DIRECTOR GENERAL ADJUNTO ALAN WM. WOLFF

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Sr. Wamkele Mene, Secretario General de la secretaría de la AfCFTA,
Excmo. Sr. Ali Gido Adam Bashr, Ministro de Comercio y Abastecimiento de la República del Sudán,
Sr. Embajador Albert Muchanga, Comisionado de Comercio e Industria de la Unión Africana
Señoras y señores:

Buenas tardes.

En primer lugar, quisiera dar las gracias al Gobierno de Egipto y al Centro Internacional para la Solución de Conflictos, el Mantenimiento de la Paz y la Consolidación de la Paz de El Cairo por invitarme a participar, en nombre de la OMC, en la Segunda Reunión Anual del Foro de Asuán para la Paz y el Desarrollo Sostenibles. Es para mí un gran placer estar aquí con todos ustedes de manera virtual para esta sesión titulada “De la Rápida Recuperación Económica a la Transformación Estructural: Aprovechar el Comercio para un África Pacífica y Próspera”. Ojalá esta hubiese sido la ocasión de volver a Egipto en persona.

El sistema multilateral de comercio — con sus más de 70 años de historia — se encuentra en una coyuntura crítica. La pandemia de COVID-19 está exacerbando las inseguridades existentes en todo el mundo. Los países africanos se han visto especialmente afectados por las repercusiones económicas de la crisis, que han hecho aumentar las tensiones sociales y la probabilidad de conflicto. La mitigación de la pandemia, y de las dificultades que plantea para la salud y para las economías africanas, no está ni mucho menos garantizada. El continente, que alberga a tantos países frágiles y afectados por conflictos, está sometido a una enorme presión para encontrar la manera de estimular la recuperación tras la COVID-19.

La estabilidad económica se ha visto obstaculizada por la inestabilidad política, las dificultades estructurales tales como la falta de mecanismos institucionales y jurídicos, las recurrentes conmociones comerciales y climáticas externas y los problemas de balanza de pagos. África no solo debe hacer frente al desafío planteado por la pandemia de COVID-19, sino también superar problemas estructurales muy anteriores a esta. Hacer frente a estos retos permitirá a los países pasar de la fragilidad a la estabilidad.

La Organización Mundial del Comercio, con sus 164 Miembros, es la única organización internacional que regula las normas de comercio entre las naciones de todos los continentes. Desde 1995, ha servido de foro para negociar acuerdos comerciales, resolver diferencias comerciales y atender las necesidades de desarrollo de sus Miembros en desarrollo y menos adelantados. Apoyándose en los pilares de la apertura del comercio, la no discriminación, el imperio del derecho, y la previsibilidad y la transparencia, la OMC ha sido esencial para asegurar un comercio más libre y más justo.

El mes pasado, la OMC concluyó un proceso histórico de selección de su nuevo Director General. Por primera vez, tres destacados candidatos de países africanos fueron designados por sus respectivos Gobiernos para dirigir el sistema multilateral de comercio. La energía, las ideas y el compromiso aportados por esas personas, con el pleno apoyo de los Miembros africanos, insufló al conjunto de los Miembros de la OMC un fuerte sentimiento de optimismo en cuanto a que, en el futuro, el sistema multilateral de comercio responderá mejor a la diversidad de sus Miembros y a sus necesidades. Tenemos la suerte de que ahora dirija nuestra Organización una firme defensora de la integración regional y multilateral procedente del continente, la Directora General, Dra. Ngozi Okonjo-Iweala.

En paralelo, este año también se ha dado un paso muy positivo: la creación de la Zona de Libre Comercio Continental Africana (AfCFTA), un hito en la búsqueda del desarrollo regional. La OMC y la AfCFTA están entrelazadas, al igual que todos los acuerdos comerciales regionales, ya que todos ellos se basan en las normas del sistema multilateral de comercio. Los líderes africanos y los 164 Miembros de la OMC tienen ante sí el reto de cómo aprovechar de la mejor manera posible la nueva energía infundida por la AfCFTA y la dedicación renovada de la OMC bajo la nueva dirección para recuperar el terreno perdido en materia de desarrollo en el continente africano durante la pandemia. Hace tiempo que África debería haber obtenido beneficios sólidos tanto de la integración económica regional como mundial. Este debe seguir siendo un objetivo primordial de África y del sistema multilateral de comercio en el que África pueda hacer oír su voz con fuerza. Los 44 Miembros africanos de la OMC y 9 países con la condición de observador en la OMC son signatarios del Acuerdo por el que se establece la AfCFTA; y de los 24 países que desean adherirse a la OMC, 9 son africanos.

