NEGOCIACIONES SOBRE LA AGRICULTURA

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Efectos de la pandemia e importancia de las normas de la OMC

El Presidente señaló que el propósito de la reunión virtual era mantener un intercambio preliminar de opiniones sobre las repercusiones de la COVID-19 y “deliberar sobre el punto en el que nos encontramos y qué se debe hacer en el futuro”. Afirmó: “La COVID-19 ha repercutido en prácticamente todos los temas que hemos estado abordando.”

El Embajador Ford dijo que los Miembros, en sus respuestas al documento de opciones distribuido el 16 de marzo, habían expresado la necesidad de: i) centrar plenamente la atención en la lucha contra la crisis causada por la COVID-19, ii) tomar en consideración las condiciones de trabajo actuales, iii) reflexionar sobre la manera en que la crisis causada por la COVID-19 podría repercutir en las negociaciones, y iv) examinar la forma en que podría llevarse a cabo la labor del Comité, teniendo en cuenta el aplazamiento de la Duodécima Conferencia Ministerial (CM12) al menos un año.

Durante la reunión, numerosos Miembros facilitaron información sobre los efectos perturbadores de la pandemia en la cadena de suministro de alimentos, en particular en los países en desarrollo y menos adelantados. Muchos Miembros en desarrollo destacaron la cuestión de la inseguridad alimentaria y la difícil situación de los agricultores y las pequeñas empresas. Varias delegaciones subrayaron que la crisis sanitaria no debía convertirse en una crisis alimentaria.

Muchos Miembros expresaron su preocupación por las restricciones a la exportación de productos alimenticios adoptadas por algunos gobiernos en respuesta a la crisis causada por la COVID-19. Varios Miembros advirtieron del prolongado efecto negativo de esas medidas en los mercados mundiales, en particular para los países importadores netos de productos alimenticios. Señalaron a la atención de los presentes la reciente Declaración de los Ministros de Agricultura del G-20, formulada el 21 de abril, y la declaración conjunta formulada por 23 Miembros de la OMC el 14 de mayo. Los signatarios de ambas declaraciones se comprometieron a apoyar el comercio abierto y previsible de productos alimenticios y agropecuarios, y subrayaron la necesidad de velar por que las restricciones a la exportación se ajustaran a las normas de la OMC y fueran “selectivas, proporcionadas, transparentes y temporales”.

Muchos Miembros pidieron respeto a las normas de la OMC y mayor transparencia de las políticas a nivel multilateral mediante notificaciones tempranas de las medidas comerciales. Los Miembros elogiaron la página web sobre la COVID-19 de la Secretaría de la OMC, destinada a la vigilancia de las medidas restrictivas del comercio adoptadas durante la crisis. Algunos Miembros también dijeron que la siguiente reunión ordinaria del Comité de Agricultura, programada para el 18 de junio, era otra oportunidad para examinar las nuevas políticas de cada uno.

Repercusión de la COVID-19 en las negociaciones sobre la agricultura

En lo que respecta a la seguridad alimentaria, muchos Miembros destacaron la importancia de las negociaciones sobre las restricciones a la exportación. Esas negociaciones tienen por objeto mejorar la transparencia y la previsibilidad de las restricciones a la exportación, así como facilitar la adquisición de productos alimenticios con fines humanitarios por el Programa Mundial de Alimentos. El G-33 y algunos Miembros en desarrollo también señalaron la necesidad urgente de llegar a una solución permanente para la acumulación de alimentos y la necesidad de un Mecanismo de Salvaguardia Especial (MSE) para garantizar la seguridad alimentaria en estos momentos de crisis. Algunos países desarrollados advirtieron nuevamente de los efectos secundarios y de la distorsión del mercado que podrían derivarse de la acumulación excesiva de existencias.

En cuanto a la ayuda interna, los Miembros tomaron nota de los nuevos paquetes de ayuda que algunos gobiernos estaban destinando a los agricultores en respuesta a la crisis, y su posible incidencia en el mercado mundial de alimentos. Varios países en desarrollo dijeron que la reducción de la ayuda interna, en particular mediante la eliminación de los niveles autorizados de la Medida Global de la Ayuda (MGA), seguía siendo un objetivo a largo plazo de las negociaciones sobre la agricultura y era fundamental para lograr un comercio justo. Varios miembros del Grupo de Cairns (un grupo de países exportadores de alimentos) también reiteraron su llamamiento para que se redujera la ayuda interna causante de distorsión del comercio.

El deseo de mejorar el acceso a los mercados expresado por algunos países exportadores de alimentos tropezó con la resistencia de algunos países en desarrollo, que dijeron que no era el momento adecuado para debatir esta cuestión. Los “Cuatro del Algodón” (Benin, Burkina Faso, Chad y Malí) destacaron las importantes repercusiones de la crisis en el sector del algodón, lo que hacía que la labor de la OMC sobre esta cuestión fuera más pertinente que nunca.

Los Miembros señalaron que la crisis causada por la COVID-19 había incidido en su capacidad para participar plenamente en las negociaciones. Varias delegaciones subrayaron que las capitales se estaban centrando en la lucha contra el virus más que en proseguir las negociaciones, y que las conversaciones virtuales habían dificultado las comunicaciones entre las delegaciones y sus capitales.

En su conclusión, el Presidente señaló que, pese a esas dificultades, los Miembros estaban de acuerdo en que “debemos reunirnos en formato virtual, aunque eso no sustituya al formato tradicional, y debemos informarnos (mutuamente). Debemos intercambiar documentación, continuar nuestro análisis y velar por que siga fluyendo la información.”

Sin embargo, varios Miembros advirtieron de que las negociaciones “de verdad” solo podían reanudarse mediante la celebración de reuniones presenciales. Algunos Miembros consideraron que el aplazamiento de la CM12 brindaba la oportunidad de dedicar más tiempo a la labor analítica. Mientras que algunos Miembros consideraron que la labor actual debía centrarse en los efectos de la crisis causada por la COVID-19, sobre todo en relación con la seguridad alimentaria, otros opinaron que la crisis no debía impedir que prosiguieran los debates encaminados a alcanzar el objetivo a largo plazo de la reforma de la agricultura.

El Presidente llegó a la conclusión de que el bienestar y la seguridad alimentaria de muchos países dependían más que nunca de un sistema de comercio abierto, previsible y justo. Dijo que los Miembros debían estudiar la manera en que la crisis causada por la COVID-19 había puesto en primer plano determinadas cuestiones abordadas en las negociaciones y la manera en que ello podría contribuir, en última instancia, a fomentar la convergencia entre los Miembros.

Los Miembros debatieron sobre el formato y la frecuencia de las posibles reuniones virtuales futuras, la celebración de reuniones híbridas cuando fuera posible, la combinación de reuniones con un procedimiento escrito y su posible articulación con las reuniones ordinarias del Comité de Agricultura. También subrayaron la necesidad de una planificación a largo plazo para facilitar la preparación de esas reuniones, así como la posibilidad de organizar reuniones en grupos pequeños para examinar diferentes puntos de vista sobre cuestiones técnicas concretas.

Partida del Presidente

El Embajador Ford anunció que dejaría de presidir las negociaciones el 30 de junio. Alentó a los Miembros a que buscaran un nuevo Presidente lo antes posible y a que siguieran trabajando para lograr resultados de amplio alcance antes de la CM12.

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