OMC: NOTICIAS 2016

DIRECTOR GENERAL


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Observaciones del Director General Azevêdo

Señoras y señores:

Me complace en grado sumo estar aquí con ustedes esta tarde.

Según me han dicho, han tenido un debate muy interesante a lo largo del día.

Me gustaría dar las gracias a nuestros amigos del IDEAS Centre y el ICTSD por organizar este acto.

Y me gustaría también dar las gracias al T-20 por encabezar esta iniciativa, así como a sus asociados, a saber, el Instituto de Economía y Política Mundiales de la Academia China de Ciencias Sociales; el Instituto de Estudios Internacionales de Shanghái; y el Instituto de Estudios Financieros Chongyang de la Universidad de Renmin de China. Considero que esta reunión de hoy es sumamente oportuna, en particular en la actual coyuntura.

El crecimiento del comercio se ha visto muy afectado por la escasa demanda mundial, en un momento en que los países desarrollados están saliendo lentamente de la recesión y las economías emergentes van adquiriendo madurez.

Por ello, debemos adoptar medidas para promover el comercio, eliminar los obstáculos y alcanzar nuevos acuerdos.

En los últimos años se ha centrado mucho la atención en las iniciativas comerciales bilaterales y regionales, como el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) y el de la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión (TTIP). Sé que la relación entre estas iniciativas y el sistema multilateral ha sido hoy uno de los puntos en el orden del día.

Como ya saben, esta clase de acuerdos coexiste desde hace tiempo con la OMC. A mi modo de ver, son acuerdos muy positivos y pueden reportar importantes beneficios económicos.

Sin embargo, es evidente que un conjunto heterogéneo de reglamentaciones y normas comerciales superpuestas es menos eficaz que un sistema mundial de normas.

No cabe duda de que el sector privado tiene una clara preferencia por la acción multilateral, cuando esta se puede materializar.

Algunas cuestiones, como la ayuda interna a la agricultura o las subvenciones a la pesca, solo se pueden abordar como es debido o plenamente a nivel mundial.

Así pues, debemos velar por que el comercio funcione bien a todos los niveles, y esforzarnos en contribuir lo máximo posible.

En los últimos dos años y medio, la OMC ha empezado a concertar nuevos acuerdos comerciales, que están produciendo resultados significativos.

En 2013, en nuestra Conferencia Ministerial de Bali, los Miembros de la OMC lograron alcanzar el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio.

Fue el primer gran acuerdo mundial sobre el comercio de los últimos 20 años.

Después, en 2015, en nuestra Conferencia Ministerial de Nairobi, los Miembros convinieron en eliminar las subvenciones a la exportación de productos agropecuarios.

Fue la mayor reforma del comercio mundial de productos agropecuarios en 20 años.

En Nairobi los Miembros también convinieron en ampliar el Acuerdo sobre Tecnología de la Información de la OMC.

Fue el primer acuerdo de reducción arancelaria concluido en la OMC desde hacía 19 años.

Además, los Miembros han tomado decisiones importantes para ayudar a los países menos adelantados a integrarse en las corrientes comerciales, entre ellas una relativa a la cuestión del algodón.

Han convenido asimismo en buscar una solución permanente para la cuestión de la constitución de existencias públicas con fines de seguridad alimentaria y desarrollar un mecanismo de salvaguardia especial, lo que ayudaría a hacer frente a los incrementos súbitos de las importaciones de productos alimenticios, que pueden perjudicar la producción nacional.

Estos resultados son muy significativos para la economía mundial, y envían una importante señal sobre la solidez del sistema de comercio.

Tras un prolongado período en el que los avances en las negociaciones comerciales mundiales fueron escasos, estos resultados están polarizando la atención.

Ha resurgido el interés en nuestra labor.

Lo estamos viendo en el G-20. En las dos últimas reuniones de los dirigentes del G-20, se han entablado debates muy animados sobre el comercio.

Aprovecharé esta oportunidad para rendir tributo al liderazgo de China en el G-20.

En mi opinión, la atención que China está dedicando al comercio y la inversión en su presidencia del G-20 refleja el firme compromiso del país con el sistema multilateral de comercio. Eso también queda patente aquí en Ginebra, donde la Misión de China participa de manera activa y constructiva en la labor de la OMC.

También en otros foros mundiales estamos viendo un renovado interés.

En Davos, este año, se observó una actitud más positiva y un compromiso mayor con respecto a nuestra labor. Lo mismo ocurrió en la reunión de Ministros de Comercio del APEC celebrada hace un mes y en el Consejo de Ministros de la OCDE de la semana pasada.

Todo eso es muy positivo. Debemos aprovechar este impulso para revitalizar nuestra labor en la OMC.

Y si dirigimos la mirada hacia el futuro, pienso que tenemos dos grandes tareas por delante.

En primer lugar, debemos poner en aplicación lo ya acordado y hacer un seguimiento de los compromisos contraídos.

En segundo lugar, debemos seguir concertando nuevos acuerdos comerciales.

En la actualidad los Miembros de la OMC están debatiendo la manera de avanzar en nuestra labor negociadora.

Mientras ese debate progresa, creo que es importante buscar distintos puntos de vista que puedan enriquecer las deliberaciones e inspirar ideas nuevas.

