DIRECTORA GENERAL ADJUNTA ANGELA ELLARD

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Buenas tardes desde Ginebra,

Es para mí un gran placer dirigirme hoy a la Confederación y a sus miembros, gracias por la invitación.

En primer lugar, deseo felicitar a la Confederación por su 35ª Conferencia Anual y por su liderazgo en los últimos 55 años. Han contribuido de manera importante a aumentar la interacción empresarial y potenciar el crecimiento económico en la región de Asia y el Pacífico. Muchas gracias también por la exposición de políticas y por el Informe adjunto que han transmitido a mi colega, la Directora General Adjunta González.

Me reuní con la Confederación y sus miembros cuando trabajaba en Capitol Hill en los Estados Unidos, y espero con interés proseguir nuestra colaboración en mi nuevo cargo en la OMC.

Hoy voy a hablar sobre cómo puede ayudar la OMC a hacer frente a las consecuencias de la pandemia de COVID-19, y sobre cómo abordar algunos de los desafíos a los que se enfrenta actualmente la Organización.

Quisiera empezar refiriéndome a la pandemia de COVID-19, que paralizó la economía mundial durante un período significativo. Cuando golpeó la pandemia, la producción y el consumo en todo el mundo se redujeron, y el comercio internacional parecía estar encaminado a un descenso persistente. Sin embargo, en el verano de 2020, el comercio mundial de mercancías empezó a recuperarse y a finales de año se estaba recuperando sólidamente en muchos países y sectores, pero no en todos.

En el primer semestre de 2021, el comercio mundial siguió creciendo, a medida que que las cadenas de valor se recuperaron y la demanda de las economías avanzadas aumentó. Según las últimas previsiones de la OMC, el volumen del comercio mundial de mercancías crecerá un 10,8% en 2021, a lo que seguirá un aumento del 4,7% en 2022.

Las normas de la OMC han frenado a los países a la hora de adoptar medidas muy perjudiciales, e incluso lo han impedido. Aunque es evidente que el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio no se diseñó teniendo en cuenta la pandemia, está desempeñando una función inmensa en la recuperación a escala mundial. Los países que han adoptado y aplicado rápidamente medidas e infraestructuras de facilitación del comercio — incluido el propio AFC — han resultado en general ser más resilientes y adaptables, y estar mejor equipados para mantener las corrientes comerciales, a pesar de los confinamientos, las restricciones de los viajes y el distanciamiento social relacionados con la COVID-19.

Sin embargo, muchos países en desarrollo no están experimentando la misma pauta de crecimiento económico, y esta tendencia es muy preocupante porque se prevé que la tasa de recuperación económica sea más rápida en los países con tasas de vacunación más elevadas. Para muchos países en desarrollo en los que los tipos de vacunación son bajos — del 3%en promedio — el camino hacia la recuperación será largo e incierto a menos que se adopten medidas urgentes.  

Así pues, ante todo, tenemos que asegurarnos de que las personas de los países en desarrollo tengan un acceso amplio y sin trabas a las vacunas, los tratamientos y otros productos y tecnologías esenciales necesarios para luchar contra la pandemia. Esto no es solo un imperativo moral, sino también estratégico y económico. Y, como señalan ustedes en su declaración de políticas, “[e]l libre comercio es la única solución” a este problema.

De hecho, contribuir al esfuerzo mundial por combatir la pandemia, en particular asegurando un acceso equitativo a las vacunas, ha sido una de las principales prioridades de la administración de la OMC y de sus Miembros. Nuestra labor se ha centrado en dos dimensiones: las cadenas de suministro y las negociaciones sobre la exención relativa a la propiedad intelectual.

En lo que respecta a las cadenas de suministro, todos sabemos que la producción de vacunas es un proceso sumamente complicado, que conlleva la presencia de instalaciones en muchos países diferentes. Esto implica un gran número de envíos transfronterizos de ingredientes de vacunas. Piensen en las vacunas como un puzle que se no se compone hasta que no se dispone de todas las piezas adecuadas, pero esas piezas están esparcidas por todo el mundo.

