OMC Y OTRAS ORGANIZACIONES

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En un estudio publicado hoy, titulado "Making Trade an Engine of Growth for All" (Convertir el comercio en motor de crecimiento para todos), los economistas sostienen que los beneficios de la apertura del comercio son amplios y profundos. La liberalización del comercio ha elevado los niveles de vida a través de una mayor productividad, el aumento de la competencia, la ampliación de las posibilidades de elección para los consumidores y la mejora de los precios en el mercado. Al mismo tiempo, no cabe duda de que algunas partes del mundo han sufrido los efectos de la competencia de las importaciones, lo que exige una respuesta de política, pero esa respuesta debe reconocer también que el comercio no es sino uno más de los factores que contribuyen al cambio económico y a la desorganización del mercado de trabajo, junto con otros elementos como la tecnología y la innovación.

Con el objeto de abordar estas cuestiones, los economistas de las tres organizaciones han instado a los gobiernos a que impulsen políticas de mercado de trabajo "activas" y "pasivas". Las políticas de mercado de trabajo activas bien estructuradas, como los programas de formación, la asistencia en la búsqueda de empleo y los seguros salariales, pueden facilitar la reinserción de los trabajadores desplazados en el marcado laboral. Los programas pasivos del mercado del trabajo, como las prestaciones de desempleo y la ayuda a los ingresos, también pueden proporcionar estabilidad a las familias trabajadoras a corto plazo, hasta que las personas que hayan perdido su empleo puedan volver a trabajar. Los economistas han recalcado que los programas deben adaptarse a las circunstancias específicas de cada país, para lograr que produzcan los resultados deseados. Además, la respuesta de política debe extenderse más allá de las políticas de mercado de trabajo. Por ejemplo, contar con políticas de educación y formación eficaces será esencial en la preparación de los trabajadores para las cambiantes exigencias de la economía moderna.

El Director General Roberto Azevêdo ha afirmado lo siguiente:

"El desafío que se nos presenta es el de apoyar a los trabajadores de hoy y formar a los trabajadores de mañana, procurando también que el sistema de comercio sea más inclusivo. Durante los últimos decenios, el comercio ha tenido efectos muy positivos en la vida y el sustento de muchos millones de personas. Reconozco que existen preocupaciones muy reales, pero la respuesta no estriba en oponerse al comercio, una postura que nos perjudicaría a todos. Por el contrario, el comercio debe ser parte de la solución, y debemos asegurarnos de que sus beneficios lleguen a más personas. En combinación con un conjunto de políticas adecuado, el comercio seguirá creando nuevos empleos y favoreciendo el crecimiento y el desarrollo continuos. Este informe es una valiosa contribución al debate".

El informe sostiene también que "sigue siendo" imprescindible un sistema de comercio mundial fuerte, en el que la OMC ocupa una posición central. Afirman los economistas que la OMC debe desempeñar una función única en el fomento de relaciones comerciales estables, previsibles y equitativas en todo el mundo. Esos beneficios se sustentan, dice el informe, en las normas comunes convenidas por todos los Miembros de la OMC, en un sistema de solución de diferencias respetado, independiente y eficaz, y en los numerosos foros de debate e intercambio de información de la OMC.

El Director General Azevêdo ha asistido hoy (10 de abril), junto con la Directora Gerente del FMI, Christine Lagarde, y el Presidente del Banco Mundial, Jim Kim, a la ceremonia de presentación del informe en la Asociación de Cámaras de Comercio e Industria Alemanas, en Berlín.

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