OMC: NOTICIAS 2012

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La OMC y el APEC tienen funciones y misiones complementarias.  Ambas organizaciones abogan por un comercio libre y abierto en un marco no discriminatorio y basado en normas como instrumento para contribuir de manera efectiva al crecimiento económico, el desarrollo y la reducción de la pobreza.

El APEC se ha afirmado como foro de primer orden para el debate abierto sobre algunos de los retos más recientes acuciantes y, a menudo, controvertidos que tienen ante sí el sistema multilateral de comercio.  Por ello va a la vanguardia en muchas esferas que interesan al conjunto de los Miembros de la OMC, entre las que figuran las siguientes.

Cadenas de valor mundiales

La expansión de las cadenas de valor mundiales ha transformado radicalmente el comercio y el modo en que lo entienden y lo miden las empresas y los responsables de formular las políticas.  Comprender mejor la magnitud de este fenómeno, puede contribuir a diseñar políticas adecuadas para reglamentar sus efectos y aprovechar sus ventajas.  Un primer paso importante para ayudar a explicar la complejidad de las transacciones internacionales y hacer avanzar las políticas comerciales –generales y específicos- en la buena dirección sería calcular las corrientes comerciales teniendo en cuenta el valor añadido.

La adición de valor a lo largo de las cadenas de valor internacionales tiene varias repercusiones para las empresas.  La competitividad de una empresa no depende únicamente de su propia productividad sino también de la de sus proveedores, del acceso a los servicios, y de la existencia de una infraestructura eficiente y de medidas que faciliten el intercambio transfronterizo de mercancías y servicios.

En este contexto, los responsables de la formulación de las políticas deben tener en cuenta varias consideraciones.  En primer lugar, las importaciones revisten tanta importancia como las exportaciones y las medidas proteccionistas pueden dañar gravemente la competitividad de un país.  En segundo lugar, hay una mayor complementariedad entre las mercancías y los servicios, por lo que el fomento de la competitividad de la infraestructura y los servicios de apoyo — en particular en el ámbito del transporte, la logística, la comunicación y los servicios prestados a la empresas — puede tener efectos positivos en los costos de producción y en la competitividad global de la rama de producción.  En tercer lugar, la proliferación de medidas no arancelarias puede obstaculizar seriamente el comercio, como se muestra en el reciente Informe sobre el comercio mundial de la OMC, dedicado a esta cuestión.  La labor del APEC en esta esfera puede complementar los trabajos emprendidos en la OMC.

En cuarto lugar, la existencia de medidas de facilitación del comercio armonizadas que aseguren la fluidez y rapidez de los procedimientos aduaneros tiene un gran valor sistémico para el buen funcionamiento de las cadenas de valor regionales y mundiales.  En este ámbito, la cooperación multilateral es importante.  En el contexto del Programa de Doha para el Desarrollo (PDD), los Miembros de la OMC están negociando un acuerdo sobre la facilitación del comercio, que podría garantizar unas corrientes comerciales más libres y más eficientes a nivel mundial.  La facilitación del comercio se considera desde hace tiempo una esfera en la que es posible lograr resultados a corto plazo, a pesar de algunas divergencias entre los Miembros sobre el modo de hacerlo.  Habida cuenta la labor del APEC en este ámbito y de sus logros en materia de reducción de los costos de las transacciones comerciales en la región, el APEC puede ayudar a los Miembros de la OMC a convertir ese éxito regional en un éxito multilateral.

Seguridad alimentaria

La seguridad alimentaria es otra esfera que puede contribuir al crecimiento económico, el desarrollo y la reducción de la pobreza y que puede abordarse con un comercio internacional abierto y previsible.

Esta cuestión ocupa un primer plano desde la crisis alimentaria de 2007-2008, cuando las respuestas unilaterales y descoordinadas de los gobiernos acentuaron, en muchos casos, las subidas de los precios mundiales de los alimentos, en particular por la imposición de restricciones a la exportación. Dichas restricciones tuvieron un efecto dominó de cierre de mercados y de disparo de los precios;  cada restricción desencadenaba otra, y empezó a vislumbrarse una crisis alimentaria mundial.

Este año también se han previsto un disparo de los precios de los alimentos a raíz de la sequía que ha azotado a varios grandes productores de cereales.  Aunque la situación actual no puede calificarse de crisis, es importante que los gobiernos adopten medidas transparentes y multilaterales y traten de hacer frente a las consecuencias negativas que el incremento de los precios de los alimentos tiene en los países en desarrollo importadores netos de productos alimenticios y en los miembros más pobres de nuestras sociedades.  A este respecto, es fundamental mantener la apertura de las corrientes comerciales y permitir que las fuerzas del mercado cumplan su función.  En estos momentos hay que evitar empeorar las cosas.  Hay que evitar las restricciones a la exportación.  Al actuar como correa de transmisión entre la oferta y la demanda, el comercio internacional puede servir de mecanismo para trasladar las disponibilidades desde las zonas excedentarias a las deficitarias.

