DIRECTOR GENERAL ADJUNTO ALAN WM. WOLFF

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Buenos días.
Embajador Yuri Ambrazevich (Belarús),
Jefes de Delegación de los gobiernos en proceso de adhesión,
muchas gracias por su invitación.

El año pasado sentí una gran satisfacción al saber que se había establecido este nuevo Grupo Informal, integrado por representantes de todos los gobiernos en proceso de adhesión. Tengo entendido que este Grupo se está reuniendo periódicamente y que constituye una plataforma útil para el intercambio de información y de experiencias con la finalidad de hacer avanzar las negociaciones de adhesión.

Debe rendirse especial homenaje a Belarús por la coordinación de este Grupo, tarea que se suma a la ingente labor que está llevando a cabo para hacer avanzar su propio proceso de adhesión.

Me han pedido que esta mañana hable sobre la reforma de la OMC. Les expondré algunas opiniones sobre la situación en que se encuentra el proceso de reforma, así como mi impresión acerca de las conexiones que existen entre ese proceso y la labor relativa a las adhesiones a la OMC.

En las reuniones con los gobiernos en proceso de adhesión que he mantenido durante estos días, se me ha preguntado a menudo cómo los desafíos a los que se enfrenta hoy el sistema multilateral de comercio y los debates en curso sobre la reforma de la OMC pueden afectar a la manera en que funcionará el sistema en el momento en que esos gobiernos concluyan sus procesos de adhesión. O dicho de otro modo, ¿encontrarán entonces más dificultades los gobiernos en proceso de adhesión para incorporarse a la Organización? Estas son preocupaciones legítimas. Al fin y al cabo, los gobiernos en proceso de adhesión pueden tener la impresión de que la OMC es una especie de blanco móvil. La forma exacta de las futuras disciplinas de la OMC puede estar aún por definirse en algunas esferas.

Antes de empezar a hablar de la reforma, es importante reconocer que la OMC ha conseguido mucho en los últimos años. Desde 2013 ha concertado nuevos acuerdos de diverso tipo y alcance, entre ellos el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio, el Acuerdo sobre Tecnología de la Información ampliado y la eliminación de las subvenciones a la exportación de productos agropecuarios, esferas todas ellas en las que las adhesiones han contribuido de manera significativa. Con todo, no se ha realizado ningún cambio de consideración encaminado a poner al día la Institución con el fin de capacitarla para hacer frente a las cuestiones del siglo xxi. Mientras tanto, el sistema mundial de comercio y el propio multilateralismo han sido objeto de ataques.

Ahora que la economía mundial está experimentando cambios a un ritmo sin precedentes, uno de los principales debates sobre políticas guarda relación con la manera de mejorar las normas y el funcionamiento del sistema de comercio y adaptarlos a las realidades de hoy. Parte de la respuesta es ampliar el alcance de las cuestiones abarcadas por la OMC. De igual importancia es la necesidad de abordar las deficiencias percibidas en el sistema actual sin perjuicio de los valores fundamentales de la Organización.

Aunque los Miembros no tienen una opinión uniforme al respecto, muchos de ellos desean mejorar el funcionamiento de la Organización. El debate está abierto en las capitales y en Ginebra, en toda una serie de formatos.

¿Cómo hemos llegado a este punto? Hace unos 18 meses, en la Conferencia Ministerial de la OMC celebrada en Buenos Aires, el Representante de los Estados Unidos para las Cuestiones Comerciales Internacionales pidió tres cambios fundamentales en la OMC: mejorar de manera significativa el cumplimiento de las prescripciones de notificación; poner fin a la práctica de la autodesignación de la condición de país en desarrollo; y velar por que no se utilice la litigación para conseguir lo que los Miembros no son capaces de obtener mediante la negociación.