Con ese ánimo, iniciamos una serie de diálogos con las partes interesadas, en los que estas pueden señalar las cuestiones que consideran importantes.

Como ya saben, la semana pasada celebramos el primero de esos “Diálogos sobre el comercio”, a petición del sector privado.

Asistieron unos 60 directivos de pequeñas y grandes empresas, de países desarrollados y en desarrollo, y de muy diversos sectores. Examinaron las dificultades a las que se enfrentan en su actividad comercial y cómo la OMC puede ayudarlos a resolver esas dificultades.

En conjunto, tuvieron intercambios de opiniones muy interesantes -volveré sobre este tema dentro de un momento-.

Lógicamente, serán los Miembros los que decidan la manera de seguir avanzando. Pero, en mi opinión, el debate fue muy intenso y proporcionó valioso material para la reflexión.

El B-20 -la coalición empresarial del G-20- desempeñó un papel fundamental en esa reunión. Resulta muy alentador, pues, ver que también el T-20 participa en este frente.

Los centros de reflexión pueden desempeñar una importante función en los debates sobre el comercio. Por lo tanto, me alegra especialmente que hoy hayan tenido ustedes ocasión de proseguir con esas conversaciones, en particular ahora que mantenemos un debate abierto sobre nuestra labor futura.

No cabe duda de que hay mucho trabajo por hacer.

Ahora sabemos, tras los grandes avances de Bali y Nairobi, que podemos obtener resultados en el marco de la OMC. Por tanto, en este momento la gran pregunta es: ¿qué hacemos a partir de ahora?

Está claro que todos los Miembros de la OMC quieren obtener resultados en las cuestiones de negociación de Doha, como las subvenciones internas en el sector de la agricultura, la mejora del acceso a los mercados para los productos agropecuarios, los productos industriales y los servicios.

Sin embargo, los Miembros no se ponen de acuerdo sobre cómo tratar estas cuestiones.

Hemos probado muchos enfoques en los últimos dos años, pero los avances han sido escasos. Debemos seguir intentándolo.

Por otro lado, algunos Miembros querrían empezar a debatir también otras cuestiones.

Entre las ideas que se han planteado figuran, por poner algunos ejemplos, las medidas para apoyar a las pequeñas y medianas empresas, el comercio electrónico, la promoción de la inversión o las normas privadas.

Los Miembros no han entrado aún en el detalle de lo que desean debatir en relación con cada una de esas grandes esferas. En todos los casos necesitamos un grado de especificidad mucho mayor del que tenemos en la actualidad.

Con todo, hemos recibido muchas propuestas sobre la manera de llevar esta labor adelante, lo cual resulta alentador.

En el acto “Diálogos sobre el comercio” con el sector empresarial se plantearon muy diversas ideas. Los directivos dedicaron mucho tiempo a deliberar sobre el comercio electrónico, la promoción de la inversión y las mipymes, lo que ayudó a aportar al debate un nivel de claridad y detalle del que hasta ahora carecía.

También plantearon otras cuestiones, entre ellas:

  • la necesidad de armonizar las reglamentaciones en el marco de todos los acuerdos comerciales bilaterales y regionales;
  • la necesidad de ser flexibles en cuanto a la estructura de los acuerdos posibles. Si bien reconocieron que los acuerdos multilaterales son el resultado ideal, también contemplaron la posibilidad de concertar más acuerdos plurilaterales y sectoriales en el marco de la OMC.

Al hablarse de este tema, el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio suele citarse como modelo, porque es un tratado multilateral cuya aplicación permite un alto grado de flexibilidad. Además, proporciona apoyo práctico y asistencia técnica según sea necesario. Se trata, pues, de un modelo interesante que en el futuro puede servir de inspiración a los Miembros.

Sé que muchas de estas cuestiones se han planteado en el debate de hoy. Entiendo que, además, la atención se ha centrado en:

  • la necesidad de pragmatismo, y de lograr resultados siempre que sea posible;
  • la necesidad de hacer avanzar los debates sobre los servicios;
  • la importancia del comercio digital, o comercio electrónico, y de las plataformas digitales para las pymes;
  • la importancia de obtener resultados en relación con los objetivos de desarrollo sostenible, aunque, dicho sea de paso, tengo el placer de informarles de que, con la decisión de eliminar las subvenciones a la exportación de productos agropecuarios adoptada en Nairobi, ya hemos dado cumplimiento a una meta clave del segundo Objetivo de Desarrollo Sostenible.

Como es lógico, hasta el momento solo he recibido un breve resumen de sus debates de hoy. Espero con interés leer a su debido tiempo un informe más detallado de las ideas expuestas.

Si queremos pasar de un período de reflexión a la adopción de medidas concretas, hay mucho por hacer, lo que es especialmente cierto si dirigimos ya la mirada hacia la próxima Conferencia Ministerial.

Sus aportaciones ayudarán sin duda a los Miembros a examinar las próximas etapas posibles.

Profesores universitarios, responsables de la formulación de políticas y centros de reflexión son valiosos asociados de la OMC desde hace tiempo, y me alegro de que esa asociación se haya reforzado hoy.

Espero seguir trabajando sobre la base de este diálogo para que podamos concertar nuevos acuerdos, ahora y en los años venideros.

Muchas gracias.

Audio:

> Declaración de Roberto Azevêdo

 

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