Las economías del APEC han prestado mucha atención a esta cuestión, fomentando la productividad y el crecimiento en el sector de la agricultura, estimulando el desarrollo y la adopción de nuevas tecnologías agrícolas y apoyando los alimentos regionales.  A nivel multilateral, las negociaciones sobre la agricultura en el marco del PDD pueden beneficiarse notablemente de la experiencia del APEC y de las enseñanzas que ha extraído en esta esfera.  Si queremos que el comercio contribuya a la seguridad alimentaria, es preciso abordar con carácter prioritario las distorsiones del comercio que subsisten en la esfera de la agricultura, ya sea en forma de subvenciones o de aranceles.

Programa de Doha para el Desarrollo

En la última reunión del Consejo General, celebrada en julio, el Director General de la OMC instó a los Miembros a hacer plenamente operativas las orientaciones relativas al Programa de Doha para el Desarrollo impartida por los Ministros en la Octava Conferencia Ministerial el pasado mes de diciembre.  Seis meses después, es necesario cambiar de velocidad y ver qué pasos concretos se pueden dar para seguir adelante.

En efecto, en la Octava Conferencia Ministerial, los Ministros reconocieron que no todos los elementos del PDD podrían concluirse simultáneamente en un futuro próximo.  La vía propuesta consiste entre otras cosas en adoptar un enfoque gradual y pragmático que permita hacer avanzar las esferas en que se puedan lograr progresos a corto plazo, y en reflexionar con más seriedad y creatividad sobre cómo superar las diferencias en las esferas en que parece difícil lograr la convergencia.

También en este ámbito, el APEC puede ayudar a acelerar las negociaciones.  Gracias a su labor precursora en muchas cuestiones relacionadas con el comercio a nivel regional, como los bienes y servicios medioambientales, los miembros del APEC -todos ellos ya también Miembros de la OMC- pueden hacer una valiosa aportación al examen de diferentes enfoques de negociación y formas innovadoras de avanzar trasladando su experiencia regional al nivel multilateral.

Cooperación multilateral

El actual deterioro de la situación económica obliga a reforzar la cooperación internacional de forma urgente.  Las causas profundas de la crisis económica mundial, así como las nuevas cuestiones que figuran en el programa mundial, -como la seguridad alimentaria, la energía, el cambio climático, o el comercio y los tipos de cambio- constituyen desafíos mundiales cuyas repercusiones no se limitan a la jurisdicción territorial de un país, sino que se dejan sentir más allá de las fronteras.  La acción unilateral no es suficiente y, en ocasiones, puede resultar contraproducente.  Se precisa una acción colectiva para fortalecer la cooperación multilateral y encontrar soluciones globales a fin de evitar nuevas tensiones.

El sistema multilateral de comercio ilustra cómo la cooperación internacional sobre cuestiones relacionadas con el comercio garantiza cierto grado de estabilidad y de previsibilidad, especialmente en épocas de crisis, al evitar que se recurra en exceso al proteccionismo.  La liberalización multilateral ha resultado ser más eficaz que la liberalización unilateral del comercio.  La liberalización regional como la que ha llevado a cabo el APEC muestra un deseo de apertura del comercio y puede desempeñar una función precursora para proseguir la liberalización a nivel multilateral.

Comercio y desarrollo - Ayuda para el comercio

La apertura multilateral del comercio propiciada por la OMC también tiene por objeto asegurar que las ventajas del comercio abierto se distribuyan más ampliamente, teniendo en cuenta las necesidades y los intereses de los más pobres.  La iniciativa Ayuda para el Comercio es un complemento importante de la apertura del comercio.  Al hacer frente a las limitaciones relacionadas con la oferta, permite a los países más pobres aprovechar las oportunidades de acceso a los mercados.  En reconocimiento de la necesidad de apoyar la integración de los proveedores de los países en desarrollo en lascadenas de valor regionales y mundiales, el cuarto Examen Global de la Ayuda para el Comercio, previsto para 2013, se centrará en las cadenas de valor mundiales y el desarrollo del sector privado.

Ciertamente, el crecimiento económico por sí mismo nopuede ser el único objetivo de la apertura del comercio.  Como muy bien saben los miembros del APEC, no puede haber desarrollo si los beneficios del crecimiento económico no son sostenibles y no crean oportunidades para los más pobres.  Al potenciar el empleo y el aumento de los ingresos, el comercio puede proporcionar, directa e indirectamente, esa clase de oportunidades a los miembros más pobres de nuestras sociedades.

Adhesión de Rusia

La adhesión de la Federación de Rusia a la OMC, tras 18 años de negociaciones, es un testimonio concreto de confianza en la Organización y en el sistema multilateral de comercio.  Con la adhesión formal de Rusia el 22 de agosto, la OMC abarca el 97 por ciento del comercio mundial y se acerca a la composición universal.  La adhesión de Rusia a la OMC beneficia a todos:  abre nuevas oportunidades comerciales y consolida la integración de la Federación de Rusia en la economía mundial, asegurando una mayor previsibilidad y estabilidad a las empresas y a los interlocutores comerciales.

En su calidad de país anfitrión de la reunión del APEC este año, y tanto por su peso en el comercio internacional como por su condición de nuevo Miembro de la OMC, Rusia puede desempeñar un papel fundamental para afrontar los nuevos retos del sistema multilateral de comercio.

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