Comercio para la Paz

En este nuevo capítulo para el sistema mundial de comercio y el comercio intraafricano, la OMC, a través de su Programa de Comercio para la Paz, trata de aprovechar el comercio para mitigar las consecuencias económicas y sociales de los conflictos y las crisis, como la reciente pandemia, fomentando un entendimiento interdisciplinario con un enfoque comercial, de paz y humanitario.

El comercio y la paz no pueden tratar de conseguirse por separado; están entrelazados y se refuerzan mutuamente. No se trata de una idea nueva; fue defendida por Woodrow Wilson, un Presidente de los Estados Unidos que hace un siglo vinculó un elemento con el otro. Planteó 14 puntos a los países que deseaban mantener la paz tras la Primera Guerra Mundial(1)(2). El más pertinente para nuestra conversación de hoy pedía la supresión, en la medida de lo posible, de todas las barreras económicas y la adopción de condiciones comerciales idénticas para todas las naciones. Su planteamiento, que fue adoptado pero no aplicado en 1919, inspiró a los líderes después de la segunda guerra mundial a establecer el sistema multilateral de comercio y acordar en 1947 un amplio conjunto de normas fundamentales en forma del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT).

En la actualidad, la OMC, que abarca al GATT, copatrocina un Programa de Comercio para la Paz cuyo objetivo es aprovechar los vínculos existentes entre la paz, la prosperidad y la estrecha interconexión económica entre las naciones.

En 2017, un grupo de PMA frágiles y afectados por conflictos que se encontraban en proceso de adhesión a la OMC — Comoras, Santo Tomé y Príncipe, Somalia, Sudán del Sur y Timor-Leste — se unieron a otros PMA que se habían adherido recientemente — Afganistán, Liberia y Yemen — y afirmaron que el comercio y la integración económica se pueden emplear para promover una paz inclusiva y sostenible, particularmente para sus países.

Durante la Undécima Conferencia Ministerial de la OMC, celebrada en Buenos Aires en 2017, los Ministros de esos países crearon el Grupo g7+ sobre Adhesiones a la OMC. Este Grupo refleja la razón de ser inicial de la OMC — contribuir a la paz y la estabilidad mundiales — que consideran que hoy sigue siendo fundamental.

La adhesión a la OMC y los países africanos

A través del Programa de Comercio para la Paz, la OMC mantiene su compromiso de fomentar la paz mediante el comercio utilizando la adhesión a la OMC. La adhesión a la OMC representa un instrumento para fortalecer el imperio del derecho, garantizar la previsibilidad y la transparencia de las políticas, y promover la cooperación comercial internacional. En ese proceso se hace hincapié en la existencia de los marcos y prácticas necesarios para crear un entorno que fomente el desarrollo económico, que eleve el nivel de vida de todos, que atraiga inversiones extranjeras y que establezca las condiciones adecuadas para que esos países pasen de una situación de fragilidad o de conflicto a una situación de estabilidad, paz y bienestar económico.

El proceso de adhesión a la OMC puede ser largo. Requiere un compromiso político de alto nivel, además de profundas reformas económicas internas. Los compromisos de acceso a los mercados y basados en normas se alcanzan a lo largo de muchos años de negociaciones. Estos compromisos reflejan los intereses comerciales actuales tanto de los Miembros existentes como del país en proceso de adhesión. Esta actualización continua de las normas crea compromisos más profundos y más amplios, adaptados al mundo actual y no solo a los tiempos en que se fundó la OMC, hace ahora más de un cuarto de siglo. Por lo tanto, este es un aspecto de la OMC que se está reformando constantemente.