En Buenos Aires también se hicieron otros dos anuncios:

  • En la reunión, un gran número de países de ideas afines formularon declaraciones conjuntas en las que expresaron el compromiso de reunirse y debatir sobre qué debe hacer el sistema de comercio por el comercio electrónico, las inversiones, la reglamentación nacional en la esfera de los servicios, las microempresas y las pequeñas y medianas empresas, y la interacción entre el sistema de comercio y las cuestiones de género. Dentro de un momento volveré a referirme a estas "Iniciativas Conjuntas", como se las denomina.
  • También en Buenos Aires, en el marco de la Conferencia Ministerial, tres importantes Miembros -la Unión Europea, el Japón y los Estados Unidos- formularon una declaración conjunta para tratar de dar una respuesta coordinada a las "políticas no orientadas al mercado" que puedan sesgar las condiciones de competencia y menoscabar el comercio mundial. En la declaración se pedían en concreto normas nuevas para limitar las subvenciones a la industria y la acumulación de capacidad industrial excedente; normas para imponer disciplinas sobre la conducta de las empresas públicas, y normas para frenar la transferencia forzosa de tecnología.

Después de Buenos Aires, la petición de reforma de la OMC recibió el apoyo del Presidente francés Macron, que abordó la cuestión en la reunión ministerial informal de la OCDE celebrada en mayo. Más adelante, en ese mismo año, el Canadá invitó a la UE y otros 12 Miembros de la OMC a Ottawa para analizar el funcionamiento de la Organización. Finalmente, el 1º de diciembre de 2017, el G-20 respaldó un mandato para la reforma de la OMC. En la Declaración de líderes, se pidió la "reforma necesaria" de la OMC, reconociéndose a la vez la importante aportación del sistema multilateral de comercio. Todavía está por verse cuáles serán los resultados de cumplir el mandato del G-20, pero los Miembros están desplegando considerables esfuerzos, por ejemplo el Japón, que acogerá la reunión del G-20 en Osaka en junio de este año.

En Ginebra se han presentado varias iniciativas y documentos en los últimos meses. Tratan de diversas cuestiones, como la transparencia, las notificaciones, la diferenciación y el sistema de solución de diferencias. Algunos también examinan más detenidamente cómo pueden los órganos ordinarios de la OMC aportar mejores respuestas. Hay un verdadero impulso detrás de esos debates. Más que plantear la reforma completa del marco existente, los debates se centran en la adopción de las medidas prácticas y concretas necesarias que pueden incidir directamente en la labor de la OMC.

  • El Grupo de Ottawa, compuesto por 13 Miembros, está examinando cómo mejorar el funcionamiento de los comités de la OMC, a saber, la función deliberativa de la Organización. Se pone especial atención en la necesidad de mejorar la transparencia. El cumplimiento de las obligaciones de notificación vigentes ha sido desigual. Es bajo en muchos casos, excepto en lo que respecta a las medidas sanitarias y fitosanitarias y los obstáculos técnicos al comercio. Los Miembros están estudiando formas de garantizar que los cambios importantes en las medidas que afectan a las importaciones se notifiquen puntualmente, sin necesidad de esperar las actualizaciones periódicas de las listas arancelarias, o una petición de verificación por parte de la Secretaría de la OMC o una contranotificación por parte de otro Miembro.
  • Siguiendo en la esfera del fortalecimiento de la labor de los órganos ordinarios de la OMC, la iniciativa trilateral de la Unión Europea, el Japón y los Estados Unidos ha dado lugar a la propuesta de un mecanismo mejorado de observancia que ayude a respetar las obligaciones de notificación.
  • Especial atención ha suscitado la cuestión de la condición de país en desarrollo y a qué países debe aplicarse. En el Consejo General se está manteniendo un debate activo al respecto, que se inició en febrero. El mero hecho de que se establezca entre los Miembros una separación entre países desarrollados y países en desarrollo genera gran controversia.
  • Se han presentado varias propuestas sobre posibles maneras de reformar el funcionamiento del Entendimiento sobre Solución de Diferencias. El Embajador de Nueva Zelandia, David Walker, facilitador de la Presidencia del Consejo General (y ahora también Presidente del Órgano de Solución de Diferencias), ha estado celebrando consultas con los Miembros. Este afán de reforma surgió en gran medida a raíz de la crisis provocada por los Estados Unidos al bloquear los nombramientos para cubrir las vacantes en el Órgano de Apelación de la OMC. Aunque los observadores consideran que el plazo vence en diciembre -cuando expiren los mandatos de otros dos Miembros del Órgano de Apelación de los tres restantes-, la realidad es que, a partir de diciembre, la situación puede prolongarse durante un año aproximadamente, puesto que el Órgano de Apelación está al límite de su carga de trabajo, y por tanto se puede aplicar la Regla 15, por la que se establece que los Miembros del Órgano de Apelación sigan actuando en las secciones donde ya se inició un caso antes de que expirara su mandato. El estancamiento ya está afectando a las decisiones que se adoptan ahora; por ejemplo, Indonesia y Viet Nam, al principio de un caso, han decidido que, si no existe posibilidad de apelación, la decisión del Grupo Especial será para ellos vinculante y definitiva.
  • Lo que se necesita es que todas las partes intenten de buena fe alcanzar un resultado mutuamente aceptable, sin el cual un elemento importante de la gestión del sistema mundial de comercio -el proceso de apelación- probablemente desaparezca. Eso puede plantear graves riesgos sistémicos.

