DIRECTOR GENERAL ADJUNTO ALAN WM. WOLFF

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He venido a traerles buenas noticias. Hay un sistema multilateral de comercio: existe y funciona. Proporciona la base sobre la cual se realiza casi todo el comercio mundial, con arreglo a unas normas acordadas. Sustenta todos los acuerdos regionales y bilaterales. Es esencial para el bienestar de la economía mundial. Y recientemente su importancia para el Reino Unido ha quedado patente.

El Reino Unido no tiene que negociar su entrada en la OMC, la Organización Mundial del Comercio; es Miembro fundador (en virtud de su pertenencia a la Organización que la precedió, el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio, creado en 1947). Por consiguiente, al margen de la forma que adopte el Brexit, el Reino Unido es un Miembro de la OMC.

Hasta fecha reciente, la OMC y el sistema multilateral de comercio que esta engloba se daban por sentados. En el público en general, pocos le prestaban atención. Los líderes mundiales la apoyaban solo de palabra cuando se reunían y tenían que emitir un comunicado conjunto. Pero a eso se reducía todo. Suscitaba la misma atención que un equipo de fútbol inglés clasificado en trigésimo sexta posición. Contaba con unos cuantos admiradores leales, pero a eso se reducía todo.

Para un país sin otros acuerdos comerciales, el sistema mundial de comercio es esencial. Cierto es que, sin él, ese país no tendría obligaciones comerciales. Pero tampoco tendría derechos.

La idea de un sistema multilateral de comercio partió del firme compromiso de crear un mundo mejor después de dos guerras mundiales y de la Gran Depresión. Nos acordamos del desembarco de Normandía, que tuvo lugar hace 75 años. Recientemente la BBC lo evocó de nuevo. Pero no recordamos con igual claridad que, en 1941, Churchill y Roosevelt se reunieron y concibieron un nuevo orden económico mundial que cobraría forma después de esa guerra, marcado por la recuperación económica y el acceso equitativo a los mercados. En suma, sería un orden mundial que aseguraría la posibilidad de mantener la paz, una paz que les había sido esquiva tras la Primera Guerra Mundial.

En los dos años posteriores al final de la Segunda Guerra Mundial, unas docenas de países firmaron la Carta de una Organización Internacional de Comercio incipiente. La nieta de esta, la OMC, se compone actualmente de 164 Miembros, y otros 22 están en proceso de adhesión. La Organización va camino de la universalidad.

El Reino Unido es uno de los grandes beneficiarios del sistema, y seguirá siéndolo sea cual sea la forma que adopte el Brexit, o incluso si permanece en la UE. La OMC es una red de seguridad.

Si bien el contenido del conjunto de los acuerdos y procedimientos de la OMC es muy amplio, en realidad se reduce a unos pocos elementos centrales:

    • Establece que los productos de los Miembros no serán objeto de un trato discriminatorio y, en menor grado, establece lo mismo para el comercio internacional de servicios.
    • Fija los aranceles máximos que pueden aplicarse a las importaciones y prohíbe en general la utilización de contingentes de importación.
    • Establece que no se aplicarán impuestos discriminatorios a las mercancías de los Miembros una vez que entran en otro país.
    • Establece que las normas relativas a los productos no se utilizarán como una protección encubierta.
    • Establece un medio para solucionar las diferencias por conducto de grupos especiales compuestos de personas imparciales.

La finalidad de la OMC es crear previsibilidad para las empresas y equidad para todos.

Aunque esa sea su aspiración, no establece un comercio sin trabas a través de las fronteras internacionales. Si así fuera, en el asunto del Brexit no habrían surgido problemas con respecto a la frontera irlandesa. La OMC no equivale a un mercado único, con todas las ventajas e inconvenientes que se atribuyen a esa forma de relación económica. Y en la actualidad no está exenta de desafíos.

Hace más o menos un año descubrimos que la OMC no impide las guerras comerciales. Cuando dos países se proponen entrar en guerra, no hay acuerdo de ningún tipo que se lo impida. Pero sí proporciona los medios para solucionar diferencias. Si los grandes países comerciantes deciden que la solución a las actuales hostilidades comerciales es establecer normas comerciales mejoradas, la OMC es el lugar indicado para acogerlas. Aún cabe la posibilidad de que eso ocurra.

Entre los desafíos que ha afrontado la OMC se encuentra la elaboración de normas, quizá la función más importante de la Organización. La OMC funciona por consenso. Van ustedes bien encaminados si sospechan que 164 Miembros no siempre coinciden en cuanto al camino a seguir. Eso dificulta la elaboración de normas, pero hay países de ideas afines que están sacando adelante acuerdos plurilaterales abiertos, mediante iniciativas conjuntas. De estas iniciativas, la que está más avanzada es la relativa a las normas sobre el comercio electrónico, que está entrando en la etapa de redacción. En un mundo en el que el comercio electrónico forma parte integrante de la actual economía mundial y cuya importancia, según se prevé, va a aumentar de manera exponencial, es necesario actualizar las normas para seguir el ritmo de los avances tecnológicos.

