Por primera vez, el Foro Público ha dedicado un panel de alto nivel exclusivamente a los jóvenes, en un momento en el que los mileniales y la generación Z constituyen dos tercios de la mano de obra a escala global y representarán más de la mitad de la población mundial para 2020. Este conjunto de consumidores, empresarios, trabajadores y líderes son “los primeros en alcanzar la mayoría de edad en esta época de rápido cambio tecnológico, y debemos escuchar qué es lo que piensan sobre hacia dónde debe ir el comercio”, dijo el Director General Azevêdo.

“La conferencia se centra en la necesidad de adaptarnos al entorno comercial de 2030, 2040 y 2050, y los mileniales y la generación Z son los que estarán comerciando, los que se beneficiarán del comercio y los que en un momento dado tratarán de hacerse sitio en el entorno comercial global y de beneficiarse de él”, señaló el Director General. “Cómo será el entorno en ese momento dependerá posiblemente de las decisiones que adoptemos hoy día, de ahí la importancia de que los escuchemos.”

El Director General Azevêdo señaló que la OMC está atenta para conocer lo que proponen los jóvenes en lo que se refiere a necesidades sociales básicas, como la preservación del medio ambiente, la enseñanza y la ayuda a las comunidades. El Director General manifestó su preocupación por el alto nivel de fracaso de las empresas de reciente creación, creadas por lo general por jóvenes, y dijo que es hora de que las empresas tradicionales y las grandes empresas sigan a los jóvenes emprendedores y comprendan que no tienen que ser solo rentables, sino también más generosas, justas y equitativas.

Uno de los principales desafíos a los que se enfrenta hoy en día la OMC, añadió, es la inclusividad: cómo agilizar las normas para que las empresas de reciente creación y las microempresas y pequeñas y medianas empresas (MIPYME) de todo el mundo puedan aprovechar los beneficios que ofrece el comercio internacional.

Los participantes dieron su opinión sobre la forma en que el comercio mundial puede reflejar sus valores y abordar los problemas a los que se enfrentan los jóvenes como consecuencia del cambiante panorama económico, que se traduce entre otras cosas en nuevas modalidades de empleo, un desajuste entre formación y aptitudes, una preocupación por el medio ambiente y el imperativo permanente de la reducción de la pobreza. Solicitaron un esfuerzo conjunto de las organizaciones multilaterales, como la OMC, para crear condiciones favorables a empresas de nueva creación y oportunidades para que los jóvenes pongan en marcha sus propias empresas, que creen puestos de trabajo.

Chebet Lesan, Consejera Delegada de BrightGreen Energy, una empresa que trabaja para crear combustibles modernos y respetuosos con el medio ambiente en África, dijo que en el contexto actual “es muy difícil para un joven actuar de manera estratégica”, ya que la planificación del futuro choca con impedimentos estructurales, sobre todo en lo que se refiere a la inversión. “Tenemos pasión, pero a la hora de atraer inversiones, nos encontramos con un gran problema, porque no tenemos capacidad financiera ni influencia política”, dijo.

Bradly Heslop, cofundador y Director Gerente de Africa WSV, una franquicia social que ayuda a empresas sociales gestionadas por comunidades a impulsar objetivos de desarrollo, puso de relieve el cambio de paradigma que aportan esas generaciones. Según encuestas recientes, unos siete de cada diez mileniales e integrantes de la generación Z desean crear su propia empresa. “Lo que necesita el mundo ahora son emprendedores, no empleados, pero no se dan las condiciones necesarias”, dijo.

Alisée de Tonnac, cofundadora y socia del Seedstars Group, un grupo que ayuda a personas en mercados emergentes por medio de la tecnología e impulsando el espíritu de empresa, dijo que el gran cambio con respecto a las generaciones anteriores es que el dinero y el beneficio no lo son todo. “Para esta generación, obtener un beneficio y trabajar por un propósito son objetivos inseparables. No digo que seamos una generación mejor, es que en estos momentos no tenemos otra opción”, declaró.

Andrés Escobar, cofundador de IMPCT Coffee, una empresa que se provee de café de comunidades vulnerables y reinvierte en las mujeres a escala local para que creen empresas dedicadas a la enseñanza para luchar contra la pobreza, dijo que es hora de que la nueva generación tome las riendas. Instó a la generación anterior a “escucharnos realmente, porque a veces tenemos ideas fantásticas. Es la única manera de avanzar si queremos encontrar soluciones a las dificultades que se nos plantean que sean adecuadas y precisas y que surtan efecto.”

En un acto separado, el centro nodal de Ginebra de la comunidad Global Shapers organizó un taller sobre cómo ven los jóvenes el futuro del comercio, con objeto de presentar las cuestiones más apremiantes que preocupan a los jóvenes y que afectan a su manera de percibir el comercio, como el cambio climático, las repercusiones de las nuevas tecnologías y el modo en que los jóvenes pueden intervenir en la configuración de un sistema de comercio mejor y más justo para todos.

El centro nodal de Ginebra aprovechó la red mundial de Global Shapers para reflejar la diversidad de voces entre los jóvenes; el resultado fue la recomendación de diversas medidas para cambiar la percepción de los jóvenes de que no se les presta atención en las negociaciones comerciales ni, en general, cuando se formulan las políticas, y sobre qué es lo que puede hacer la OMC para cambiarlo.

Instaron a la OMC a empoderar a los jóvenes, teniendo en cuenta que dos terceras partes de los jóvenes consideran que el sistema internacional de comercio actual afecta negativamente al cambio climático y, tal y como funciona actualmente, lo ven como un vector de la desigualdad de condiciones que sufren los países en desarrollo.