Este proceso de actualización debería reconocerse como un beneficio importante para los países que desean adherirse. Sus reformas internas resultarán más profundas que las de aquellos que se adhirieron antes y las de los Miembros iniciales (partes contratantes del GATT). También hay que reconocer que esto puede representar una carga considerable para quienes tengan menos posibilidades de contar con la capacidad de llevar a cabo lo que se les pide. Hay que tener cuidado de introducir obligaciones conformes con la capacidad y de prestar la asistencia adecuada para sus esfuerzos. Se ha sugerido que, si el tiempo medio de un proceso de adhesión sigue siendo muy largo, incluso cuando no ha habido interrupciones debido a conflictos internos, cambio de gobierno u otros factores que escapen al control razonable del Gobierno en proceso de adhesión, debería considerarse la posibilidad de mejorar el proceso de adhesión. Esto incluye la idea de la "adhesión provisional", con una proporción correcta de derechos y obligaciones, acorde con las capacidades del país en proceso de adhesión. Otra idea es facultar a la Secretaría para que preste una mayor asistencia activa a todos los países en proceso de adhesión que la necesiten.

Los Miembros de la OMC deberían ponderar si debe considerarse la introducción de una etapa intermedia de “adhesión provisional”, con una proporción correcta de derechos y obligaciones, acorde con las capacidades del país en proceso de adhesión. Además, se debería facultar a la Secretaría para que preste una mayor asistencia activa a todos los países en proceso de adhesión que la necesiten.

Una cuestión más amplia se refiere a los derechos y obligaciones de los países que se han adherido a la OMC desde su creación. Esta es una cuestión que se plantea a menudo en los debates de la OMC, a saber, si los denominados Miembros iniciales van a igualar su nivel de obligaciones con el de los países en proceso de adhesión (países adheridos en virtud del artículo XII). Se trata de algo más amplio, toda la Organización tiene que volver a examinar la cuestión del equilibrio en la OMC. Hay que reconocer que es preciso hacer cambios constantemente para que el futuro no se vea tan afectado por el equilibrio alcanzado en el pasado en circunstancias muy diferentes. En el comercio internacional, la suerte de los Miembros no es estática. Siempre está cambiando. A veces un país se vuelve mucho más fuerte, más prominente en el comercio, y otras veces su peso disminuye. Un conjunto de relaciones inamovible genera una falta de equidad en lo que debería haber sido una institución basada en continuas negociaciones. En el mundo de los materiales industriales, se requiere flexibilidad cuando estos se someten a presión, de lo contrario, acaban por romperse. Todo marco internacional, como ocurre con los contratos privados, debe tener cierta flexibilidad para reconocer y abordar nuevas condiciones. 

Para lograr un sistema multilateral de comercio realmente inclusivo que pueda afrontar desafíos cada vez más globalizados, la OMC debe representar las necesidades e intereses de todos los miembros de la comunidad internacional. Los esfuerzos de las 24 adhesiones en curso demuestran que se está avanzando hacia ese objetivo. En este contexto, la OMC trata de apoyar la adhesión de los países africanos que siguen fuera de la Organización.

Hay nueve países africanos en proceso de adhesión a la OMC.(3) Actualmente, los más activos son los países del Cuerno de África:

  • A principios del año pasado, Etiopía reanudó su proceso de adhesión, después de casi ocho años de estancamiento, mediante la celebración de la cuarta reunión de su Grupo de Trabajo.
  • Tras la firma del Acuerdo de Paz de Yuba y la retirada del Sudán el año pasado de la lista de los Estados Unidos de países que patrocinan el terrorismo, ese país ha renovado su compromiso de hacer avanzar su proceso de adhesión. Con el nombramiento de un nuevo Ministro de Comercio el mes pasado, el Sudán está adoptando medidas decisivas para aprovechar todos los beneficios de la integración comercial a través de la adhesión a la OMC, incluida la celebración de una reunión informal del Grupo de Trabajo la próxima semana en la OMC.
  • Sudán del Sur también está llevando a cabo su proceso de adhesión. La primera reunión de su Grupo de Trabajo tuvo lugar en 2019.
  • Somalia espera celebrar este año la primera reunión de su Grupo de Trabajo.
  • Al sur del Cuerno de África, en el Océano Índico, la adhesión de las Comoras es una de las adhesiones en curso más avanzadas.

