DIRECTOR GENERAL ADJUNTO ALAN WM. WOLFF

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Agradezco la oportunidad de unirme hoy a ustedes con motivo de la Asamblea General de la Coalición Internacional para el Comercio de Cereales (IGTC).

A raíz de la pandemia, los Miembros de la OMC, muchos de los cuales también participan activamente en la IGTC, reafirmaron su empeño en favor de un sistema de comercio equitativo y orientado al mercado.

Muchos de ellos aunaron esfuerzos y se mostraron dispuestos a: i) promover la cooperación internacional; ii) facilitar el intercambio de información para mitigar las perturbaciones de la cadena de suministro; y iii) salvaguardar la seguridad alimentaria mundial mediante un comercio abierto, previsible y transparente.

En efecto, cuando se generalizó la propagación de la COVID-19 en todo el mundo, se impusieron restricciones a las exportaciones a fin de proteger la seguridad alimentaria, pero muchas de ellas han sido eliminadas desde entonces.

Nos hemos adaptado considerablemente a las condiciones del mundo actual, es decir, a una nueva normalidad marcada por una depresión de la economía mundial y una enfermedad que no ha sido controlada.

De acuerdo con los datos de la OMC, la contracción del comercio mundial fue mucho menor de lo que se temía, incluso en comparación con el escenario más optimista, y se prevé una recuperación sustancial el próximo año, aunque todavía por debajo de la tendencia previa a la crisis.

Si bien muchas cuestiones siguen siendo inciertas, lo que sí es seguro es que la crisis ha puesto de relieve la necesidad crucial de que los Gobiernos trabajen no solo entre sí, sino también con las empresas y la sociedad civil en general.

Gracias a la especialización de su red empresarial y comercial, la Coalición se encuentra en una posición privilegiada para apoyar la labor de la OMC para mejorar las condiciones de mercado y los entornos reglamentarios actuales de los productos agroalimentarios. Acogemos con satisfacción ese apoyo.

Nuestros esfuerzos se centran en dos esferas que están interrelacionadas:

En primer lugar, los Miembros de la OMC trabajan en la actualización de las normas de la Organización sobre agricultura que están vigentes, a fin de hacer frente a las dificultades actuales y futuras. A ese respecto, las negociaciones tienen por objeto:

  1. reducir de forma sustancial las ayudas que distorsionan el comercio;
  2. fortalecer las disciplinas en materia de restricciones a la exportación;
  3. mejorar las oportunidades de acceso a los mercados; y
  4. seguir desarrollando las normas de competencia de las exportaciones.

En segundo lugar, los órganos de la OMC y el Fondo para la Aplicación de Normas y el Fomento del Comercio (STDF) examinan habitualmente cuestiones comerciales de suma importancia para el comercio de cereales y semillas oleaginosas, como los progresos realizados para adoptar la certificación fitosanitaria electrónica y la digitalización de los procedimientos aduaneros. 

Habida cuenta de lo que está en juego, los inmensos beneficios que se lograrían para el comercio agrícola, instamos a las partes interesadas de la IGTC a que participen plenamente en las negociaciones, celebrando consultas con sus respectivos Gobiernos para que estas concluyan con éxito, y a que colaboren con la OMC para que el comercio agrícola mundial siga creciendo a fin de satisfacer las necesidades mundiales. 

Por último, quisiera felicitar a la IGTC por aportar de forma activa información sobre las cadenas de valor alimentarias al Repositorio de recursos para la facilitación del comercio en relación con la COVID-19 de la OMC. Su participación es muy apreciada y valorada por los Miembros y la Secretaría de la OMC. 

Les deseo éxito en la conferencia.

 

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