El comercio permite la transferencia transfronteriza de tecnología y el desarrollo de cadenas de suministro para la fabricación de vacunas contra la COVID-19. El comercio ayuda a los fabricantes de vacunas y otros productos necesarios para combatir la pandemia a abastecerse de insumos altamente especializados que no se producen en el país. 

La OMC ha desempeñado un papel importante para mantener las cadenas de suministro abiertas y aumentar la producción de vacunas. A este respecto, quisiera destacar nuestra labor de preparación de una lista de obstáculos relacionados con el comercio y medidas de facilitación del comercio en lo que respecta a los productos esenciales para la lucha contra la COVID-19. La OMC también ha preparado una lista indicativa de insumos esenciales para las vacunas y un informe sobre la producción de vacunas contra la COVID-19 y los aranceles impuestos a los insumos de las vacunas. Esta labor tiene por objeto ayudar a los responsables de la formulación de políticas a ver los bloqueos y las oportunidades.

Todo esto puede sonar simple y sencillo, pero no lo es. Los Gobiernos necesitan saber qué contiene exactamente una vacuna y cuáles son los productos necesarios para distribuirla y administrarla, a fin de adoptar las decisiones de política necesarias para eliminar las restricciones arancelarias y reglamentarias a las importaciones de esos productos. Si bien el arancel medio aplicado a las vacunas es de solo un 0,76%, los aranceles medios aplicados a ingredientes de las vacunas como los conservantes y los coadyuvantes son entre 3 y 16 veces más altos. 

La respuesta a la pandemia, en tanto en cuanto se refiera a las restricciones a la exportación, la facilitación del comercio y la coherencia de la reglamentación, figura en el orden del día de nuestra Duodécima Conferencia Ministerial, que se celebrará dentro de menos de un mes. Y también estamos tratando de elaborar un marco para hacer frente a las pandemias futuras. El Embajador Walker de Nueva Zelandia está trabajando con los Miembros para forjar un resultado ministerial en este ámbito.

El segundo eje de nuestros trabajos de negociación relacionados con la pandemia se centra en la propuesta de la India y Sudáfrica de eximir de las obligaciones estipuladas en el Acuerdo sobre los ADPIC de la OMC en lo que concierne a la propiedad intelectual. Aunque esos debates no están muy avanzados, es esencial contemplar un resultado equilibrado y efectivo. 

Nuestra experiencia con la pandemia ha confirmado una vez más que el comercio ha sido y sigue siendo un potente motor de crecimiento económico. Pero no podemos dar por sentada la capacidad de comerciar. Las actividades comerciales en mercados extranjeros exigen esfuerzo, y las empresas tienen que tener la certeza de que el marco operativo del comercio sea estable, previsible, transparente y relativamente coherente. Aquí es donde entra en juego la OMC, que es el guardián de las normas comerciales multilaterales.

Sin embargo, no no se puede negar que los últimos años han sido difíciles para la OMC y para la reputación del comercio en general. El elemento fundamental que ha impregnado los debates celebrados en la OMC estos días es que todos reconocemos que la Organización necesita reformas. Ese fue el mensaje de la Directora General cuando era candidata al puesto, y y ha sido repetido por innumerables Miembros de la OMC, académicos y representantes del mundo empresarial.

Así pues, ¿cómo podemos lograr que la OMC sea más fuerte? En mi opinión, la mejor manera de reparar la OMC es lograr resultados en las esferas fundamentales de nuestra labor. La Duodécima Conferencia Ministerial es un hito importante que nos brinda una gran oportunidad de lograr resultados concretos.

