El Director General dijo:

“La tecnología y la innovación están perturbando el mercado laboral a un ritmo sin precedentes. Nuestras economías deben estar preparadas. Los jóvenes necesitan niveles más altos de formación. La mano de obra precisa ayuda para adaptarse y desarrollar nuevas competencias. No tenemos una receta preconcebida para esto: los países tendrán que averiguar lo que les conviene. Y para lograr una repercusión más inmediata, tenemos que asegurarnos de que los beneficios del comercio lleguen a más personas. Las medidas que restringen o distorsionan el comercio no lograrán esto, sino que tendrán un efecto contrario”.

El Director General recordó los éxitos que la OMC ha cosechado en los últimos años, incluido el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio que entró en vigor en febrero de este año. Destacó que la Conferencia Ministerial de la OMC que se celebrará en Buenos Aires en diciembre constituirá una oportunidad importante para seguir avanzando. Prosiguió:

“Estos éxitos muestran que el sistema funciona, pero no es perfecto. Tenemos que seguir actualizándolo. Las cuestiones comerciales siempre son sensibles, especialmente cuando la coyuntura económica es difícil; por ello estamos viendo aparecer nuevas tensiones en diferentes ámbitos. La mejor forma de resolver las diferencias comerciales es mediante el diálogo y la cooperación. Pero para que esta vía funcione, también necesitamos compromiso político y un verdadero sentido de urgencia para hallar soluciones concretas. De otro modo, nadie confiará en el proceso. La OMC y yo mismo siempre estaremos aquí dispuestos a ayudar”.

El Director General Azevêdo también hizo referencia a varias medidas relacionadas con el comercio que se han aplicado recientemente como resultado de las tensiones geopolíticas. Indicó:

“Esto no es nuevo. Se han adoptado sanciones comerciales y medidas similares relacionadas con la seguridad desde hace décadas. Es lamentable, pero es también la realidad. Lo que verdaderamente me preocupa es que estas medidas estén encontrando cabida en el sistema de solución de diferencias de la OMC, lo que podría causar un daño irreparable. Insto a los líderes a que sean muy prudentes – tanto al decidir la adopción de dichas medidas como al responder a las mismas. Insisto, estamos aquí para ayudar. La OMC ha demostrado en numerosas ocasiones que puede ayudar a los Miembros a resolver estas cuestiones mediante el diálogo”.