OMC: NOTICIAS 2011

INICIATIVA “HECHO EN EL MUNDO”

El Director General Pascal Lamy, en la presentación de la publicación conjunta de la OMC e IDE-JETRO “Pautas del comercio y cadenas de valor globales en Asia Oriental” celebrada el 6 de junio de 2011 en la OMC, dijo que “al centrarse en los valores brutos de las exportaciones y las importaciones, las estadísticas tradicionales sobre el comercio nos presentan una imagen distorsionada de los desequilibrios comerciales entre paises”. “La imagen sería distinta si tuviéramos en cuenta cuánto valor añadido nacional se incorpora en estas corrientes”, dijo. Explicó que la fabricación mundial ha introducido una nueva dimensión en la relación entre el comercio, las inversiones, la producción industrial y el desarrollo. “Lejos de ser un juego de suma cero, el comercio de tareas resultó ser un juego en el que todos ganan para la región de Asia”, observó. Invitó al público a continuar el diálogo de manera virtual, a través del sitio Web de la iniciativa “Hecho en el mundo” de la OMC.

MÁS INFORMACIÓN:
> Pautas del comercio y cadenas de valor globales en Asia Oriental: del comercio de mercancías al comercio de servicios

  

Intervención de fondo del Director General de la OMC Pascal Lamy

Es un gran placer para mí darles la bienvenida a este acto para examinar una publicación reciente, fruto de la colaboración entre la IDE-JETRO y la OMC, sobre las cadenas de valor globales y su repercusión en la estructura del comercio.

Más adelante, podrán ustedes escuchar la presentación de los autores del libro y las observaciones de dos distinguidos investigadores, el Dr. Nakatomi y el Dr. Koopman.  Permítanme decir unas pocas palabras para definir el debate que vamos a mantener.

Una de las misiones de esta Organización es lograr que se comprenda mejor la actividad manufacturera mundial y su repercusión en la medición de la estructura del comercio.  De hecho, para adoptar las políticas que se imponen es indispensable elaborar estadísticas apropiadas que permitan comprender correctamente la naturaleza de la producción y el comercio mundiales.

Quisiera empezar insistiendo en dos aspectos:

Primero, los efectos de la producción manufacturera mundial y del “comercio de operaciones” en la forma en que debemos encarar el comercio internacional y su reglamentación en el marco de la OMC.

En segundo lugar, la importancia de la producción manufacturera mundial y la experiencia de Asia, para entender mejor la relación entre comercio y desarrollo.

Hoy en día, las realidades comerciales ya no son las mismas que cuando se forjaron las normas que rigen el comercio mundial después de la Segunda Guerra Mundial.  Con la globalización, la antigua división internacional del trabajo entre las naciones ha cambiado radicalmente.  Las cadenas de valor globales, o cadenas internacionales de suministro, ocupan un lugar central en esta evolución.  Con la fragmentación internacional de la producción van desapareciendo las fronteras tradicionales y las distancias.  La reducción de los costos de transporte, la revolución de las tecnologías de la información y la mayor apertura de las políticas económicas han hecho que resulte más fácil “desglosar” la producción, no solo dentro de los países sino también entre muchos de ellos.

Interrogantes como “quién produce qué y para quién” y “dónde se concentra el valor añadido” son quizás tan importantes como el concepto tradicional de país de origen, que no solo rige las estadísticas aduaneras, sino también la aplicación del principio fundamental de la OMC, el de la nación más favorecida.

Sin embargo, responder a esos interrogantes con las herramientas estadísticas de que disponemos actualmente no es tarea fácil.  El concepto de país de origen para los productos manufacturados es cada vez más complejo, a medida que las diversas operaciones, desde el diseño del producto hasta la fabricación de los componentes, el montaje y la comercialización, se han dispersado por el mundo.

