DIRECTOR GENERAL ADJUNTO ALAN WM. WOLFF

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1. . ¿Cómo evolucionaron las posiciones de los Gobiernos sobre comercio transfronterizo durante esta crisis?

Las respuestas inmediatas a la crisis fueron unilaterales. Los países actuaron por separado. No se había hecho ningún preparativo para una pandemia.

Algunos epidemiólogos habían pronosticado que en algún momento se produciría una pandemia. Pero no previeron el momento ni la naturaleza, solo la inevitabilidad. Hasta este año, una pandemia no era un tema de preocupación para la política comercial.

Los Gobiernos tenían otras inquietudes comerciales en vísperas de la pandemia. Veían que la actividad comercial se desaceleraba, pero seguía creciendo. Les preocupaba la guerra comercial en gestación entre los dos principales países comerciantes. Les preocupaban las relaciones comerciales transatlánticas.

Pero de repente, el tema principal y preponderante pasó a ser la disponibilidad de suministros escasos de medicamentos, equipo de protección personal y equipo médico.

El segundo motivo de inquietud, aún más importante, eran los efectos negativos causados en la economía mundial, no por el coronavirus, sino por la repercusión económica negativa de las medidas adoptadas para hacer frente a las preocupaciones sanitarias suscitadas por la pandemia.

En primer lugar, había que ser transparentes. La OMC instó a sus 164 Miembros a notificar sus medidas comerciales de inmediato. La respuesta de los Miembros a la solicitud de notificaciones de la OMC fue muy buena. Se adoptaron medidas que consistían en diversas formas de restricciones a la exportación y liberalización del comercio.

En segundo lugar, la OMC estimó el alcance de la repercusión negativa de la pandemia en el comercio mundial.

Ambas respuestas tenían la finalidad de informar a los Miembros de la OMC para que pudieran adoptar decisiones de política fundadas sobre los datos más fiables posibles. Felizmente, a la luz de la mayor información sobre la evolución de la enfermedad y la repercusión en el comercio, aproximadamente un tercio de las medidas comerciales iniciales se eliminaron.

En tercer lugar, algunos grupos de Miembros empezaron a formular respuestas concretas o posibles a la pandemia. Se recibieron propuestas detalladas de, por ejemplo, Singapur, Nueva Zelandia, el Grupo de Ottawa(1), encabezado por el Canadá, y Corea, y, en materia de agricultura, del Canadá, en nombre propio y de varios copatrocinadores. Las deliberaciones dirigidas a ampliar y profundizar estas iniciativas continúan. Mientras tanto, en varios casos, distintos proponentes ya han promulgado reformas destinadas a facilitar el comercio de conformidad con las propuestas que pusieron sobre la mesa.   

2. ¿Cómo han repercutido las políticas comerciales nacionales en la dinámica internacional de suministro, en particular, entre los países en desarrollo y los desarrollados?

La repercusión de las restricciones comerciales y las medidas de facilitación del comercio se ha limitado a productos específicos que los Gobiernos estimaron necesarios para hacer frente a la COVID-19, como las mascarillas, otros equipos de protección personal, los productos farmacéuticos considerados como posiblemente útiles para el tratamiento de la enfermedad y los respiradores. Además de las restricciones a la exportación, en ciertos casos también se realizaron inversiones estatales estratégicas, contrataciones públicas preventivas e incluso, según se informa, confiscaciones de mercancías en tránsito de estas categorías.

Se ha llamado a la presentación de ofertas para adquirir los suministros necesarios, no solo en los países sino en sus subdivisiones políticas. Los precios aumentaron y los suministros escasos se volvieron aún más escasos.

Los políticos nacionales hicieron un llamamiento a aumentar la internalización de las actividades y su localización en países cercanos, para diversificar las fuentes de suministro. Este repliegue del comercio mundial, sin embargo, tiene sus límites. Una cosa es convertir fábricas que producían ropa deportiva o de moda para que produzcan mascarillas y otros equipos de protección personal. Otra es intentar replicar a nivel nacional las 600 partes procedentes de varios lugares del mundo necesarias para fabricar un respirador. Además, cuando se trata de cadenas de suministro mundiales, la rentabilidad de la gestión de las empresas suele imponer límites efectivos a las políticas públicas que favorecen la autosuficiencia.