Además de la labor relacionada con la pandemia que acabo de describir, nuestra máxima prioridad es concluir las negociaciones sobre la pesca, que están en marcha desde hace 20 años. A lo largo de esos dos decenios, hemos presenciado una disminución brusca y alarmante de las poblaciones mundiales de peces, que amenaza en particular a los pescadores artesanales vulnerables y daña los ecosistemas oceánicos.

Las delegaciones están dando muestras de un compromiso cada vez mayor, y muchas están anunciando nuevas flexibilidades. Tenemos que capitalizar todos los elementos de convergencia que están surgiendo, porque el tiempo apremia. En esta etapa, necesitamos decisiones políticas para lograr un resultado equilibrado y sólido. Esto es importante para los medios de subsistencia de millones de mujeres y hombres de las comunidades costeras, y para los océanos y el pescado.  Y es importante también para la credibilidad de la OMC, por lo que, aun cuando no estén dedicados a esta negociación, debería importarles mucho el resultado.

La pandemia de COVID-19 ha provocado un crecimiento sin precedentes en el sector digital y en el sector del comercio electrónico, que ha sido vital para muchas empresas. Se calcula que la parte correspondiente al comercio electrónico en las ventas al por menor aumentó del 16% en 2019 al 19% en 2020.

La OMC puede establecer un marco armonizado basado en políticas para que el comercio electrónico se desarrolle de manera inclusiva. Al mismo tiempo, aunque reconocen esos beneficios, muchos Miembros también han expresado preocupaciones en cuanto a su capacidad para aprovechar ese potencial habida cuenta de la brecha digital. Hay ciertos problemas de infraestructuras, finanzas, recursos y gobernanza que siguen obstaculizando la adopción del comercio electrónico de forma más general. Es preciso abordar esas preocupaciones para que el comercio electrónico siga desempeñando un papel de apoyo en la recuperación económica mundial.

Los Miembros de la OMC han intensificado su participación en las cuestiones relacionadas con el comercio electrónico, tanto en el marco del Programa de Trabajo sobre el Comercio Electrónico acordado a nivel multilateral como en el marco de los debates plurilaterales mantenidos por 86 Miembros en el contexto de la iniciativa relativa a la Declaración Conjunta, coorganizados por tres países de la región de Asia y el Pacífico.  

Sesenta y cinco de nuestros Miembros han concluido las negociaciones con miras a una Iniciativa Conjunta sobre la reglamentación nacional, cuyo objeto es garantizar que los compromisos existentes en materia de acceso a los mercados y trato nacional no queden anulados por procedimientos de autorización poco transparentes y complejos. El proyecto de texto contiene una nueva disposición sobre la no discriminación entre hombres y mujeres en el contexto de los procedimientos de autorización para los proveedores de servicios. Será la primera disposición de este tipo en un resultado negociado en la OMC.

Como sabemos, hay muchas mipymes en el sector de los servicios y serán los principales beneficiarios de las nuevas normas sobre reglamentación nacional y comercio electrónico.

Otro ámbito en el que se aprecian progresos es el medio ambiente y el cambio climático. Por supuesto, la OMC no es el lugar donde establecer la política mundial en materia de cambio climático ni el modo en que se alcanzarán los objetivos. Pero la OMC desempeña una función importante porque sus normas se aplican a medidas e instrumentos que son pertinentes para aplicar las políticas climáticas, como los aranceles, las subvenciones y la reglamentación.

Para pasar a una economía con bajas emisiones de carbono, los países necesitan un acceso asequible a las tecnologías avanzadas. Y la apertura del comercio desempeña un papel fundamental a este respecto. Por ejemplo, la OMC puede reducir los aranceles sobre las mercancías necesarias para llegar a emisiones netas nulas, como los paneles solares y las turbinas eólicas, mediante un acuerdo sobre bienes ambientales.

La comunidad internacional converge ahora acerca de los desafíos urgentes del clima y la sostenibilidad. Por consiguiente, en la Duodécima Conferencia Ministerial necesitamos una señal política clara de los Ministros de Comercio de que reconocen la importancia de hacer frente a estos desafíos, en particular a través del comercio.

