CONSEJO GENERAL

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El Director General Azevêdo anunció en mayo que abandonaría su cargo el 31 de agosto, un año antes de que expirase su mandato. El Presidente del Consejo General, David Walker, de Nueva Zelandia, inició inmediatamente el proceso para nombrar a su sucesor de conformidad con los procedimientos para el nombramiento del Director General acordados por el Consejo General en diciembre de 2002 (WT/L/509).

Tras celebrar consultas con los Miembros, se acordó que el plazo para la presentación de candidaturas estaría abierto del 8 de junio al 8 de julio. En total se recibieron ocho candidaturas. Todos los candidatos acudieron a Ginebra entre el 15 y el 17 de junio para hacer exposiciones y responder a las preguntas del Consejo General. Durante los meses de julio y agosto, los candidatos participan en la etapa de campaña del proceso a fin de “darse a conocer a los Miembros (de la OMC)”.

Después del período de campaña, que concluye el 7 de septiembre, comenzará la última etapa del proceso. Durante esa tercera etapa, el Consejo General tratará de recudir el número de candidatos mediante consultas dirigidas por el Embajador Walker. El objetivo es elegir a un candidato por consenso de todos los Miembros de la OMC.

La decisión adoptada el 31 de julio se refiere a la etapa 3 del proceso de selección del Director General. El Embajador Walker explicó a los Miembros que las etapas acordadas estaban en consonancia con las directrices de 2002 y con la práctica establecida, en particular con el proceso de 2013, que dio lugar al nombramiento del Director General Azevêdo.

El Embajador Walker dijo a los Miembros de la OMC que, junto con el Presidente del Órgano de Solución de Diferencias, Dacio Castillo, de Honduras y el Presidente del Órgano de Examen de las Políticas Comerciales, Harald Aspelund, de Islandia, se reuniría individualmente con cada Miembro de la OMC entre el 7 y el 16 de septiembre. Esa primera ronda de consultas iría seguida de otras dos, durante las cuales se reduciría gradualmente el número de candidatos, que pasaría de ocho a cinco, y a dos para la ronda final.

En esas consultas, el Presidente y sus facilitadores formularán la misma pregunta a cada delegación: “¿Cuáles son sus preferencias?” Se pedirá a las delegaciones que presenten un máximo de cuatro preferencias en la primera ronda y un máximo de dos preferencias en la segunda ronda. Según el Embajador Walker, la información obtenida durante esas reuniones “de confesionario” con los distintos Miembros “se tratará con la más estricta confidencialidad” y no se revelarán las preferencias de los Miembros. Reiteró que el objetivo era reducir el número de candidatos mediante la identificación de los candidatos que tuviesen “la menor probabilidad de generar un consenso”.

Al final de cada ronda de consultas de la etapa 3, el Embajador Walker y los facilitadores informarían a los Miembros de los resultados en reuniones de Jefes de Delegación. El Embajador Walker dijo que el calendario de la segunda y tercera ronda del proceso de la etapa 3 sería similar al de la primera.

De conformidad con las directrices de 2002, el principal criterio para determinar qué candidato está mejor posicionado para lograr un consenso es la “amplitud del apoyo” que cada candidato recibe de los Miembros. Durante el proceso de selección del Director General de 2005, la amplitud del apoyo se definió como “la distribución de las preferencias a través de las distintas regiones geográficas y entre las categorías de Miembros generalmente reconocidas en las disposiciones de la OMC, a saber: los PMA, los países en desarrollo y los países desarrollados”.

El Embajador Walker hizo hincapié en que, como se indica en la Decisión del Consejo General de 2002, el proceso se guiaría por “los intereses genuinos de la Organización, el respeto a la dignidad de los candidatos y de los Miembros que los hayan presentado, y la transparencia plena y la no exclusión en todas las etapas del proceso”.

La decisión de prorrogar los mandatos de los cuatro Directores Generales Adjuntos se adoptó después de que se celebraran consultas para nombrar a uno de ellos Director General interino hasta que el nuevo Director General entre en funciones. El Embajador Walker explicó de nuevo a los Miembros que la elección de un Director General interino era “en gran medida una cuestión de organización interna destinada a facilitar la continuación del funcionamiento de la Organización” mientras los Miembros se centraban en elegir a un nuevo Director General.

No obstante, las consultas no permitieron lograr un consenso sobre cuál de los cuatro debía ser designado Director General interino, por lo que el Embajador Walker propuso en su lugar que los cuatro Directores Generales Adjuntos permaneciesen en sus cargos y continuasen con sus responsabilidades actuales hasta que el nuevo Director General entrase en funciones. Durante este período, los cuatro Directores Generales Adjuntos celebrarán consultas frecuentes con los Miembros, representados por el Presidente del Consejo General. El Embajador Walker subrayó que durante esta etapa intermedia no se introducirían cambios estructurales en la Secretaría de la OMC. El Embajador Walker declaró asimismo que seguía dispuesto a celebrar consultas con los Miembros.

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