También están en marcha otras iniciativas conjuntas de Miembros de la OMC de ideas afines encaminadas a facilitar la entrada de inversión extranjera directa, la reglamentación nacional en la esfera de los servicios y una mayor participación de las pequeñas empresas y las mujeres en el comercio internacional. Todas estas iniciativas son importantes, y en cada una de ellas se están haciendo progresos en grados diversos.

Un segundo desafío consiste en mantener un sistema de solución de diferencias que funcione. Los Estados Unidos están bloqueando el proceso de nombramiento de los Miembros del Órgano de Apelación de la OMC, basándose en que, a su modo de ver, el Órgano de Apelación no ha respetado los límites de su mandato. La cuestión de los nombramientos de nuevos Miembros del Órgano de la OMC necesarios para sustanciar nuevos casos amenaza con poner fin al sistema vigente de solución de diferencias de la OMC el 11 de diciembre de este año. Se están haciendo enérgicos esfuerzos para encontrar una forma de acortar las diferencias. Y aparte de buscar una solución definitiva, los países Miembros muy probablemente encontrarán maneras pragmáticas de solucionar sus diferencias en el marco de la OMC mientras no se disponga de una solución general.

Un tercer desafío es institucional. Las funciones que se asignen al personal profesional de la OMC tienen que ser suficientes para que la Organización sea mucho más eficaz, para la vigilancia, para el análisis, y para llamar la atención de los Miembros cuando no se cumplen las obligaciones.

Por último, en lo que respecta a la reforma institucional, los Miembros deben encontrar una manera de organizarse para proporcionar orientación en todos los aspectos de la amplia labor de la OMC.

Hay otra cuestión que se plantea en el futuro inmediato. Desde hace dos decenios viene aplicándose una moratoria sobre la imposición de derechos de aduana a las transmisiones electrónicas. Puede que la moratoria no se renueve a finales de este año. Aunque cabe aducir, y se aduce, que el medio de suministro de, por ejemplo, un vídeo o un libro que cruza una frontera en forma física o electrónica no debería representar una diferencia en lo que atañe a la imposición de aranceles de importación, considerar que el fin de la moratoria, si eso es lo que ocurre, significa libertad para imponer aranceles sobre el contenido de todas las transacciones transfronterizas efectuadas por vía electrónica sería caótico y potencialmente muy peligroso. ¿Qué es lo que podría verse afectado? Los proyectos arquitectónicos, los servicios de consultoría, los programas informáticos, los datos de inventario: se podrían imponer costos elevados respecto de cualquiera de los muy diversos usos de los datos transfronterizos en los negocios.

Como el imperio de la ley en el Reino Unido y en otros países, el cumplimiento de las normas que rigen el comercio mundial es en gran medida voluntario, por más que lo respalde un sistema de solución de diferencias. Se basa en la confianza, en la convicción de que las normas importan, en la idea de que cuando el semáforo está en verde, uno realmente puede cruzar la calle sin peligro. Lo mismo es válido para los compromisos comerciales. En estos tiempos, la confianza entre los Miembros de la OMC se puede erosionar fácilmente si se hace caso omiso de las normas. La red de seguridad para el comercio es una construcción humana. No es necesariamente inmutable. Pueden aparecer agujeros si no se tiene cuidado para mantenerla en condiciones, y repararla.

En la reunión de los líderes del G-20 celebrada hace seis meses, se respaldó el valor de la OMC y se solicitó su reforma. Hace tres días, los Ministros de Comercio del G-20 se comprometieron a trabajar de manera constructiva con los demás Miembros de la OMC para llevar a cabo la reforma necesaria de la Organización, con -son palabras textuales- "carácter de urgencia". Sería sorprendente que los líderes del G-20 que se reunirán en Osaka a finales de esta semana no renovaran su llamamiento a la acción con respecto a la reforma de la OMC.

Conclusión

El sistema multilateral de comercio fue una idea excelente y obró maravillas. Ha promovido un crecimiento económico espectacular y ha contribuido a mantener la paz durante tres cuartos de siglo. El mejor testimonio del actual valor de la OMC es el número de países que desean adherirse.

En la actualidad hay grandes dificultades, pero ninguna de ellas es insuperable. El populismo va en aumento, al igual que la desafección con el actual estado de cosas. Probablemente los cambios tecnológicos causarán nuevas perturbaciones en la fuerza laboral, que deberán abordarse mediante medidas nacionales.

Pero de no mantener y mejorar el sistema mundial de comercio, el mundo se verá en una situación peor y el descontento no hará sino aumentar. Los Miembros de la OMC tienen la capacidad de afrontar ese desafío.

El futuro todavía no se ha escrito. Será lo que nosotros hagamos de él.

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