Además, tenemos que actualizar nuestras normas sobre la agricultura, cuestión importante y difícil para muchos Miembros. Aunque las negociaciones están resultando difíciles, muchos Miembros consideran que la CM12 debe tener un resultado sobre la agricultura.

Los Miembros están trabajando en un proyecto de texto ministerial distribuido por la Presidenta de las negociaciones. Pero sigue habiendo lagunas en las cuestiones clave de la ayuda interna y la constitución de existencias públicas, que determinarán el nivel de ambición del resultado global sobre la agricultura.  Si estas cuestiones quedan fuera de alcance, deberíamos tratar no obstante de obtener resultados en materia de seguridad alimentaria y transparencia, y trazar un camino claro para abordar otras cuestiones como el mecanismo de salvaguardia especial, el algodón, la competencia de las exportaciones y el acceso a los mercados.

Por último, las normas tanto antiguas como nuevas son inoperantes si no existe una forma eficaz y eficiente de exigir su cumplimiento. Tenemos que reformar y revitalizar la función de solución de diferencias para asegurar que los Miembros puedan tratar de obtener reparación y de que existan recursos eficaces contra las violaciones de las normas de la OMC.

No se puede dejar de insistir en la importancia del éxito de la CM12. Es necesario demostrar que la OMC está de nuevo encarrilada y en condiciones de hacer frente a los desafíos del siglo XXI, y es capaz de producir resultados para que los Miembros y las personas que dependen del comercio impulsen una fuerte recuperación económica. Para lograrlo, necesitamos un compromiso y una voluntad política firmes de obtener resultados tangibles, por parte de todos los Miembros de la OMC y de la comunidad empresarial.

Al mismo tiempo, tenemos que ser realistas porque algunas cuestiones pueden ser más difíciles y no se concluirán en la Duodécima Conferencia Ministerial. Para esas cuestiones, la Duodécima Conferencia Ministerial puede centrarse en trabajar con miras a un resultado futuro, y a la elaboración de programas de trabajo en algunas esferas. 

También es importante trabajar para restablecer la confianza entre los Miembros, que se ha visto sacudida a lo largo de los años. Esto es particularmente visible en las relaciones entre los países desarrollados y los países en desarrollo Miembros de la OMC. Algunos países en desarrollo consideran que no pueden aprovechar plenamente las ventajas y las flexibilidades que se les ofrecen por tener esa condición. A la inversa, algunos países desarrollados han expresado su preocupación por el hecho de que algunos países con un alto nivel de desarrollo se beneficien injustamente por haberse autodesignado como países en desarrollo.

La CM12 es una buena oportunidad para que los Miembros se escuchen unos a otros y aumenten el nivel de confianza, mediante resultados específicos y preparando el terreno para el próximo año.

Quisiera concluir haciendo un llamamiento. Si valoran ustedes la OMC, es importante defender que es pertinente y que vale la pena mejorarla y modernizarla. No podemos dar por sentado que todo el mundo cree en el valor del comercio y en el establecimiento de un sistema basado en normas que regule el comercio.

Agradecemos mucho sus opiniones sobre las reformas que son necesarias, expresadas en su declaración de política. La Confederación y sus miembros están bien situados para llevar a cabo una labor de divulgación directamente con los responsables de la adopción de decisiones en la región, así como con el público en general. Tenemos que demostrar los éxitos de la OMC, ser francos sobre los casos en que no ha tenido éxito y ser ambiciosos en cuanto a la forma en que podemos mejorarla. Las empresas deben unir su voz a la causa, en las cuestiones objeto de su interés inmediato, y también en cuestiones más amplias como el cambio climático, la pesca y el acceso a las vacunas.

Contamos con ustedes.

Muchas gracias por su atención. Pueden formular las preguntas y observaciones que deseen, y espero con interés trabajar con ustedes en los próximos años.

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