DIRECTORES GENERALES ADJUNTOS

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Buenos días,

Es un gran placer para mi darles la bienvenida en nombre de la Dirección de la OMC a esta formación sobre las normas de adhesión a la OMC.

Como saben, la Organización Mundial del Comercio tiene 164 Miembros. La OMC cubre alrededor del 98% del comercio mundial. Ningún país se ha retirado nunca de la OMC y 22 países quieren adherirse — a ella. Los que ya están en la OMC y los que desean estar en ella tienen en gran medida la misma razón para estarlo. Cada uno de ellos quiere mejorar las oportunidades económicas para sus negocios, lo que se traduce en una vida mejor con un nivel de vida más alto para su población.

La economía mundial ha crecido de manera espectacular desde que se establecieron las primeras normas comerciales multilaterales según el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio en 1947. Medido por el PIB per cápita, el bienestar económico global es cinco veces mayor que en 1947 y se ha duplicado desde que se fundó la OMC como sucesora del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercios en 1995. Por el contrario, antes de que existiera la OMC, el PIB global per cápita tardaba 70 años en duplicarse.

Los orígenes del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio se remontan a los esfuerzos de recuperación, reconstrucción y desarrollo para hacer frente a las ruinas de la Segunda Guerra Mundial. El régimen multilateral de comercio formaba parte de la arquitectura, junto con el Banco Mundial, el FMI y la ayuda bilateral, para garantizar la nueva y muy frágil paz. Algunos se unieron al sistema multilateral de comercio y otros no. La Unión Soviética eligió observar en lugar de unirse. Ese fracaso fue sólo un factor en el complejo conjunto de razones por las que hoy no existe la Unión Soviética.

La Organización Mundial del Comercio se diferencia de otras organizaciones internacionales en que es el custodio de numerosos acuerdos multilaterales con obligaciones que son exigibles Por lo tanto, no basta con que su gobierno declare su voluntad de adherirse a la OMC y asumir las modestas obligaciones financieras que conlleva la adhesión. Las obligaciones sustantivas y procesales se asumen por su propio bien y por la reciprocidad obtenida de otros Miembros.

Las reglas fundamentales del sistema multilateral de comercio son simples en su concepto. Para que el comercio se desplace a través de las fronteras, (1) las barreras deben ser lo suficientemente bajas, más bajas en casi todos los casos que si todos los países y ministerios hubieran sido libres de establecer las restricciones a la importación, normalmente arancelarias, que quisieran, y (2) los Miembros no son libres de discriminar contra las importaciones sobre la base del país del que proceden. Con esa frase, ustedes tienen las dos primeras obligaciones fundamentales de la OMC: niveles vinculantes de protección y no discriminación.

Añádase a esto una tercera obligación básica que constituye el núcleo de las normas del sistema multilateral de comercio: ningún país Miembro de la OMC puede discriminar los bienes de otro país Miembro a través de la reglamentación nacional una vez que una mercancía ha entrado en el país. Hay algunas excepciones, por ejemplo, cuando existe un acuerdo regional de libre comercio. Pero el fundamento sobre el que se asienta cada acuerdo regional es el conjunto básico de compromisos de la OMC.

Un próposito clave de conocer las bases no es sólo para las negociaciones que emprenderán en Ginebra con otras delegaciones, lo que probablemente ya conocen, sino porque tienen que explicar las normas en su país a otros ministerios, a los legisladores, a las empresas y al público.

Se familiarizarán con el sistema mientras estén aquí durante estas dos semanas. Aprenderán que si bien los aranceles pueden ser bajos y no puede haber discriminación en la aplicación de medidas comerciales, las normas de productos, por ejemplo, si no se regulan, pueden estrangular el comercio, si no matarlo por completo. ¿Qué sucede si un país decide establecer una norma alimentaria o de otro tipo que sea simplemente proteccionista? Eso pasa. Existen procesos y reglas para persuadirlo de que no lo haga. Los Miembros notifican sus normas técnicas a un comité de la OMC en forma de proyecto y reciben comentarios de otros Miembros. Los Miembros preferirían escuchar los problemas antes de que se establezca la norma en lugar de tener que revisarla más tarde.

Se le preguntará en su país si, en caso de que una rama de producción nacional se vea perjudicada por las importaciones, existen soluciones comerciales, y sobre las normas de aplicación de las mismas. Y si otros países que son mercados de exportación para su producto desean aplicar estos remedios contra las exportaciones de su país de manera injusta, usted puede evaluar su legitimidad bajo las reglas. Cuando se le pregunte, tendrá una respuesta preparada: también existen los medios para hacer frente a eso.

El artículo XII del Acuerdo de Marrakech, que rige las negociaciones de adhesión a la OMC, no establece todas las condiciones en las que se puede invitar a los solicitantes a adherirse, sino que simplemente establece que un Estado o territorio aduanero distinto puede adherirse “en las condiciones que acuerden con la OMC”. El motivo de esta falta de especificidad es la necesidad que vieron los redactores de proporcionar flexibilidad para garantizar que las condiciones de adhesión no se definan de antemano. Esto preserva el derecho de los Miembros a adaptar los términos a las circunstancias de cada caso.

Algunas adhesiones son más complejas que otras. Para China, el país más grande en adherirse a la OMC, habían miles de reglamentos y estatutos que necesitaban ser enmendados. Fue una tarea inmensa. En el caso de algunos países en vías de adhesión, ya mantenían estrechas relaciones económicas con países que ya eran Miembros de la OMC, por lo que conocían muchas de las normas y ya vivían según ellas.

