DIRECTOR GENERAL ADJUNTO YI XIAOZHUN

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Excelencias, señoras y señores

Buenos días, buenas tardes, buenas noches. Espero que estén bien.

Es para mí un honor asistir con ustedes a la inauguración de la primera edición en línea del Congreso Mundial de la AIPPI. Los congresos mundiales de la AIPPI, que reúnen a eminentes profesionales de la propiedad intelectual procedentes de todo el mundo, son siempre la ocasión para mantener intensos debates e intercambiar opiniones sobre cuestiones de actualidad en la esfera de la propiedad intelectual. A lo largo de su asociación de larga data con la AIPPI, la OMC ha tenido la oportunidad de contribuir a estos eventos, en los que se examinan muchos temas directamente relacionados con la propiedad intelectual y el comercio, y se ha beneficiado de ellos. El rico programa que los espera los próximos nueve días no va a ser una excepción, y felicito a los organizadores que lo han elaborado.

Tenemos la suerte de estar hoy aquí y de contar con el liderazgo y la tecnología necesarios para organizar este Congreso. Mientras me preparaba para este evento, estuve reflexionando sobre la combinación de propiedad intelectual y comercio que nos permite comunicarnos unos con otros: desde el diseño de la cámara que tengo delante — su marca de fábrica o de comercio y las patentes y los derechos de autor que la protegen — hasta los servicios de telecomunicaciones y los servicios prestados a las empresas utilizados para difundir este vídeo en su pantalla.

La propiedad intelectual está integrada en nuestra vida. Las creaciones e invenciones impulsan el desarrollo de nuevos productos y servicios, lo que puede generar oportunidades comerciales, empleo y crecimiento económico. Sabemos que la propiedad intelectual es un componente importante de las cadenas de valor mundiales. Por ejemplo, según estudios hechos por la OMC, el 91% del precio de una chaqueta de hombre está vinculado a activos intangibles, de los cuales los derechos de propiedad intelectual son un componente importante.

En los últimos 30 años, el comercio de bienes y servicios con alto contenido de propiedad intelectual ha crecido exponencialmente. Las estadísticas del Fondo Monetario Internacional muestran que los pagos por la utilización de derechos de propiedad intelectual aumentaron un 1.725% entre 1990 y 2019, de 24.000 millones a 438.000 millones de dólares EE.UU. Este aumento supera en gran medida la tasa de crecimiento del comercio convencional de mercancías, lo que ilustra el éxito del comercio en el ámbito de la propiedad intelectual.

La tecnología, la integración económica y las preferencias de los consumidores siguen transformando el comercio, y la economía mundial debe reaccionar ante conmociones como la pandemia actual. Pero la historia nos muestra que situaciones como la creada por la pandemia de COVID-19, en última instancia nos hacen avanzar y adaptarnos; y que contar con normas claras promueve la cooperación internacional.

Desde 1995, el sistema de la OMC ha aportado la certidumbre y la previsibilidad que las empresas necesitan para poder llevar a cabo sus actividades. En la esfera de la propiedad intelectual, el Acuerdo sobre los ADPIC establece un marco para la igualdad de las normas sobre propiedad intelectual, aunque deja flexibilidad para los sistemas nacionales de aplicación. Incluso hoy, podemos ver cómo el recurso al sistema de propiedad intelectual aumenta con la adhesión de nuevos Miembros a la OMC. Los datos de países como Camboya, Viet Nam y Seychelles-que se han adherido a la OMC desde 2004-muestran, por ejemplo, un aumento constante de las solicitudes de patentes.

El Acuerdo sobre los ADPIC sigue siendo el acuerdo multilateral más amplio sobre propiedad intelectual, y es el primer Acuerdo de la OMC que se ha modificado en respuesta a preocupaciones relativas a la salud pública. El Acuerdo sobre los ADPIC modificado entró en vigor en enero de 2017 y creó una vía jurídica adicional que permite el acceso a medicamentos genéricos asequibles para los países que los necesitan. La Declaración de Doha relativa al Acuerdo sobre los ADPIC y la salud pública de 2001 constituye la base para la coherencia de las políticas y la cooperación práctica, que ahora se pone de manifiesto en las respuestas mundiales a la COVID-19.