Paralelamente, los Miembros también están estudiando de manera activa formas de obtener resultados para la función negociadora de la OMC, con miras a la próxima Conferencia Ministerial de la OMC, que se celebrará en Nursultán (Kazajstán) en junio de 2020. Continúa la labor sobre las cuestiones de larga data en las que ha resultado difícil avanzar, como la agricultura y la seguridad alimentaria. Los Miembros también están negociando un acuerdo sobre las subvenciones a la pesca. Se trata de una negociación muy difícil desde los puntos de vista técnico y político. Solo faltan ocho meses para fin de año, el plazo acordado por los Ministros en Buenos Aires y reafirmado en el Consejo General el pasado mes de julio. Al frente de este notable esfuerzo y de esta tarea de vital importancia está el Embajador mexicano Roberto Zapata.

Los Miembros también están dialogando de maneras distintas, más flexibles e innovadoras para realizar avances a través de la OMC. En la Conferencia Ministerial de Buenos Aires, grupos de Miembros de ideas afines anunciaron lo que denominan "Iniciativas Conjuntas", con el fin de promover debates sobre una serie de esferas de creciente importancia económica, que abarcan el comercio electrónico; la facilitación de las inversiones; las microempresas y las pequeñas y medianas empresas, y el empoderamiento económico de las mujeres. Aunque se debe reconocer que no todos los Miembros apoyan esas iniciativas, está claro que han captado interés y están cobrando impulso. Por ejemplo, 77 Miembros, que representan el 90% del comercio mundial, están llevando a cabo una intensa labor conjunta para elaborar normas sobre el comercio electrónico. Juntos, están creando una plataforma para iniciar negociaciones sobre nuevas normas y disciplinas en materia de comercio electrónico en el marco de la OMC. Se reconoce claramente que el mundo digital ha pasado a formar parte del entorno en el que hoy día tiene lugar el comercio y que el proteccionismo digital podría tener repercusiones negativas.

Las adhesiones a la OMC y el debate sobre la reforma

La OMC requiere dedicación, que no se reduce a la participación constante de los Miembros fundadores, sino que debe incluir además la contribución activa de aquellos de ustedes que están llevando a cabo negociaciones de adhesión para ser Miembros de la OMC, y esas negociaciones pueden ser largas y complejas. A nivel individual, para muchos solicitantes -en particular las economías más pequeñas-, la principal contribución positiva neta al sistema multilateral de comercio se realizará por medio de los procesos de reforma interna que impulsan las negociaciones de adhesión.

