DIRECTOR GENERAL ADJUNTO XIANGCHEN ZHANG

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El impacto de la COVID-19 en las mipymes en Mauricio — Tema especial: la COVID-19 y la sostenibilidad del emprendimiento azul

Universidad de Mauricio — Discurso de apertura

Honorable Ministro Soomilduth Bholah, Excelencias, distinguidos profesores, representantes de diversas asociaciones empresariales e invitados, señoras y señores, buenos días.

Es para mí un gran placer participar con ustedes en esta conferencia internacional organizada bajo los auspicios del Programa de Cátedras OMC, que tiene por fin hacernos entender mejor el “impacto de la COVID-19 en las microempresas y las pequeñas y medianas empresas (mipymes)”, así como las oportunidades y los desafíos que conlleva la transición hacia una economía azul inclusiva y sostenible para todos.

En primer lugar, quiero dar las gracias a los organizadores, a nuestra Cátedra de Mauricio y al equipo de investigación por los esfuerzos que han realizado para reunir a las partes interesadas de los ministerios, el sector privado y las instituciones empresariales, así como a emprendedores, con el fin de examinar este tema importante. Y, por supuesto, quiero dar las gracias en especial a nuestros equipos de las Cátedras OMC que han organizado conjuntamente este seminario web de alto nivel.

Permítanme compartir algunas reflexiones sobre el impacto de la pandemia de COVID-19 en las mipymes y la sostenibilidad del emprendimiento azul en el marco de la estrategia de recuperación.

La pandemia de COVID-19 está teniendo repercusiones sin precedentes en todo el mundo, sobre todo en la salud humana y las actividades económicas. Los Gobiernos están intensificando sus esfuerzos para luchar contra la propagación mundial de las variantes de COVID-19 adoptando diversas medidas encaminadas a apoyar los sistemas de salud pública, proteger la economía y garantizar la seguridad pública. Sin embargo, muchos países en desarrollo y países menos adelantados carecen de medios financieros para sostener sus economías y proteger a los más vulnerables. Numerosas mipymes sucumbieron ante la conmoción, lo que afectó gravemente a la situación del empleo y el bienestar de la población.

Para las mipymes, sobrevivir a la crisis ha sido un reto abrumador debido a sus escasos recursos. Según un estudio realizado por el Centro de Comercio Internacional, las mipymes son las que más han sufrido las consecuencias de la pandemia, ya que el 60% de las microempresas y el 57% de las pequeñas empresas se han visto gravemente afectadas, frente al 43% de las grandes empresas. La mayoría de las mipymes tuvieron que cesar su actividad o que hacer frente a importantes caídas de los ingresos. Dado que las mipymes representan alrededor del 90% de las empresas y más del 70% del empleo en todo el mundo, y que estas empresas son a menudo la principal fuente de empleo y sustento de las personas más vulnerables del planeta, su desaparición tiene consecuencias socioeconómicas desastrosas. Más datos demuestran que los autónomos, las mujeres y los emprendedores minoritarios se han visto afectados de forma desproporcionada durante la crisis y que corren más riesgos de perder el empleo o los ingresos que otros colectivos.

Los pequeños Estados insulares en desarrollo (PEID) como Mauricio han bregado con los mismos retos que otros países en desarrollo o incluso más. Las medidas sanitarias adoptadas durante la pandemia suponían un costo muy elevado para la economía. Según el Banco Africano de Desarrollo, en 2020 el crecimiento de Mauricio disminuyó en 18 puntos porcentuales debido en gran medida a la perturbación del turismo y la hostelería en el país. Aunque la economía se recuperó en 2021, la situación podría tornarse si nuevas olas de COVID-19 llevasen a otra interrupción temporal de las conexiones aéreas entre Mauricio y Europa, que es la principal región de origen de los turistas del país.

Además, el país sigue enfrentando graves problemas en lo que se refiere al empleo, especialmente de las mujeres y los jóvenes, así como a los ingresos de los hogares y las empresas. En cuanto a las empresas, las mipymes sufrieron indudablemente un duro golpe y los resultados del estudio realizado por la Cátedra de Mauricio para analizar el impacto de la COVID-19 en 400 mipymes ciertamente aportarán lúcidas contribuciones para determinar las dificultades y proponer recomendaciones de política fundamentadas.

Excelencias, señoras y señores:

Las mipymes contribuyen al desarrollo económico de todos los países en cuanto que fuentes de creación de empleo, innovación, espíritu emprendedor y crecimiento económico. Así pues, el fomento de la participación de las mipymes en el comercio internacional es una cuestión importante en el programa de la OMC. De cara a la formulación de políticas comerciales, es importante fomentar una mejor comprensión de cómo pueden participar las mipymes en el comercio internacional como vía de recuperación. Observamos que tanto las autoridades nacionales como las comunidades internacionales están adoptando medidas para proteger y apoyar a las mipymes.

En la OMC, los Miembros han venido examinando las cuestiones relacionadas con las mipymes a través de diálogos sobre políticas y eventos de divulgación como este, organizado bajo los auspicios del Programa de Cátedras. También se celebran debates específicos en el Grupo de Trabajo Informal sobre las Mipymes. El pasado jueves, mismamente, el Grupo inauguró su plataforma en línea Trade4MSMEs. En ella se facilitan fuentes de información relacionada con el comercio con el propósito de orientar a las mipymes durante el complejo proceso que supone la práctica del comercio internacional y de ayudar a los encargados de la formulación de políticas a entender mejor las dificultades que enfrentan las pequeñas empresas. Aliento encarecidamente a las autoridades, los empresarios y las partes interesadas pertinentes de Mauricio a servirse de la información que ofrece la plataforma para promover la recuperación y el desarrollo de las mipymes en el país. 

