El Director General resumió la opinión de la OMC respecto del crecimiento del comercio y la economía explicando a los ministros que, en consonancia con la ralentización del PIB mundial, el crecimiento del comercio también se estaba frenando con respecto a los avances registrados hace tan solo dos años. Tras el aumento del 4,6% en 2017, se prevé que el crecimiento del comercio se atenúe y alcance el 2,6% en 2019. La OMC examinó todas las posibles razones de esta desaceleración, y sus economistas coincidieron en que la intensificación de las tensiones comerciales es un factor fundamental. Según los economistas de la OMC, el aumento de los aranceles y de la incertidumbre en la esfera del comercio hace que los inversores sean más cautelosos.

El Director General dijo a los ministros que los desequilibrios mundiales -muchos países llevan tiempo registrando elevados superávits por cuenta corriente, mientras que otros llevan tiempo registrando déficits- son los impulsores principales de las tensiones comerciales actuales. Aunque el comercio y la política comercial se emplean cada vez más para tratar de resolver esos desequilibrios, el Director General argumentó que los países podrían utilizar políticas más adecuadas, como la estimulación de la demanda interna en los países que registran superávits, lo que contribuiría a reducir tales diferencias.

El Director General señaló que otro factor asociado a las tensiones comerciales actuales es la presión política para crear puestos de trabajo que afrontan los encargados de la formulación de políticas. La pérdida de puestos de trabajo en el sector manufacturero tradicional ha provocado una gran presión para que se genere empleo en los sectores industriales de la economía. Los desequilibrios estructurales actuales se concentran en el sector manufacturero, cuyas pérdidas de puestos de trabajo se deben principalmente a las nuevas tecnologías y al aumento de la productividad, dijo.

El Director General Azevêdo adujo que el recurso a las políticas comerciales no está mitigando las tensiones, sino más bien exacerbándolas al crear excedentes en los mercados mundiales de los sectores manufactureros. La sobrecapacidad es ya evidente en sectores como el del acero, pero es posible que este problema afecte a otros sectores si se mantienen unas políticas que estimulen artificialmente la producción.

El Director General dijo lo siguiente:

"Para atenuar estas tensiones, propongo que los países se reúnan, examinen todas estas políticas y las repercusiones generales conexas y empiecen a actuar de forma coordinada a fin de reducir los desequilibrios en lugar de acentuarlos".

El Director General Azevêdo invitó a los ministros de finanzas a analizar los costos de sus propias políticas nacionales y los costos para la economía mundial, y les aseguró que la OMC se esforzará cada vez más por fomentar el diálogo al respecto. Asimismo, el Director General indicó a los ministros que los países deberían estudiar la manera de crear puestos de trabajo en el sector de los servicios y en otros sectores más dinámicos y con mayores posibilidades de generar de empleo. Por último, instó a los ministros a examinar políticas que contribuyan a desarrollar recursos humanos en los sectores dinámicos de la economía que necesitan mano de obra.