Treinta y seis países se han adherido a la OMC desde su fundación hace 24 años. Varios de sus principales negociadores para la adhesión ya han hablado con ustedes. El pasado jueves en la reunión con ustedes tuvo lugar la Sesión Inaugural de la Red de Negociadores en Procesos de Adhesión. Me alegró mucho ver cómo la idea original detrás de la creación de esta Red se había hecho realidad. El diálogo y el intercambio de experiencias son herramientas poderosas para hacer avanzar las negociaciones de adhesión. El entusiasmo y las historias de los antiguos negociadores de adhesiones son maravillosos.

Escuché con interés. Es evidente que para muchos, quizás para todos ellos, trabajar para la adhesión de sus países a la OMC fue un punto culminante de sus carreras profesionales. ¿Por qué? Porque llegaron a conocer sus economías íntimamente, incluyendo cuáles eran sus necesidades. Llegaron a saber lo que otros gobiernos querían de ellos. Desempeñaron uno de los papeles más importantes para sus países que pocos tienen la oportunidad de experimentar.

Cuando haya pasado por esta formación y después por el proceso de adhesión, conocerá mejor el sistema internacional de comercio que cualquier ministro de comercio de cualquier país que no haya pasado por este proceso de adhesión a la OMC. Tienen una oportunidad fenomenal y excepcional y una experiencia de aprendizaje Tendrán que negociar tanto en su país entre empresas y ministerios, y dar la vuelta y negociar con países extranjeros, porque todos los Miembros actuales pueden tener voz y voto para decidir si ustedes se adhieren o no a la OMC. Se convertirán en muy buenos negociadores. Si ya son buenos, serán aún mejor. Siempre tendrán gran ayuda si la necesitan. El grupo de negociadores de adhesiones anteriores estará dispuesto a ayudar, al igual que la secretaría de la OMC, que debería ser su primera parada para obtener ayuda. Y una vez concluida la adhesión, y cuando sus ministros firmen el Protocolo de Adhesión, se sentirán orgullosos de haber hecho más por su país y sus ciudadanos que nunca.

Y luego viene la fase de implementación. A muchos de ustedes se les pedirá en una etapa posterior de sus carreras que ayuden a los ministerios e incluso a los gobiernos locales a cumplir con las nuevas obligaciones de su país, asegurándose al mismo tiempo de que hagan rendir cuentas a otros países de la OMC.

Cuando era un abogado muy joven, me dieron la responsabilidad de la cartera de derecho comercial en el Tesoro de los Estados Unidos, el equivalente estadounidense de un ministerio de finanzas. Era mi segundo año en el gobierno de Estados Unidos. Mi facultad de derecho no tenía un curso sobre las reglas del comercio internacional. Sabía muy poco sobre las reglas del sistema de comercio. Como estudiante universitario, sólo tenía el curso básico de economía. No fue suficiente. Quería entender la base teórica de porqué se llevaba a cabo el comercio, y no sabía nada sobre cómo otros países esperaban que actuaran los Estados Unidos. Así que, me inscribí en la escuela nocturna de la Universidad George Washington. Tuve la suerte de que los profesores fueran excelentes. En el curso del GATT, uno de ellos fue Asesor General del Banco Mundial (Lester Nurick) y el otro fue un distinguido abogado especializado en comercio internacional (Walter Sterling Surrey).

Durante el año siguiente, cuando tuve problemas más difíciles, contraté como consultor al experto del GATT más conocido del mundo, el profesor de universidad John Jackson. Fue una de las personas clave que contempló tener una OMC. Me convertí en el Director de la Oficina del Tesoro para la entonces actual ronda de negociaciones comerciales multilaterales (la Ronda de Tokio). Tres años después, John Jackson me invitó a ser su Consejero General Adjunto en la Oficina del Representante Especial para Negociaciones Comerciales de la Oficina Ejecutiva del Presidente de los Estados Unidos. Con el Congreso, redactamos la legislación comercial básica que permitió a los Estados Unidos participar en las negociaciones comerciales como una delegación del Congreso de los Estados Unidos. Llegué a ser el negociador principal en varios temas, uno de ellos era el de los aceros especiales. Me convertí en el sucesor de Jackson como Consejero General. Y cuando un nuevo Presidente asumió el cargo, pasé a ser negociador principal del gobierno de Estados Unidos como Representante Comercial Adjunto.

Pero todo comenzó con un curso básico sobre lo que significaban las reglas del comercio internacional - probablemente no tan completo como éste, y no con la experiencia práctica de los expertos de la Secretaría de la OMC, pero fue un comienzo.

Aquí estarán construyendo su propia y valiosa red. Con aquellos que están en la formación con ustedes, con los Miembros de la Secretaría, y quizás con algunos de los conferenciantes invitados que son veteranos del proceso.

Aprenderán que cada adhesión es diferente hasta cierto punto, porque los países de los que procede tienen economías diferentes y los Miembros de la OMC pueden tener intereses comerciales diferentes en relación con su adhesión. Pero hay suficiente en común en términos de proceso y obligaciones que los fundamentos que se les presentarán aquí serán muy valiosos para ustedes.

A finales de esta semana, interactuarán con los dos negociadores más expertos de la UE y los EE.UU. — los dos Miembros de la OMC más implicados en los detalles del proceso de adhesión. En última instancia, el objetivo de este programa de formación de dos semanas es que ustedes, como negociadores, tengan la oportunidad de escuchar diferentes perspectivas y hacer preguntas en diferentes formatos y en un entorno no negociador.

Con estas reflexiones y mis mejores deseos para el resto de este Seminario, concluyo mis breves observaciones y espero con interés sus comentarios sobre la primera semana y sus impresiones generales hasta el momento.

Thank you.

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