Según la teoría del comercio internacional, el comercio de mercancías está considerado como un sustituto del movimiento de los factores de producción.  Por consiguiente, las mercancías que un país importa de su interlocutor comercial son consideradas como una oferta adicional de trabajo y de capital del país interlocutor que compite con la de los trabajadores y empresarios del país importador.  Sin embargo, con la fragmentación de la producción, la proporción de valor añadido por los factores de producción del país de origen a los productos que son objeto de comercio es mucho más baja que en el pasado.  Este crecimiento del comercio de partes y componentes hace que las estadísticas relativas a las importaciones exageren el grado de competencia imputable a los interlocutores comerciales.

En el libro se destacan algunos de los cambios que la medición del comercio en términos del valor añadido entrañaría para nuestra comprensión de los indicadores del comercio.

En esta obra se presenta el famoso ejemplo del iPod ensamblado en China por Apple y se demuestra cómo la mayor parte del valor de exportación registrado en las estadísticas comerciales de China proviene del Japón y de otros países de Asia.  Según las estadísticas actuales, resultaría sobrevalorada la medida en que un volumen dado de importaciones implica una competencia entre los factores de producción del país de origen y del país importador.

Asimismo, al centrarse en el valor bruto de las exportaciones y de las importaciones, las estadísticas comerciales convencionales también nos dan una imagen distorsionada de los desequilibrios comerciales entre los países.  La situación sería muy distinta si se tuviera en cuenta la cantidad de valor añadido nacional contenida en esas corrientes.  En el libro se ilustra este aspecto con ejemplos concretos.

Eso no significa que los desequilibrios macroeconómicos deban tomarse a la ligera.  En el informe se demuestra que, cuando los desequilibrios son profundos en términos estructurales, algunos de los principales beneficios del comercio, como la creación de empleo en función de las ventajas comparativas, se van disipando a causa de las consecuencias macroeconómicas negativas de esos desequilibrios y de los efectos recesivos que genera su corrección.  Sin embargo, como demuestra claramente el uso de estadísticas comerciales en términos de valor añadido, la corrección de los desequilibrios macroeconómicos no pasa por la corrección de los déficit comerciales bilaterales.

Cuando un producto contiene muchas partes fabricadas en otros muchos países, el efecto de una apreciación o una depreciación aisladas de la moneda en el precio de venta en los mercados de exportación se reducirá al contenido nacional de esas exportaciones, es decir, a su “contenido de valor añadido”.  Esto puede explicar por qué en los estudios empíricos sobre el impacto de las variaciones de los tipos de cambio en los desequilibrios suele indicarse que solo tienen efectos limitados o ambiguos.

Sin embargo, estoy seguro de que tendrán ustedes la oportunidad de examinar algunas de las consecuencias económicas de esa cuestión durante los debates que celebrarán esta mañana.

Permítanme pasar al segundo aspecto, el de las consecuencias de la cadena global de producción en el desarrollo.  El libro demuestra que la producción industrial en Asia viene impulsada por la demanda de los Estados Unidos y explica cómo los productores de Asia se han organizado para satisfacer esa demanda, especializándose en función de su ventaja comparativa.  Es un buen ejemplo de interdependencia mutuamente beneficiosa.

La producción manufacturera mundial ha dado una nueva dimensión a la relación entre comercio, inversión, producción industrial y desarrollo.  En el libro se expone con claridad la nueva economía del comercio y el desarrollo.

Me interesaron particularmente los gráficos que muestran cómo algunos países en desarrollo asiáticos están por alcanzar al Japón como principales interlocutores comerciales de los Estados Unidos.  Contrariamente a lo que habrían esperado los mercantilistas, esa competencia no redujo la importancia del Japón como líder en la región.  En realidad, esos cambios reflejan una redistribución de las funciones y de las tareas en la cadena de suministro regional, ya que la mayoría fueron iniciados por las propias empresas japonesas.  Lejos de ser un juego de suma cero, el comercio por operaciones ha resultado ser un juego beneficioso para todos los países de la región.  En menos de 20 años, los países relativamente menos avanzados de Asia han pasado a ser importantes actores en las industrias manufactureras.