Este año marca el vigésimo quinto aniversario de la creación de la OMC. Es una oportunidad para reflexionar y para mirar hacia adelante. El sistema de la OMC ha sentado las bases del acceso a los mercados para los bienes y los servicios y de la protección de la propiedad intelectual entre prácticamente todas las naciones comerciantes del mundo. Ahora tenemos que hacer frente a los desafíos mundiales y responder a ellos de manera equilibrada, sostenible y eficaz.

Ocho de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas ilustran de manera concreta la forma en que el sistema de propiedad intelectual y el comercio contribuyen conjuntamente a fomentar la innovación, a erradicar el hambre y a mejorar la salud y el bienestar.

Las respuestas eficaces a estos desafíos se basan en una labor multidisciplinaria y en un entendimiento mutuo. En la OMC trabajamos en estrecha colaboración con la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual y la Organización Mundial de la Salud. En julio presentamos la segunda edición del estudio trilateral sobre la promoción del acceso a las tecnologías médicas y la innovación. El estudio adopta un enfoque holístico, que abarca todas las dimensiones de las políticas relacionadas con la salud, y constituye un valioso recurso para la formulación de políticas en esta importante esfera. Los invito a consultarlo en el sitio web de la OMC.

La OMC y la AIPPI mantienen desde hace tiempo una fructífera relación de colaboración. La AIPPI ha presentado temas contemporáneos en el Foro Público de la OMC, por ejemplo, el año pasado en la sesión sobre las nuevas tecnologías digitales, que contó con una nutrida participación. También nos hemos beneficiado mutuamente de oportunidades y debates muy instructivos. Más recientemente, la AIPPI y la OMC han aunado esfuerzos para elaborar una base de datos sobre la jurisprudencia relativa a los ADPIC, que ilustra eficazmente el efecto transformador de la aplicación del Acuerdo sobre los ADPIC, por lo que respecta no solo a la concesión de derechos de propiedad intelectual en todo el mundo, sino también en su observancia efectiva. Las contribuciones de los miembros de la AIPPI en todo el mundo ayudarán a seguir la evolución en las distintas jurisdicciones y a evaluar su efecto potencial en el sistema internacional. Esperamos con interés seguir trabajando con la AIPPI para comprender mejor el papel que desempeña el sistema de propiedad intelectual en la economía mundial.

El valor de esta asociación es mayor que nunca, en un momento en que se plantean serias dudas sobre la pertinencia y la utilidad del sistema multilateral. Sabemos que los miembros de la AIPPI utilizan y aprovechan el sistema multilateral de propiedad intelectual miles de veces literalmente cada día laborable, al presentarse y tramitarse solicitudes en los Miembros de la OMC en todo el mundo.

Al celebrar el vigésimo quinto aniversario de la entrada en vigor del Acuerdo sobre los ADPIC, existe el riesgo de que podamos pasar por alto o dar por sentado la mejora fundamental y de gran alcance de los fundamentos jurídicos, administrativos y de observancia de los derechos de propiedad intelectual que se ha conseguido gracias a la aplicación del Acuerdo sobre los ADPIC en más de 130 jurisdicciones de todo el mundo.

El sistema no es perfecto; y hay mucho más trabajo que puede y debe hacerse. Sin embargo, es sin duda oportuno contrastar el sistema mundial de propiedad intelectual de hoy con el que existía en 1986, cuando se iniciaron las negociaciones sobre los ADPIC. Debemos reconocer la enorme inversión en el desarrollo legislativo, institucional y profesional que los países de todo el mundo se han comprometido a aplicar las normas del Acuerdo sobre los ADPIC. Y debemos reconocer las extraordinarias posibilidades que esto ha ofrecido a los creadores, los innovadores y las empresas de todo el mundo, en un momento en que se reconoce que el componente de conocimientos del desarrollo es de capital importancia.

Invito a la AIPPI, como una voz profesional fiable, con la credibilidad que le aporta la experiencia práctica, a subrayar la importancia y el valor continuos del sistema multilateral de propiedad intelectual basado en el Acuerdo sobre los ADPIC, que permite que la economía del conocimiento prospere hoy.

Quisiera felicitar una vez más a la Presidenta de la AIPPI, Sra. Renata RIGHETTI, y a su equipo por organizar este importante evento. Les deseo mucho éxito en este Congreso, y espero que sus debates susciten ideas que ayuden a responder a los desafíos actuales y futuros.

Muchas gracias.

 

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