A pesar del aplazamiento de última hora de la Duodécima Conferencia Ministerial de la OMC por motivos sanitarios, el Grupo de Trabajo Informal sobre las Mipymes también ha finalizado su proyecto de declaración ministerial. En él se reconoce que la pandemia de COVID-19 ha tenido una repercusión negativa considerable en las mipymes y que es necesario dar una respuesta coordinada a nivel mundial para afianzar la recuperación y respaldar los esfuerzos por construir mejor el futuro. Asimismo, algunos Miembros de la OMC, incluidos los miembros del Grupo sobre las Mipymes, publicaron una “Declaración sobre la importancia de las mipymes en los tiempos de la COVID-19” en mayo de 2020. En dicha Declaración se pide que se adopten nuevas medidas para fomentar la participación de las mipymes en el comercio internacional y asegurar que las cadenas de suministro sigan abiertas y estén conectadas.

Excelencias, señoras y señores, permítanme decir unas palabras acerca de la estrategia sobre la economía azul. A través de mi experiencia en el trabajo y los viajes he visto hasta qué punto los países en desarrollo dependen de los océanos para la alimentación, el transporte, el turismo y la circulación de mercancías, especialmente en el caso de los pequeños Estados insulares en desarrollo. La economía azul representa un importante potencial para apoyar una recuperación resiliente y objetivos de crecimiento sostenible en consonancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Permítanme que insista en que la economía oceánica representa un activo importante, aunque a veces desaprovechado, para países como los PEID. La COVID-19 ha tenido una drástica repercusión en sectores esenciales para esos países, como la pesca y la acuicultura, el turismo y otras actividades marinas y relacionadas con la pesca. Es importante encontrar medios y estrategias para construir mejor el futuro. Por ejemplo, en la OMC se iniciaron negociaciones sobre las subvenciones a la pesca en 2001 con el mandato de “aclarar y mejorar” las disciplinas de la OMC existentes con respecto a las subvenciones a la pesca. Esperamos que la próxima Conferencia Ministerial produzca resultados en ese ámbito a fin de proteger el bienestar de millones de pescadores que dependen directamente del pescado para asegurar sus ingresos y de crear una economía resiliente y menos vulnerable a las perturbaciones coyunturales o estructurales.

Durante esta pandemia hemos visto los retos a los que se enfrentan esos países, que están sumamente expuestos a conmociones exógenas. También vemos resiliencia en la forma en que los emprendedores sortearon la crisis gracias a su agilidad y capacidad de adaptación. Están estudiando nuevas oportunidades utilizando herramientas informáticas para acceder a los mercados digitales y proyectando ambiciones de crecimiento más allá de la pandemia. Aplaudo todos los esfuerzos que se han hecho; no obstante, conocemos la magnitud del desafío que tenemos por delante.

En mi opinión, hay dos elementos importantes que los PEID deben tener en cuenta para hacer frente a las crisis provocadas por esta pandemia. El primero es la confianza. La conmoción generada por la pandemia no significa que la estrategia sobre la economía azul sea frágil,  sino simplemente que no la hemos hecho lo suficientemente sólida, y las particularidades de los PEID podrían reforzarse en sus estrategias nacionales de desarrollo. La economía azul sigue siendo un enfoque importante para impulsar el desarrollo sostenible e inclusivo de esos Estados. Quisiera recordar algunas constataciones a este respecto. Si se gestionan debidamente, los océanos podrían ayudar a producir hasta 6 veces más alimentos, generar 40 veces más energía renovable, sacar a millones de personas de la pobreza y contribuir a reducir en una quinta parte las emisiones de gases de efecto invernadero. Por lo tanto, la economía azul puede ayudarnos a aumentar nuestra resiliencia económica y ambiental. Este potencial no cambiará por la pandemia. Es más, será el instrumento que ayude a los pequeños Estados insulares en desarrollo a salir de la pandemia.

El segundo elemento que quiero destacar es la necesidad de acometer reformas internas que favorezcan un desarrollo más sostenible. La pandemia está modificando el comportamiento de los consumidores y los modelos de negocio. La crisis nos hace replantearnos nuestras prácticas comerciales y la coherencia de las políticas económicas. Creo que la conferencia internacional de hoy ofrece también una importante oportunidad para que las autoridades, los entes del mundo académico y los emprendedores intercambien ideas sobre cómo las políticas comerciales del país podrían dar respuesta a la pandemia a corto, medio y largo plazo y mitigar los efectos negativos. Quisiera hacer particular hincapié en el papel que desempeñan los emprendedores en este proceso y la coherencia de las políticas en la formulación de políticas comerciales, pero también sectoriales.

Excelencias, señoras y señores, la OMC trabaja para a propiciar un entorno comercial mundial transparente, inclusivo, no discriminatorio y previsible, que apoye y promueva la participación de las mipymes en el comercio internacional para generar crecimiento y crear empleos. En cooperación con otras organizaciones internacionales y partes interesadas, estudiaremos posibles soluciones y compartiremos buenas prácticas para facilitar el comercio con el fin de empoderar a las mipymes de modo que puedan crear empresas sostenibles que integren las cuestiones de género y así apoyar la prosperidad común. El taller de hoy es parte de esos esfuerzos.

Espero que el evento sea un gran éxito. Muchas gracias.

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