Sin embargo, desde un punto de vista sistémico, el proceso de adhesión también contribuye a la evolución del sistema internacional de comercio, es decir, a la elaboración de normas de la OMC. En total, se han incorporado más de 1.500 párrafos relativos a compromisos al marco jurídico de la OMC a través de los 36 procesos de adhesión concluidos en virtud del Artículo XII desde 1995. Cada nuevo protocolo de adhesión se ha adoptado con el objetivo de fortalecer las disciplinas multilaterales y ha representado un elemento básico del sistema multilateral de comercio. En muchos casos, eso ha establecido un nuevo modelo para las normas de la OMC. La transparencia es un caso ilustrativo, ya que hay más de 250 compromisos específicos solo en esa esfera.

Los compromisos de adhesión también pueden estimular los debates sobre la elaboración de normas a nivel multilateral. Los Miembros se han propuesto sistemáticamente alcanzar un conjunto de objetivos comerciales en relación con determinados aspectos de las normas vigentes en las negociaciones de adhesión, que han abierto una vía para desarrollar enfoques nuevos. Las adhesiones ya han ido un paso por delante de las negociaciones comerciales multilaterales en las esferas de la facilitación del comercio, las disciplinas en materia de contingentes arancelarios y las subvenciones a la exportación. ¿Podrían los Miembros encontrar en la experiencia de la adhesión una inspiración adicional para el debate sobre la reforma en curso?

En la esfera de las notificaciones y la transparencia, muchos Miembros que se han adherido en virtud del Artículo XII han hecho contribuciones significativas mediante amplias notificaciones, a veces en esferas donde los Miembros iniciales no han estado a la misma altura o en las que todavía no existen disciplinas multilaterales (como la notificación de programas de privatización). Y aunque, con la entrada en vigor del AFC, las disciplinas multilaterales se han equiparado en muchos sentidos a los resultados de las negociaciones de adhesión, en algunos casos no se ha alcanzado todavía el nivel de transparencia de las adhesiones (por ejemplo, los requisitos de publicación). El hecho de que los Miembros en proceso de adhesión y los candidatos a la adhesión hagan más que algunos Miembros en lo referente a compromisos es por su propio beneficio, ya que garantiza reformas efectivas y la integración en el sistema mundial de comercio, pero también beneficia al sistema iluminando el camino a seguir.

En cuanto al debate sobre la diferenciación, las adhesiones, más que basarse en un enfoque binario, han tenido en cuenta la necesidad de establecer una diferenciación entre los Miembros conforme a flexibilidades específicas basadas en las necesidades que cada solicitante manifiesta explícitamente. El Plan de Acción Legislativa ha sido un instrumento sencillo y eficaz para definir esas necesidades de manera estructurada.

En esta y otras esferas, el diálogo exige dedicación por parte de todos. Los Miembros que se han adherido en virtud del Artículo XII y los gobiernos observadores que quieren ser Miembros de la OMC, en particular, son partes interesadas fundamentales en el debate en curso y su voz debería ser escuchada. Deben ustedes recordar que su contribución al sistema multilateral de comercio tiene muchísimo valor.

Si se encontraran maneras de conseguir que el sistema multilateral de comercio fuera más eficaz -lo cual es el elemento central del debate en curso sobre la reforma-, la OMC lograría más resultados para sus Miembros. Al mismo tiempo, la Organización sería más atractiva para aquellos que tratan de adherirse a ella (¡aunque quizá algunos sostengan que precisamente por eso también podría ser más difícil la adhesión!).

Las Iniciativas Conjuntas sobre el comercio electrónico, las microempresas y las pequeñas y medianas empresas, la facilitación de las inversiones, la reglamentación nacional en la esfera de los servicios y la participación de las mujeres en el comercio son de considerable interés para las economías en desarrollo pequeñas y medianas, que constituyen la mayor parte de los países en proceso de adhesión. Muchos Miembros que se han adherido en virtud del Artículo XII están ya participando en esos debates. También es importante señalar que esas iniciativas están abiertas no solo a todos los Miembros de la OMC, sino también a los observadores ante la OMC. Hace dos semanas, Belarús se convirtió en el primer Gobierno en proceso de adhesión que presentó oficialmente una solicitud para participar en los debates que se celebran en el marco de las cuatro Iniciativas Conjuntas. Tengo entendido que otros gobiernos en proceso de adhesión podrían estar planteándose seguir su ejemplo. La participación en los debates en el marco de las Iniciativas Conjuntas brinda la oportunidad de mantenerse informados sobre la labor en curso en esferas de creciente importancia económica, lo que puede allanar el camino para la elaboración de normas en el futuro.

