El Director General declaró:

“2017 es un año importante, ya que estamos preparando nuestra Undécima Conferencia Ministerial, que se celebrará en diciembre en Buenos Aires. Por ello, resulta alentador que el año haya empezado con muy buen pie para la OMC, con la entrada en vigor del Protocolo por el que se enmienda el Acuerdo sobre los ADPIC y del Acuerdo sobre Facilitación del Comercio. Espero que estas buenas noticias nos den el impulso necesario para seguir progresando a lo largo del año.

Aquí, en Ginebra, ha habido una actividad intensa. Sin embargo, para ser honestos, las conversaciones que he mantenido hasta la fecha me hacen pensar que, en todas las esferas, aún nos queda un largo camino por delante y una enorme cantidad de trabajo por hacer para poder llegar a resultados concretos. En la práctica, solo nos quedan ocho meses para la Undécima Conferencia Ministerial. Los progresos han de ser impulsados por los Miembros, así que estos tendrán que reflexionar rápidamente sobre cómo desean avanzar, y en qué esferas. En particular, creo que los autores de propuestas deben intensificar su diálogo con otros Miembros para poder avanzar. Celebro que muchos Miembros lo estén haciendo, pero debemos tener presente que el tiempo vuela.

Creo que, si se van a presentar pronto propuestas, es necesario que los Miembros tomen conocimiento de ellas cuanto antes. Se acerca el momento en que tendremos que pasar de la etapa actual de debates conceptuales y generales a una labor mucho más específica. Espero que consigamos hacer esto para el verano. Por supuesto, la Undécima Conferencia Ministerial no es el final del camino. En mi opinión, si deseamos lograr resultados sustantivos, el enfoque más eficaz es proceder de manera pragmática y -si es necesario- progresiva. Las esferas en las que no se puedan lograr resultados para entonces se podrán dejar para más tarde. Por supuesto, en este proceso, debemos seguir centrándonos en la aplicación de las decisiones vigentes, y el desarrollo debe ser un elemento central de cualquier cuestión en la que queramos avanzar.

Será esencial que los Miembros se muestren flexibles, abiertos y pragmáticos. La participación constante de las capitales también será un elemento fundamental. Así debería ser ya en este momento. Para concluir, desearía instar a los Miembros a que traten de tener en cuenta las necesidades de los otros Miembros en sus propuestas, particularmente las necesidades de los países menos adelantados”.