Además, los representantes de los Miembros de la región tienen mucho interés en presidir los grupos de trabajo de los Gobiernos africanos en proceso de adhesión; Egipto en el caso de Sudán del Sur y Marruecos en el caso de las Comoras.

Pese a los numerosos obstáculos, la situación de la adhesión a la OMC de los países frágiles y afectados por conflictos sigue siendo esperanzadora. Esta perspectiva solo es posible gracias al nuevo impulso que están generando todas las partes interesadas.

SINERGIAS ENTRE LA AfCFTA Y LA OMC

Pese a los problemas estructurales y las recientes dificultades a que se enfrentan los países frágiles y afectados por conflictos en África, muchos dirigentes africanos han expresado su firme compromiso de poner en marcha sin demoras la Zona de Libre Comercio Continental Africana (AfCFTA), un proceso que comenzó en enero de este año. Se espera que la AfCFTA promueva el comercio intraafricano mediante la eliminación de los aranceles. Esto puede contribuir de manera decisiva a impulsar la recuperación económica después de la pandemia, así como el crecimiento a largo plazo y la adición de valor al comercio, tanto en el continente como con el resto del mundo. También puede ayudar a resolver el problema del desempleo de los jóvenes y las mujeres. Esto es fundamental para promover la paz, la estabilidad y el desarrollo del continente.

En la Semana del Comercio para la Paz organizada por la OMC hace poco más de un año en Addis Abeba, el Embajador Albert Muchanga, Comisionado de Comercio e Industria de la Unión Africana, declaró que la AfCFTA puede ayudar a “silenciar las armas” en África. Podría decirse lo mismo del proceso de reforma interna que se lleva a cabo en el camino hacia la adhesión a la OMC. Un comercio más abierto fomenta el desarrollo y aumenta las probabilidades de mantener la paz. Encarece las guerras, ya que los países tienen mucho más que perder de lo que ganarían. El desarrollo sostenible necesita de una paz duradera. Además de otros beneficios, la AfCFTA creará oportunidades para el progreso individual de todos los africanos, estimulará la inversión y permitirá que los países africanos obtengan un beneficio mucho mayor del sistema multilateral de comercio. Tanto el sistema multilateral de comercio consagrado en la OMC como la AfCFTA contribuyen al desarrollo económico y, por lo tanto, promueven la paz.

La integración regional y multilateral, por medio de la AfCFTA y la adhesión a la OMC, puede contribuir a unir a un continente africano que siempre ha estado fragmentado. Puede ayudar a unificar y amplificar la voz de África en la escena mundial en pos de la paz y el desarrollo sostenibles. Los dirigentes de la región han aceptado la realidad de que la integración económica puede traer la paz y la estabilidad a África. Esto se refleja en su activa participación tanto en la AfCFTA como en las adhesiones a la OMC, que complementan sus programas de integración regional.

 La AfCFTA forja un vínculo explícito entre el comercio y la paz, como lo hizo la Carta de La Habana de 1948(4). El primero de los objetivos generales establecidos en el artículo 3 del Acuerdo sobre la AfCFTA señala el camino:

a) crear un mercado único de bienes y servicios y facilitar la libre circulación de las personas a fin de profundizar la integración económica del continente africano, de conformidad con la Visión panafricana de ‘un África integrada, próspera y pacífica’ consagrada en la Agenda 2063(5)

Es evidente que la AfCFTA y la OMC comparten un objetivo común y un patrimonio común: el recurso al comercio para la paz. Debemos trabajar juntos para lograrlo. La Secretaría de la OMC está decidida a ampliar e intensificar la colaboración con nuestros asociados en el continente, entre ellos la Unión Africana, la Comisión Económica para África de las Naciones Unidas (CEPA) y la secretaría de la AfCFTA, para aprovechar al máximo las sinergias y la complementariedad entre el Acuerdo Continental y el acervo de la OMC. También valoramos la labor del Foro de Asuán como plataforma de alto nivel para la paz y el desarrollo sostenibles en África. A este respecto, acogemos con satisfacción la propuesta de que la OMC se convierta en un asociado del conocimiento del Foro del Asuán. Esto reforzaría enormemente la labor del Programa de Comercio para la Paz en el continente

Pasos a seguir para la puesta en marcha de la AfCFTA y el Comercio para la Paz

¿Cómo se puede hacer avanzar el debate sobre el Comercio para la Paz en África?