En líneas generales, los países en desarrollo son los que más padecen la evolución de la pandemia y sus consecuencias económicas. Si bien recibieron el apoyo de los bancos multilaterales de desarrollo, sus reservas de divisas podían agotarse ya que los efectos de las reducciones internacionales de la actividad comercial y económica en su conjunto llegaron rápidamente a sus fronteras. Ningún país era inmune. En el caso de los productos farmacéuticos y los equipos médicos, la internalización no era una opción real, aunque las economías nacionales, que se desplomaban, lograran así y todo proporcionar los recursos financieros para sustentarla. Ya sea que la asignación de los suministros necesarios fuera resultado de una decisión del Gobierno productor o de las fuerzas de mercado, cabía prever que la situación de los países en desarrollo y, en particular, los menos desarrollados, fuera peor a la de los más ricos.

3. ¿Qué tipo de políticas pueden incidir favorablemente en los distintos tipos de países (países en desarrollo frente a países desarrollados, centrados en la industria o en los servicios, etc.)

No hemos terminado con la pandemia. Actualmente está en su punto máximo y puede volver en oleadas sucesivas. En el corto plazo, los países exportadores de productos agrícolas que están obligados a tener en cuenta las necesidades de los mercados extranjeros pueden demostrar claramente que lo están haciendo. Pueden aplicar voluntariamente la misma práctica a las restricciones a la exportación de productos industriales propuestas. Pueden seguir siendo transparentes con respecto a las medidas comerciales que estén considerando aplicar. Pueden evitar las normas excesivas que obstaculicen la actividad comercial.

Los países en desarrollo pueden tener necesidades muy concretas. Este es el momento para un brote de practicidad de parte de todos. Como bien dijo el Presidente de los Estados Unidos, Franklin Roosevelt, al inicio de la Segunda Guerra Mundial, si la casa de nuestro vecino se está prendiendo fuego, no dudamos en prestarle nuestra manguera para ayudarlo a extinguir el fuego. Las instituciones multilaterales deben seguir colaborando para velar por que la financiación del comercio para los países en desarrollo y menos desarrollados no se siga agotando. La financiación del comercio nunca terminó de recuperarse de la crisis financiera de 2008, así que deben hacerse todos los esfuerzos posibles por mantener las corrientes comerciales.

La acumulación excesiva de existencias de alimentos debe evitarse. La transparencia debe ser lo más plena y generalizada posible, para que sea posible adoptar decisiones bien fundadas a nivel nacional. Es necesario profundizar el diálogo para que los intereses de los Miembros de la OMC se conozcan ampliamente.

En lo que respecta a la disponibilidad de alimentos, los resultados han sido en gran parte satisfactorios. Mundialmente, hay abundancia de suministros. Las existencias son copiosas y las cosechas, en general, han sido importantes. La agricultura mundial debe conservar su agilidad para hacer frente a las extraordinarias dificultades creadas por la perturbación de las cadenas de suministro a causa de la enfermedad y la pronunciada desaceleración económica.

Además de las políticas comerciales, las políticas nacionales favorables en materia fiscal y monetaria desempeñarán una función esencial para restablecer el comercio mundial al nivel registrado antes de la pandemia.

4. ¿Qué instrumentos de la OMC pueden ayudar más a la supervivencia de los exportadores y los importadores en el corto plazo? 

Manténgase periódicamente informado de las últimas modificaciones de las medidas y las normas comerciales. El sitio web de la OMC, WTO.org, tiene una sección destinada a la COVID-19. También tiene varios recursos importantes en los que puede informarse acerca de las normas.

Un aumento arancelario puede ralentizar el comercio, en función de su magnitud y la naturaleza de las mercancías. Una prohibición de la exportación o una modificación de una norma o un requisito de importación puede frenar el comercio.

Una excelente fuente de información sobre las normas relativas a los productos es el Sistema en línea de aviso de las notificaciones denominado ePing. Es posible suscribirse y recibir por correo electrónico avisos relativos a las normas y las restricciones sanitarias y fitosanitarias de interés directo para cualquier persona o empresa.

Muchos Miembros de la OMC han simplificado sus procedimientos y requisitos en frontera para asegurar la fluidez del comercio de productos esenciales, incluidos los productos alimenticios y médicos. Las normas y medidas reglamentarias (MSF y OTC) constituyen dos tercios de las notificaciones presentadas por los Miembros de la OMC en respuesta a la COVID-19. La información sobre todas estas modificaciones, de restricción o facilitación del comercio, puede obtenerse de manera simple a través de ePing, utilizando la palabra clave recientemente creada “COVID-19”.

5. ¿Cómo podría transformarse la OMC para incorporar el riesgo de pandemia en sus actividades y normas?