Pasando a los debates sobre la reforma del ESD, es indispensable disponer de un ESD que funcione bien para la negociación de nuevas normas y el cumplimiento de las normas vigentes. Ahora bien, es igual de importante para proporcionar tranquilidad a los futuros Miembros, muchos de los cuales consideran que la protección que les brinda el mecanismo de solución de diferencias es una razón fundamental para solicitar la adhesión a la OMC.

Conclusión

Corren tiempos de graves riesgos pero, más aún, de grandes oportunidades, sin parangón en los últimos años. Para conservar su pertinencia, la OMC necesita asumir la metamorfosis que está experimentando en estos momentos como "la nueva situación de normalidad". Los Miembros de la OMC pueden adaptarse al cambio, y tratar de orientarlo en su interés colectivo, o bien pasarlo por alto y correr así el riesgo de que la OMC deje de ser pertinente. Citando al Director General Azevêdo, "[e]l multilateralismo no sobrevivirá si se convierte en sinónimo de parálisis".

Los Miembros que se han adherido en virtud del artículo XII y los gobiernos observadores que en la actualidad quieren adherirse a la Organización tienen un papel fundamental que desempeñar para cuidar de la OMC. Llevando a cabo reformas internas irreversibles, relacionadas con compromisos jurídicamente vinculantes, los nuevos Miembros garantizan que el sistema multilateral de comercio siga avanzando a partir de los niveles de compromiso existentes y que nunca retroceda. Eso ejerce una presión positiva sobre los Miembros iniciales para hacer un esfuerzo a fin de que haya igualdad de condiciones.

Ahora que las economías que han concluido el proceso de adhesión representan una quinta parte de los Miembros de la OMC y otras 22 economías (y posiblemente más) se encuentran en proceso de adhesión, es inevitable que los resultados de las negociaciones de adhesión sigan fundamentando los debates sobre el futuro del sistema multilateral de comercio y acompañen la evolución de las normas de la OMC.

En general, los Miembros de la OMC que se han adherido en virtud del artículo XII están mejor equipados para aprovechar las ventajas del sistema multilateral de comercio que muchos de sus interlocutores más antiguos, para quienes la adhesión fue más fácil. Gracias a las exigencias del proceso de adhesión, disponen de una legislación y unos mecanismos institucionales compatibles con las normas de la OMC. A resultas del proceso de negociación, conocen mejor los desafíos que plantea el sistema y los puntos fuertes y débiles de este. Y lo que es más importante, su compromiso político con la OMC en principio debería estar garantizado por el hecho de que han tenido que adoptar difíciles decisiones políticas a nivel nacional para cumplir las exigencias de reforma interna. En otras palabras, los Miembros que se han adherido en virtud del artículo XII suelen ser muy buenos amigos del sistema con una actitud muy activa. Para que el sistema multilateral de comercio avance y siga adecuándose a sus fines, todos los Miembros deben redoblar esfuerzos y ejercer un liderazgo colectivo.

Vivimos tiempos apasionantes. Sus gobiernos no deben perder la oportunidad de desempeñar su papel en el esfuerzo de dar forma al sistema multilateral de comercio. El pleno valor de la OMC reside en experimentar las ventajas de ser Miembro día a día, y en ejercer el liderazgo en el sistema, como Kazajstán, que acogerá la próxima Conferencia Ministerial. Confío en que varios de los gobiernos en proceso de adhesión representados hoy aquí lleguen a ser amigos activos del sistema, como Miembros de la OMC, en un futuro cercano.

Muchas gracias

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