A través del Programa de Comercio para la Paz, nos proponemos seguir abordando las necesidades de los países frágiles y afectados por conflictos de África que están en proceso de adhesión. Los problemas a los que se enfrentan estos países no son estáticos. Las comunidades que se ocupan del comercio, la paz y los asuntos humanitarios deben colaborar continuamente con nuestra labor para que esta sea fructífera y adecuada según el contexto. Con ese fin, la OMC ha invertido en varias actividades para reunir a expertos y profesionales de las comunidades que se ocupan del comercio, la paz y los asuntos humanitarios, entre ellas las siguientes:

  • la organización de una Semana Anual del Comercio para la Paz;
  • la creación de una plataforma y una Red de Comercio para la Paz que se reúna periódicamente;
  • la elaboración de un Libro Blanco sobre el Comercio para la Paz a través de las Adhesiones a la OMC;
  • la elaboración de materiales y módulos de formación sobre el Comercio para la Paz; y, más recientemente,
  • un pódcast sobre Comercio para la Paz.(6)

Durante la reciente Semana del Comercio para la Paz se celebró una sesión centrada específicamente en la AfCFTA. Esto es importante para África, ya que la mayoría de los países frágiles y afectados por conflictos que están en proceso de adhesión están en ese continente. Además, el Tercer Diálogo Regional sobre las Adhesiones a la OMC para África se centró en la puesta en marcha de la AfCFTA. En el futuro, en la OMC tenemos previsto incluir a la AfCFTA en nuestras actividades de investigación y divulgación, con la participación de defensores del comercio para la paz. Una de las primeras actividades consistirá en hablar próximamente sobre la puesta en marcha de la AfCFTA en un pódcast sobre comercio para la paz. A través del Cuarto Diálogo Regional sobre las Adhesiones a la OMC para África, que será organizado este año por el Gobierno del Sudán, nos proponemos abordar las sinergias entre la AfCFTA, la adhesión a la OMC y el comercio para la paz en un entorno posterior a la COVID-19.

Observaciones finales

La humanidad se enfrenta a enormes desafíos derivados de múltiples crisis de una magnitud que rara vez ha experimentado; desafíos para la salud mundial debido a la pandemia y desafíos para el bienestar futuro de todos debido al cambio climático, así como las graves repercusiones de ambos factores en la economía mundial.

Afortunadamente, estos desafíos también comportan grandes oportunidades, especialmente para el continente africano. Los renovados y continuos esfuerzos de colaboración de todas las partes, incluida la AfCFTA, albergan la promesa de alcanzar importantes progresos tangibles en un futuro próximo en la búsqueda de la paz y la estabilidad económica para los países africanos.

Al pasar a la siguiente etapa tanto para la OMC como para la AfCFTA, todos podemos beneficiarnos de conversaciones como esta, propiciada por el Foro de Asuán. Podemos agradecer la oportunidad de escuchar y aprender. Pero debemos actuar. Lograr un cambio positivo es nuestra tarea conjunta.

Muchas gracias.

Notas:

  1. Argelia, Comoras, Etiopía, Guinea Ecuatorial, Libia, Santo Tomé y Príncipe, Somalia, Sudán y Sudán del Sur.  volver al texto
  2. Véase el punto II de los 14 Puntos del Presidente Wilson. Disponible en inglés en http://www.nationalarchives.gov.uk volver al texto
  3. Argelia, Comoras, Etiopía, Guinea Ecuatorial, Libia, Santo Tomé y Príncipe, Somalia, Sudán y Sudán del Sur.  volver al texto
  4. Carta de La Habana para una Organización Internacional de Comercio. Disponible en https://www.wto.org/english/docs_e/legal_e/havana_e.pdf volver al texto
  5. Acuerdo por el que se establece la Zona de Libre Comercio Continental Africana. Disponible en https://au.int volver al texto
  6. The Trade for Peace Programme: Past, Present and Future (podbean.com). volver al texto

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