Los Miembros y analistas han hecho varias sugerencias útiles. Lo primero que tiene que hacer cualquier organización es garantizar que puede seguir funcionando. La OMC, sus Miembros y su Secretaría no estaban acostumbrados a celebrar reuniones en línea como forma normal de llevar a cabo sus actividades. Ahora lo están. La OMC jamás tuvo que funcionar con menos personal in situ y observando precauciones sanitarias. En el futuro, esto no será una preocupación.

Los Miembros han puesto sobre la mesa una cantidad de ideas concretas que pueden mejorar la aptitud de las normas para hacer frente a futuras pandemias. A continuación, se presentan algunos ejemplos:

  • La primera necesidad es la de actuar con transparencia. Es posible racionalizar el proceso de notificación mediante la utilización de instrumentos digitales. La información resultante, que será fiable y estará verificada por el país que impone la medida, puede a continuación hacerse pública rápidamente.
  • Es posible establecer normas de comportamiento o mejores prácticas en materia de controles de exportación, como por ejemplo, en el caso de las restricciones a la exportación industrial, adoptar el requisito vigente para los productos agrícolas de tener en cuenta los efectos en los demás de las medidas propuestas.
  • Los elementos de respuesta pueden incluir el diálogo abierto sobre los problemas comunes afrontados y las consultas con los países cuyo comercio se vea afectado.
  • Es posible acordar orientaciones sobre la forma de usar una reglamentación estatal flexible para racionalizar logísticas, como la del despacho aduanero, en casos de emergencia.
  • La práctica de las suspensiones arancelarias puede generalizarse cuando surjan problemas de escasez de suministros.
  • Las medidas de restricción del comercio pueden contener una cláusula de extinción o, al menos, prever que las autoridades que las imponen realicen un examen interno para que no se mantengan en vigor más allá del período durante el cual se necesitan.

6. ¿Cómo tratarán los países de regular el comercio de manera diferente, en el mediano a largo plazo, después de esta crisis?

Esta historia aún no se ha escrito. Cabe suponer que, como mínimo, los Gobiernos y las autoridades públicas analizarán la suficiencia de los suministros para hacer frente a futuras crisis sanitarias. Algunos productos pueden acopiarse. Es probable que se identifiquen y organicen fuentes de suministro más diversas. Sería prudente examinar la forma de mantener la entrega urgente en casos de interrupción del tráfico de pasajeros. Pueden establecerse criterios de flexibilización de las normas y protocolos para facilitar el flete y el flujo de información transfronterizos.

La economía digital ofrece una gama más amplia de opciones que las disponibles previamente. Deben encontrase los recursos para reducir las diferencias — la brecha digital — entre los países. Las negociaciones sobre el comercio electrónico en el ámbito de la OMC ofrecen la posibilidad de mejorar considerablemente las normas comerciales mundiales que rigen la economía digital en beneficio de todos.

También es probable que se lleve a cabo un análisis detenido de las formas de mejorar la aplicación del Acuerdo sobre Facilitación del Comercio.

Las exigencias futuras sobre el sistema multilateral de comercio quizás están demasiado próximas. Las pandemias siempre presentan una segunda oleada y a veces reaparecen más de una vez. Los distintos Gobiernos deben examinar qué es lo que funcionó, y qué no, en su actual reglamentación del comercio. Deben evaluar qué puede hacerse en el corto, mediano y largo plazo, y qué enseñanzas deben extraerse de su experiencia de 2020. Quizás no todas las enseñanzas salten a la vista, pero algunas sí lo harán.

Por ejemplo, los productos que se deterioran al aire libre, como el algodón, deben contar con planes de contingencia para su almacenamiento.

Las cuestiones planteadas van más allá del suministro de productos esenciales y abarcan también los servicios. Algunos servicios pueden suministrarse a distancia. Otros requerirán de más personal que se traslade a través de fronteras. Debe pensarse en la forma de facilitar el suministro de servicios en persona, con salvaguardias adecuadas para la salud.

El comercio solo ocurre donde la producción y el consumo pueden mantenerse. Esta es, en gran medida, una cuestión de carácter nacional, abordable a través del suministro de paquetes de estímulo económico. Más allá de las medidas macroeconómicas, se han adoptado muchas medidas prácticas y obtenido conocimientos sobre la forma en que las empresas pueden seguir funcionando y suministrando productos, como alimentos, a los consumidores, y observando al mismo tiempo las normas sanitarias.

No es probable que las modificaciones de los regímenes comerciales sean de gran envergadura, dado que la cantidad de productos de interés para enfrentarse a la COVID-19 es limitada.

