DIRECTORA GENERAL ADJUNTA ANGELA ELLARD

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Buenas tardes:

Felicitaciones a la Organización Internacional de Empleadores por la puesta en marcha de la Coalición Empresarial en pro del Comercio, el Empleo y el Desarrollo Sostenible. Se trata de una iniciativa importante y oportuna que contribuirá a reforzar el diálogo entre la OMC y las empresas, lo que reviste especial importancia en el contexto de los debates sobre la reforma de la OMC. Muchas gracias también por haberme invitado. Es un placer estar hoy con ustedes, aunque sea de forma virtual.

Se me ha pedido que hable sobre la función que desempeña el comercio para promover el empleo y el desarrollo sostenible en la recuperación económica de la COVID-19, y sobre la manera en que las empresas pueden colaborar con la OMC. Sin embargo, quisiera comenzar refiriéndome a una cuestión que ha estado en la mente de muchos de nosotros desde el pasado viernes: la decisión de la OMC de aplazar la Conferencia Ministerial (CM12), que debía empezar ayer.

Tuvimos que tomar esta decisión debido a la aparición de una nueva variante del virus de la COVID-19, que habría impedido que algunas delegaciones participaran en la Conferencia Ministerial. Esta situación no solo suscitaba preocupaciones por la salud y la seguridad de nuestros participantes, sino también por la inclusividad y la equidad del proceso, así como por la legitimidad de los posibles resultados. 

Los Miembros apoyaron ampliamente esta decisión como la única opción viable.  Además, muchos de ellos destacaron los grandes avances y el fuerte impulso que habíamos logrado la semana pasada.

La pregunta ahora es cómo mantener y aprovechar ese impulso.  El trabajo debe continuar y tenemos que mantener la presión. Esperamos que, gracias a este tiempo adicional, los negociadores puedan salvar algunas de las diferencias que aún persisten. 

Algunos de ustedes tal vez han leído la carta del Presidente y los Vicepresidentes de la CM12, en la que se propone convocar la Conferencia Ministerial en marzo si las condiciones lo permiten, aprovechar los progresos realizados y ultimar las prioridades esenciales, en particular las subvenciones a la pesca y la respuesta a la pandemia. Ahora corresponde a nuestros Miembros tomar las decisiones, pero tenemos que mantener el impulso. 

La aparición de la nueva variante del virus de la COVID-19 vuelve a poner de relieve la importancia y la urgencia de la labor que hemos estado llevando a cabo en la OMC, en particular con respecto al acceso a las vacunas y a la exención de derechos de propiedad intelectual.

Permítanme referirme ahora a la cuestión de la función del comercio internacional, y de la OMC como su guardiana, en la recuperación económica de la COVID-19, prestando especial atención al empleo y el desarrollo sostenible.

Las normas mundiales del comercio, que se recogen en los Acuerdos de la OMC, proporcionan seguridad y estabilidad a los agentes económicos de todo el mundo. Por una parte, los productores y exportadores saben que pueden abastecerse de componentes y materias primas procedentes del extranjero y que los mercados extranjeros estarán abiertos a sus mercancías y servicios. Por otra parte, los consumidores saben que pueden disfrutar de un suministro seguro de productos acabados y de servicios. Esto redunda en un mundo económico más próspero y pacífico.

Además, el comercio tiene un efecto positivo en el empleo y los puestos de trabajo. Los sectores económicos que dependen del comercio internacional son los principales empleadores de las economías avanzadas y de muchas economías en desarrollo. Por ejemplo, en la UE, las exportaciones de bienes y servicios fuera de la Unión sustentan unos 38 millones de puestos de trabajo. En los Estados Unidos, el comercio soporta uno de cada cinco puestos de trabajo. En los países en desarrollo que se especializan en la producción de bienes de alta intensidad de mano de obra, como las manufacturas ligeras, el comercio es una fuente de empleo, incluso para los trabajadores no calificados.

La importancia del comercio basado en normas se ha magnificado aún más en la pandemia de COVID-19. Según nuestros datos, en 2020, el valor nominal del comercio mundial de bienes y servicios disminuyó un 9,6% y el PIB mundial se redujo en un 3,3%. Se trata de la peor recesión registrada desde la Segunda Guerra Mundial.

