacuna, el azúcar, el etanol, los productos
tropicales o los productos que sufren la progresividad arancelaria
verían mejorado su acceso a los mercados en todo el mundo. Tenía la
esperanza de poder decirles que las crestas arancelarias sobre los
productos industriales de interés para los países en desarrollo han sido
recortadas, que los países menos adelantados consolidarán el acceso a
los mercados libre de derechos y de contingentes en la OMC, que se han
reducido las subvenciones al algodón en las CE y los Estados Unidos, y
que se ha eliminado la ayuda a las exportaciones en forma de
subvenciones, empresas comerciales del Estado, créditos a la exportación
o ayuda alimentaria. Habría visto con satisfacción la desaparición de la
cláusula de salvaguardia especial en la esfera de la agricultura. Y la
lista sigue.
Es demasiado fácil pasar por alto el valor de lo que tenemos sobre la
mesa, no sólo en la agricultura y el AMNA, sino en todos los ámbitos del
programa, como en los servicios -el sector de mayor crecimiento y más
dinámico en la mayoría de las economías- la facilitación del comercio,
el comercio y el medio ambiente, y las normas (disciplinas sobre medidas
antidumping, subvenciones y subvenciones a la pesca).
Los informes de los Presidentes de todos estos grupos de negociación han
revelado la magnitud de las negociaciones en todas las esferas.
Examinaremos esta cuestión mañana. Los informes muestran también la
vasta y profunda gama de beneficios que puede reportar esta Ronda y sigo
pensando después de esta semana que lo que tenemos sobre la mesa es dos
o tres veces más de lo conseguido en cualquier otra negociación
multilateral anterior.
Me imagino que habrá que esperar a que se aquieten las aguas antes de
decidir la manera de seguir adelante, y si tienen ustedes ideas al
respecto les pido que las maduren para la reunión formal del CNC que se
celebrará mañana. Hemos escuchado en la Sala Verde, justo antes de esta
reunión informal del CNC, algunos deseos y algunas ideas sobre lo que
habría que hacer con los resultados que tenemos encima de la mesa. Por
lo pronto, los textos sobre la agricultura y el AMNA, aunque no estén
acordados, están sobre la mesa. También lo está toda la labor realizada
en los demás grupos. Esto representa miles de horas de negociaciones y
de inversión política de los Miembros. Lo que escuchamos en la Sala
Verde y lo que probablemente escucharemos mañana es que todo esto no
debe ni puede echarse a perder. Me esforzaré por mantenerlo y por
orientar a los Miembros en estos momentos difíciles, pero no hay que
hacerse ilusiones en cuanto a las consecuencias de lo ocurrido hoy.
Lo acontecido hoy no fortalecerá el sistema de comercio multilateral,
que en los últimos 60 años les ha ofrecido a ustedes una eficaz póliza
de seguro contra el proteccionismo. Este fracaso supondrá otro golpe más
a la ya frágil economía mundial, por no mencionar las consecuencias para
los países desarrollados y en desarrollo en otros ámbitos de cooperación
internacional, como el cambio climático.
En un plano más personal, evidentemente me apena profundamente no haber
sido capaz de contribuir a esta modernización del sistema de comercio
mundial para que funcione de un modo más favorable al desarrollo, que,
en cuanto a mí respecta, es el objetivo básico de lo que tratamos de
hacer. Antes de concluir, quiero dar las gracias a los Presidentes (Crawford,
Don y Bruce), que probablemente hayan dormido todavía menos que yo, y a
los equipos de la Secretaría por sus contribuciones. Como les dije al
comienzo de esta reunión, no tengo intención de dar la palabra para que
se formulen observaciones. El debate tendrá lugar mañana, cuando todos
hayan reflexionado un poco sobre lo ocurrido.
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