7. ¿Qué oportunidades nuevas creará esta situación para las partes interesadas del sector público — las entidades gubernamentales que sustentan el comercio transfronterizo (como las aduanas y los Ministerios de Comercio, Industria y Relaciones Exteriores) y, más concretamente, las autoridades y los explotadores de las zonas francas que albergan empresas privadas en su perímetro?

Quienes tengan experiencia práctica deben contribuir a plasmar las normas y prácticas del sistema de comercio internacional. Sus aportes son de vital importancia. Deben considerar la posibilidad de entablar conversaciones con otras partes interesadas que estén en una situación similar y con otros explotadores de zonas francas, y de formular propuestas dirigidas a las autoridades de las capitales de los Miembros de la OMC.

La OMC es una organización internacional y no supranacional. En gran medida consiste en lo que sus Miembros ponen sobre la mesa y lo que son capaces de resolver entre sí. Los resultados no siempre deben manifestarse en la modificación de las normas, que exige el consenso de la totalidad de los 164 Miembros de la OMC. Las partes interesadas deben, en primer lugar, tratar de establecer regímenes nacionales que favorezcan sus intereses comerciales. Luego deben apoyar a sus funcionarios quienes, a su vez, celebrarán consultas con otras autoridades gubernamentales. A través de sus asociaciones o contactos directos en el país donde actúan, ustedes pueden transmitir un importante mensaje sobre lo que es necesario hacer.

El comercio va a crecer, la pregunta es a qué velocidad lo hará. El ritmo puede estar marcado, en gran medida, por las medidas internas que se adopten para estimular la demanda y la producción en la etapa de recuperación económica que se avecina. De todos modos, las normas comerciales mundiales cumplirán una función. Sus miembros encontrarán posibilidades de mejora a partir de su experiencia directa. Las oportunidades son muy buenas. Los encargados de la formulación de políticas pueden estar más informados si ustedes comparten sus ideas activamente.

8. ¿Cómo transformarán estos cambios las relaciones comerciales mundiales, en particular, entre los países en desarrollo y desarrollados?

La demografía y la tecnología transformarán el comercio. Los mercados seguirán creciendo, pero lo harán más aún en países cuya población está aumentando. Así como los buques portacontenedores gigantes, la refrigeración y otras innovaciones del transporte revolucionaron el comercio, las innovaciones continuas en la esfera digital facilitarán cada vez más el flujo de mercancías y servicios. La Revolución Verde para la producción de trigo y arroz cambió las corrientes comerciales. Actualmente, los seguros de cosechas se gestionan utilizando satélites terrestres. Descubriremos cómo la inteligencia artificial, los drones, la impresión 3D y los grandes avances en bioquímica cambiarán el comercio de formas que quizás actualmente sea imposible prever.

Al mismo tiempo, surgirán los desafíos. La ciencia nos dice que esta no es la última pandemia. Los fenómenos meteorológicos extremos se están haciendo cada vez más comunes. Cualquier sistema de comercio internacional debe ser flexible — debe dar cabida a la innovación —. Pero la gestión también debe existir.

Ningún país es tan lejano como para no verse afectado por el cambio. El sistema comercial debe estar concebido para que beneficie a todos y sea adecuado a sus fines al mismo tiempo. Las oportunidades abiertas a los países desarrollados y en desarrollo de colaborar en beneficio mutuo no harán más que aumentar, pero deben aprovecharse para que los beneficios se hagan realidad. Los explotadores de las zonas francas pueden estar a la vanguardia de muchos cambios positivos. Deben asegurarse de compartir lo que aprenden para que el sistema mundial de comercio pueda mejorarse continuamente. Las telecomunicaciones, Internet y el transporte están encogiendo el mundo en muchos aspectos. Quienes participan en el comercio tienen en sus manos la posibilidad de hacer todos los esfuerzos para garantizar que los máximos beneficios están al alcance de todos.

El sistema multilateral de comercio existe para quienes se dedican al comercio. En su ausencia, el mundo sería un lugar más pobre. Las normas de la OMC sustentan casi la totalidad del comercio mundial, incluidos los acuerdos bilaterales y regionales. El sistema necesita de su apoyo. Necesita mejorar continuamente. En esta labor, ustedes desempeñan una función decisiva. Espero que la cumplan.

 

Notas:

  1. El Grupo de Ottawa comprende a Australia, el Brasil, Chile, la Unión Europea, el Japón, Kenya, México, Nueva Zelandia, Noruega, Singapur, Corea y Suiza. Vuelta al texto

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