Aparte de China, considerada actualmente como la “fábrica del mundo”, hay otros casos de éxito industrial en Malasia, Indonesia o Tailandia, que no se limitan a la producción manufacturera.  El comercio de servicios comerciales se ha multiplicado, ya que, para desarrollarse, la producción manufacturera mundial necesita servicios logísticos, servicios de comunicación y servicios prestados a las empresas del más alto nivel.  En este proceso, como demuestra el libro, Hong Kong y Singapur se han convertido en gigantescos centros de comercio, mientras que la India y Filipinas han desarrollado con éxito actividades de exportación de los servicios prestados a las empresas.

Actualmente, asistimos a la aparición de nuevos actores regionales que se suman a la cadena de suministro regional de Asia, haciendo las inversiones y las reformas institucionales necesarias para beneficiarse de sus ventajas comparativas.  Algunos de esos países, como Camboya o Viet Nam, están entre los países más pobres del mundo.  Su experiencia, como la de otros países de Asia que los precedieron en esta aventura, es de suma importancia para entender a fondo cómo los países menos adelantados pueden beneficiarse de la nueva economía internacional.

He aquí algunas de las ideas del libro que más me han interesado:

En primer lugar, que la oferta interna debe responder a la demanda internacional.  Contrariamente a lo que muchos piensan, el éxito registrado por los países asiáticos se debió a que los proveedores de esos países pudieron responder al auge de la demanda en los Estados Unidos, tanto en volumen como en diversidad.  Como la autarquía y el aislacionismo no eran una opción, los países de Asia abrieron sus economías al comercio y a la inversión extranjera, y fue así como se pasó del “Asia en desarrollo” al “Asia emergente”.

En segundo lugar, el Estado, en sus dimensiones centrales y territoriales, es un asociado clave para la facilitación del comercio.  El libro demuestra cómo los gobiernos de la región cooperaron con los sectores industriales para reducir el costo de las operaciones comerciales, bajando los aranceles aplicables a las mercancías objeto de comercio, simplificando los procedimientos aduaneros y creando una infraestructura adecuada de transportes y comunicaciones.

En tercer lugar, un entorno institucional más previsible allanó el camino para la entrada de grandes corrientes de inversión extranjera directa, tanto para la producción manufacturera como para el suministro de servicios a las empresas.

Estoy seguro de que conocen ustedes bien estos elementos, ya que muchos de ellos son parte integrante del Programa de Doha para el Desarrollo.

Esta cuestión merece especial atención por parte de los responsables políticos en las capitales y me parece que los Ministros, que se reunirán en Ginebra en diciembre con motivo de la Octava Conferencia Ministerial de la OMC, querrán examinarla.  Aprovecho esta oportunidad para invitarles a todos a proseguir este diálogo, incluso de forma “virtual”, a través del sitio Web “Hecho en el mundo”, que hemos creado recientemente.

Por último, quisiera agradecer al Sr. Shiraishi y al Sr. Nakatomi y, a través de ellos, al Japón, su cooperación en este proyecto.  Quisiera también dar las gracias a la Cámara de Comercio Internacional por el valioso apoyo que ha prestado a esta iniciativa, así como a todos los participantes por su interés en este tema.

Gracias por su atención.

Presentación del libro:
 Intervenciones 

 

> “Global  Value Chain” in East Asia
Michitaka Nakatomi
President, Japan External Trade Organization(JETRO)

 

> Trade patterns and global value chains in East Asia : From Trade in Goods to Trade in Tasks
Christophe Degain
WTO

 

> An Evolutionary Perspective on Production Networks in the Asia-US region
Satoshi Inomata
Institute of Developing Economies JETRO

  

> Trade Patterns and Global Value Chains in East Asia: From Trade in Goods to Trade in Tasks
Dr. Robert Koopman
Chief Economist, U.S. International Trade Commission


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