Sin embargo, el sistema de comercio ha demostrado ser más resiliente de lo que muchos esperaban al comienzo de la crisis. Según las últimas previsiones de la OMC, el volumen del comercio mundial de mercancías crecerá un 10,8% en 2021, a lo que seguirá un aumento del 4,7% en 2022.

El sistema mundial de comercio ha ayudado a los países a hacer frente a la pandemia facilitando el acceso a suministros médicos esenciales, a alimentos y a bienes de consumo. Además, las normas de la OMC han frenado, e incluso impedido, la adopción de medidas comerciales restrictivas muy perjudiciales durante la pandemia en los países.

Si bien nuestro Acuerdo sobre Facilitación del Comercio no se elaboró teniendo en cuenta la pandemia, ha desempeñado una función inmensa en la recuperación a escala mundial. Los países que han adoptado y aplicado rápidamente medidas e infraestructuras de facilitación del comercio han sido, en general, más resistentes y se han adaptado mejor.

El comercio puede ser un poderoso mecanismo de recuperación, en especial para muchos países en desarrollo y menos adelantados, que tienen una capacidad limitada para impulsar la recuperación económica mediante paquetes de estímulo fiscal. Asimismo, aumenta las oportunidades de empleo y mejora el acceso de los hogares pobres a bienes y servicios asequibles.

El comercio será un elemento central de los esfuerzos por aumentar la resiliencia económica y de la preparación para futuras crisis. Además, desempeña una función principal para avanzara hacia una recuperación más ecológica, inclusiva y digital. La cooperación comercial puede mejorar la resiliencia de la economía mundial ante las perturbaciones mediante la creación de mercados más abiertos y la diversificación de las fuentes de suministro.

A fin de que el sistema mundial esté mejor preparado para las crisis actuales y las futuras, necesitamos también una OMC fuerte, capaz de hacer frente a las dificultades de nuestro tiempo. En el contexto de la coyuntura económica desfavorable causada por la pandemia, la misión de la OMC es más importante que nunca: utilizar el comercio para elevar el nivel de vida, crear empleo y promover el desarrollo sostenible.

Sin embargo, como saben, los últimos años han sido difíciles para la OMC. Todos estamos de acuerdo en que la Organización necesita mejoras, y la CM12, cuando se celebre, será un importante hito en el camino hacia la reforma.

Quisiera concluir con unas palabras sobre cómo las empresas pueden apoyar a la OMC y contribuir a su reforma. No podemos dar por sentado que todos creen en el valor del comercio y del sistema multilateral de comercio basado en normas. Si valoran ustedes la OMC, es importante señalar su pertinencia y que vale la pena mejorarla y revitalizarla.

Aunque la OMC es una organización intergubernamental, existen varias formas en las que las empresas pueden promover sus intereses. En primer lugar, las asociaciones empresariales gozan de una posición adecuada para realizar actividades de divulgación directamente con los responsables de la adopción de decisiones y con el público en general. Los documentos de posición sobre cuestiones relativas a la OMC que muchas asociaciones elaboran son un medio eficaz de dar a conocer las opiniones de las empresas.

Además, los animo a que participen en nuestro Foro Público anual. Este es un evento que por lo general atrae a más de 1.500 representantes de la sociedad civil, instituciones académicas, empresas, parlamentos y organizaciones intergubernamentales. Proporciona una plataforma para examinar los acontecimientos más recientes del comercio mundial y proponer formas de mejorar el sistema multilateral de comercio.

Por último, durante nuestras Conferencias Ministeriales suelen realizarse actividades empresariales cuya finalidad es elaborar recomendaciones del sector privado sobre las prioridades de la Organización. Espero que muchos de ustedes participen en el Foro Empresarial de la CM12 cuando tenga lugar.

Por lo que respecta a la reforma de la OMC, debemos demostrar los éxitos de la Organización, ser francos sobre los casos en que no ha tenido éxito y ser ambiciosos en cuanto a la forma de mejorarla. En el marco de ese debate, las opiniones de las empresas son importantes, y contamos con su participación. Las empresas deben unir su voz a la causa, en las cuestiones objeto de su interés inmediato y en las cuestiones más amplias, como el cambio climático, la pesca y el acceso a las vacunas.

Con esto concluyo mis observaciones. Les deseo unos debates fructíferos y éxito en este evento. ¡Gracias!

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